¿Por qué a mí?

La noche pasa más rápido de lo que pensabamos, Chleo y yo aún estamos dormidas, son alrededor de las seis de la mañana, cuando de repente Nicole nos despierta. 

—niñas, vamos —nos despierta sacudiendonos —las calles están bastante vacías a esta hora, conseguí esto para que nos cubramos. 

Nos muestra una especie de sábana con la que esperaba que nos cubrieramos y que la gente no nos viera.

—¿cubrirnos de qué? —le pregunté, pues no comprendía bien —No está lloviendo.

—han puesto una alerta, ahora estamos desaparecidas y nos están buscando. 

—eso fue bastante rápido —dijo Chleo.

—por lo tanto, creo que no podrán viajar en autobús, así que encontré a alguien que se ofreció a llevarlas en un carro particular. 

—no es un hombre, verdad? Nicole — pregunté con un poco de miedo.

—No, es una mujer y preferiría que me dijeran Niki, me gusta más. 

—está bien, Niki. 

Empezamos a caminar por los andenes de las calles, cubiertas, hasta que llegamos al lugar en donde estaba quien nos llevaría al pueblo. 

—Gimena, estamos listas —le dice Niki a la mujer.

—oh, con qué ellas son las pequeñas niñas. Súbanse al auto y espéreme, iré a traer algo. 

La mujer entra a su casa, luego regresa con una gran y sospechosa sonrisa. Francamente no le pétalos mucha atención a eso en ese momento.

—Niki, antes de irnos podríamos darte un abrazo? 

—claro que sí, bajen del auto. 

—no pueden —interrumpió aquella señora que supuestamente nos llevaría a casa.

—¿las encerraste en el auto? —preguntó Niki con disgusto —. Eso no fue en lo que quedamos, déjalas bajar ahora mismo. 

—¿pues que te puedo decir querida?, no puedo meterme en problemas legales por ustedes.

—eres una falsa. 

Chleo y yo nos damos cuenta de la situación y empiezamos a pedirle a Niki que nos ayude. Ya nos habíamos desesperado, era increíble como parecía que la vida jugaba siempre en nuestra contra.

—¿sabes qué? Hazlo, haz lo que quieras, ni siquiera me importa —dijo Niki, rompiendo nuestros corazones.

Niki se da la vuelta y se va, me siento tan desilusionada. ¿Cómo podía dejarnos en esta situación como si nada?

Pasa un pequeño lapso de tiempo y se escucha un golpe, acompañado por un quejido. Miramos por la ventana y vemos a Gimena en el suelo, sin movimiento alguno, al alzar la mirada vemos a Niki de pie sosteniendo un martillo, quien luego se acerca a la ventana del carro. 

—retrocedan, voy a romper esto —dijo sosteniendo aún el martillo.

Por supuesto que obedecemos y luego de intentar un poco Niki logra abrir el auto, justo a tiempo, pues la policía estaba llegando.

—ahí, ahí están. Vayan tras ellas —gritó uno de los policías.

—corran, corran conmigo, vamos —Niki nos tomó de la mano impulsandonos a correr de nuevo.

Nuevamente, empieza otra persecución, hasta que llegamos a un lugar donde hay una baya alta, Que Chleo y yo veíamos imposible de saltar.

—vamos, una por una pongan sus pies sobre mis manos, las ayudaré a subir —nos pidió Niki, tratando de que perdiéramos nuestro miedo.

—me da miedo intentarlo. 

—yo también tengo miedo. 

—Subiré yo primero—dijo luego de mirar desesperadamente en todas las direcciones —, luego me darán la mano y yo las subiré, de acuerdo?

Niki sube y luego extiende ambas manos para intentar subirnos a ambas al mismo tiempo, en eso alza la mirada y ve a los policías acercándose. Niki intenta subirnos desesperadamente, pero no puede hacerlo. 

—vamos, no se suelten, aférrense. 

—no hay a donde ir niñas, hagamos esto más fácil para todos —decían los policías.

— lo siento chicas, lo siento mucho —nos dijo Niki, dejando notar una gran tristeza en sus ojos, pues ya no podía sostenernos —. Regresaré por ustedes, se los prometo.

Chleo y yo somos atrapadas por los policías, mientras Niki se aleja corriendo. En mi mente digo "hasta pronto Niki, y lo digo porque sé que volveré a verte, lo sé".

Y ahora... Estamos de vuelta en el convenio.

—por qué me hicieron esto? —preguntó María aparentemente muy disgustada —. Me tenían con el corazón hecho pedazos, cómo pudieron hacerme esto? ¿Cómo Niki pudo hacer esto? ¿Cómo pudo llevárselas así nada más? Tomar mi dinero.

—Niki y tampoco Chleo tienen la culpa, todo fue un plan mío —dije para que ellas no fueran involucradas.

—no te culpes a ti sola —me dice Chleo —fue un plan de las dos.  

—Quién haya sido, Chleo te irás a tu cuarto, estás castigada. 

—pero, ¿y que pasará con Nelly? —preguntó Chleo preocupada.

—nada de peros, vete a tu cuarto. 

Chleo va con una notoria tristeza a su habitación, mientras María se queda en la habitación con una tristeza aún más notoria, yo sabía que María no estaba triste por el hecho de que intentamos escapara, algo malo había pasado. La miro de una manera interrogativa, y antes de que pueda hablar, María diría unas palabras que marcarían para siempre. 

—tu padre ha muerto —dijo tratando de que yo no notara que su corazón se hacía pedazos.

Siento que todo mi mundo se viene abajo, ni siquiera puedo llorar, simplemente no lo podía aceptar. Mi papá era un hombre sano, su trabajo no era riesgoso, así que simplemente no podía asimilar eso. 

—cuando se dio cuenta de que estabas perdida, me dijo que viajaría aquí, el camión en el que él viajaba tuvo un accidente y tu papá perdió la vida. 

Ahora las palabras me golpean sin piedad, aunque María tratara de calmarme y hacerme sentir bien, no funcionaba, tenía en mi mente la sensación de culpabilidad.

De repente solté un grito que se escuchó en todo el convenio, para ser un grito de una niña de 10 años era bastante desgarrador. Después de eso el llanto finalmente llegó. 

Ya es otro día y aún tengo los ojos llorosos, lloré toda la noche, mi hermana mayor "Chleo" me abrazó todo el tiempo.

De repente llega al despacho María con una maleta y una cara de innegable de tristeza, era obvio que estaba luchando para no llorar. 

—Nelly, tienes que regresar a casa. 

No puedo evitar que se dibuje una sonrisa en mi rostro.

—Chleo, no iremos —dije con algo de emoción.

—No, te irás tu sola —interrumpió María.

Nuevamente, mi sonrisa desapareció. 

—¿Chleo no irá conmigo? ¿Por qué? 

—estabas aquí por tu padre, tu madre jamás quiso esto, ahora que tu padre no está, tu madre te quiero de regreso, pero solo a ti. 

Nelly: no me voy a ir si no es con Chleo, dile eso a mi madre. 

Chleo coloca su mano sobre mi hombro y me susurra:

—debes ir, hazlo por mí y por las niñas del convenio, dile a tu madre lo que sucede aquí, salvarnos de esto, solo tú puedes hacerlo. 

Nelly: Niki también puede hacerlo. 

—y si no lo hace?

—Nuestra única esperanza eres tú, Nelly, te necesitamos. 

—podría decirlo aquí mismo. 

— no, si es así, él va a matarnos. Hazlo por nosotras. 

está bien, me iré —dije luego de dirigir mi mirada hacia María.

Esa misma tarde me preparo para irme.

—voy a extrañarte. 

—yo también Chleo, pero no va a ser por mucho tiempo, recuérdalo. 

—Nelly, pequeña, ya debes irte, no puedo dejar que te quedes más tiempo, porque mi corazón se negaría a dejar que te vayas —me dice María con sus ojos aguados. Sube al camión 

—¿no vas a venir conmigo? —pregunté llena de tristeza.

—tu mamá te estará esperando. 

—¿en el pueblo? 

— tu mamá ya no está en el pueblo, se encuentra en Villavicencio, allí te esperará, pero hey, mira, hay algo bueno, podrás seguir estudiando. 

Con lágrimas en los ojos y con indecisión me subo al bus.

—ya no es un adiós, es un "hasta pronto" 

"Porque sé que te volveré a ver" termino la frase que empezó María.

El bus empieza a avanzar y yo doy un adiós con las manos en la ventana del bus.

Unas calles más adelante veo a alguien con un letrero que dice: "es un hasta pronto, porque tú y yo sabemos que algún día" volveremos a encontrarnos.

Sonrió al ver el cartel de Niki y le doy un adiós con las manos. 

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