En la banca de una parada de autobús se encuentra sentada una chica, su belleza no es tan deslumbrante, ni mucho menos llama la atención de las personas a su alrededor, solo es una persona más que existe en esa ciudad, su mirada ve algo que no esta ahí, tal vez un pasado, un recuerdo, no se puede saber con certeza, pero, es una mirada triste.
El autobús ha llegado, ella se levanta lentamente. Un suspiro ahogado sale de sus labios, es como si no quisiera subirse a ese vehículo, pero termina poniendo el pie en uno de los escalones, para después darse cuenta que ahora esta sentada en una de las sillas del autobús. Su cabeza esta recostada sobre el frío vidrio de la ventana, su mirada se hunde en el poco tráfico de los coches y motocicletas.
Bit-bit-bit.
Suena su celular, el sonido de aquel aparato es en vano, ya que su sonido no llega al pensamiento de ella, su mente no se encuentra en el mundo tangible. Una lágrima escurre por su rosada mejilla, alguien toca su hombro de la chica apartándola de su mundo.
"Disculpa tu celular está sonando" dice una señora que va en el asiento detrás de la chica, al ver las lágrimas en su rostro se lamenta de haberle hablado.
La chica no dice nada, solo toma el celular que está en su bolso y contesta la llamada.
"¡Emily! ¡Dónde diablos te has metido! Tu padre está preocupado por ti, regresa a casa, hazlo por favor, n…”
Las palabras de aquella mujer en preocupación se cortan, ya que la chica llanada Emily interrumpió la llamada arrojando el celular por la ventana del autobús, la mujer que iba detrás de ella estaba asombrada de la acción que había realizado, daba cuenta que estaba sufriendo en exceso, siendo tan solo una pequeña jovencita.
¿Cuál era el motivo para que la chica actuara así? ¿Por qué parecía tan triste y desorientada? Todo era un misterio, que pronto sería resuelto.
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“Vamos a ir a tú casa, quiero ver una película mientras te abrazó” dijo Liz, que iba agarrada de mi mano, no soy de dar muestras de afecto en público, pero no podía decirle no a ella.
Mis clases en la universidad habían terminado por hoy, me apresuraba a salir cuando Liz me sujeto de la mano impidiéndome escapar, en cierta medida me gusta estar con ella, pero no logro aceptar que estoy en una relación, he pasado un largo tiempo en soltería y en soledad que no deseo tener mucha compañía, eso solo haría mi vida más molesta.
“¿o sería bueno ir a comer algo delicioso? Dime” dijo Liz mientras daba media vuelta para pararse enfrente de mí.
“¿que haces aquí? Dije, la presencia de aquella chica movía mi mundo.
Mi reacción y mis palabras fueron tan obvias que Liz volteó a ver aquella chica que me causaba inquietud.
“¿quién es ella? Dijo Liz.
“Ella es mi hermanita” respondí ante la pregunta de Liz, estaba tan desconcertado que ella estuviera delante de mí.
“¿que haces aquí Emily?” dije, verla a ella no me daba gusto.
“Eres la única persona a la que puedo acudir” dijo Emily mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.
“¿ahora que trama ese anciano?” le pregunté a Emily, ya que sus lágrimas decían que algo había hecho su padre para que ella llegara llorando.
“¡no quiero volver a casa! ¡Mi padre quiere que me case con un extraño!” dijo Emily mientras su llanto se incrementaba, trataba de ocultar su rostro con sus manos.
“Ya veo, ¿y que crees que yo puedo hacer? Casarte es tu decisión no mía, ni de tu padre, elige tú” le dije, tal vez no le di palabras de consuelo, pero eran las únicas palabras que podía haber dicho.
“Solo déjame quedarme contigo hermano, si continuo con nuestro padre seguro terminaré casándome” dijo Emily, mientras caminaba hacia mí.
“¿la dejarás vivir contigo? Hazlo, es tu hermana, además te sobran cuartos” me dijo Liz mientras me veía a los ojos, aquella mirada de preocupación me lo decía todo, sabía que estaba sufriendo por ver a mi hermanita, sabía también que mi orgullo era fuerte.
“está bien, puedes quedarte en mi casa, pero no me causes problemas” dije, no soy muy bueno en esta clase de situaciones y me cuesta abrirme a los sentimientos.
“Gracias, gracias hermano” dijo Emily secándose las lágrimas y quitándose los mocos, se veía que no la estaba pasando bien, no sé que tanto habrá sufrido a lado de su padre, tal vez su vida no fue tan bella, tal vez tuvo todo el dinero que a mí me había faltado, pero no lo que en verdad añoraba, que era la cosa más simple y común, amor.
“Nos dirigimos a casa de Adán, acompáñanos, por cierto mucho gusto, yo soy Liz la novia de Adán y tu nuera" dijo Liz mientras se acercaba a Emily para abrazarla.
Emily abrazo a Liz, sus lágrimas estaban deteniéndose, pude ver una pequeña sonrisa de felicidad mientras veía su rostro en el hombre de Liz, no sé cómo pude evitar no llorar, mis recuerdos volvían, veía el rostro de mi hermanita, un recuerdo de mi vida, uno no muy feliz, era el rostro de mi hermanita abrazando a mi madre, mi madre se despedía de ella, sus lágrimas de ambas eran muy fuertes, el llanto de ambas aún esta en mí, es un recuerdo imposible de olvidar.
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