capitulo 6

Esa misma tarde, fénix informa que habrá una reunión de bienvenida para Angélica, Robert y Mario, por lo cual Angélica dice no poder ir, ya que sabe que siempre hay alcohol y ella prefiere no tomar por miedo a que algo le pase a su embarazo.

Pero por más que insistieron ir no tuvo otra que aceptar la invitación, era la hora de salida y todos se dirigen, hacia el bar más cercano, al llegar pidieron comida y bebidas alcohólicas, cuando de repente se levanta el jefe de la zona 2 y dice.

—vamos a darle la bienvenida a estos tres personas que hoy nos acompaña y aunque sé que dos no serán por mucho tiempo, sabemos que si Angélica logra un buen resultado en su proyecto será parte de nosotros.

Todos toman las copas sin incluir a Angélica, por eso rosa, la recepcionista, dice.

—Angélica brinda también, — entre risas y aplausos, hizo que todo comenzarán a decir, — que brinde, que brinde.

Cuando Angélica quiso tomar su primer sorbo de su copa, Mario le quita la copa y dice brindaré por ella, entonces se levanta de la mesa y dice.

—brindemos porque este proyecto salga bien y todos nos llevemos de maravilla.

Esta razón de Mario hacia Angélica hizo que Robert se preguntara si había algo o había ocurrido algo en ellos, así transcurría la noche y Roberto no podía apartar la mirada de Angélica y Mario verla tan feliz le daba tristeza en su corazón y él sabía que no era porque ya estuviera feliz sino porque hay un hombre el cual le había hecho sonreír más en unos minutos que él en 5 años.

— ¿por qué será que me duele más ver a Angélica, sonreír, con este idiota, que cuando me enteré lo de clara?. No merezco a Angélica, sé que ella dio todo y yo no puse nada.— pensó Mario, mientras comía con desagrado.

Cuando todo se fueron, quedó Mario, fénix, Robert y Angélica, estando ya en la salida, Mario se acerca a Angélica y le dice.

— vamos, yo te llevo hasta tu casa, — pero cuando Mario toma el bolso de ella, inconscientemente Robert, se lo quita y agrega.

— yo la llevaré.

— no es necesario, me iré con Mario, — responde Angélica mientras se dirige al auto de Mario, pero es sorprendida, cuando Robert, la toma de la muñeca y le dice.

— nosotros te llevamos, yo me quedaré con fénix y si te recuerdo vives frente a él, para que molestar a tu "amigo".

—pero, está bien, Mario, gracias por todo, nos vemos mañana en la empresa, que pases buena noche.

— está bien Angélica, cuídate, — se acerca a esta para darle un beso en la mejilla, pero antes que logré llegar, Robert la jala hacia él, para luego caminar y hacer que se subiera al auto. La cara de Mario fue muy graciosa, ya que justo antes de llegar a la mejilla noto que su objetivo ya no estaba, por lo que solo se puso las manos en la cintura y sonrió.

La reacción de Angélica después que llegaron al auto fue.

— "suéltame, que crees que haces".

— perdón, solo que él es extraño.— agrega Robert con una mueca en el rostro.

— tal vez extraño para ti, pero no para mí, en este momento eres más extraño tú que él, así que no te creas importante por ser mi ex.

Dicho esto se subió al auto, dejando sorprendido a Robert, por sus palabras que aunque le dolieran eran más que ciertas, al llegar al departamento, fénix se baja y le abre la puerta a Angélica, mientras la acompaña hasta su puerta y le dice.

— Recuerda que no debes coger rabia, además Mario sabe de tu embarazo cierto

Angélica sabía que no podía ocultar eso, ya que él fue evidente. Por lo que responde 

— Él, me ayudó en el hospital un día que tenía náuseas matutinas, desde ahí le di mi número y no nos habíamos visto hasta hoy, — por eso tengo agradecimiento.

— oh, está bien, solo si no quieres que mi primo se entere, dile que sea más discreto o todo se revelará.

— Está bien, gracias, que duermas bien.

— igualmente.

Después que todos estaban en sus respectivos departamentos, Robert pregunta.

— ¿que tanto hablabas con Angélica?.— exclama mientras lo mira esperando una respuesta de inmediato.

— cosas de trabajo, además que no te incumbe, que hable yo con ella.

—solo pregunto por curiosidad, y también viste que cercana se ve con Mario, dónde lo habrá conocido, — sin darse cuenta estaba hablando en voz alta, por lo que cuando levanto la mirada se encuentra con los ojos fulminantes de su primo, por lo que agrega.

— que, solo tengo curiosidad, es malo eso.

—¿ no será que te molesta ver Angélica, con otra persona?.

— que dices te has vuelto loco, solo me pareció extraño

— sí, sí, claro.

A la mañana siguiente, Angélica interrumpe , en el departamento de fénix y le dice.

— ¿Me puedes llevar?, ayer dejé el auto en el estacionamiento.

— claro, siéntate mientras preparo el desayuno.

— está bien.

Cuando todo estuvo preparado, fénix llamo a Robert, a desayunar quien de inmediato bajo y se quedó viendo a Angélica sentada en el sofá, sin saludar, toma asiento y se dispone a comer, Robert, que noto la tensión, invito a la chica a tomar asiento con ellos, quien en un principio se resiste, para luego acercarse con timidez.

 Fénix le sirve huevos mexicanos, con unas torrejas de pan y una tacita de avena cocida.

Cuando Angélica se dispone a comer El fuerte olor del huevo inunda sus fosas nasales haciendo que esta quiera vomitar, por lo que se levanta de inmediato de la silla y sale corriendo dirección hacia el baño.

Todos se quedan preocupados, por lo que fénix se acerca a la puerta y le pregunta

—¿estás bien?, quieres que llame a un doctor.

—no, no te preocupes, solo la comida de anoche me cayó mal.

— ¿segura que es eso?, — el tono de la voz de fénix era de incredulidad.

— no te preocupes, ya salgo.

Al cabo de unos minutos, está sale y dice 

— Vamos, estoy bien, disculpe por hacerlos esperar.

— no es nada, — responde de inmediato fénix.

— ¿seguro que estás bien?, — interrumpe, Robert, dando un paso hasta ella y tocando su frente, hace que ella se quede casi que paralizada.

Después de unos minutos esta reacciona por lo que da un paso hacia atrás y dice muy segura

—estoy bien, no te preocupes sin razón, ahora por favor vámonos.

Los padres de Angélica, que apenas se habían enterado de lo sucedido con el matrimonio de su hija, estaban furiosos y por más que intentaron comunicarse con ella no pudieron dar con su paradero ni siquiera rastreando.

Al llegar a la empresa, en toda la entrada se encontraba Mario con dos vasos en su mano, uno con café y otro de un té con leche, al ver esta cena Robert puso mala cara, pero trató de disimularla lo más que pudo.

—Buenos días, Angélica, ¿cómo amaneciste?.

— bien, gracias por preguntar.

— toma, este té, es para ti, — lanza el vaso hacia ella mientras le regala una sonrisa que es devuelta con el mismo agrado

esta escena tenía incómodo a Robert por lo que se metió por el medio de los dos y dijo permiso que llegó tarde y no tengo tiempo para estar viendo estupideces.

A la entrada del despacho de Angélica, vaya sorpresa, Mario había organizado todo de una manera impresionante, por lo que esta se sintió feliz.

Pero esta situación ponía aún más incómoda a Robert, quién no sabía cómo actuar para disimular su incomodidad, aprovechando que Mario no había entrado y que los otros miembros aún no habían llegado, se acercó Angélica y le dice.

—¿qué crees que haces con ese tal Mario?, no me cae para nada bien, así que aléjate de él.

Estas palabras pusieron furiosa Angélica, por lo que solo respondió—ayer te dije que dejaras de meterte en mi vida, además Mario me ha demostrado ser muy buena persona y considerada, así que no te permito que hables mal de él enfrente mío, ya que tú no eres nadie para cuestionarlo

—tú, —antes que Robert pudiera terminar de hablar, la puerta se abrió para encontrar sus ojos frente con Mario y los otros tres integrantes que justo llegaban hoy.

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