capitulo 4

La mente de Angélica no asimilaba nada de lo que le pasaba. Esa tarde, sus pensamientos se centraron en Robert y no podía quitárselo de la cabeza, aunque él estuviera tan lejos y supiera que tenía a otra persona con la que siempre había mantenido una relación. Sentía que su vida no tenía sentido. Estaba sumergida en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que Fénix había entrado por la puerta de su oficina.

— ¿Cómo la estás pasando? —preguntó Fénix.

—Bien, gracias por preguntar.

— Iba a invitarte a almorzar, pero llegó mi padre y tuve que ir con él. Mañana, ¿aceptas ir a almorzar conmigo?

—Tranquilo. ¿Qué hora es? Se me olvidó almorzar —pensó Angélica mientras observó el reloj y notó que eran las cuatro de la tarde.

— Te llevo a casa —añadió Fénix mientras le regaló una sonrisa.

— Pero no sabes dónde vivo —respondió Angélica de manera inmediata.

— Pero puedes darme la dirección, ¿o acaso se te olvidó?

Ambos empezaron a reír, ya que las expresiones de Fénix eran graciosas, lo que era imposible no seguir su humor.

—Vale, vamos. Así llego más rápido a casa. Y a propósito, ¿me puedes dar la propuesta que no aceptaron? Quiero echarle un vistazo y ver si es viable y se puede mejorar.

—Dale, entonces primero iremos a mi casa, ya que la propuesta está allá.

— Vale, pero no está muy lejos de mi casa.

— Ya verás, vamos.

Después de subir al auto, Angélica se quedó dormida, por lo que no notó que el auto se dirigía en la misma dirección. Después de unos cuantos minutos, el auto se detiene y mientras Fénix también estaciona su mirada en Angélica, observa su belleza, tanto interna como externa, para luego tomar su brazo y con delicadeza decirle:

— Angélica, despierta, hemos llegado.

Él abre los ojos, sin notar que estaban enfrente de su casa. Ambos caminan en dirección a la casa de Fénix. Al entrar, exclama:

— Tiene la misma decoración que la mía. Parece que la hubiera hecho el mismo diseñador.

— Puede ser — exclama entre dientes y sonrisa.

Al tomar los papeles, Fénix le dice:

— Te invito a tomar una copa de vino.

— Lo siento, no puedo.

— ¿Por qué? ¿Acaso estás embarazada o eres intolerante al alcohol?

— Creo que las dos cosas — responde Angélica mientras baja la mirada.

— ¿Cómo? ¿Es de mi primo o qué? — Fénix estaba confundido—. Espera, por favor, explícame, ¿estás embarazada? ¿Por eso te dejó Robert? ¿No es de él o no sabe que lo estás y por eso te dejó?

Estas palabras dejaron sin respuesta a Angélica, pero Fénix no dejaba de mirarla esperando una respuesta. Por lo que Angélica no tuvo otra que explicar.

— Por favor, siéntate. Lo que pasa es que tu primo y yo nunca habíamos tenido relaciones, pero un día yo estaba tomando y él llegó un poco bebido y me dijo si podía acompañarme, pues yo le dije que sí y después dormimos juntos. Yo me levanté antes que él y me fui a mi habitación y él nunca preguntó nada al respecto. Puesto que éramos esposos desde hace 5 años, esa fue nuestra primera vez.

— ¿Y por qué no le comentaste?

— Tenía miedo de que me acusara por haberme embarazado. De seguro me culparía por todo, diría que lo hice a propósito y ya estoy cansada de ser siempre la culpable de todo lo que le pasa.

— Pero...

— Por favor, prométeme que no le vas a decir nada.

— Pero...

— Por favor, él ama a Clara y no quiero que se separen por mi culpa.

— Está bien, pero no piensas volver más.

— No pienso quedarme aquí para siempre.

— Está bien, no diré nada, pero creo que lo mejor es que se lo dijeras.

— Por favor, llévame a casa y gracias por todo.

— Está bien, vamos.

Al salir de la casa, este le señala la casa del frente y le dice:

— Cuidado, no se pierda.

— ¿Qué? ¿Cómo? ¿Somos vecinos?

— Sí, yo le vendí la casa a mi primo.

— Oh, ya veo, por eso son tan similares.

— Tienes razón.

— Gracias, Andrés, por todo. De ahora en adelante ya no te diré Fénix, solo Andrés.

— Me alegro, no hay de qué. Ahora descansa y cena, sabes que es esencial para tu bebé.

Estos se despiden y Angélica, al mirar el proyecto, se da cuenta por qué no lo aceptaron y se dice a sí misma:

— Haré ese proyecto mío, solo lo modificaré. La idea está bien, solo los planteamientos y materiales están mal, pero de eso me encargo yo.

Se iba a preparar un sándwich cuando su teléfono sonó, por lo que se dirigió hacia él para mirar quién escribió. Desde hacía mucho tiempo nadie le escribía, ya que no tenía vida social. Mientras desbloqueaba el teléfono, pensó:

— ¿Quién se acordaría de mí? Incluso me sorprende un mensaje a estas horas.

Al ver la bandeja de entrada, se sorprendió al recibir un mensaje que, a pesar de todo el amor que le tenía a Robert, nunca imaginó que él le enviaría:

— ¿Cómo estás? Espero que estés de maravilla y estés cómoda.

Angélica no sabía si responder y, si lo hacía, qué le diría. Después de tanto pensar, respondió:

— Estoy bien, gracias por preguntar. La empresa es muy bonita y Andrés es muy amable.

Después de unos minutos, Robert respondió en forma de pregunta:

— ¿Andrés? ¿Quieres decir mi primo? O sea, ¿tu jefe?

Aunque Angelica no entendía la respuesta de Robert, no le preguntó y se limitó a decirle:

— Sí, de hecho me va a ayudar para que me aprueben un proyecto.

La respuesta fue inmediata:

— Es raro. Él no permite que nadie lo llame por su nombre, y menos alguien que acaba de conocer. Bueno, que tengas buena noche.

Esta vez, ella se limitó a responder, dirigiéndose a la cocina para preparar su sándwich.

A la mañana siguiente, Robert se encontraba alistando unos papeles de la empresa de su padre y su tío, y posteriormente, de la empresa en la que trabajaba Angélica.

Cuando ya estaban todos listos, vio llegar a su padre con su tío y con su primo Fénix, lo que le pareció extraño y un poco confuso. Les dio la bienvenida y pidió a la secretaria que les trajera té para todos.

Viendo Robert que ellos tomaban asiento y le pedían por favor que hiciera lo mismo, asentía a una sensación que no le gustaba para nada, ya que siempre que se reunían era para pedirle algo, del cual él nunca estaba de acuerdo.

—Hablen. ¿Qué los trae por aquí a esta hora de la mañana? —preguntó Robert un poco extraño e indeciso.

—Como estás, hijo. Yo también te extrañé —replicó su padre en forma de reclamo.

—Padre, créeme que me alegra verlos, pero me intriga más saber qué planean.

En ese momento, Fénix agregó:

—Bueno, ya que quieres ir al grano, te lo diremos. Ayúdanos a dirigir un proyecto. Es de Angélica. Esta mañana en la empresa nos mostró un proyecto que ella modificó, pero todo está relacionado con tu empresa. Es muy viable, es la mejor propuesta de trabajo que hemos tenido en los últimos años.

—Y por qué me buscan a mí, hay muchas empresas que se dedican a lo mismo —respondió Robert, mientras se daba la vuelta para seguir con su día, pero su padre le dijo:

—Solo te pido que la ayudes una vez, te recuerdo que ella tiró sus sueños por ti. Solo permite que este proyecto le salga bien. Solo si tienes remordimiento de todo lo que ella perdió por ti.

—Padre, no te confundas, ¿o acaso se te olvida que fue ella y ustedes que estaban de acuerdo que me casara con ella, además que yo nunca le di esperanza?

—Sé que esa parte es mi culpa y de sus padres, pero ella dejó todo por ti. Hasta después de divorciada, hizo lo que tú le pediste. Se fue como una criminal como si se escondiera de algo. Por una vez en tu vida, sé humano y haz algo por quien te amó sin pedir nada a cambio —la voz de Omar se alzó tanto como pudo, haciendo que de su frente una vena se abultara.

Más populares

Comments

yinnere

yinnere

esta parte esta confusa, como que al día siguiente y no tendría que haber tomado un avión y todo eso

2024-08-21

0

Carlos Andrés Caro torrecilla

Carlos Andrés Caro torrecilla

así hora que bobo

2023-06-06

2

Carlos Andrés Caro torrecilla

Carlos Andrés Caro torrecilla

q bueno

2023-06-06

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play