¿El comienzo de un patrón?

Yo era quien usualmente cocinaba en casa, así que me encargué de que mi madre ingiriera lorazepam en su comida antes de dormir.

Muchos se preguntarían ¿por qué no maté a mi madre? De hecho, yo también me hice la misma pregunta, la razón es que algo me lo impedía no sabía que era, simplemente no era capaz de hacerlo.

Como todas las noches, mi padrastro entró a mi habitación, se sorprendió al no verme en la cama, así que empezó a llamarme con susurros. 

—Nelly, ¿dónde estás? Ven aquí cariño. 

De repente le di un golpe en su cabeza y el cayó al suelo.

Detrás estaba yo, parada sosteniendo un martillo que había sido marcado con la sangre de Antonio.

Con el hombre aún inconsciente empecé a cortar su cuello en repetidas ocasiones, no quería matarlo, quería que sufriera, sabía que el hombre moriría desangrado, pero eso no era suficiente para mí.

Así que, empecé a rociarle aspm, luego lo dejé allí y fui a la habitación en la que estaba mi madre. Mi intención era usar una almohada para ahogarla, pero simplemente no pude, algo me detuvo. Mi plan era matarlos a ambos y luego quemar la casa, pero por alguna razón no pude matar a mi madre.

Regresé a la habitación, acomodé un par de cosas en un bolso y luego busqué un encendedor y le prendió fuego a la habitación en la que estaba Antonio.

Escapé y me fui del lugar, agarré mis cosas más importantes, las guardé en un pequeño bolso y partí directo a la ciudad en la que esperaba que estuviesen mis hermanas y María.

Antes de eso limpié todo, pero por alguna extraña razón decidí quedarme con el cuchillo y el martillo aún manchados de sangre. 

Antes de tomar el bus, caminé por las calles pensando en nada y en todo a la vez. No sentía nada de arrepentimiento. En algunos momentos sonreía, sonreía al recordar lo que había hecho. 

Pensaba... ¿Va a entregarme a la policía? Si va a hacerlo que me importa, ¿qué tanto daño podría hacerme eso?

Tomé el bus hacia la ciudad. Miraba las calles pensando que finalmente me liberaría de un calvario.

Pronto llegué a la ciudad.

Pensé que en algún momento la policía me buscaría, pero no pasó... ¿Mi madre sintió lástima por mí? ¿No quería que me encerraran? Eso es bastante difícil de creer.

Al llegar a la ciudad se dirigí directamente al convenio, pero este estaba completamente diferente, ya no era nada de lo que era antes, era más bien un gran hotel. De cualquier manera pude reconer a una anciana que vivía carca del lugar y decidí acercarme a preguntarle.

—Hey. 

La anciana pone su atención en mí, parece reconocerme.

—Señora, necesito que me diga, ¿qué pasó con el convenio que estaba aquí? 

—Ay, mija, ese lugar cerró hace algunos años, por escándalos. 

— y ¿Dónde está María?

— Esa mujer, que ni siquiera debería llamársele mujer, por qué querrías saber dónde está?

— ¿Por qué habla así de María? Ella es una mujer muy buena. 

— Pequeña, estudiaste aquí, debes saberlo, el profesor de aquel convenio era un violador, todos nos dimos cuenta de esa, tras este convenio ser demandado, María terminó en la cárcel, la persona que hizo la demanda logró poner todo en su contra, y pues se lo merece, parecía muy buena, pero como dicen "las apariencias engañan". 

Yo estaba segura de que María no sabía lo que hacía el profesor, simplemente no tenía tiempo para discutir con la señora, así que le hice otra pregunta. 

—¿Qué pasó con las demás niñas del convento?

—Fueron esparcidas en diferentes lugares, pobres niñas, ojalá tengan una mejor vida a donde sea que hayan ido. 

—Había una chica que se escapó del convenio antes de todo lo acontecido, le dicen Niki, ¿sabe qué pasó con ella?

—Esa pobre chica se sumergió en el mundo de las drogas y la prostitución, luego un día de repente nadie volvió a saber de ella, nadie supo qué pasó con ella. 

Se forja una expresión de tristeza en mi rostro, quería buscar a mis hermanas, pero sabía que debía irme a algún lado, sabía que no podía confiar en mi madre.

Le había robado dinero a mi padrastro. Di con alguien que supuestamente me ayudaría a llegar a Estados Unidos, lo único que yo debía hacer era encargarme de llevar conmigo algo de droga.

No me pareció difícil, además, irían otras personas. Ellos se encargarían de hacernos llegar a Estados Unidos.

Así que, emprendí ese viaje, en el que hubo muchas dificultades, pero tenía planeado empezar una nueva vida en Estados Unidos. 

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