Corazón ausente.

El viaje para mí no es tan largo, pues mi mamá se había mudado a una ciudad cercana, lo cual era raro, mi padre quería ser enterrada en el pueblo donde nació y pasó toda su vida.

Al llegar al lugar ella me está esperando aunque en su cara no se refleja la más mínima pisca de felicidad.

Me bajo del bus y me acerco a mi madre, no nos saludamos, yo solo pregunto sobre mi padre.

—¿mi padre? —pregunté con algo de miedo.

— ¿dónde crees que está? 

—pensé que me esperarías para poder enterrarlo juntas. 

—¿para qué? Para que vieras como por tu culpa tu padre sería sepultado?

—no es mi culpa. 

— claro que lo es y lo sabes, si no hubieses escapado de ese maldito convenio, tu padre estaría aquí, y sabes una cosa? Ahora deberás cargar con el peso de eso por el resto de tu vida. 

—si ibas a tratarme de esa manera hubieses dejado que me quedara con María. 

—esa ni siquiera supo cuidarte bien, y no te voy a dar ese gusto, necesito a alguien en la casa para que ayude con los quehaceres ahora que tengo que trabajar el doble. 

—María me dijo que seguiría estudiando. 

—Pues te mintió, regresaste aquí para trabajar. Ve, acomoda tus maletas, cámbiate de ropa y empieza a lavar los platos. 

—pero estoy cansada. 

—no pongas excusas y ve ahora. 

Entro a mi nueva casa corriendo, pensando si debería decirle a mi madre lo que pasaba en el convenio, pensaba que mi mamá no sentía siquiera un poco de aprecio por mí, en realidad haría algo al respecto? 

Cuando llega la noche me acerco a mi madre, ya lo había decidido, necesitaba salvar a mis hermanas mayores. 

—Mamá, tengo algo importante que decirte. 

—¿qué has hecho? 

—nada, solo tengo que decirte algo sobre el convenio. 

—no vas a volver a ese lugar y punto.

—no es eso. 

—entonces, qué es? 

Trato de acercarme a mi madre y le cuento con detalle lo que pasó en el convenio, no puedo retener las lágrimas, mi madre nunca tuvo la intención de abrazarme o consolarme mientras yo lloraba.

Luego de que terminé de contar lo sucedido, mi madre sonrió, no entendía lo que sucedía, mi madre se levantó, corrió hacia el teléfono y marcó un número de teléfono. 

—hola, policía? Quiero denunciar algo. 

Ella continuaba con su sonrisa mientras contaba exactamente lo mismo que le había contado yo.  

Ella me dice que pronto llegará la policía y me dice que debo hacer.

—vas a decirle a los oficiales todo lo que te pasó en ese lugar, todo lo que le pasó a esas otras niñas, está bien?

—Si, lo haré —le respondí esperando que todo sería para mejor.

Así sucedió, conté lo sucedido, después de esos los oficiales se fueron.

Confío en que todo va a solucionarse, decido esperar hasta la noche para hacerle la propuesta a mi madre sobre Chleo.

Llega la noche y yo me preparo para preguntarle a mi madre. 

—¿mamá? 

—deberías estar durmiendo —dijo mientras cambiaba de canal en el televisor.

—ya sé, solo quería preguntarte una cosa. 

—a ver dime, pero dímelo rápido, estoy viendo mi novela. 

— (suspiro) yo solo... 

—¿no te dije que tengo que ver mi novela?, apúrate o vete a dormir, pero haz algo. 

—¿podrías adoptar a Niki y a Chleo?

—ja, ja, ja, por el amor de Dios Nélida, apenas y nos alcanza el dinero para las dos ahora que tu padre ya no está, y quieres que traiga más culicagadas a esta casa, no querida, además, quienes son esas dos? 

—son mis hermanas mayores.

— porque no puedes ser como las demás niñas normales, a esas dos apenas si las conoces, no son tus hermanas y no vendrán aquí. 

—son mis hermanas porque me quieren. 

—tú no sabes nada de querer. 

—¡Claro que lo sé y mucho más que tú! No tienes la menor idea de que es amar a alguien. 

Me abofetea... ¿Por qué lo hace? ¿Dije algo que no sea verdad?

—¿cómo me estás hablando culicagada? Soy tu madre y me respetas, a mí no me importa si las consideras tus hermanas o no, no van a venir aquí y punto. 

—entonces, me iré con ellas.

—ya no puedes ir a ese lugar, y aunque pudieras, tu padre murió y alguien tiene que cargar con las deudas de esta casa, y mientras tanto alguien más debe quedarse para hacer los quehaceres de la casa. 

—¿alguna vez te hice algo? —le pregunté con tristeza.

—...

— ¿por qué me odias? 

—porque llegaste a mi vida a reprimirme y arruinar mis planes, por eso. Ahora vete a dormir que me estresas, más de lo que ya estoy, anda vete. 

No me queda de otra mas que irme a dormir, con lágrimas en mis ojos, pensando, ¿cuándo volvería a ver a mis hermanas? ¿Qué pasaría con ellas? ¿Qué sería de mi vida de ahora en adelante? No sabía que él estar en casa no me salvaría de vivir un calvario, un calvario que ya había vivido y del que pensaba haber salido. 

Desde que llegue a casa, me levanto temprano a hacer los quehaceres de la casa, todo el día, como poco, mi madre no me deja mucha comida, así que yo misma preparo mi comida, luego me voy a dormir agotada, ya no puedo estudiar

La vida me traería sorpresas y no precisamente buenas. 

Mi madre salía todos los días, muy temprano en la mañana y llegaba tarde en las Noches. Yo solo me preguntaba que había pasado con las chicas del convenio, ¿a dónde había ido Niki? ¿Qué pasó con el profesor? ¿Por qué María no me visitaba? Preguntas a las cuales mi madre nunca quiso dar una respuesta. 

Las horas pasaban, a veces aprovechaba pequeños momentos para poder estudiar algunas cosas que ya había prendido, solía ir a la biblioteca a escondidas de mi madre, simplemente me resignaba a no estudiar, quería ser alguien.

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Comments

Graciela Peralta

Graciela Peralta

que pasara ahora con ella

2023-08-27

2

sonya martz

sonya martz

pobre Nélida

2023-07-25

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