Acompañe a Liz hasta la puerta, me despedí de ella, le había relatado mi historia, claro que esta había sido muy resumida y omití las muchas veces que llore.
Sé que ustedes pueden estar deseosos de saber cuál es mi historia detrás de mis increíbles habilidades, pues bien, entonces se los relataré también, pero con ustedes seré honesto.
Asistía en mi primer año de universitario, era un chico normal, eso se podría decir de mí, tenía una novia llamada Sofía, Sofía había sido mi novia desde que estaba en tercero de preparatoria, y yo tenía planes de casarme con ella algún día, la carrera que había escogido era la misma que ella había escogido, no quería apartarme de la persona que amaba, era simple, ella era mi vida, o esa estupidez era lo que creía.
Un día cualquiera, Sofía me dijo que la viera en un café don siempre íbamos, su mensaje decía que necesitaba hablar conmigo de algo importante, yo solo pensé que algo malo le estaba pasando, necesitaba darle todo mi apoyo, había sentido que durante varios días atrás estaba ausente, tal vez ahora me contaría que era lo que le sucedía.
Aún recuerdo el sabor del amargo café de ese día, la mesera preguntando que deseaba elegir del menú, el ruido de los coches, y el viento soplando entre los árboles, mi dedos tocando la taza caliente, y las palabras más hirientes que alguna vez escuche.
“Adán, quiero terminar” me dijo ella sin contemplación o vacilación en su semblante, que perra.
“es broma ¿verdad?” pregunte, no me lo creía la vedad, que chico tan tonto era, lo bueno que e cambiado.
“No, no lo es, tú tal vez no lo entiendes, pero lo nuestro es solo una ilusión” dijo Sofía.
“no. No lo es, nos amamos ¿no es verdad? Mientras que estemos juntos podremos vencer cualquier cosa” dije.
Palabras tontas, no se como pude decir esas tonterías.
“te quiero, pero no es suficiente, apenas y puedes pagarte las colegiaturas, debes dos mes de renta, el trabajo de medio tiempo que tienes apenas te da para comer, ¿crees que podamos tener un futuro así? Yo lo dudo" dijo ella.
Para que negarlo era cierto, estaba totalmente jodido de mi cartera, era un estúpido soñador.
“te amo Sofía, se que no es fácil, demonios, lo se, pero algún día me va a ir mejor, yo lo se, solo te pido que te quedes conmigo hasta entonces, por favor” dije.
Lo dije con lágrimas acariciando mis mejillas, el dolor en mi pecho se hacía constante, un sentimiento que no podía ser medido me invadía, no era tangible, si no ella se hubiera dado cuenta de mi gran dolor, solo mi cuerpo podía reflejarlo con un maldito llanto.
“Lo siento, Adán” dijo Sofía con el semblante de indiferencia ante mi llanto.
Esas palabras fueron las últimas que me dijo, y después caminó lentamente alejándose de mí, y alejando mi felicidad, en ese momento sentí que había perdido lo único que me daba sentido, ahora mismo me da risa, mi yo del pasado era un tonto, pasaron unos días, pensé que Sofía iba a volver a sí que únicamente le di tiempo, pero todo eran absurdos pensamientos míos, ya que la vi besándose con un chico de nuestra misma universidad, también vi cómo los dos se iban en un coche deportivo, al parecer aquel chico era hijo de un empresario o algo así, Sofía se había ido de mí por el dinero, no era otra cosa, se podría decir que solo estaba conmigo porque era bien parecido, pero el dinero vale más que eso, al parecer si es siempre y continuara siéndolo.
Bueno así es la vida, como dije era estúpido, tonto, y un imbécil. No hay duda que el amor vuelve estúpidas a las personas.
Si, si, ya se que no estoy contando la parte donde adquiero poderes o habilidades, esas clases de cosas, pero denme tiempo, es necesario que yo relate esta pendeja parte de mi vida, es muy crucial, si no sería una historia aburrida dónde el protagonista se le da todo fácil, ¿que imbécil escribe algo así? Bueno retomando mi historia, estaba ahora lleno de odio y frustración, Sofía para mi ahora se había vuelta una maldita perra mentirosa, me jure a mi mismo no volver a ser engañado de esa forma, aunque la verdad me la pase mal durante esa época, comencé a hacerme amigo del alcohol, deje la universidad, me despidieron de mi trabajo, me corrieron donde vivía, en fin lo que le sucede a alguien cualquiera en una vida de mierda.
Después de que lo había perdido todo recapacite, me di cuenta que mi vida se estaba hiendo al caño, así que busque un trabajo de tiempo completo mientras un amigo de la universidad me daba posada, no tarde mucho tiempo y junte dinero para rentar un cuarto y vivir nuevamente sólo, y no molestar más a mi amigo.
Todo comenzaba a ir bien, hasta que un día mientras veía televisión, sentado en un sofá viejo, mi cuerpo se desplomó, caí al piso, me había desmayado, cuando desperté me asuste por lo ocurrido pero solo creí que era fatiga por el trabajo, pero este caso volvió a sucederme mientras hacia mis labores en el trabajo, me llevaron rápidamente al hospital, los doctores hicieron pruebas rápidamente y en un par de días después me dieron la noticia, padecía leucemia.
Quede impactado, estaba jodido, mi vida se iba al infierno, me preguntaba que maldita cosa estaba pagando, admito que llore, quien no lo haría, estaba muriendo, me marchitaba lentamente como una rosa cortada, era el fin de Adán.
Pero las cosas aun no terminaban, algo estaba por sucederme, cuando me quite de ese maldito hospital, me dirigí a casa, ya era de noche, no faltaba mucho para que llegara a mi casa, pero una niebla comenzaba a cubrir mi alrededor, de pronto me sumergí en una oscuridad infinita, pensé que se había ido la electricidad, pero no era así, era raro, mis pies no tocaban el suelo, estaba flotando en la oscuridad, mis pensamientos estaban bloqueados, no comprendía que pasaba, ahora una intensa luz aparecía, esta era muy cegadora, tenia que cubrirme los ojos con el brazo derecho, ahora mis pies sintieron la firmeza del suelo y aquella inmensa luz se disipo pero aún había claridad, mis párpados se abrieron y mi mente se quedo abobada tratando de procesar las imágenes que veía.
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