El pasado de la empresa

Henry intentó de todo para distraerse después de regresar a la capital. A pesar de su desdén por todo lo relacionado con la espiritualidad, incluso se inscribió en un taller virtual de tres días llamado. "Encuentra tu centro de luz" para tratar de pensar en otra cosa, pero aun así, ella seguía apareciendo en cada uno de sus sueños como una bella ensoñación. Sarah, la bella rubia de ojos verdes; la chica bonita que con solo unas pocas palabras lo había hecho sentir vivo otra vez.

—Oye, si ella trabajara en NorthStar Energy, supongo que no sería demasiado difícil para ti obtener información sobre ella de los registros de la compañía, ¿verdad?— Peter le dijo a su amigo.

El hombre de ojos azules frunció el ceño al escuchar a su amigo. —No sé qué tan buena sea esa idea. ¿De verdad quieres que haga algo tan poco ético como eso para localizarla?

—¡Por supuesto!— respondió el rubio. —No te estoy diciendo que la secuestres o la extorsiones. Solo vas a revisar los registros de la empresa. Lo que encuentres allí no es tu responsabilidad

Henry suspiró, sin saber muy bien si quería seguir ese camino. Siempre se había enorgullecido de su brújula moral y de tratar de hacer siempre lo correcto, pero al mismo tiempo, no podía evitar sentir un enorme interés por descubrir qué le había sucedido a Sarah. —No lo sé, Peter. Simplemente, creo que no es correcto el andar husmeando nada más porque sí.

Pedro se encogió de hombros. —Como quieras, hermano. Pero si fuera yo, haría lo que fuera necesario para averiguar qué le pasó a alguien que me importa. Y seamos realistas, te preocupas por ella. De lo contrario, no estarías hablando de tu chica misteriosa

—Tienes razón, me preocupo por Sarah y creo que me daría tranquilidad saber qué le pasó—respondió el pelinegro.

Al día siguiente, Henry fue a NorthStar Energy, a pesar de haberle prometido a su padre no volver a hacerlo

—¡Wow! El hijo pródigo ha vuelto. ¿Dónde has estado todo el fin de semana?—, lo regañó William cuando lo vio entrar por la puerta de su oficina.

—Ya estoy demasiado grande para que me interrogues así, padre, pero digamos que fui a un lugar donde pude reconectarme conmigo mismo

—¿No me digas que fuiste a esa choza sucia?— el patriarca refunfuñó. —Le he dicho a tu madre mil veces que haríamos mejor en demolerla, pero ella insiste en que le demos mantenimiento,

—Así que siempre tuve la opción de volver allí a descansar y ninguno de los dos me dijo eso... ¡uf, olvídalo!— Henry murmuró, sintiendo que el color subía a sus mejillas. —No vine a verte, sino a revisar algunos registros de la empresa

—Ten cuidado, muchacho. Sabes que la prensa y esos molestos activistas están sobre nosotros.

—Tal vez no estarían detrás de ti si no hicieras tratos tan turbios—, murmuró, con cuidado de que su padre no lo escuchara.

William alzó una ceja al alcanzar a distinguir la naturaleza del comentario murmurado por su hijo. —¿Qué dijiste?

—Dije que tal vez si la compañía no se involucrara en prácticas tan cuestionables, no estaríamos todo el tiempo en el ojo del huracán—, dijo Henry, tratando de sonar confiado pero sintiendo que se comenzaba a formar un nudo en su estómago.

La expresión de su padre se volvió fría. —Cuida tu boca, Henry. Puede que seas mi hijo, pero no toleraré faltas de respeto de ese calibre

Henry apretó la quijada, pero mantuvo la compostura. —Lo siento, padre. Solo vine aquí para revisar algunos registros. Te prometo que no causaré ningún problema.

William gruñó, pero hizo un gesto apuntando hacia la puerta. —Bien. Pero hazlo rápido.

Henry asintió, agradeciendo al cielo que el corazón de su padre se ablandó por unos segundos. Con paso firme, se dirigió a los archivos de la empresa, donde comenzó a revisar los archivos.

Mientras revisaba las carpetas, sus ojos se posaban con atención sobre montones de páginas de informes financieros y registros de empleados, hasta que finalmente se topó con el archivo de Sarah. Su corazón dio un vuelco cuando hizo clic en él, ansioso por saber más sobre ella.

Pero cuando leyó dicho archivo, su entusiasmo se convirtió en confusión. No había notas sobre su repentina renuncia ni ningún indicio de que algo anduviera mal con ella. De hecho, su historial era impecable, con opiniones positivas tanto de sus superiores como de sus colegas.

La confusión de Henry se convirtió en frustración total cuando se dio cuenta de que no estaba más cerca de descubrir qué le había pasado. Cerró la carpeta de golpe, sintiéndose derrotado.

Pero justo cuando estaba a punto de darse por vencido, sus ojos encontraron algo al final de la última página. Era una pequeña nota, casi escondida entre los demás detalles de su expediente. Decía: "Ver documento adjunto para más información".

El corazón de Henry se aceleró mientras buscaba dicho documento, sus dedos tamborileando nerviosamente Finalmente,encontró dicho documento escondido en un pequeño folder negro ubicado en un rincón de la estantería. Lo sacó y lo abrió, sus ojos escudriñando minuciosamente cada palabra. Lo que leyó le heló la sangre. Era un memorándum confidencial que detallaba el encubrimiento de una importante violación de seguridad en una de las instalaciones de NorthStar Energy. El memorando implicaba a varios altos ejecutivos, incluido el propio padre de Henry, en el encubrimiento. Y en la parte inferior del memorándum, en negrita, estaba el nombre de la denunciante que había sacado a la luz la violación: Sarah. Al parecer, algunas personas importantes se habían dado cuenta de que Sarah había descubierto información confidencial sobre la empresa, pero al parecer, no habían hecho nada en contra de ella. El motivo no fue muy claro en un principio para el hombre de los penetrantes ojos azules, pero probablemente tuvo que ver con el hecho de que un par de días después de que se reportara el incidente, ella decidió desaparecer voluntariamente, sin reclamarle ni exigirle. nada a la compañía ¿Realmente lo había hecho por su propia voluntad? ¿O alguien la había obligado a hacerlo? Tratando de no llenarse la cabeza con ideas sin fundamento, el joven se limitó a anotar el teléfono de contacto y la dirección de contacto que figuraban en la solicitud de empleo de Sarah, no sin antes percatarse que entre los archivos de la empresa, se encontraban registros de contratación reciente de personas a las que él nunca había visto en la empresa. ¿Habían sido esas contrataciones ilegales? O viendo que muchos de esos eran nombres de personas que, según decían los archivos, estaban vinculadas a la política local, ¿tal vez la empresa estaba comprando protección al tener a políticos locales en su nómina?

Tal vez, aún no era el momento de investigar en profundidad tales asuntos de la compañía, pero solo pensar en lo que podría estar tramando su padre le revolvía el estómago. Pero sabiendo que necesitaba más aliados para hacer una investigación que realmente pudiera probar los vínculos con la empresa de su padre, decidió callarse por el momento, tomar fotos con su teléfono a toda la información relacionada con Sarah que había encontrado y abandonar la sala de archivos de la empresa. Henry dejó la sala de archivos sintiendo una mezcla de emociones. Por un lado, estaba aliviado por haber encontrado información sobre Sarah, pero por el otro, estaba perturbado por lo que había descubierto sobre la empresa de su padre. No podía evitar la sensación de que algo estaba terriblemente mal, y sabía que tenía que tener mucho cuidado con su forma de actuar para no levantar sospechas. Al salir del edificio, no pudo evitar sentir una sensación de inquietud, sabiendo que estaba caminando sobre la cuerda floja. Siempre le habían enseñado a hacer lo correcto, pero sabía que en ocasiones, para alcanzar la justicia, había que romper un poco la ley. El joven quizás se sentía solo por el momento, pero él sabía que, en algún lugar, alguien lo ayudaría a encontrar un poco de verdad entre tantas mentiras.

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