capitulo 7

A la llegada de Mario y los tres integrantes, Angélica se presenta diciendo lo siguiente.

—hola, mi nombre es Angélica, él es Robert y creo que a Mario ya lo conocieron, junto a ustedes seremos un equipo, espero podamos llevarnos bien, ahora por favor me dicen su nombre.

— yo soy rob

— yo Marian

— yo soy Raúl, y será un placer trabajar con ustedes.

— El placer será para mí, — agrega Angélica con una sonrisa.

Cuando todos se organizaron, Robert no dejaba de mirar a Angélica y lo linda que se ve cuando está concentrada, pero le molestaba que Mario estuviera siempre con ella, por lo que pensó.

— A caso es un chicle o que.

Robert, organizo los materiales y llamo a Angélica para que tomara la decisión de cuál le gustaba más.

— Ángela, puedes venir para que elijas los materiales, — no sabía qué decir Ángela, en vez de su nombre completo sonaba tan bien.

— voy— escuchar decir a Robert Ángela, le dio una sensación de alegría que tuvo que ocultar porque no debía hacerse ilusiones con la pareja de otra persona.

Mario al percatarse de esto se dirige a dónde Robert, pues no quería dejar que estos tuvieran la oportunidad de estar solo, Angélica caminaba, cuando de repente no se fijó en unos cables que estaban enfrente de ella enredándose y haciendo que esta cayera de manera brusca sobre su barriga.

Mario, quién estaba cerquita de ella de inmediato, corrió para cogerla, pero cuando quiso levantarla en sus brazos, Robert lo empujó tomándola en los brazos de él, mientras salió corriendo de aquella oficina directo al hospital. Al llegar noto, Angélica aún estaba inconsciente, ya que su cabeza cayó sobre uno de los materiales, el cual era muy duro, entró como loco al hospital gritando y pidiendo ayuda, en donde las enfermeras lo escucharon y salieron de inmediato con una camilla cuando él le dio el diagnóstico se la llevaron de manera urgente.

Al cabo de unos minutos, está volvió del desmayo y el doctor de inmediato le dice.

— no te paso nada grave, pero tienes un embarazo de alto riesgo, así que lo mejor será que guardes reposo por el bebe.

— gracias, ahora me puedo ir.

— haré pasar a su esposo para comentarle y decirle cuáles son los cuidados que debe tener.

—¿esposo?

— si el señor Robert.

— no, él no es mi esposo, ni debe por qué saber que estoy embarazada, él es un compañero de trabajo.

— lo siento, lo vimos tan preocupado que pensamos que era su esposo.

— Nada de esto debe saberlo él, okay. Dijo mientras le regalaba una sonrisa al doctor 

— no se preocupe mi deber como doctor es no ser imprudente y ser discreto.

Cuando Roberto vio Angélica salir de la habitación de inmediato se levantó de la sala de espera y corrió hacia ella para preguntarle.

—¿todo está bien?, ¿seguro que no hay nada?.

— sí, gracias por traerme, ahora voy a volver a la oficina.

— deberías irte a descansar, yo me encargo del trabajo.

— pero, debes descansar.

— te preocupas por mí.

— claro que sí, como me preocuparía por cualquiera que estuviera en la misma situación.

— No, no tienes por qué hacerlo.

Angélica sentía que se le partiría el alma por la forma en la que le habla a Robert, pero si quería sacarlo del corazón, debería tratarlo con indiferencia y así él dejaría de ser más amable con ella.

Esta iba a tomar un taxi, pero Robert le dice.

— yo te llevo.

— gracias por lo que hiciste, pero no es necesario, ya estoy bien.

— de verdad déjame llevarte, vamos para el mismo lado, y así contaminaremos menos.

Después de analizar la situación pensó para sí misma.— creo que debo irme con él, ya que fue amable en traerme.

— ¿qué dices? "vamos", — comenta Robert, mientras abre la puerta del auto.

— Está bien, gracias de nuevo.

— tranquila.

De camino a la empresa, nadie chisto una palabra, aunque de vez en cuando ambos se quedaban mirando aprovechando que la otra persona estaba descuidada, al llegar a la empresa, todos estaban preocupados por Angélica, ya que nadie había informado nada al respecto.

Mario al ver que llegó sé a balanceo sobre ella, mientras le tomaba de las manos y le pregunta.

—¿no fue nada grave?

— tranquilo, no paso nada, solo un simple desmayo.

— lo siento fue mi culpa, no debí dejar esos cables allí.

— no creas, fue culpa mía por no fijarme por dónde camino.

Robert, no dejaba de pensar en lo chicle era Mario y tampoco entendía ¿por qué se preocupaba de esa manera por ella?, si solo eran amigos. La tarde transcurría de manera normal. Fénix, al enterarse de lo sucedido, se acerca a la oficina y llama a Angélica, mientras le dice con voz baja.

— ¿segura estás bien?.

— sí, solo fue un simple desmayo.

— ¿no le pasó nada al bebé?, me dijeron que caíste de barriga.

— No, solo debe tener cuidado para que nada esto vuelva a pasar, sus latidos y su respiración salió bien, en la ecografía de ultrasonido, solo deja de ser tan obvio y gracias por preocuparte.

Ya era la hora de salida, cuando Robert, se acerca a esta y le dice.

—vamos te llevo a casa.

— No, no es necesario, me voy con...— esparció la vista para ver a quien veía, y vio venir a Mario hacia ella y dice.— aquí estoy Mario, ya podemos irnos.

— ¿En serio?, vamos entonces.

Cuando se retira está se dice así misma.

— "debo alejarme de él, estar cerca de él no me hará bien, solo me ayudará a confundirme"

Robert apretó la mano hasta que los nudillos se pusieron blanco de la presión, luego dijo en voz alta.

— ¿Qué estoy haciendo?, debo estar volviéndome loco.

Cuando Angélica llegó a su departamento vio a una mujer, esperando en su puerta, se despidió de Mario y le dijo a la chica que estaba de espalda.

— ¿se te ofrece algo?

—sí, — clara, voltio a ver a Angélica mientras le observa la barriga

Angélica retrocedió y le dice, — ¿qué quieres?.

— Estás embarazada de Robert y crees que con eso puedes tenerlo.

Angélica, que vio que un carro se acercaba, abrió rápido la puerta y empujó a clara adentro, cerrando la puerta de inmediato, mientras le dice 

— Robert no sabe, ni tiene por qué saberlo.— dijo con voz triste.

— como no le has dicho nada.— se escucha sorpresa en la voz de clara.

— No, no quiero que se dañe la relación que hay entre ustedes, te pido, no le digas nada, yo no me meteré en ustedes dos jamás.

— espera eso quiere decir, — clara hizo una pausa y pensó a sí misma— eso quiere decir que no le has dicho nada y que yo puedo inventar algunas cosas para volver con él.

— que quiere decir.

— no nada, ya te darás cuenta.

Clara salió del departamento dirigiéndose hasta el de fénix, quienes llegaron mientras ella hablaba con Angélica.

La puerta se abrió y vaya sorpresa que se llevó Robert, al ver parada a clara frente de él.

— que haces aquí.

— necesito hablar contigo

— no tenemos nada que hablar, solo vete.— dio media vuelta cuando está, lo toma del pantalón, cayendo al suelo y dice.

— perdóname, al principio si pensé en aprovechar de tu fortuna, pero luego me enamore, no sé cómo sucedió, solo perdóname sí.

— como dices eso, yo siempre te fui fiel, siempre.

— pues eso no es cierto, tú estuviste con Angélica unos días antes que yo.

— como dices eso.

— ella me mostró, esta foto, — saca unas fotos, dónde claramente se ve a los dos teniendo relaciones.

— pero, — Robert hecho memoria y recordó, cuando fue, por lo que se dirigió al departamento de Angélica, pero clara lo detuvo mientras le dijo.

— por favor, no le digas nada, ella solo lo hace por qué te quiere, solo permite que hable contigo.

Robert sentía una presión en el pecho, quería llorar y no podía de la misma rabia que tenía, hizo pasar a Clara y le dijo que tienes que decir.

— quiero que volvamos, haré todo lo que quieras, yo me encargue de abrir a Jonatán, ahora por favor perdóname sí.

Robert se quedó mirando a Clara y le dijo.

— No puedo, además tú también deberías estar resentida conmigo, yo también te fallé, todo esto me hizo dar cuenta que no te amo, solo me acostumbré a ti, también quería llevarle la contraria a mis padres, quería elegir por amor, y eso haré.

— pero tú me amas.

— creo que en algún momento lo hice, ahora ya no, trataré de encontrar a alguien que me ame y que yo ame, ahora por favor vete y no vuelvas más, si te preocupa que te eche a la calle deja esa preocupación porque mañana mismo todo lo que estaba bajo el nombre de los dos pasará a nombre tuyo, pero por favor no me busques más.

—¿estás seguro de lo que me estás diciendo?.

—creo que es la primera decisión en mi vida que tomo en la que estoy tan seguro.

—haré que te arrepientes, me vengaré de ti y de cualquier mujer que se acerque a ti, seré tu sombra y la de esa mujer no permitiré que seas feliz con nadie.

—qué dices te has vuelto loca.

—ya lo verás, te arrepentirás y haré que te traigas cada una de tus palabras.

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