Salió caminando viendo que la mansión era bastante grande. Se cruzó con demasiadas sirvientas y afuera demasiados guardias. No le preocupó mucho aquello, nada más quería terminar con todo pronto porque solo disponía de cinco meses para obtener todo lo que le habían encargado.
Uno de los guardias abrió una puerta y bajaron a un lugar subterráneo donde habían muchas otras personas más y se encontró con cosas que no tenía contemplado. Notó que muchas personas estaban sentadas frente a cámaras mirando todo lo que ocurría en cada parte, habitación y lugar de la mansión. Todos hablaban por micrófonos y habían cámaras térmicas, nocturnas y más. Siguió avanzando y eso no le gustó porque, de aquella manera, todo se iba a complicar mucho más.
La información que tenían del sitio era limitada y, en las tantas pantallas que habían, se veía cada rincón del lugar e incluso donde se realizaban las pruebas de todos los seleccionados.
Vio al padre caminando por algunos puntos y también vio a Bley que salía de su habitación, entonces, notó que, del interior de la habitación del Omega, ninguna cámara había, pero que sí había una que enfocaba directamente a su puerta para ver quién salía y quien entraba.
—Es por aquí —dijo uno de los tipos —. Tienes que dar todos tus datos. Es mejor que no mientas, porque lo sabremos.
No dijo nada, solo siguió caminando donde habían unas mujeres. No las vio débiles en lo más mínimo.
—El jefe no me dijo que faltaba alguien más para las pruebas —habló una de mala gana.
—Es una excepción y especial para el jefe.
Al oír eso, nada más asintió.
—Bien, si es especial para él, entonces nada se puede hacer. Bien, nuevito, dame tus datos para verificarlos en la computadora.
El pelirrojo la quedo mirando unos segundos sin mayor interés.
—Maverick Mantiel.
La mujer asintió y tecleo el nombre donde fue esperando el resultado. Al obtenerlo, se quedó leyendo algunas cosas.
—Bien. ¿Tienes familia? —preguntó para ver lo que decía y coincidía con lo que el computador le decía.
—No, no tengo a nadie, crecí en un orfanato y tomé el apellido Mantiel de nadie.
Ella asintió porque era lo que decía su información. No salía que tuviera hermanos, padres o nadie. Simplemente que había sido abandonado en un orfanato al mes de edad y había estado ahí hasta los dieciocho años. Había estado en la milicia, en el servicio militar y más.
—¿Cuántos años tienes?
—Treinta y uno —contestó un poco aburrido ya del cuestionario.
—¿Trabajo?
—Soy guardia en un supermercado del centro. Llevo tres años ahí.
La mujer lo examinó, pero no era como si fuera a saber que estaba mintiendo y que, toda su vida por completo, era una farsa. Su rostro se veía serio y no tenía ni una sola pisca de miedo, nerviosismo o algo que pudiera delatar sus mentiras. No importaba si lo miraba mucho o incluso si sacaba una lupa para verificar sus facciones.
Bajó la mirada a la computadora que le mostraba todo.
No encontró alguna falla o el sistema le tiró algún error porque todo había sido creado de manera perfecta y sin dejar ni un solo clavo suelto.
Maverick no tenía a nadie en su vida. Se valía por sí mismo y jamás había tenido el apoyo de algún familiar. Incluso le dio un poco de lástima el imaginar como había sido para un niño pequeño el crecer sin su familia.
Tecleo algunas cosas y alzó la mirada de nuevo. Notó que tenía demasiados tatuajes para haber estado en la milicia, pero luego termino asumiendo que todos se los había hecho después de salir. Vio su cuerpo fuerte y que su musculatura era mucha, por ende, debía ir al gimnasio o hacer demasiadas cosas durante el día para mantenerse siempre en forma.
—¿Cómo llegaste a ser guardia? —preguntó mirándolo.
No obtuvo respuesta de inmediato.
—Tomé un curso de dos años.
No le preguntó sobre a que escuela había ido, pues era obvio que en el mismo orfanato donde había sido criado. Le siguió diciendo algunas breves cosas que fue escuchando atentamente para luego recibir la ropa que le daban y ser llevado a su nueva habitación.
Al estar dentro, miró todo el lugar. No era grande y había una cama y baño, además de una televisión. No había ventana, pues estaba en un subterráneo.
Aquello no le gustó mucho, pues, si algo ocurría, iba a quedar enterrado bajo mil escombros.
Entonces, nada más tomó su teléfono para hacer una llamada y, cuando la otra persona contestó, dijo:
—Estoy dentro.
Se escuchó una breve carcajada.
—Muy bien, Maverick. Ya sabes qué hacer porque ya mordieron el anzuelo. Quiero la clave de esa caja fuerte y asesina a todo lo que se interponga en tu camino. No quiero a nadie vivo cuando logres eso, ni al padre ni mucho menos al Omega que tiene de hijo.
—Bien.
—No debes dejar que nadie más se le acerque. No somos los únicos que iremos tras esa caja fuerte, así que asegúrate de ir eliminando el enemigo que se presente frente a ti.
—Descuide, tendré todo vigilado. Esa caja fuerte será de nosotros.
Volvió a escuchar como el hombre soltaba una breve carcajada.
—No tengo duda de ello, eres uno de mis hombres más fieles. En poco tiempo has logrado muchas cosas con nosotros, así que eso será pan comido para ti. Gánate la confianza de ese mocoso y sé un poco simpático. Es un debilucho que no tardará en caer.
—Claro, yo me encargo.
Finalizó la llamada y se sentó en la cama. No hizo mucho, en realidad, no hizo nada, solo se quedó mirando el suelo como casi esperando que algo fuera a aparecer y a aligerar las cosas.
Tragó saliva y simplemente se acostó para mañana poder despertar bien y no tener problemas. No esperaba que todo fuera sencillo, aunque tampoco imaginaba que todo fuera a ser complicado. Tenía más que claro todo lo que debía hacer y, desde el encuentro en el supermercado, había sido planeado. Imaginó que se iban a tardar más en contactarlo, mas no. Todo estaba siendo más rápido de lo que imaginaba.
Se acomodó en la cama y se quedó viendo el techo de la habitación por minutos incontables hasta que sus ojos se cerraron.
Estaba cansado, así que no tardó en entrar en un sueño profundo. Y el dormirse no le costaba ni quitaba mayor esfuerzo a sus noches, sino que el problema comenzaba cuando se dormía y las pesadillas comenzaban. Cuando estaba despierto, podía controlar sus pensamientos, emociones y acciones, sin embargo, cuando se dormía, los recuerdos, miedos, traumas y todo lo malo que Alay había vivido, volvía a salir a la luz.
Disparos…
Llantos…
Muerte…
Sangre…
Ilay…
Su madre…
Y la traición…
Soltó un grito cuando se despertó de golpe. Se sentó en la cama mirando a todos lados y no supo dónde estaba. Todo el lugar era desconocidos para él.
—¿Dónde estoy? —preguntó Alay sin poder entender nada.
Porque, cuando una persona tenía trastorno de doble personalidad o trastorno disociativo, debido a la reacción a un trauma, esto ayudaba a mantener los recuerdos difíciles controlados. Los síntomas, que podía experimentar iban de la amnesia hasta las identidades alternativas, es decir desde Alay hasta Maverick, que eran las dos personalidades que habían en su cuerpo con diferentes historias, gestos, características, diferencias de voz y más.
Muchas veces los cambios de personalidad podían durar solo unos minutos, horas o incluso años.
Para él todo se limitaba al día donde Maverick salía para mantenerlo protegido de los recuerdos crueles y dolorosos, pero en la noche al dormirse, la personalidad auténtica, es decir Alay, regresaba.
No sabía lo que estaba pasando y se puso de pie viendo su cuerpo y sobre todos sus brazos porque, cada vez que reaccionaba, tenía más y más tatuajes. Intentó buscar algo que lo pudiera ayudar o le brindará un poco de información de dónde se encontraba, mas nada había. Comenzó a pensar en tantas cosas que su cabeza comenzó a doler de inmediato y sintió que se iba de nuevo porque no era capaz de luchar contra ese dolor. No era capaz de seguir reviviendo la muerte de su madre, las palabras de su gemelo ni de pensar en el odio que toda su familia le debía tener.
Llevó las manos a su cabeza y negó una y otra vez.
—No puedo… —sollozó —. No puedo con este dolor…
Cayó al suelo de rodillas sintiéndose derrotado en su totalidad. Sintió que comenzaba a separarse de sí mismo y de sus emociones y que alguien más iba saliendo para él irse a la oscuridad. Comenzaba a sentir la presencia de alguien más en su cabeza y que comenzaba casi a ser poseído por ese alguien.
Cerró sus ojos con fuerza y…
Maverick se puso de pie mirando a todos lados. Su rostro estaba en calma y no se volvió a tirar en la cama. Nada más se quedó de pie apoyando su espalda en la pared esperando que la alarma sonara y Alay se mantuvo en la oscuridad.
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Updated 97 Episodes
Comments
Stefy
illay hdp😠
2024-09-08
2
Alisson Romero
Alay mi amor ❤️✨🥺
2024-07-28
5
😢😢😢😢😢
2024-06-24
1