capitulo 10

Fénix vio cómo Angélica se quedó dormida después del calmante, por lo que apoyo su mano en él ante brazo y le dijo.

— Sé que eres una mujer fuerte, pronto superarás todo y aunque no te conozca muy bien, puedo notar tu amabilidad y tu deseo de ayudar a los demás, desde hoy no estás sola, me tienes a mí y trataré de detener todo lo que te haga infeliz, descansa que ya verás que todo mejorará.

Al cabo de media hora, fénix acababa de comprar frutas cuando vio a Mario venir con la señora Tamara, por lo que se detuvo y espero que estos se acercará a él y le preguntarán.

— Como está Angélica.— pregunta Mario con tono de voz preocupada.

— Ella está bien, pero está un poco alterada por la pérdida del bebé.

— que perdió a su hijo, ahora con que va a recuperar su matrimonio.—dijo la señora mientras le daba una mirada fulminante a Fénix.

— ¿cómo puede estar pensando en ese ahora?, su hija casi muere, tuvieron que ponerla en como inducida mientras descartaban cualquier anomalía y usted solo piensa en el matrimonio.

Mario mira a la señora y le dice.

— señora Tamara, lo más importante ahora es su hija, si ella tomó la decisión de dejar a Robert y no luchar fue por algo, así que olvídese de ese tema. Por favor, vaya a descansar.

— Está bien Mario, solo por qué me lo pides tú, yo me voy me cuentas si algo pasa, no quiero ver más a esta escoria frente de mí.

Cuando la madre de Tamara se retira, Mario pregunta.

—¿ todo salió bien, respecto a los golpes?.

— sí, sí, en este momento no puede recibir visitas y solo se puede quedar una persona, lo mejor es que te vayas.

— como me pides eso, yo me quedo, ve tú y descansa.

— no, por favor toma fuerza para que desde mañana líderes el grupo de trabajo mientras ella se recupera y tiene las fuerzas para volver, solo por favor sigue al pie todo lo que ella planeaba, tú más que nadie conocías sus ideas y planes.

— Está bien, si es así te pido que me informes y no olvides en pedir ayuda por si necesitas algo.

Mario miró desde lejos a Angélica y luego se retiró, por otro lado, Fénix había ordenado que pasaran a la chica para una sala VIP, ya que sería mejor y él tendría un lugar donde dormir.

Esa noche Angélica no despertó y eso tenía tranquilo a Mario, por lo que a las 10 de la noche decide irse a dormir, pero cuando todos creían era una noche tranquila, Angélica se despertó quitándose la sonda, mientras decía.

— No, no, mi hijo, no, por favor, no, mi hijo, es mío, no se lo lleven, por favor.— se veía tan vulnerable que Fénix solo deseaba protegerla.

Por lo que levantó tan rápido como pudo y la abrazo mientras le decía

— por favor tranquilízate, no te hagas daño, respira, por favor.— aunque fénix trataba de tranquilizar a la chica, lo cierto era que él estaba tan destruido al verla así.

— Andrés, mi bebé, Andrés, él era chiquito, él no tenía culpa de nada, él no merecía morir, él era inocente Andrés.

—yo lo sé princesa, yo también supe que fue ese dolor, pero ahora solo debemos enfrentar el mundo sabiendo que ellos son nuestros pequeños ángeles, él te ve, créeme que él está en un mundo mejor donde el daño de la gente no lo alcanzará.

Las enfermeras entraron corriendo, pero al ver que Angélica estaba quieta, salieron con el más mínimo cuidado, mientras escucharon cómo Fénix comenzó a cantar una canción.

No sientas que estás sola, desde el cielo te acompaño, tu sonrisa será mía, ya no llores mi ausencia, que desde el cielo abrazaré tu valentía.

Fénix siguió cantando hasta que vio que Angélica estaba completamente tranquila, posada en su pecho, poco a poco se acomodó en la cama sin dejar de abrazarla, el sol entraba por la ventana y caía justo en la cara de Fénix quien aún se encontraba abrazando a Angélica.

Al poco rato Angélica abre los ojos encontrando mirada con fénix y tranquila le dice.

— tuve un sueño feo, soñé que perdí a mi bebé

al fénix escuchar estas palabras no sabía que hacer, por lo que la abrazo y le dijo.

— tú eres la mujer más valiente que he visto, por favor no te maltrates más.

— perdí a mi bebé, Andrés, que debo hacer, él era mi única compañía.

— No, no pequeña, yo estoy contigo, yo te admiro y te aprecio mucho, los muchachos están trabajando en tu proyecto, solo toma fuerza y verás que está, fue una etapa en tu vida, pero todo pasará, todo pasa, ya lo verás.

— por favor no me dejes sola, quédate conmigo, no me abandones, ya mis abuelitos se fueron y ahora mi bebé, tú no me dejes sola, por favor.

— claro que no lo haré, hermosa, verás que siempre voy a estar contigo, yo no te abandonaré.— responde de forma tranquilízate.

El médico entró y Fénix se levantó, Angélica, que estaba más calmada, se sentó y dijo.

— ¿dónde está el cuerpo de mi bebé?.

— hoy vamos a incinerar su cuerpo, pero lo más recomendable es que usted no vaya, por lo que guardaremos la ceniza de su bebé y se la daremos en el respectivo momento que consideremos sea adecuada.

— doctor, mi bebé, doctor, que hago sin él.

— sé que es un tiempo doloroso, pero el pequeño está bien donde se fue.

Angélica no dejaba de llorar y fénix secaba sus lágrimas mientras sentía cómo se le partía el alma al ver a Angélica llorar de esa forma

Robert, estaba en el hospital y había convencido a una enfermera para qué le entregará una muestra del feto y así el saber si Angélica mentía, cuando tuvo la muestra en sus manos, se dijo a si mi mismo.

— ahora sí sabré quién eres Angélica, como no sea mi hijo, haré que te arrepientas toda la vida, ya verás más te vale que hayas estado embarazada de mí o haré que tú y tu amante pagan por esto.

Aunque Robert nunca considero a Angélica su mujer, siempre quiso que ella le fuera fiel, por eso al saber la cantidad de meses que tenía de embarazo, le hacía sospechar que él podía ser el padre, pero también le daba a dudar que el amor que ella decía tener hacia él, solo era de boca.

Habían pasado 3 días y eran los mismos que Fénix, no se alejó del lado de Angélica, jugaba con ella, le cantaba y ella cantaba con él, lo que dejó muy sorprendido a Fénix, ya que esta tenía una voz hermosa, los médicos vieron más calmados a Angélica y decidieron dala de alta, con la recomendación que viera un psicólogo, por lo que Fénix se encargó de eso, puesto que él, tiempo atrás estuve en esa misma situación.

A la hora de alta del hospital, se vio venir a Robert, con lágrimas en los ojos, pero fénix antes que Angélica lo viera lo saco del lugar y le dice.

— ¿Que quieres?, ella está más tranquila, déjala en paz.

— Era mi bebé, fénix, él era mi hijo, ahora ya no está.

— eres un verdadero imbécil, hasta ahora te das cuenta.

— las pruebas salieron positivas, tenía que darme cuenta de que ella no era una cualquiera y que no me estaba mintiendo.

— ¿cómo puedes decir eso?.— dice fénix mientras ve a su primo con desprecio.

— Ella es mía y siempre lo será, no se puede enamorar de nadie más.

— ¿crees que tiene derecho sobre ella?, ¿crees que ella aún te ama?.— reprocha de inmediato fénix mientras da un pado hacia delante.

— yo sé que si me ama, el día que la hice mía, aún puedo ver su cara de satisfacción, yo la hice mujer, fui su primera vez, nadie podrá reemplazarme.

Aunque fénix no sabía lo que estaba haciendo, sacó la mano y de un solo puñetazo en la cara tiro a Robert en el suelo mientras le dijo.

—¿no sé qué te estás creyendo para creer que porque fuiste su primer hombre en su vida lo serás siempre?, solo una cosa te digo, no te acerques Angélica, o por lo menos no hasta que esta se recupere, y no te aleje de ella. Eres un bastardo, siempre has pensado solo en ti y yo diciéndole que tú no eras tan malo que tratará de darte otra oportunidad porque traían un niño en camino, ahora me doy cuenta de que tú eres lo peor que le puede pasar a una persona en la vida así que no te quiero ver acerca de Angélica o yo mismo te acabaré con mis propias manos.

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