MI DESTINO AL LADO DE ÉL
La lluvia caía ferozmente, golpeando su rostro y cubriendo sus lágrimas llenas de amargura y tristeza. Se sentía cansada, su respiración era rápida y agitada. Frustrada de seguir con su vida llena de sufrimiento, la llevó a huir con todas sus fuerzas, sin mirar atrás. No sabe cuánto corrió ni dónde está, solo desea seguir avanzando, pero su cuerpo ya no puede más y va en contra de su voluntad.
Su vestido empapado hacía ver su cuerpo esbelto a pesar de lo sucio y rasgado que estaba. Aún cumplía la función de hacerla ver hermosa en medio de su tragedia. Victoria había huido de su trágico destino de ser una colección más de su poderoso esposo, a quien solo le interesaba su propio dinero, su empresa y su vida llena de libertinaje fuera del foco de la prensa. Pero a pesar de haber escapado, no sabía a dónde ir ni qué camino tomar, pues la ira la llevó sin rumbo definido.
"¿Por qué tengo que soportar que me humillen, que hablen a mis espaldas? ¿Acaso no soy una mujer que merezca respeto? " Dijo respirando con profundidad para calmar sus lágrimas y continuar su camino por aquella avenida solitaria y oscura, en la cual se visualizaba el camino a la caída de los relámpagos y truenos.
Victoria continuaba por la vía y, a lo lejos, logró visualizar una luz. Reconoció el auto del guardaespaldas de confianza de su esposo y quedó inmóvil. No sabía si correr o rendirse. " ¿Qué hago, qué hago? No sé qué hacer, puedo huir, pero ¿a dónde? ¡No soy nadie, no tengo a nadie! " Solo existía melancolía y lágrimas en sus ojos. "Ya es tarde para mí."
El carro frenó frente a ella y Santiago, quien lucía un traje negro ajustado a su cuerpo, bajó rápidamente e inclinó un poco su cabeza en respeto a Victoria. Con rostro de preocupación, se dirigió con palabras suaves. "Señora, la hemos estado buscando durante horas. Ha dejado plantado al señor Walton en la apertura de su hotel frente a muchos personajes importantes." Le puntualizó con un gesto de preocupación y asombro-. Él está muy enfadado. Por favor, suba al auto. Debo llevarla de regreso a su hogar.
Victoria ríe frenéticamente: "jajajajaja, ahhh", y mira con enojo a Santiago, expresando con repudio: "¿Mi hogar? ¿A eso le llamas mi hogar? ¡Diría que es tu celda!" Ella pasa por su lado, rozando su hombro, e ingresa al auto. Su mente se inunda de miles de pensamientos llenos de temor, pues sabe de los alcances de su marido y que desobedecerle le traerá grandes consecuencias. El único sentimiento que tiene hacia él es miedo, un miedo abrumador que perturba su mente y pone a temblar su cuerpo. Ella sabe de sus repercusiones y de lo que sucede con aquellos que se convierten en su piedra de tropiezo en su camino. Su mano involuntariamente se agarra de la manija de la puerta con fuerza, como si de ello dependiera el no caer más en la oscuridad de su mente.
Santiago queda perturbado por su comportamiento. Jamás ella le había desobedecido a su señor. Siempre fue sumisa y nunca refutaba las órdenes que él le daba. Pensaba: "¿Qué la habrá llevado a contrariarlo después de dos años de matrimonio?" Y en ese mismo momento que se preguntaba por el proceder de la señora Walton, cierra la puerta del carro, da la vuelta e ingresa también. Enciende el carro y se dirige a la mansión de su señor Elon Walton. Pues ni él mismo podía predecir lo que podía ocurrir frente a esta nueva situación.
Transcurrido un largo recorrido, Santiago llega a su destino y voltea su rostro observando a su señora con lástima. "Señora Walton, hemos llegado", le habla con voz pasiva y despertándola de su sueño. "Señora, ya puede bajar del auto e ingresar a su casa".
Victoria despierta de su sueño cayendo en una verdadera realidad y miedo. No desea entrar. Tiene miedo de hacerlo, aunque Elon Walton no vive con ella. Sabe que esta noche no es diferente. No cumplió con su papel de esposa ante la sociedad. Por su mente, en segundos, se evocan recuerdos no gratos. El día en que conoció en persona a su desgracia y carcelero, pues su padre, a quien recordaba con cariño, era un hombre trabajador que con gran esfuerzo logró triunfar en el mundo de los negocios a través de una cadena de centros comerciales. Por muchos años fue socio y amigo de la familia Walton. Pero poco conocía a Elon Walton, y las veces que lo veía eran de escasos momentos. Los recuerdos de su infancia, cuando sus padres visitaban a la familia Walton, ella podía observar que desde niño Elon fue preparado para administrar todos los negocios de la familia. Solo a distancia lograba percibir un ser frío y calculador que fue alejado de la niñez y los juguetes, un privilegio que ella tuvo. Sin embargo, el destino quiso que aquel frío la abrazara también, al igual que ese mismo día lluvioso y tormentoso donde todo cambió. Pues los padres de Victoria, los señores Lauder, nunca llegaron a su hogar, ya que en su camino de regreso de la ciudad Merida a San Luis, su jet desapareció del radar en medio del espeso bosque sin ningún rastro del avión. El mal tiempo había acabado no solo con una familia prestigiosa de San Luis, sino con el corazón de Victoria y su destino.
Victoria solo tenía 18 años cuando todo sucedió. Su mundo se vino abajo. Lloraba todas las noches. Las pesadillas eran interminables y sus gritos de terror despertaban a todos los empleados de su casa, que al igual que ella, se sentían abrumados por la pérdida de los señores de la casa. Su nana lo único que pudo hacer fue pedir ayuda a la familia Walton, ya que reconocía la cercanía y afecto que se tenían. Temía que Victoria fuera absorbida por la tristeza y depresión, perdiendo las ganas de seguir viviendo. Le preocupaba que cometiera una locura.
En la madrugada, una de tantas noches sin poder dormir ni comer, el señor John Walton ingresó con su hijo a su residencia llegando a su alcoba. Observó a Victoria con la mirada perdida hacia la ventana. Sintió pena por ella. Su color pálido y delgadez eran muy notorios. Sabía que sus padres eran la luz de sus ojos, como ella lo era para ellos.
Así que caminó y se sentó al lado derecho al borde de su cama. Tomó su mano frágil y fría y al mirar fijamente a Victoria, quien sintió la imponencia de su presencia, que la obligó a mirarlo a los ojos mientras este decía: "Es hora de que dejes de llorar, niña. Con hacerlo no resucitarán tus padres. Tu actitud e inmadurez solo hace que las empresas de tus padres se vayan a la quiebra. Visitarás a un médico, te bañarás todos los días y te vestirás presentable, porque estás terrible, niña. Ah, y dejarás este lugar e irás a nuestra casa".
Victoria se encontraba perpleja frente a lo que oía. ¿Acaso iba a ser alejada de los únicos recuerdos de su familia? Logró reaccionar: "¿Qué? ¡No, por favor, no me lleve de mi casa!". Victoria derramaba lágrimas de súplicas ante el señor Walton y este, con una mirada de reproche, le dijo: "Entonces, compórtate como una Lauder y demuestra que eres capaz de sobrellevar sus muertes. ¿O acaso quieres tirar a la basura el amor y el esfuerzo de toda la vida de tus padres?". Ella acertó con un "sí" entre lágrimas y, a la vez, se dio cuenta de que él, el hijo del señor Walton, estaba en la puerta observándola, riéndose con sarcasmo y repudio.
El señor Walton se retira, pero antes de hacerlo, da su última advertencia: "Espero que cumplas con lo acordado, sino me veré obligado a sacarte de aquí y vender la villa. No lo olvides, depende de ti, niña". Aunque nunca tiene en su corazón deshacerse de la villa, es la única manera que encuentra para ayudar a la hija de su mejor amigo, pues sabe que si algo le pasara, su amigo no se lo perdonaría desde la otra vida. Da una palmadita a Victoria y se retira. Al hacerlo, Elon se acerca colocando su rostro muy cerca al de Victoria: "No eres nadie, solo una miserable huérfana que solo sabe llorar". Al pronunciar tan duras palabras, que dejan a Victoria con los ojos abiertos y horrorizada, mientras este se retira.
"**Señora Victoria, señora Victoria", Santiago observa que ella no le escucha, así que decide tocar su hombro y sacudirla: "¡Señora Victoria!". Victoria es sacada abruptamente de su recuerdo. "¡Ahhh! Lo siento, solo estaba recordando un poco". Santiago solo asume que la conducta de Victoria es aún más extraña. "Mi señora ha estado recordando, debió ser algo bueno para desentenderse del presente". Ella le sonríe tiernamente, y esto asombra al joven guardaespaldas que no puede entender por qué sonríe frente a su situación. Ella observa su mirada inquisitiva y decide despejar sus dudas: "Recordé el día en que entré voluntariamente a mi celda". Victoria se baja del auto dando un fuerte suspiro, voltea un momento y pregunta a Santiago: "¿Él está en casa?", a lo cual este responde: "Sí, señora".
Victoria mira hacia el cielo y pregunta nuevamente: "¿Está muy molesto?". Santiago no sabe cómo responder, así que decide hacerlo con sinceridad: "Hoy era un día importante, el Joven Walton tenía sobre la mesa el cierre de negocios importantes, pero quedaron suspendidos debido a su ausencia inesperada". Santiago dio un suspiro y continuó: "Por favor, trate de arreglar las cosas. No es bueno para ninguno de los dos, en especial para usted, señora".
Victoria camina unos pasos y voltea un momento, mirando con amabilidad a Santiago. "No te preocupes, trataré de escuchar tu consejo, pero a partir de hoy no sé si podré hacerlo. Creo que me volveré una agonía para ti, así que haz bien tu trabajo". El guardaespaldas queda confundido y presiente que sus días no serán tranquilos. Mientras tanto, cada paso que Victoria da siente que su voluntad y fuerza se quebrantan.
Me encontraba enfrente de mi casa, o lo que era mi casa, porque ahora forma parte de las propiedades de los Walton. Aquí es el único lugar donde puedo estar y sentir la presencia de mis padres. Toco el timbre de la puerta dos veces seguidas y la puerta se abre. Es mi nana quien, al verme, me abraza con ternura, llorando.
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Comments
Adriana Brito
aja no entiendo donde quedaron todos lis vienes de ella si era rica aja y ella era mayor de edad pirque la ivan a obligar a casarce con ese diablo si ella no queria eso nonlo entiendo
2024-07-30
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silvia
Pobre chica no tiene salida pues esos le robaron hasta su vida, vive la vida de él bueno de todos esa tortura mental 😞😣
2024-02-13
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Lilian Rodríguez Tórrez
los desgraciado de los Walton le quitaron su fortuna y sus ganas de salir adelante tanto el padre como el hijo son unos desgraciado ladrones viles ratas😡🤬
2023-06-04
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