NovelToon NovelToon

MI DESTINO AL LADO DE ÉL

CAPÍTULO 1 HUYENDO DE MI DESTINO

La lluvia caía ferozmente, golpeando su rostro y cubriendo sus lágrimas llenas de amargura y tristeza. Se sentía cansada, su respiración era rápida y agitada. Frustrada de seguir con su vida llena de sufrimiento, la llevó a huir con todas sus fuerzas, sin mirar atrás. No sabe cuánto corrió ni dónde está, solo desea seguir avanzando, pero su cuerpo ya no puede más y va en contra de su voluntad.

Su vestido empapado hacía ver su cuerpo esbelto a pesar de lo sucio y rasgado que estaba. Aún cumplía la función de hacerla ver hermosa en medio de su tragedia. Victoria había huido de su trágico destino de ser una colección más de su poderoso esposo, a quien solo le interesaba su propio dinero, su empresa y su vida llena de libertinaje fuera del foco de la prensa. Pero a pesar de haber escapado, no sabía a dónde ir ni qué camino tomar, pues la ira la llevó sin rumbo definido.

"¿Por qué tengo que soportar que me humillen, que hablen a mis espaldas? ¿Acaso no soy una mujer que merezca respeto? " Dijo respirando con profundidad para calmar sus lágrimas y continuar su camino por aquella avenida solitaria y oscura, en la cual se visualizaba el camino a la caída de los relámpagos y truenos.

Victoria continuaba por la vía y, a lo lejos, logró visualizar una luz. Reconoció el auto del guardaespaldas de confianza de su esposo y quedó inmóvil. No sabía si correr o rendirse. " ¿Qué hago, qué hago? No sé qué hacer, puedo huir, pero ¿a dónde? ¡No soy nadie, no tengo a nadie! " Solo existía melancolía y lágrimas en sus ojos. "Ya es tarde para mí."

El carro frenó frente a ella y Santiago, quien lucía un traje negro ajustado a su cuerpo, bajó rápidamente e inclinó un poco su cabeza en respeto a Victoria. Con rostro de preocupación, se dirigió con palabras suaves. "Señora, la hemos estado buscando durante horas. Ha dejado plantado al señor Walton en la apertura de su hotel frente a muchos personajes importantes." Le puntualizó con un gesto de preocupación y asombro-. Él está muy enfadado. Por favor, suba al auto. Debo llevarla de regreso a su hogar.

Victoria ríe frenéticamente: "jajajajaja, ahhh", y mira con enojo a Santiago, expresando con repudio: "¿Mi hogar? ¿A eso le llamas mi hogar? ¡Diría que es tu celda!" Ella pasa por su lado, rozando su hombro, e ingresa al auto. Su mente se inunda de miles de pensamientos llenos de temor, pues sabe de los alcances de su marido y que desobedecerle le traerá grandes consecuencias. El único sentimiento que tiene hacia él es miedo, un miedo abrumador que perturba su mente y pone a temblar su cuerpo. Ella sabe de sus repercusiones y de lo que sucede con aquellos que se convierten en su piedra de tropiezo en su camino. Su mano involuntariamente se agarra de la manija de la puerta con fuerza, como si de ello dependiera el no caer más en la oscuridad de su mente.

Santiago queda perturbado por su comportamiento. Jamás ella le había desobedecido a su señor. Siempre fue sumisa y nunca refutaba las órdenes que él le daba. Pensaba: "¿Qué la habrá llevado a contrariarlo después de dos años de matrimonio?" Y en ese mismo momento que se preguntaba por el proceder de la señora Walton, cierra la puerta del carro, da la vuelta e ingresa también. Enciende el carro y se dirige a la mansión de su señor Elon Walton. Pues ni él mismo podía predecir lo que podía ocurrir frente a esta nueva situación.

Transcurrido un largo recorrido, Santiago llega a su destino y voltea su rostro observando a su señora con lástima. "Señora Walton, hemos llegado", le habla con voz pasiva y despertándola de su sueño. "Señora, ya puede bajar del auto e ingresar a su casa".

Victoria despierta de su sueño cayendo en una verdadera realidad y miedo. No desea entrar. Tiene miedo de hacerlo, aunque Elon Walton no vive con ella. Sabe que esta noche no es diferente. No cumplió con su papel de esposa ante la sociedad. Por su mente, en segundos, se evocan recuerdos no gratos. El día en que conoció en persona a su desgracia y carcelero, pues su padre, a quien recordaba con cariño, era un hombre trabajador que con gran esfuerzo logró triunfar en el mundo de los negocios a través de una cadena de centros comerciales. Por muchos años fue socio y amigo de la familia Walton. Pero poco conocía a Elon Walton, y las veces que lo veía eran de escasos momentos. Los recuerdos de su infancia, cuando sus padres visitaban a la familia Walton, ella podía observar que desde niño Elon fue preparado para administrar todos los negocios de la familia. Solo a distancia lograba percibir un ser frío y calculador que fue alejado de la niñez y los juguetes, un privilegio que ella tuvo. Sin embargo, el destino quiso que aquel frío la abrazara también, al igual que ese mismo día lluvioso y tormentoso donde todo cambió. Pues los padres de Victoria, los señores Lauder, nunca llegaron a su hogar, ya que en su camino de regreso de la ciudad Merida a San Luis, su jet desapareció del radar en medio del espeso bosque sin ningún rastro del avión. El mal tiempo había acabado no solo con una familia prestigiosa de San Luis, sino con el corazón de Victoria y su destino.

Victoria solo tenía 18 años cuando todo sucedió. Su mundo se vino abajo. Lloraba todas las noches. Las pesadillas eran interminables y sus gritos de terror despertaban a todos los empleados de su casa, que al igual que ella, se sentían abrumados por la pérdida de los señores de la casa. Su nana lo único que pudo hacer fue pedir ayuda a la familia Walton, ya que reconocía la cercanía y afecto que se tenían. Temía que Victoria fuera absorbida por la tristeza y depresión, perdiendo las ganas de seguir viviendo. Le preocupaba que cometiera una locura.

En la madrugada, una de tantas noches sin poder dormir ni comer, el señor John Walton ingresó con su hijo a su residencia llegando a su alcoba. Observó a Victoria con la mirada perdida hacia la ventana. Sintió pena por ella. Su color pálido y delgadez eran muy notorios. Sabía que sus padres eran la luz de sus ojos, como ella lo era para ellos.

Así que caminó y se sentó al lado derecho al borde de su cama. Tomó su mano frágil y fría y al mirar fijamente a Victoria, quien sintió la imponencia de su presencia, que la obligó a mirarlo a los ojos mientras este decía: "Es hora de que dejes de llorar, niña. Con hacerlo no resucitarán tus padres. Tu actitud e inmadurez solo hace que las empresas de tus padres se vayan a la quiebra. Visitarás a un médico, te bañarás todos los días y te vestirás presentable, porque estás terrible, niña. Ah, y dejarás este lugar e irás a nuestra casa".

Victoria se encontraba perpleja frente a lo que oía. ¿Acaso iba a ser alejada de los únicos recuerdos de su familia? Logró reaccionar: "¿Qué? ¡No, por favor, no me lleve de mi casa!". Victoria derramaba lágrimas de súplicas ante el señor Walton y este, con una mirada de reproche, le dijo: "Entonces, compórtate como una Lauder y demuestra que eres capaz de sobrellevar sus muertes. ¿O acaso quieres tirar a la basura el amor y el esfuerzo de toda la vida de tus padres?". Ella acertó con un "sí" entre lágrimas y, a la vez, se dio cuenta de que él, el hijo del señor Walton, estaba en la puerta observándola, riéndose con sarcasmo y repudio.

El señor Walton se retira, pero antes de hacerlo, da su última advertencia: "Espero que cumplas con lo acordado, sino me veré obligado a sacarte de aquí y vender la villa. No lo olvides, depende de ti, niña". Aunque nunca tiene en su corazón deshacerse de la villa, es la única manera que encuentra para ayudar a la hija de su mejor amigo, pues sabe que si algo le pasara, su amigo no se lo perdonaría desde la otra vida. Da una palmadita a Victoria y se retira. Al hacerlo, Elon se acerca colocando su rostro muy cerca al de Victoria: "No eres nadie, solo una miserable huérfana que solo sabe llorar". Al pronunciar tan duras palabras, que dejan a Victoria con los ojos abiertos y horrorizada, mientras este se retira.

"**Señora Victoria, señora Victoria", Santiago observa que ella no le escucha, así que decide tocar su hombro y sacudirla: "¡Señora Victoria!". Victoria es sacada abruptamente de su recuerdo. "¡Ahhh! Lo siento, solo estaba recordando un poco". Santiago solo asume que la conducta de Victoria es aún más extraña. "Mi señora ha estado recordando, debió ser algo bueno para desentenderse del presente". Ella le sonríe tiernamente, y esto asombra al joven guardaespaldas que no puede entender por qué sonríe frente a su situación. Ella observa su mirada inquisitiva y decide despejar sus dudas: "Recordé el día en que entré voluntariamente a mi celda". Victoria se baja del auto dando un fuerte suspiro, voltea un momento y pregunta a Santiago: "¿Él está en casa?", a lo cual este responde: "Sí, señora".

Victoria mira hacia el cielo y pregunta nuevamente: "¿Está muy molesto?". Santiago no sabe cómo responder, así que decide hacerlo con sinceridad: "Hoy era un día importante, el Joven Walton tenía sobre la mesa el cierre de negocios importantes, pero quedaron suspendidos debido a su ausencia inesperada". Santiago dio un suspiro y continuó: "Por favor, trate de arreglar las cosas. No es bueno para ninguno de los dos, en especial para usted, señora".

Victoria camina unos pasos y voltea un momento, mirando con amabilidad a Santiago. "No te preocupes, trataré de escuchar tu consejo, pero a partir de hoy no sé si podré hacerlo. Creo que me volveré una agonía para ti, así que haz bien tu trabajo". El guardaespaldas queda confundido y presiente que sus días no serán tranquilos. Mientras tanto, cada paso que Victoria da siente que su voluntad y fuerza se quebrantan.

Me encontraba enfrente de mi casa, o lo que era mi casa, porque ahora forma parte de las propiedades de los Walton. Aquí es el único lugar donde puedo estar y sentir la presencia de mis padres. Toco el timbre de la puerta dos veces seguidas y la puerta se abre. Es mi nana quien, al verme, me abraza con ternura, llorando.

CAPITULO 2 MI REALIDAD AL LADO DE ÉL

Victoria observaba con ternura a su nana. Para ella, su nana era como su segunda madre. Correspondió su abrazo y le dijo: "Estoy bien, nana, no te preocupes".

Al levantar la mirada, observó a lo lejos a él sentado en el sofá de la sala, despreocupadamente con un vaso de whisky en su mano derecha, agitándolo. Su mirada se ciñó hacia ella. Elon dejó su bebida sobre la mesa, se levantó colocando sus manos en sus bolsillos. Su mirada vacía solo la llenó de miedo, pues sentía que sus piernas se derrumbaban.

Victoria lo observó con detalle y cautela. Aunque hacía tiempo que no se veían, tampoco tuvo la oportunidad de verlo en la fiesta de apertura. Notó que sus rasgos habían cambiado mucho, como también su mirada. Una mirada aún más gélida y vacía, como ver un ser sin emociones, alguien a quien no puedes decifrar sus pensamientos y acciones.

Elon se acercó un poco y expresó con reproche: "¡Niña! Ella no es una niña, señora Enni. Es una adulta que hace tonterías para que los demás se preocupen... ¿no lo crees?".

Victoria no sabía qué decir frente a sus palabras. Sentía que no había suficiente oxígeno para respirar. Levantó por un momento su mirada, viendo lo cerca que estaba él, y bajó su mirada rápidamente. "¿Por qué se ha hecho tan alto?", solo admitió las duras palabras de su esposo con el silencio.

En sus pensamientos, sabía que él no haría nada delante de su nana. Su mente seguía divagando... "Hasta con el más insignificante ser humano que esté a su alrededor, no le gusta mostrar su verdadera naturaleza. Solo finge, solo usa máscaras... es un...".

Elon cuestionó los pensamientos de Victoria y decidió sacarla de ellos. "Victoria, te espero en el despacho. No tardes. Y señora Enni, agradezco que no nos interrumpa. Debo hablar seriamente con mi esposa". Victoria acertó con su mirada y observó a su nana. Acarició su rostro dando una sonrisa. "Mi querida nana, déjanos solos, por favor". Mientras en su mente, "Quiero que piense que todo estará bien".

Victoria no se veía muy convencida por quien había sido su única aliada y buscaba desesperadamente convencerla de retirarse. "Nana, ya te puedes ir a casa. Todo está bien. No debes trasnochar por mi culpa. Debes cuidarte, durar muchos años para que me hagas compañía. Eres como una madre para mí, lo único que me queda de un calor filial. Dile a Santiago que te lleve a casa".

Su nana sabe que el joven Elon Walter no ha sido sincero con respecto a ser un esposo verdadero hacia Victoria y sabe que las acciones de su niña no lo tienen contento como esposo. No comprende cómo estos dos viven como extraños aún conociéndose de toda la vida, pues la cercanía que existía en sus padres parece no haberse manifestado en sus hijos. Sabe que el joven amo rara vez solicita a su esposa en los eventos de sus negocios y si lo hace es porque el apellido Lauder contribuye a forjar alianzas entre empresarios.

Aquella anciana comprende que debe retirarse, no antes sin recordarle a su más preciada niña lo valiosa que es: "No lo vuelvas a hacer... casi muero de angustia... perder a tus padres fue doloroso, pero el perderte a ti sería mi final".

Victoria sabe que sus palabras se dirigen a ella con gran preocupación: "No nana, no digas eso", con lágrimas en sus ojos. "No volveré a preocuparte".

Ve partir a su nana, pero no sin antes pedirle a Santiago que la lleve a su casa y se asegure de que llegue bien. Ella regresa nuevamente y se dirige al despacho... tiene miedo, nunca él ha hecho nada en contra de ella, pero ha visto lo que le hace a los demás y ella fue en su contra, en desobedecerle y huir de aquella fiesta.

"Abrí la puerta y él está ahí sentado con sus piernas cruzadas mirándome fijamente, no cabe duda de que mi voluntad siempre se doblega ante él... no pude avanzar más... mis piernas no me lo permiten, siento como mi corazón se acelera, veo como mi cuerpo tiembla involuntariamente, solo quiero huir... intento dar un paso hacia atrás pero quedo perdida y atrapada por su mirada que desnuda mis pensamientos, él me ve como si me informara que sabe lo que pasa por mi mente y siento una advertencia a través de sus ojos que me dice NO INTENTES HUIR".

Elon observa como un témpano de hielo...

"¿A dónde crees que vas?"... miró de forma desafiante a Victoria... podía ver cómo tiembla ante su presencia... sabía que le tiene miedo, siempre ha sido así y eso le favorecía. Ella camina hacia él y se sienta al frente de Elon. "Me acerco a su rostro, noto una palidez en su rostro como también veo que su vestido está empapado, al parecer solo huyó para vagar sin sentido y con mi mano tomo su rostro y levanto su mirada para expresar:

"No me hables con la mirada hacia abajo, no eres un avestruz".

Ella queda congelada frente a su advertencia.

Elon preguntó "Ahora dime qué te dio la valentía de salir de la fiesta cuando sabías que debíamos presentarnos ante los inversionistas... sabes que algunos de ellos lo hacen por lo que tu padre representó en el mundo de los negocios y tú eres una ficha clave. Representas a la familia Lauder o lo que queda de ella".

Victoria siente que no puede respirar, él está tan cerca suyo que no sabe si es malo o bueno, jamás habían tenido ese tipo de cercanía. La última vez había sido hacía un año, pero solo entrelazó su brazo para ingresar a la fiesta de gala en honor por el aniversario número 50 de casados de aquella pareja, socios de su esposo, pero después de las presentaciones él cogió su camino y ella solo se sentó en un rincón hasta que todo terminó y volvió a la villa sin saber más de él... hasta hace dos días que envió un mensaje de texto informando de un nuevo evento que requería su presencia.

"No quería estar ahí! " Empezó a llorar llena de frustración y se liberó de su agarre... -¡No quiero ser un objeto más, quiero tener una vida como todos los demás! -dime por qué tengo que soportar todo eso!!- ¿Por qué tengo que aguantar que hablen a mis espaldas y me traten como una don nadie?

Elon observaba con asombro en su interior, era la primera vez en toda su vida que veía a Victoria desobedecer... aunque no era cercana a ella, pudo percibir desde que eran niños que jamás desobedeció a sus padres como tampoco a los suyos cuando se hicieron cargo de ella, siempre la consideró una muñeca sin vida propia. Y al terminar de escuchar sus quejas...

"Ya te desahogaste... nunca te habías expresado, pensé que no tenías lengua"- rio con sarcasmo "Eres buena aguantando porque no hacerlo hasta el final" observó como ella le miraba con odio y frustración -"no me mires así... si tu vida es un asco es porque tú lo decidiste, no me culpes, querida esposa". Victoria anonadada responde:

"¿Cómo te atreves? Yo jamás desearía ser un títere de un maldito... de un hombre como tú . Además, no fue mi decisión, fue tu familia la que me arrebató todo y me ha sometido a tu yugo. Victoria lo observó con odio, pero veía también en su rostro el mismo sentimiento hacia ella. No había vuelta atrás, creía que insultarlo había empeorado las cosas... ya no había marcha atrás.

-¿Qué dices, Victoria?... Elon se acerca a ella, se inclina hacia atrás sobre el sofá. Ve su rostro lleno de miedo. Nadie me le ha insultado de esa manera. "¿Quién te crees para insultarme, mugrienta? " Agarró con fuerza su cabellera. En los pensamientos de Elon hay sentimientos encontrados... "¿cómo alguien puede vivir tan vacíamente una vida? ¿Cómo puede vivir con un mar de pretextos para justificar lo inútil que es? Siempre supe que solo me casé con un ser hueco".

Victoria ve como su rostro se distorsiona. Al parecer, soltó algunas palabras que no debía y su agarre estaba haciendo doler su cabeza. No lo soportaba más, estaba sintiendo que su cabello sería desprendido en cualquier momento. "¡Suéltame, por favor... no me lastimes! " No podía parar de llorar.

En el despacho solo se podía sentir el aire pesado que emitía Elon y el llorar de Victoria en súplica por aquel dolor agonizante. Elon reacciona, la suelta y vuelve a su compostura tranquila y manifiesta a Victoria:

"Quiero recordarte algo... mi familia no te ha robado nada, no fui yo quien decidió perder el tiempo. Tú bien pudiste estudiar una carrera relacionada con los negocios de tu padre. No fui yo quien decidió que murieras de tristeza y no fui yo quien no superó la muerte de tus padres. Tampoco te obligué a que te casaras conmigo. Fue tu decisión, no mía. Recuerda, yo lo acepté porque eras un buen negocio. Era la fusión de las dos empresas y, por respeto a tus padres, decidí llevar las riendas que tú soltaste sin ningún atisbo, mujer. Y que yo sepa, también tenías la opción de que te negaras. Así que no te quejes y más bien haz algo productivo por ti... en vez de estar de holgazán todo el día con tus amigas"...

Victoria responde "Elon, ¿por qué eres así? Sabes muy bien que si acepté casarme fue porque tus padres así lo quisieron y no podía negarme, ya que ellos se habían encargado de mí " lloró desconsoladamente y mientras su boca permanecia en silencio su mente expresaba: Me duele la cabeza el maldito me jaló fuertemente del cabello. Hoy lo detesto, pero no puedo decírselo, no soy capaz.

Elon aun molesto expresa: Victoria, toda mi vida me he propuesto mantener en alto el nombre de mi familia. Nunca te he pedido ni exigido que cumplas con tus deberes de esposa y tampoco he invadido tu espacio. Pero me canso de lo inútil que a veces eres... Mañana cenaremos con las inversionistas. Arréglate, hermosa, y espero que te portes bien. No me eches a perder mi negocio y mi paciencia. No te conviene. Adiós, esposa - Elon se retira pero nuevamente se acercó y le dio un beso en la frente, y le anunció "muchas cosas cambiarán a partir de ahora... perderás ciertos privilegios y, para evitar que te vueles otra vez, una persona estará a tu lado las 24 horas "

Victoria queda desconsolada, sube a su cuarto, se acuesta a un lado de la cama sin importarle que aún tiene el vestido puesto y mojado, y en medio de lágrimas se queda dormida.

CAPÍTULO 3 ELON WALTON

Elon sale de la villa y Santiago rápidamente le abre la puerta del automóvil. Al momento de ingresar, Elon se detiene y mira a su guardaespaldas. "Quiero un guardaespaldas las 24 horas al lado de Victoria. No podrá salir sino está acompañada. No quiero más estupideces de su parte... Veremos qué cara pone la niña mañana", sonríe con malicia. Vuelve su mirada a su guardaespaldas y expresa nuevamente: "Mañana ve a mi departamento y organiza mis cosas, solo lo básico, y tráelo a la villa".

Santiago queda perplejo frente a su solicitud. "Señor, ¿vendrá a vivir con la señora?".

"Creo que la he descuidado... Le he dado mucha libertad a mi esposa. Es hora de tomar las riendas... ¿No lo crees?", responde Elon. Santiago asiente, pero sabe que nada le será fácil a partir de mañana para la señora Victoria.

Elon sube al carro y desabrocha su corbata, recostando su cabeza hacia atrás. De pronto, pregunta a Santiago mientras este arranca el auto: "¿Qué opinas de Victoria?". Este nunca hubiera pensado que su jefe le pediría opinión acerca de su esposa, lo cual siente temor en responder. Elon comprende la situación y manifiesta: "Puedes hablar". Santiago da un suspiro fuerte y expone: "Creo que la señora sólo se ve algo perdida. Es joven y la juventud nos hace cometer a veces errores. Recuerde que ha perdido a sus padres y los señores Walton no están y la han dejado bajo su cuidado. Es normal que cometa errores cuando no tiene quien la oriente. Por eso, mi señor... Creo que debería ser más comprensivo".

Elon no responde a las sugerencias dadas, pero sabe que Victoria necesita encarrilarse y eso es lo que hará, pero a su manera. En su mente vagan recuerdos y pensamientos sobre lo mucho que su vida ha girado desde su nacimiento hasta ahora.

"Vengo de una familia de empresarios. El apellido de nuestra familia es reconocido. Mi padre me formó desde niño para heredar no sólo sus empresas, sino también realizar una administración adecuada. Y a medida que el tiempo pasaba y me involucraba más en los negocios de mi padre, reconocía la gran responsabilidad que me estaba entregando. Era mi deber sostener las empresas, propiedades, inversiones y, sobre todo, las miles de personas que laboran en ellas. Pues gracias a su trabajo y dedicación, las empresas Walton & Lauder gozan de una solidez en el mercado".

Mis padres eran cercanos a los Lauder, lo sé porque desde que tengo uso de memoria eran sus grandes amigos, más bien los consideraban como su familia y eso llevó a que las dos familias se unieran en grandes proyectos financieros y familiares, que en su momento estaban generando millones de dólares. Y fue a través de ellos que conocí a Victoria, siempre estaba rodeada de todo lo que deseaba, sus caprichos eran la forma de consentirla sus padres, siempre era una molestia, pues en las reuniones familiares debía cuidar de ella, de sus rabietas y quejumbres. Era bastante agotador, pero mi padre siempre me recordaba que debía cuidar de esta niña, ya que debido a los negocios y a la relación en las familias, ella siempre estaría presente en mi vida, lo que no sabía era la forma tan presente dentro de los planes de mis padres.

Hasta que el día menos esperado llegó, los esposos Lauder habían fallecido en un accidente aéreo. Esto no solo afectó grandemente las acciones financieras de las dos familias, sino también el ánimo de mis padres. Victoria se convirtió en su prioridad, pues su mundo encantado había desaparecido de un momento a otro. Y fue allí donde mi padre me notificó que los futuros planes debían adelantarse, para mi sorpresa, aquellos planes eran la unión de las familias a través de nuestro matrimonio, una decisión tomada tanto por los padres de Victoria como los míos, donde nuestras opiniones no fueron consultadas. Aunque fue una sorpresa, la asimilé como una obligación más que debía cumplir como heredero.

Después de la boda, mi padre dejó totalmente en mis manos la administración y como CEO he demostrado mi rudeza en los negocios. Mi padre reconoce mi liderazgo, se siente tranquilo al saber que el trabajo de generaciones queda en buenas manos y decide viajar con mi madre por el mundo. Y más oportuno no pudo ser su viaje. De esa manera, aproveché la situación y dejé las cosas claras con Victoria. Como ella no deseaba alejarse de la villa de sus padres, ese sería su hogar, solo nos encontraríamos si fuese necesario. Sabía que mi decisión le aliviaba su corazón y de esa manera ninguno de los dos se sentiría cohibido.

En cuanto a las empresas Lauder, estas pasaron automáticamente a mi poder el día de la boda, porque no permitiría que su negligencia acabara con lo que tanto había trabajado, en especial el esfuerzo de su padre, a quien admiraba. No hubo resistencia, solo desinterés frente a lo sucedido por parte de Victoria, y por eso no comprendía cómo la única heredera de los Lauder no se interesaba por el patrimonio de su familia. Sabía que su decisión era egoísta y presentía que sería un problema futuro, un futuro que llegó demasiado pronto con la muerte de sus padres.

Nuestras empresas se vieron afectadas cuando uno de los grandes pilares falleció y no veían esperanzas en sus inversiones hacia nosotros, por la carencia y credibilidad en las habilidades financieras de la hija de los Lauder. Aunque mi padre no lo veía así, yo sabía que la actitud de Victoria no ayudaba para nada y la única manera de sobrevivir a la crisis que se avecinaba era unificando los dos grandes imperios a través de un matrimonio apresurado que le daría solidez a nuestra economía y confianza a nuestros inversionistas. Ella solo tenía 18 años y yo 23 cuando, a través de los votos sagrados ante una iglesia, dimos el sí como habían requerido sus padres y los míos.

Tal vez si Victoria hubiera estudiado una carrera relacionada con los negocios de su padre y se hubiera involucrado más, no estaríamos viviendo como dos completos extraños. Toda esta situación es la que me lleva a ser indiferente, para mí no existen excusas para su negligencia e ineptitud. Reprocho totalmente la incapacidad de las personas y la falta de visión. Para mí, Victoria representa todo aquello que me repugna.

No me interesa alguien que no es capaz de cargar ni con su propia vida. En el mundo debes sobrevivir sin importar qué, o solo eres un estorbo en la sociedad.

Por respeto a nuestras familias ante la sociedad, tanto ella como yo nos damos nuestro lugar, pero la realidad es otra. Su egoísmo y terquedad me han llevado a tomar decisiones. Si no se comporta, haré que lo haga por las buenas o las malas. No permitiré que afecte nuevamente mis negocios.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play