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Pensé que todo era broma. Enserio que lo pensé, pero los últimos días han sido una tortura.

Alexander Davis, se ha vuelto mi perseguidor, justo ahora me encuentro caminando despacio, analizando con cautela el alrededor, evitando encontrarme con él.

“Cásate conmigo, cásate conmigo” – puedo escucharlo como un caset en mi oído.

Me senté en mi escritorio, llevaba dos horas sin verlo salir de la oficina, estaría preocupada, sino conociera que en ocasiones cuando surge un buen proyecto se hunde en el computador concentrándose solo en eso.

Y no voy a mentir, sí, me preocupaba por él, pero no se lo diría nunca, porque me imagino que él ya lo conocía.

--¡Hola! —me sonrió, la flamante mujer, el vestido rojo ajustado acentuaba las curvas, le lucía de maravilla.

--¡Hola Señorita Kismor!

Ella me sonrió carismática, me caía bien, siempre me daba consejos para “verme bonita”, yo prefería mantener mi imagen muy oculta…Ella volteo los ojos, me reprochó…

--Solo llámame Aisha, Alexander ¿está en su despacho?

Asentí,

--Si pase, esta esperándola.

--Gracias cariño—me extendió cajita cuadrada—este es un pequeño obsequio para ti, espero que te guste.

Abrí la cajita, una caja de perfume.

--¡Muchas gracias!

Me guiño un ojo…

--De nada… -- y se dirigió a la oficina contoneando sus caderas.

Si, esas serian por lo menos 2 horas de jadeos y gemidos que traspasarían la puerta de ese despacho, y yo tenía que aguantarlos, escucharlos aparearse como animales salvajes…

Solté un largo suspiro, y me dispuse a trabajar en los informes, sin embargo, Theo de nuevo llego interrumpiéndome.

--¡Hola hola hola! —dijo con mucha emoción, se sentó encima de mi escritorio.

--Theo, el señor Davis ahora no puede atenderte…

--Lo sé, esta con Aisha lo que nos da tiempo suficiente para fugarnos de aquí y ¡almorzar! —la emoción lo traspasa.

Este chico no se rinde…

--No puedo estoy traba…

¡Hizo un gesto con su dedo callándome y puso una funda de papel en el escritorio, “! ¡HI BURGER!” mi lugar favorito de hamburguesas.

--Sabia que ibas a decir eso, por lo que las he traído aquí, -- el olor a hamburguesas inunda mis fosas nasales, un jadeo de placer se me escapa, pero lo confronto…

--Acaso quieres morir, si el señor Davis nos encuentra comiendo será tu fin…

Él sonríe travieso…

--Ayyyyy te preocupas por mi—dice con mucha ternura—¡Un avance magnifico!, querida, el hombre no saldrá de ahí en las próximas horas, tu no discutas solo gózalo—abre la funda de papel y saca las hamburguesas, hace a un lado los papeles y ordena los plásticos en el escritorio.

--Bien— desistí mi paladar se hizo agua, quería probar ese exquisito sabor, le sonreí, abrí el papel que rodeaba la hamburguesa y le di un mordisco gigante, un jadeo de placer se me escapa sin querer, dejo salir mi tranquilidad, ajusto un poco mi comodidad, Theo me mira atento, una sonrisa pícara en sus labios...

--Eres tan hermosa, exquisita con tu propio estilo.

Volteo los ojos…

--¿Tan urgente estas de una cogida, Theo? —bebo un sorbo de la gaseosa—pierdes tu tiempo…

--Porque solo piensas en eso, no busco solo tener intimidad contigo, no obstante, si me gustaría, pero no es solo eso, quiero tener algo bonito contigo Lily…

--¿Pero porque, porque conmigo?

--Porque eres exquisita, guapa, inteligente, amable, capaz, valiente, intimidante eres todo lo que necesito, la mujer ideal para mí, y ya verás, serás mía.

--Primero muerto…-- Musita una voz con firmeza…

Tosí porque el pedazo de la hamburguesa se me atravesó, Theo lo mismo, pero con su bebida, Alexander se acercó a nosotros todo de el emanaba enojo, cambiando el ambiente de coqueteo y burla…

--Qué bonito ambiente tan tranquilo, tan relajado, ¿algo más que quieran?, puedo traerles una taza de café, si desean…-- el alterna su mirada estridente, entre su amigo y yo.

--Ah no gracias—le enfrento, totalmente relajada—Ya tenemos gaseosas, ¿quiere un poco? —le enseño el vaso, Alex me lanza una mirada dura de tipo “¿Enserio?”—Ah no, bueno—hablo con inocencia, levantando mis hombros.

--¿Esta es su manera de trabajar? —increpó tosco…

-- Amigo\, solo estamos almorzando—yo le negué leve para que no dijera ya que eso iba a aumentar el mal genio de mi jefe…

--¿Almorzando? Já almorzando—la ironía en su tono, señala a Theo—Basta, se lo que intentas, y no, eso no es posible, métetelo en la cabeza…

--No puedes controlarlo todo, si ella y yo queremos, no puedes evitarlo—Theo lo enfrentó.

--¡Negado! —articuló con fuerza…--¡No volveré a repetirlo, nada, no harán nada! – miró a Theo—Ahora vuelve a tu maldito despacho y deja a mi secretaria en paz

Theo suspiro, pero obedeció, se puso de pie y se fue.

--Y usted Lily quiero que me de todos los informes del mes para hoy en la noche antes de irse a casa…

Abrí mis ojos con asombro, eso era prácticamente imposible.

--Señor Davis, eso es…

--Tiene tiempo para sonreír y sentarse a conversar, creo que también tendrá tiempo suficiente para presentármelos, cuento con su diligencia, porque si cree que no puede hacerlo será mejor que busque otro empleo.

El enojo me invadió, estaba siendo demasiado injusto, quería sacarme de mis casillas, verme explotar de enojo, pero no se lo iba a permitir, así que dije…

--Tendrá esos informes hoy mismo…

--Bien, eso espero…-- y con eso se marchó a su despacho, me senté en mi silla, escuche que le gritó a la mujer-- ¡Lárgate, no tengo humor para nada! —se mantuvo en la puerta abriéndole paso a la mujer

--Pero…--ella trató de refutar

--No lo volveré a repetir, vete…

Y segundos después, Aisha salió, la puerta se cerró con estruendo a su espalda…

--Maldito temperamento de mierda. —ella susurró…

Yo me desinflé en el sillón, soltando toda la tensión, ella viene a mi…

--No entiendo su humor cambiante—susurré…

--Lily, el te quiere mucho, con suma sinceridad se preocupa de ti, no quiere que te rompan el corazón. —me dice ella…

--Se la pasa burlándose de que no tengo a nadie, de mi soltería y cuando trató de salir con alguien el toma esta actitud.

--Solo quiere cuidarte, el conoce a su amigo y sabe que no es bueno para ti…

--Es un maldito idiota –resoplé…

--Exacto, un idiota conoce a otro idiota…-- levantó su mano despidiéndose—Nos vemos nena, cuídate mucho ¿sí?

--Cuidate Aisha...

Ella sonrió al escuchar su nombre de mis labios y se fue…

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Son las 02:00 am, y aún sigo tecleando en el computador, a veces me tambaleo por el sueño, el señor Davis no ha salido de su despacho, Me ha mandado un mensaje: “Tienes hasta las 3 para entregarme todo”

Me encuentro muy cansada, como una maquina nebulosa, ya ni se que es lo que hago, por ciertos instantes mi cabeza trastabillea con sueño, pero me espabilo con rapidez, freno mi escritura en el teclado, y solo por un instante me dejo ir en el sueño, me relajo por micro segundos, y no sé en qué momento mi cabeza se desliza completamente cayéndose a un lado, trato de espabilarme, no logro hacerlo a tiempo y espero chocar contra mi escritorio, una mano me sostiene con suavidad.

--Uy cuidado…

Me pongo de pie en un vaivén,

--Señor Davis…

Una sonrisa ladina en sus labios.

--Durmiendo ya—mira el computador—Aun no me ha entregado los informes…

--Ya casi lo termino—me vuelvo a sentar y trato de teclear, pero mi mente se ha quedado sin ideas, está saturada, el cierra el computador…

--Vaya a casa, descanse…

Niego, trato de mantener mis ojos abiertos.

--No, necesito entregarle esto hoy…

--Lily, no volveré a repetirlo, tome sus cosas y vaya a casa—ordenó con firmeza…

--¿Sabe qué? —me levante en un vaivén-- ¡Me canse de su maldita actitud posesiva de mierda—lo señalé con mi dedo índice, sus ojos se abrieron como platos al ver mi actitud cambiante…

--Lily…--Trata de hablar, pero se lo impido poniendo mi dedo índice en sus labios…

--Shshshsh, escúcheme con atención señor Davis, deje de meterse en mi vida personal, deje de portarse como un maldito idiota, sino quiere que ponga mi renuncia mañana mismo…

Todo su rostro se contrae…

--Basta, estas muy cansada te llevare a casa—toma mi muñeca con suavidad…

--No iré a ningún lado con usted—esquivo su agarre—no mientras siga portándose como un maldito idiota…

--Lily…--Su voz es casi una súplica, se acerca tomando mis mejillas como si tuviera miedo a romperme—Vamos te llevare a casa…

--¿Qué es lo que quiere de mi señor Davis? —inquiero…

--Quiero… -- sus dedos se rozan por mi piel, con mucho cuidado—Quiero que seas mi esposa….

Pero no se si en realidad lo escuche bien, o si fue una ilusión, porque el sueño me envuelve y me dejo ir en el…

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