No quiero escucharte respirar.

A la mañana siguiente, tanto André como yo nos estamos arreglando para ir cada una a hacer nuestros asuntos. 

—espero que lo que tengo sea algo leve —me dijo.

—no te preocupes, sea lo que sea, yo te apoyaré, tendrás mi entera disposición, ya sabes que puedes llamarme si lo necesitas, no importa que sea lo que esté haciendo, llámame, está bien?

—lo haré, tranquila. 

Ambas salimos de casa, yo estaba dispuesta a decirle a James que quería empezar la que sería mi primera relación.

Yo seguía preocupada por lo de André pero, a pesar de eso traté de darle su mejor sonrisa. 

—hola, estaba pensando si en realidad vendrías? —me dijo.

—¿por qué?

—mm, porque eres una chica un poco... 

—¿difícil?

—sí, la verdad, me alegra mucho que estés aquí. 

—eso ya es haber avanzado mucho, es raro, nunca había llegado a este punto. 

—y ¿no quieres llegar más lejos?

—si estás hablando de una relación, creo que... 

—¿qué?

—... 

—vamos, dime, me impacientas.

—está bien, creo que es hora de darle una oportunidad al amor. 

—¿eso es un sí?

—¿tú que crees? —le dije luego de darle un cálido beso.

Luego el momento se encierra en un cálido beso, a diferencia del anterior, este es más intenso. 

—oye, yo no quiero invadir tu privacidad, pero, es que la verdad quiero saber. 

Un extraño sentimiento estaba invadiendome internamente, estaba asustada, pensaba que tal vez James se había dado cuenta de algo sobre mi pasado.

—¿por qué eres tan desconfiada?, además siento como si tuvieras un gran miedo a todos los hombres, ¿por qué? 

Decidí confiar en él, pero no mucho, le cuento sólo algunas partes... 

—digamos que, no he tenido buenas experiencias con los hombres —le confesé.

—no sé qué te haya pasado, supongo que es malo, pero dime, ese marca en tu rostro tiene algo que ver?

—digamos que sí, sucedió cuando yo era muy niña, pero no quiero hablar de eso, es algo que simplemente quiero sacar de mi vida. 

—lo entiendo completamente... Oye te gustaría acompañarme a un lugar, es un lugar secreto. 

Se me vino un recuerdo a la mente al escuchar la frase "lugar secreto". Recordé a Chleo y de repente apareció una sonrisa en mi rostro. 

—¿en serio te emociona tanto ir a ese lugar secreto? O ¿a qué se debe esa linda sonrisa?

—nada, simplemente recordé algo lindo de mi infancia. 

—¿puedes decírmelo? 

—¿primero llévame a ese lugar secreto. 

Empezamos a caminar un poco y después de caminar un rato llegamos a una casa del árbol en medio del bosque. Era un lugar bastante lindo y romántico.

—lo construí con mis amigos cuando éramos unos niños. 

—me parece bastante linda y tranquila, no pensé que te gustara la naturaleza y los lugares silenciosos. 

—este es el lugar perfecto para el amor, ¿Subimos? 

—claro, apuesto a qué es muy linda por dentro también. 

—vamos, te ayudo. 

Entramos a la casa del árbol, me sorprendí por lo ordenado que está el lugar. 

—vaya, no pensé que fueras tan ordenado. 

—oye, eso me indigna mucho. 

—lo siento. 

—siéntate aquí, hablemos un poco. Dime eso lindo de tu infancia que dijiste que me contarías. 

—yo tengo dos hermanas, una de ellas se llama Chleo y ella y yo solíamos ir a un lugar hermoso, un lugar que solo ella y yo conocíamos, era nuestro lugar especial. 

—y tu otra hermana, ella nunca fue a ese lugar?

—Chleo y yo queríamos que fuera, pero por imprevistos de la vida no logramos hacerlo. 

—y, dónde están ellas ahora?

—No lo sé, tuvimos que separarnos cuando éramos muy niñas, pero sé que las encontraré algún día. 

James se da cuenta de que yo soy más sensible y frágil de lo que parezco cuando se quiebra mi voz al hablar de mis hermanas.

Así pasamos casi todo el día hablando, hasta que recuerdo que debe volver a casa para saber qué pasó con André. 

—oye, ha sido increíble pasar este tiempo contigo, pero debo irme, tengo algo importante que hacer —yo debía hablar con André.

—oye, no puedes irte así sin despedirte. 

Le doy un beso intenso a James, en un momento él empieza a sobar suavemente mi pierna, aunque ya quiere terminar el beso, James aparentemente no quiere y no me deja ir. 

—basta, suéltame. 

—¿por qué quieres irte ahora? Podemos pasarla bien. 

—no, no me estás entendiendo, tengo que irme ahora. 

—a mí no me vas a dejar con las ganas. 

El tono de voz de James cambia drásticamente, me sujeta fuertemente de ambos brazos. ¿Qué está haciendo?

—oye, ¿qué te pasa? Suéltame, te digo que me sueltes, no quiero. 

—no vengas a decirme que eres virgen, porque claramente no lo eres, no te hagas la difícil. 

Él me sujeta con más fuerza, forcejeo y le digo que no, sé que aunque grite nadie va a escucharme en medio del bosque. 

—no te hagas la difícil, sé que quieres. 

—no, no quiero, James suéltame, déjame ir. 

A pesar de mis intentos por escapar, James era más fuerte, ni siquiera suplicarle me ayudó en ese momento. 

Llegó la media noche, yo estaba allí acostada boca arriba y James estaba a mi lado dormido como si no hubiese hecho nada, podía escuchar su respiración, estaba llena de ira, las lágrimas caían de mis ojos. Me cansé de escuchar su respiración, ya no quería escucharla más. 

Bajé de la casa del árbol muy sigilosamente, al llegar abajo no tenía planeado irme, tomé una enorme piedra y regresé a la casa del árbol. Mire a James por unos segundos, completamente inmóvil, luego dejé caer la piedra en la cabeza de James.

Él no estaba muerto, pero estaba bastante aturdido por el golpe, tanto que no pudo hacer nada para impedir que yo lo atara. 

Esto no es mi culpa, es mi culpa, no debí confiar en él, no debí hacerlo, todos son iguales.

Es mi culpa volver a pasar por esto una vez más, pero esta va a ser la última vez y también va a ser su última vez... Estoy segura de que se lo hará a alguien más y eso no puedo permitirlo.

Los hombres como él deben ir al infierno, pero antes de enviarlo allí, debo enseñarle como es el infierno para que no tarde en acostumbrarse. 

Sin pensarlo mucho dejé a James atado en la casa del árbol, caminé por el bosque, caminé bastante y con una mirada determinada que no mostraba piedad. Después de mucho caminar llegué a un lugar donde vendían combustible, un establecimiento que trabajaba las 24 horas. 

—buenas noches —dije al llegar.

hola, bienvenida —me dice el hombre encargado de atender el lugar —¿Qué se te ofrece? 

—necesito gasolina, mi auto se quedó sin gasolina cerca de aquí, podrías venderme un poco.

—claro, está bien, quisieras que lo lleve por ti y te ayude con algo?

—no, yo puedo hacerlo, solo dame la gasolina. 

El hombre no parece pensar en que yo iba a hacer algo malo, piensa "es normal que no quiera que la acompañe, soy un completo desconocido para ella, debe estar asustada". Así que, me vende la gasolina y me voy.

Antes de desaparecer en la oscuridad, miro fijamente al hombre que me atendió y le digo. 

—gracias, me has hecho un favor enorme. 

Vuelvo a caminar hacia la casa del árbol y subo. Esta vez James está más consciente, pero no ha logrado desatarse.

Al ver eso una pequeña sonrisa malévola aparece en mi rostro.

Empecé a rociar gasolina alrededor de James, mirándolo fijamente, quien empieza a forcejear y quejarse. 

—¿por qué te quejas? No te va a ayudar en nada, a ti no te importaron mis súplicas, ¿por qué deberían a mí importarme las tuyas?

Procedo a bajar las escaleras y a rociarlas de gasolina y así sin más, prendí fuego a la casa. Me quedé ahí cerca viendo arder las llamas, luego lancé el tarro de gasolina a las llamas, me di la vuelta, caminé para alejarme de la casa. Cuando ya estaba bastante lejos, saqué mi celular y me di cuenta de que tenía decenas de llamadas de André, Así que decidí llamarla para tranquilizarla. 

—André —dije luego de que contestara.

—¿dónde estás? Me tienes preocupada, Nelly es la madrugada ya. 

—tranquila, estoy bien, la cita simplemente se alargó, ya voy a la casa. 

—tenías que avisarme, voy a morirme, me tienes con el corazón en la mano. 

—discúlpame, llegaré pronto a casa, no te preocupes. 

—¿Quieres que vaya a recogerte a algún lado? 

—no, es muy tarde, solo espérame en casa. 

—está bien, regresa pronto.

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