12.

—Sí, papá, no te preocupes, yo me encargo de eso.

—Bien, no quiero problemas ni algún reclamo por tu incompetencia. No pierdas más tiempo para que prueben aquel nuevo producto en ti.

Bley nada más asintió.

Subió a su habitación para poder ducharse y arreglarse para, una vez más, ir al médico. Su padre no perdía oportunidad en siempre estar obteniendo productos nuevos que le pudieran dar un visto bueno para probarlo en Bley. Lo que menos deseaba era que estuviera enfermo siempre y, como nada más le importaba tener un hijo normal, le daba igual si pasaba por malos ratos o, aquellos nuevos productos, le provocaban daño.

Al bajar, vio a sus hombres igual que siempre.

—Hola, Soel.

—Hola, ¿cómo se encuentra?

Soltó un suspiro y levantó sus hombros.

—Normal. Nos vamos.

Todos lo siguieron sin duda alguna. El pelirrojo lo siguió detrás y tomó la puerta del piloto para subirse primero. El otro nada más se subió de copiloto y comenzaron a avanzar para ir a la clínica.

El viaje fue silencioso. Nadie dijo algo. Bley solo se dedicó a ver la nieve todo el tiempo mientras tenía un caramelo en la boca y se abrazó un poco porque el auto estaba frío. No estaba encendida la calefacción. Debido a eso, Soel fue quien se encargó de encenderla y dejarla al máximo de una sola vez porque el viaje iba a ser largo y lento, pues la nieve estaba por muchos lugares y debían manejar con cuidado para evitar cualquier accidente.

No tenía muchas ganas de ir al médico, de hecho, nunca tenía ganas de ir.

A veces le daban ganas de tirarse del vehículo en movimiento para nada más morir porque, por sí solo, no era capaz de alejarse o desligarse de su padre por el miedo que aquello le provocaba. Nunca lo había golpeado, pero con una simple mirada era suficiente para intimidarlo y manejarlo con su dedo meñique.

Al llegar, Soel se bajó y también lo hizo Maverick con Camilo.

—Ustedes pueden quedarse, yo nada más iré con él —habló Soel.

—¿Quién te dio esa orden? —preguntó el pelirrojo.

—No necesito ninguna orden. Soy quien más lo conoce, así que es obvio que no querrá ir con ustedes.

—Que yo sepa, esto no se trata de confianza, sino de hacer bien el trabajo —soltó mirándolo —, y tú ya demostraste que no eres bueno en eso.

—Yo opino —dijo Camilo acercándose un poco.

—¡Cállate! —gritaron ambos al unísono y Camilo dio un brinco alejándose levantando sus manos en señal de rendición pues, ganarse en medio de ambos en una discusión como esa, era algo peligroso porque estaba propenso a morir de inmediato.

Bley cerró sus ojos por unos segundos.

—Iré solo con Camilo, ustedes dos se quedan aquí.

Los dos lo quedaron mirando y se sintieron imbéciles viendo como se iba con ninguno de los dos. Soel se alejó un poco viendo el lugar y no le preocupaba mucho, pues era un sitio que siempre solían visitar, así que no imaginó en que algo malo pudiera suceder.

Habló por el micrófono oyendo lo que otros decían por estar vigilando el sitio y viendo como personas se iban y llegaban.

Estaba acostumbrado a siempre mantener los lugares seguros y, a pesar de eso, aún no terminaba de entender como era que la última vez le habían hecho aquella emboscada cuando nada sospechoso había visto en ningún lugar. Llevaba muchos días pensando e intentando buscar alguna explicación coherente a aquello, mas nada encontraba.

Giró sobre sus pies y se quedó mirando al pelirrojo que únicamente estaba ahí parado. Su rostro era serio y, los kilos de desconfianza que le provoca, no los había sentido por nadie.

No le gustaba como se veía, como caminaba, como hablaba ni como respiraba. Su porte era imponente, pero su mirada indescifrable. Tragó saliva y siguió caminando un poco acercándose más a la clínica notando que él también se había acercado. No sabía lo que planeaba realmente ni de donde había salido. Solo pensaba en que no le caía bien y que jamás le iba a caer bien en su vida.

Estaban cerca de la calle, así que se podían escuchar los autos avanzar más que bien e incluso frenar. Maverick estaba pendiente de todo eso y ni un solo ruido se le escapaba.

Mantuvo sus manos a cada lado formando puños con fuerza porque siempre estaba listo para cualquier eventualidad. El estar de pie era casi su pasatiempo favorito y, contar los minutos, su juego preferido. Agudizó sus oídos oyendo los pasos de quién se acercaba, mas nada hizo porque, para él, era una simple hormiga que podía pisar sin mayores problemas en cualquier momento.

Mantuvo la mirada en la puerta de la clínica y, en su mente, ya habían transcurrido veinte minutos de los muchos que faltaban.

—¿Qué es lo que planeas? —preguntó el otro esperando alguna reacción, sin embargo, esa pregunta al pelirrojo no le movió ninguno de sus cabellos —. ¿Por qué te contrataron? No sé que pensaba el padre de Bley, pero se nota que no te conoce ni un solo poco.

—¿Acaso me conoces tú? —inquirió sin mirarlo.

—No me interesa conocerte, pero me interesa saber que eres de confianza porque es al hijo del ex presidente a quién debes cuidar.

Al escucharlo reír, no supo lo que sintió. Nunca imaginó que se pudiera reír y mucho menos de esa manera calmada, pero, a la misma vez, casi maniática.

—Eres tan evidente, hasta el más estúpido se daría cuenta de lo que sientes.

—¿Disculpa? No sé de qué hablas.

—¿No lo sabes o te haces el imbécil? —contraatacó dándole una mirada seria.

Soel, al ver el color negro de sus ojos, la desconfianza lo embargó con mayor fuerza y retrocedió un paso.

—No lo quieres proteger porque, únicamente, es el hijo del ex presidente, sino porque estás enamorado de él. Eres tan sencillo de leer que te vuelves aburrido y patético —se burló.

El otro se sintió enojado. Le sostuvo la mirada aunque le costó. Lo vio demasiado poderoso e intimidante y sabía que se había enfrentado a muchas personas a lo largo de su vida, pero, quien tenía frente a sus ojos, no tenía la esencia de ser sencillo de derrotar.

—Limítate a hacer lo que te asignaron y ya.

—Por supuesto, y me asignaron que lo cuide y me encargue, personalmente, de todo lo que él quiera —habló lento —. Tú solo volviste de suerte, pero, si fuera tú, no me haría muchas ilusiones porque, tal vez, muy pronto vas a regresar al hospital y ahora muerto.

—¿Me estás amenazando?

—Tómalo como quieras.

No supo qué más decir y trago saliva.

No quería quedarse callado y que pensara que había ganado, pero tampoco tenía muy claro lo que estaba sintiendo. No sabía si le había provocado miedo o qué cosa en realidad.

—Pero, desde ya te digo —advirtió acercándose demasiado a él —, si veo que haces algo extraño o raro a su alrededor, no dudaré en hablar con el jefe para que te despida. No confío en ti y no me das miedo.

Maverick miró al frente unos segundos para luego girar su cuerpo y enfrentarlo.

—¿Qué no te doy miedo? —habló divertido —. Puedo oler tu miedo que crece cada vez que te miro. Ahora mismo te sientes asustado fingiendo que no.

Soel retrocedió un paso al verlo avanzar.

—¿Sabes lo que pasa cuando te expones al fuego?

Retrocedió con fuerza al sentir lo que estaba envolviendo su cuerpo y, un fuerte olor a quemado, le inundo las fosas nasales y, un fuerte ruido a las chispas del fuego, le inundaron los oídos.

—Si no quieres quemarte, entonces aléjate de mí.

Nunca había sentido algo como eso. Estaba acostumbrado a sentir muchas feromonas a lo largo de su vida, pero jamás había sentido unas tan fuertes y potentes como las del pelirrojo que le provocaron ganas de vomitar. No fue capaz de hacer ni decir nada más. Lo tomó como que él había actuado primero y decidió retroceder dejando que, aquella discusión, la gané él, pero que no iba a volver a suceder.

Caminó lejos respirando con fuerza porque seguía sintiendo esas feromonas extrañas e intensas. Respiró con rapidez sintiendo su corazón latiendo desbocado, pero que el otro estaba fresco como una lechuga.

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Comments

kelly_Amaeltaekook.💗

kelly_Amaeltaekook.💗

yo con gusto me lanzo beibi/Hunger/

2024-12-31

1

kelly_Amaeltaekook.💗

kelly_Amaeltaekook.💗

HAKSHSKAJS DEJENLO

2024-12-31

1

Se las aplicó 😂😂😂😂😂

2024-06-24

1

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