Transcurrieron sesenta soles para que yo me acostumbrara a ese mundo, casaba animales de ese mundo, pero estos eran bestias sumamente peligrosas, ellos te atacaban mientras uno trataba de matarlos a ellos, este mundo era peligroso, agradezco haber aparecido en aquellas tierras áridas, ya que ahí los depredadores casi no habitan, todo esto por la falta de alimento de esa zona, yo ahora me encontraba en una tierra más fértil, pero esto significaba que era más peligroso vivir ahí.
El lugar tenía un ecosistema cálido, húmedo, se parecía a la selva, pero está tenía innumerables especies asesinas, no solo las bestias, también las plantas podían matarte si eras torpe, ya que muchas de las plantas eran tóxicas, tenías que prestar atención que plantas eran ingeridas por las criaturas del lugar para que uno pudiera comerlas, el conocimiento que tenía del rey me daba oportunidad de saber cosas de ese lugar, la vida ahí era de matar o ser matado, ahora con más razón entendía la evolución de aquellas criaturas.
Nunca había estado tan solo, al principio fue algo diferente, pero no me molesto, aunque de vez en cuando pensaba demasiado, sobre mi vida en el planeta tierra, o Sofía, era evidente que aún no la había dejado de pensar, no importaba en que me hubiera convertido o el sufrimiento que ella me hubiera causado, un amor es difícil de olvidar, tiene un proceso para al fin desprenderse de ese dolor, y eso es el tiempo, y también la idea constante de que uno jamás volverá con esa persona. Que un amor se aparte de ti es equivalente a que esa persona muera.
Como me lo había propuesto antes, una de mis metas era hacerme fuerte, durante los primeros días hasta los últimos días que estuve ahí, estuve entrenado, tenía que volverme más fuerte, practique varias de las técnicas de combate del antiguo rey, incluso trate de mejorar algunas de ellas, quería lograr llegar al mismo nivel que el antiguo rey, pero eso no sería tan sencillo, necesitaba tiempo y práctica.
Muchas veces hice ejercicios de concentración, para incrementar mi energía, buscaba la forma de alcanzar nuevos niveles, el antiguo rey había nacido con un poder grande, pero en la culminación de su vida había rebasado aquel poder, poder que después le pareció insignificante, en pocas palabras su poder era fuerte pero lo hizo crecer a niveles poco creíbles, yo también podía hacer lo mismo, pero ahora lo podía hacer con más eficiencia, retiraba las cosas que no funcionaban, los entrenamientos que solo retrasarán mi crecimiento, cabe mencionar que la especie de los "kenu" así se hacen llamar, no son seres que razonan sobre entrenamientos, el rey era un ser único, el sí razonaba, creo que gracias a ello logro más que sus predecesores y las nuevas generaciones.
Estuve catorce soles en una cueva, solo unos pocos rayos de sol traspasaban las grietas de la cueva que me decían que aun era de día, no comía, estaba en ayuno total, tenia que concentrarme en mi energía, ya que mientras más energía fluyera en mí, mí cuerpo podría crear más materia, diferentes tipos de ella, con más dureza y resistencia.
Quería hacer algo muy diferente, quería minimizar mí sangré, la sangre que corría por mis venas, aquella que ahora me hacía tener una apariencia de monstruo, quería que desapareciera mi piel blanca lechosa, mis orejas puntiagudas y el intenso color plateado de mí cabello, esto es simple de explicar, la energía que tenía era proporcionada por mi sangre, era algo biológico, pero así también podía hacer que mi poder disminuya, o comprimir dicha energía para ser más exacto.
Sabia que al controlar la energía de mi cuerpo también controlaría parte de mi biología, aquella energía tenia las propiedades de crear, controlar, manifestar, incluso controlar las células, era extraño, pero era real, someterme a ese entrenamiento me dejaba débil físicamente y mentalmente, pero me daba acceso a la tan apreciable energía que yo tanto ansiaba, si lograba controlar aquella energía una puerta nueva se abriría, los primeros escalones se crearían para compararme o superar a ese sujeto sentado en el trono.
Como veía las cosas algún día el rey de este mundo y yo tendríamos que pelear, el destino de la tierra era ser invadido por ellos, no habría diálogo entre nuestras especies, solo una masacre, tal vez las bombas atómicas funcionaran, pero se llevarían con ellos a millones de personas solo por derrotar a cientos de ellos, mi mundo estaba apunto de tener un apocalipsis de demonios, no podía quedarme de brazos cruzados cuando sabía que era el único que podía detener esta guerra bélica.
Catorce soles no fueron suficientes, así que salí para cazar y comer, después volví a aquella cueva y pase treinta soles más, el cuerpo de un monstruo soporta más el hambre, es sorprendente, pero en esos días de ayuno y concentración al máximo hicieron que lo logre.
Logre lo que quería, incremente mi poder, la capacidad de controlar mi energía para crear materiales más duros y moldearlos a mi gusto, ahora podría tocar cualquier material y replicarlo, y lo más importante controlar mi sangre, ahora regresar al planeta tierra no seria un problema, también regresar a una apariencia humana me ayudaba a ahorrar energías y mi presencia se ocultaba, aunque eso no importaba mucho porque al parecer era el único que podía sentir la energía de los demás o eso creía.
Todo el tiempo estaba entrenando, no dejaba de hacerlo, pero ahora había empezado a moverme de lugar, gracias a los recuerdos del antiguo rey ahora sabía donde es que empezaban a aparecer los primeros portales, en aquellas tierras áridas donde había aparecido antes era una de las zonas donde aparecían, pero también habían otros lugares donde estos surgían espontáneamente, no quería cometer una tontería así que me dirigí a las tierras áridas, ya que si utilizaba otro portal que no sea el mismo, cabía la posibilidad de aparecer en otro punto del planeta tierra, no quería verme en vuelto en noticieros o entrevistas de como había llegado a otro continente, y la verdad mi plan no era llamar la atención, no quería que nadie sepa que tenia habilidades diferentes o súper poderes, como odió decir súper poderes, es la verdad, pero bueno.
Que alguien sepa que tienes ese tipo de habilidades solo te crearía problemas con la sociedad y más con el gobierno, la humanidad es muy codiciosa con el poder, me mantendrían aislado mientras me hacen experimentos para robar mis habilidades, tratarían de recrearme para así tener más soldados como yo, tal y como me crearon a mí. Aún me quedo pensando ¿por qué aquel tipo trato de replicar a alguien con la fuerza de su antiguo rey? es algo difícil de creer, tal vez era un rarito de su especie, no lo se.
Maldita sea, como extrañaba comer unas hamburguesas, con sus papas, una coca cola, pizza, deliciosa pizza, de solo pensarlo se me hacia agua la boca, la verdad que ese mundo no tenía nada sabroso, extrañaba la comida más que nada, si volvía tendría una vida mejor, además mi muerte se había retrasado por la sangre del rey, había renacido en un ser diferente, moriría pero ya no por el cáncer, todas las noches pensaba en que volvería y viviría en una casa enorme, solo para mí solito, pero también tomaba en cuenta que para llevar esa vida de ensueño tendría que matar a todos los monstruos que pisaran el planeta tierra, mi camino estaba húmedo por la sangre que derramaría de mis enemigos, ahora me tocaba a mí torturar, y lo disfrutaría.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 50 Episodes
Comments