Los fines de semana son considerados días de descanso, una puerta a la relajación, ayuda a bajar el estrés, la tensión del trabajo, decir que Dios descanso al séptimo día no me suena tan creíble, es un dios, los dioses no necesitan descanso, si no, no sería un dios, pero como yo no era un dios necesitaba del descanso, de liberar estrés, y era obvio que no lo estaba logrando ahora con esta tipa a mí lado.
La idea era disfrutar una película, habitualmente hago esto en casa porque los cines no son lo mío, hay tantas personas hablando, y a veces esto no te deja disfrutar la película, si necesitas ir al baño tienes que aguantar o ir, y eso significa perderte de una parte de la película, en cambio, en casa solo pongo pausa y voy, pero esta persona llego de la nada.
Encontré una película buena después de estar buscando por más de media hora, mi botana estaba lista, así que inicie la película, pero el timbre sonó, no quise ir a ver quién era, sabía que nadie me viene a visitarme, así que continúe con la película, pero otra vez sonó el maldito timbre, pero también me dio igual, no pretendía ir a la puerta a abrirle a un desconocido, seguí viendo la película, pero otra vez sonó el timbre, creí que esa persona se iría y dejaría de molestar, no fue así, continuó tocando el timbre más de 7 veces, no tuve de otra que abrirle la puerta, para ver quién demonios era.
Tenía una tierna sonrisa en su rostro, y una pequeña bolsa de tela en su mano derecha que hacía distinción, solo pude pensar que era comida.
“buenos días he venido a pasar el día contigo ¿puedo pasar?" Dijo liz, con una cálida voz, tengo que admitir que me sentí extraño al oír eso.
“aah, ¿para que quieres hacer eso?” conteste, se estaba haciendo ideas tontas la muy descarada, creía que pasaríamos el día juntos, ya tan rápido se toma confianzas, que chica tan rara, tal vez sería promiscua.
“recuerda nuestro acuerdo” respondió Liz, una sonrisa muy linda apareció en ella como un amanecer, pero para mí era como ver la cara de satanás sonreír, después de haberle vendido mi alma.
“pasa” dije, no tuve de otra que dejarla entrar, me tenía atrapado como un ratón, pero no se la dejaría tan fácil, claro que no.
“¿que hacías?” dijo ella mientras observaba mi entorno donde yo pasaba mis días.
“tratando de ver una película, pero alguien no me dejaba verla con sus intensos toques al timbre” conteste.
“discúlpame por eso no era mi intención, pero ahora podremos verlo juntos ¿no?” dijo ella mientras, se acomodaba en el sofá, había dejado puesto la bolsa que traía en la pequeña mesa de centro de la sala.
“eso creo" respondí, ya no me quedaba de otra, invadió mi casa cómo un país enemigo, ahora ella tenía todo el control, las mujeres siempre tienen esa habilidad ante los hombres, nosotros somos unos tontos, es la cruda verdad.
“traje algo para almorzar, no es la gran cosa pero lo hice para ti, quería que comieras algo que cocine" dijo liz sin nada de vacilación, como es que esta persona decía ser tímida, y que no buscaba la forma de hablar conmigo si ahora se encontraba diciendo cosas tan difíciles de pronunciar para cualquiera que apenas inicia una relación.
“¿no tiene veneno verdad?” le dije como broma.
“no, no haría eso” dijo ella algo exaltada.
“era solo una broma, cálmate” le dije riéndome al ver su expresión, me dio risa, fue divertido, pero no le hice ver que me dio risa.
“chistoso” me respondió ella con una sonrisa.
En ese momento me di cuenta de algo, era muy linda, extremadamente linda, no entendía como no me había percatado de eso, aquel cabello oscuro brillaba con intensidad, como la noche, su rostro era tan lindo como un hada, sus labios carnosos destacaban por el color rosa, sus ojos eran de un profundo color marrón, su piel blanca era casi como un papel sin ser tocada por la tinta, puro, si tuviera un lunar en alguna parte de su cuerpo seria como si dios hubiera puesto un punto con su pluma, era más alta que yo, solo por unos centímetros, piernas largas y hermoso ver, su figura era delgada, tal vez mi vista estaba distorsionada, ya que no me había dado cuenta de la apariencia de ella, pero eso no provocaría que yo cayera en sus jueguitos.
“algunas veces, ¿crees soportarlo?” le respondí con una ligera sonrisa, enseñándole que yo mandaba.
“claro que si, la comedia es una cosa que me gusta” dijo Liz guiñando un ojo, y usando la sonrisa más linda que tenía, su actitud era completamente rara para mi, un misterio total.
“eso espero” dije, no supe que más responder ante tal respuesta, a mi también me gustaba mucho hacer bromas o eso hacía con mi novia, pero ella era una persona no muy divertida, así que no siempre era bueno decir algo divertido, o bromear, creo que en eso no congeniábamos, en resumen era una perra aburrida y traidora, tampoco es como que yo vaya a ser muy divertido con esta persona, no tenía esa confianza.
“pon la película, vamos hazlo, ¿de que trata?” dijo insistentemente cómo una niña de primaria, cosa que me dio risa pero trate de disimularlo muy bien.
“es de comedia romántica” respondí, solo decir el genero me dio vergüenza, se que no tenía intención de tener una relación, pero me divertía ver esa clase de películas, además que la comedia era una cosa que me encantaba.
“buen, buen gusto, yo también suelo ver películas de ese género” dijo Liz con su tierna voz, la maldita tenía lo necesario para hacer que alguien se sintiera atraído hacia ella, pero yo no era cualquiera, estaba centrado en la idea de no enamorarme de nuevo, estúpida voz tierna.
“ajá, cállate que ya la voy a poner” dije mientras iniciaba la película.
No pasaron cinco minutos cuando aquella chica comenzó acercándose a mi lentamente, era imposible no darse cuenta, era tan obvio, al momento no supe que decir, tal vez me vi seducido por la idea de que ella estuviera tan cerca de mi.
“¿que intentas?” le dije mientras ella yacía con su cuerpo junto al mío, mi brazo derecho estaba siendo abrazado, el calor de su cuerpo era estimulante para mi sentidos, pero no podía dejarme convencer por tales tentaciones.
“solo quería abrazarte, ¿no puedo?” dijo ella.
Maldita sea, aquella mirada tan tierna y seductora hizo que me corrompíera, destruía mi razonamiento, ¿por que dios? ¿Por qué los hombres somos tan débiles a las tentaciones carnales? Me quede mudo por unos segundos.
“no, no sería correcto, es muy repentino, apenas nos estamos conociendo” dije, pero solo eran palabras, claro que quería que lo hiciera pero seria como aceptar mi derrota ante la desgracia.
“es cierto, pero quiero hacerlo, incluso también quiero besarte" respondió ella, esas palabras rompieron mi mente, que clase de persona era esta, jamás había conocido a alguien así, era tan directa o era muy promiscua y calenturienta, no lo se, estaba fuera de mi eje.
“¿tanto quieres hacerlo?” respondí, mentir es malo chicos y chicas, soy hombre, mi propia biología gobierna mis pensamientos y acciones.
“si” dijo mientras se acerco lentamente y me beso, nuestros labios se undieron entre si, se adhirieron uno al otro, como imanes, era capaz de evitar ataques a grandes velocidades, ataques sorpresas, podía moverme a una velocidad impresionante, pero no pude esquivar ese beso, o solo me deje dar ese golpe a propósito.
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Comments
Alicia Salamanca Hernández
jajajaja jajajaja mucho amor 😅
2023-04-01
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