capitulo 8

Después que clara se fue, Robert por mero impulso se dirigió hasta el apartamento de su exmujer y como un loco desesperado tocó la puerta repetidas veces, Angélica, que no esperaba a nadie, se sobresaltó, para luego notar que era Robert, pensó que era algo importante o urgente por lo que abrió de inmediato, pero este fue tan irreflexivo que casi hace caer a la chica al entrar con una fuerza violenta.

—¿qué te ocurre?. — la mirada de Angélica estaba asombrada

— ¿por qué le muestra las fotos de cuando estuvimos a clara?.— exclamó Robert, mientras una vena se inflama en su frente.

— ¿qué dices?, ¿cuáles fotos?.— dejo ver la cara de sorpresa e incredulidad

— yo sabía, que tú dormiste esa noche conmigo, por qué tu argolla quedó en la sabana, además que tu aroma estaba en mí, pero no me acuerdo de nada.— la rabia y desprecio con el que hablaba, era más que doloroso para cualquiera a quien se dirigieran con la misma frialdad y despotismo

— Te lo juro, no he hecho nada.— trato de explicar una vez más.

— eres una mentirosa, tenías todo planeado, tú me embriagaste para esto.— Robert, tenía una postura a la situación y no cambiará tan rápido de parecer.

— "no se dé qué hablas".— trataba de convencer a alguien que estaba cegado por el enojo

— pensé que eras diferente, todos estos años me hiciste creer que eras una persona de admirar, hasta me sentí culpable por no corresponder a tu amor, pero resulta que eres una oportunista que ama jugar sucio.— la mirada de Robert era tan demostrativa que alejas se notaba el fastidio que tenía respecto a la situación

las palabras de Robert le daban a Angélica dónde más dolía, pero sabía que esa imagen que tenía en ese momento Robert de ella no iba a cambiar, por lo que de tanta desesperación y aflicción, al ver cómo los ojos a los que ella había amado lo miraban de una forma tan infame, por lo que manifiesta con un nudo en la garganta.

— si, yo te embriague, te seduje, te lleve hasta tu cama, también contrate a alguien para que te tomara fotos, feliz, ¿eso quería escuchar?, pues está bien, "fui yo", la tonta que solo ha hecho amarte y nada más, ahora sal de este apartamento y no vuelvas a poner un pie más en el.

— eres una p3rr@ miserable, no mereces que nadie te ame...

Antes que este terminará de hablar, una fuerte bofetada hizo confinar lo que Robert tenía para decir, luego exclamó con dolor en el alma.

— vete de mi vista, no quiero verte, no puedo creer que cinco años y no me conozcas, pero que va si siempre has tenido solo ojos para "ella", me duele el alma, saber que soy esa clase de persona en tu corazón.— dijo estás palabras con la voz quebrada y el corazón hecho trizas.

Estás últimas palabras dejaron a Robert sin expresión, pero antes que este preguntará a qué se refería, fénix entro a toda prisa, se acercó a Robert y lo saco de aquel lugar, para luego cerrar la puerta, con él dentro, rápidamente se acerca a Angélica quien se ve pálida y un poco cansado, la toma con delicadeza y la recuesta con mucho cuidado, con su mano empieza a echar fresco sobre ella, mientras Angélica pone su cabeza, sobre el hombro de fénix y le dice.

— ¿que he hecho mal?, toda mi vida he intentado ser una persona cariñosa, meticulosa en todo lo que hago y siempre soy la mala, siempre tengo que arruinar todo en Robert.

— cálmate, no digas eso, eres una gran mujer, sabes, nunca había conocido una mujer tan valiente y comprometida con las cosas como tú, por favor deja de darte duro a ti misma y valórate, no esperes que nadie te vea grandioso cuando tú misma te desprecias y te vez como alguien insignificante.

— lo sé, pero siempre soy yo la que tiene la culpa.

— prométeme, que desde mañana serás una mujer positiva, recuerda que no estás sola, ahora tienes una pequeña vida en ti, debes saber que el percibe tus emociones.

— Está bien.

—promesa de meñique.

Angélica deja escapar una sutil sonrisa mientras toma el dedo de Fénix y dice.

— promesa de meñique.

— ahora, espérame aquí, te prepararé una hermosa y deliciosa cena para que te chupes los dedos.

— gracias, pero no tienes que hacerlo.

— no escucho nada, hay alguien hablando, creo que no, ahora solo siéntate a esperar la cena.

Al cabo de una media hora, fénix se acerca con un hermoso plato bien emplatado, a simple vista y olfato, era un delicioso plato.

Angélica se comió todo, que le fue extraño, que no le dio ganas de vomitar, cuando se quiso levantar de la mesa Fénix la quedó mirando y le dice.

— mi primo no es una persona mala, solo el ya no confía en nadie, todas las personas que dicen amarlo lo utilizan, deberías darle una oportunidad y tratar de que toda fluya en ustedes, además que no se les debe olvidar que tienen un hijo en camino.

— ¿pero cómo hago?, si haga lo que haga siempre voy a ser la mala en los ojos de el.

— solo ignóralo, el le duele y se siente menos cuando lo ignora, su vida está llena de inseguridad, el mismo vendrá a ti pidiéndote atención, ignóralo hasta que lo tengas a tus pies, ahora duerme tranquila, yo hablaré con el.

Después de esta conversación, Angélica quedó más tranquila, pues Fénix sabía cómo hacer que ella controlará sus emociones y sus malos pensamientos, después de todo observo a su barriga, mientras la acaricio dejando caer una lágrima, pero de felicidad mientras dijo en voz alta.

— gracias por darme razones para continuar, serás mi motor y juntos lograremos todo.

Dejo de observar su pancita para luego dirigirse a su habitación, estaba tan exhausta que no supo a qué hora se quedó dormida, sin activar la alarma .

A la mañana siguiente su teléfono no dejaba de sonar, una llamada tras otras llamadas entraban al teléfono volviendo a Angélica desesperada al contestar una voz le hizo estremecer.

— Dónde estás, por qué dejaste a tu esposo, eres una tonta, no fuiste capaz de mantener una familia, no deberías llevar mi apellido, ahora busca a Robert y dile que te perdone, si es de arrodillarte hazlo, pero no tienes permitido dejarlo.

Colgó la llamada, pero antes de poder sentirse triste y afectada por esas palabras noto la hora y se dijo.

— ahora voy tarde para el trabajo y no tengo tiempo de ponerme a llorar por esto, esa es mi madre y no va a cambiar.

Por otro lado, Robert se sentía mal por todo lo que le había dicho a Angélica, además que no dejaba de pensar en la cara de ella y le parecía que su reacción fue de sorpresa como si no estuviera enterado de nada, luego se cuestionó a sí mismo.

— Clara tiene más de 5 años conmigo, y logro engañarme sin que yo sospechara, ahora que tal que ella tuviera la casa vigilada, creo que aquí la única víctima en todo esto es Angélica, dejo pedirle disculpas.

Este caminaba de un lado a otro sin dejar de mirar la entrada de la empresa, pero nada que aparecía, por otro lado, Mario no dejaba de hacer lo mismo, cosa que incómoda muchísimo a Robert y por más que quería enfrentarlo era muy orgulloso para pelear por algo tan trivial.

Al cabo de dos horas llega casi corriendo Angélica con muchas cosas en las manos, Mario y Robert salen de inmediato a ayudar, pero sorpresa, Fénix llega primero que ellos, y tomo todo lo que está carga en sus manos, mientras le regala una sonrisa y le pide que saque algo de su bolsillo, está mete la mano con timidez y se pone muy feliz a ver qué era las llaves de su nuevo almacén, dónde podrían guardar y organizar mejor el trabajo.

Robert se acercó a ellos y se dirige a Angélica, debemos hablar.

— soy todo oídos.

— a solas.— exclamó Robert, mientras mantenía la mirada en el suelo.

— No hay nada que hablar contigo.

— solo quiero que hablemos, creo que me excedí un poco.

—créeme que no me importa ya estoy acostumbrada ahora por favor vuelve a tu puesto de trabajo y espérame que ya voy para allá hay mucho que debemos hacer y esos son cosas personales de las cuales no se deben hablar en horario de trabajos, así que por favor espérame en tu puesto ya llegó.—la frialdad de las palabras de Angélica dejaron sorprendidos a ambos, pues, fénix ni Robert le habían escuchado hablar con tanta determinación.

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