UN DULCE AROMA A CARAMELO [OMEGAVERSE]
El Omega
El Alfa:
En esta vida, hay muchas cosas positivas como otras totalmente negativas.
Algunos consideran que el tener dinero es algo más que positivo por tener el pensamiento de que el dinero es capaz de resolverlo todo y jamás provocar tristezas.
Otros creen que el cruzarse con un gato negro es algo horrible, de muy mala suerte y algo negativo se le mire por donde se le mire. La simple oscuridad de aquel animal a algunos les puede poner la piel de gallina si se les aparece en medio de la noche.
Todo depende del pensamiento de las personas y todos tienen diferentes pensamientos, creencias y sobre todo una forma diferente de ver lo que es la vida. Para algunos la vida es el día a día y nada más, pero para otros es algo arduo, triste, casi como un crucigrama imposible de resolver y con obstáculos que, con cada día que va avanzando, se vuelve mucho más complicado.
Sin embargo, para Bley lo único que era, totalmente, negativo era ser recesivo. Y no ser un poco, sino que por completo. A sus veintidós años, su cuerpo seguía sin tener ni una sola reacción a nada.
No importaba que estuviera rodeado de Alfas todo el tiempo que lo protegían y vivían nada más por él, pues ninguno ni siquiera lo miraba aunque fuera de reojo porque todos tenían conocimiento sobre su condición y, para los Alfas, no había nada más asqueroso y despreciable que un Omega que era recesivo. Muchas veces había sentido algunas feromonas, pero ninguna de todas ellas había despertado esa parte de él, ni siquiera las feromonas artificiales y hace mucho tiempo que había dejado de acudir a terapias o a citas con el médico para mejorar esa parte de él.
Mientras el auto avanzaba por la calle, solo se dedicaba a mirar por la ventana. Diez Alfas siempre andaban con él. Tenían audífonos donde escuchaban todo lo que el otro decía y micrófonos en sus chaquetas que eran casi invisibles para que pudieran hablar.
Sus trajes eran negros y todos medían casi dos metros. Llevaban armas y cada uno estaba lo, suficientemente, capacitado para incluso dar la vida por el hijo del expresidente del país. Nadie decía que fue el mejor presidente de todos, pero nadie negaba el hecho de que era un hombre poderoso, con un gran apellido y con el dinero suficiente que cualquiera querría tener en sus manos.
—Ya estamos llegando, joven Bley —anunció uno de los guardaespaldas, el único que siempre le había dado amabilidad.
El Omega asintió dándole una breve mirada.
Tenía unos conciertos que dar en su ciudad, donde había nacido, así que eso le daba un poco de alegría porque siempre le gustaba regresar y poder recordar a su madre que hace algunos años había muerto.
No dijo nada, prefería nunca hablar y dedicarse a mirar por la ventana mientras imaginaba muchas cosas que estaba seguro que nunca iba a sentir, experimentar o amar. Cerró sus ojos por unos segundos porque estaba cansado de eso. Estaba cansado de ser despreciado, rechazado y excluido. Nunca le gustaba recordar cosas del pasado, pero al final del día siempre lo terminaba haciendo. Prefería evitar todas esas veces donde había sido humillado, no obstante, su cabeza nunca le hacía las cosas sencillas y siempre se lo recordaba todo.
Imaginaba que, por ser un Omega, a todos los Alfas les iba a gustar, pero, conforme el tiempo fue transcurriendo, se iba dando cuenta de que nadie se interesaba por él y, el primer rechazo, llegó cuando solo tenía quince años.
En todas las secundarias habían personas más populares que otras y Erik, un Alfa dominante, era famoso entre muchos por jugar fútbol y ser bueno en todas las materias. Siempre lo había mirado, siempre lo encontraba guapo y tuvo el inocente pensamiento de creer que, si él se confesaba primero, entonces ese chico iba a decir que sí.
Confiaba en las palabras que su mamá le decía cuando pequeño y ella siempre le decía que era hermoso con su cabello rubio, ojos azules y piel blanca, mas no fue así.
—¿Tú? ¿Gustarme? Eres un maldito Omega recesivo, ni siquiera tienes olor, ¿a quién podrías gustarle? —preguntó riéndose sin importarle que todos estaban escuchando y viendo —. De seguro que no eres un Omega, solo eres un Beta aburrido.
Nunca imaginó que, el no tener olor, podría ser algo tan difícil. Nunca imaginó que, el oír que le dijeran eso, le iba a doler tanto, pero le había dolido enormemente.
Soltó un suspiro y observó sus manos unos segundos cuando el auto frenó con fuerza haciendo que las ruedas provoquen ruido. El Alfa que estaba a su lado, coloco su brazo delante de su cuerpo por cualquier eventualidad.
—¿Qué sucedió? —preguntó mirando a todos lados asustado.
—Chocamos a alguien.
—¿Qué?
No dudo en bajarse y avanzar hacia adelante. Sus hombres lo estaban cubriendo, así que no lo vio
—¿Cómo se llama? ¡Lo llevaremos al hospital!
Vio que alguien lo movía en el suelo y dio unos pasos mientras lo sujetaban con fuerza. Habló para que se movieran y fue cuando vio a un hombre ensangrentado por sus heridas. Sus ojos estaban cerrados y no sabía de donde había salido, pero estaba totalmente desastroso e incapaz de ponerse de pie.
El miedo lo dominó unos segundos porque no se movía e imaginó que lo habían matado, hasta que soltó un quejido.
Lo vio abrir sus ojos y vio la oscuridad en ellos que lo observaron con dificultad por el sol, así que se movió un poco. No se veía mal por el choque, más bien se notaba que venía mal desde hace mucho tiempo atrás y que, el choque, lo había rematado de alguna manera. Tragó saliva porque no lo podían dejar ahí como si nada. Ellos lo habían chocado, así que debía hacerse responsable.
—¿Cuál es su nombre, señor? —preguntó mientras les indicaba a sus hombres que debían levantarlo para llevarlo a alguna clínica.
Algunos dudaron, pero al final lo terminaron haciendo y lo levantaron con lentitud. Lo vio mucho mayor que él sin duda alguna y demasiado grande que era evidente el hecho de que era un Alfa dominante.
—M-Maverick —lo escuchó decir con gran dificultad debido a lo mal que se encontraba.
Asintió, a pesar de que no podía verlo y, como iban en dos autos, sus hombres subieron al pelirrojo en un auto y agregó:
—No se preocupe, señor Maverick, lo dejaremos en buenas manos.
Los dos autos avanzaron hasta la primera clínica donde se encargó de que quedará bien y que todos los gastos corrían por su cuenta. No le vio necesario el hacer algo más porque lo del choque había sido un simple topón y ya se había encargado de dejarlo en un sitio especializado.
Se olvidó de eso con rapidez porque luego tenía una nueva presentación y a ese lugar iban antes de haberse retrasado.
Se bajó del auto con sus hombres que lo seguían a todos lados. Lo estaban esperando en los camerinos para vestirlo, peinarlo y maquillarlo un poco igual que en todas sus demás presentación. Sus vestimentas siempre eran perfectas y casi mágicas y sus presentaciones era alucinantes.
Su profesora le hizo estirar un poco mientras le recordaba algunas cosas porque estaban a nada de salir e iniciar todo. Siempre los asientos estaban llenos, pero, a pesar de que era algo que siempre hacía, ahora se estaba sintiendo un poco nervioso. Se sostuvo de la baranda mientras todos los demás bailarines estaban a su lado en un breve calentamiento.
Tenía sus ballerinas de ballet puestas, con unas medias rosadas y encima una falda de color negro de danza clásica. Todos siempre jugaban con el masculino y femenino, era lo que a todos los espectadores les llamaba la atención porque lucían todo más que bien sin importar si eran hombres o mujeres.
Bley tenía su cabello suelto y el rubio brillaba y se notaba suave a simple vista.
Tenía maquillaje en su rostro al igual que todos jugando con colores fuertes. Los últimos retoques estaban más que listos y las personas estaban todas sentadas viendo la cortina roja que cubría todo el escenario. Cuando la música comenzó todos se quedaron viendo el espectáculo más que embelesados. Ninguno desvió la mirada, hasta que todo termino y se pusieron de pie aplaudiendo.
Bley hizo una pequeña reverencia al igual que siempre disfrutando de los aplausos, pues eran las únicas veces donde sentía que alguien le mostraba admiración y, sobre todo, amor y que no les importaba en lo más mínimo el que fuera un Omega recesivo porque lo amaban.
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Holaaa, qué tal? Espero que estén bien y listos para otra emocionante aventura Omegaverse🤩.
No les quiero dar muchos detalles de como será todo, pero la sinopsis lo dice más que claro😥. Van a haber cosas lindas, pero también dolorosas. Lágrimas, pero también un poco de calor por ahí😏 como siempre. Además, antes de leerse esta, deben leerse UN DULCE AROMA A MIEL o no sabrán el por qué de algunas cosas.
En fin, eso es todo. No quiero alargarme mucho, pero espero que la historia les guste😊. Y que Bley y Maverick les agraden y se queden hasta el final para que conozcan su historia. No traeré capítulos de inmediato, pero comenzaré desde el lunes 15, ya que comenzaré a tener tiempo libre de nuevo y poder centrarme en varias escrituras y correciones a la misma vez.
Nos estamos leyendo❤.
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Comments
Crisbane
De todo el universo de dalia mis parejas protegidas son
Maverick y bley
Slavik y Mika
Prasko y su omeguita🫶🏼❤️
Los amoo❤️😍
2024-10-27
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Crisbane
Dulce aroma a miel es una historia que en verdad duele y mucho pero casi con un torbellino de emociones la termine de leer y jamás voy a perdonar a ese omega por todo el daño 😒💔😭🥹
2024-10-27
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Crisbane
Mi bebé🥺 mi protegido forever🥹🫶🏼
2024-10-27
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