La última clase estaba por terminar, era un día de esos donde nada nuevo sucede, incluso el clima se presentaba sin cambios, estaba a la espera de cualquier ataque, pero esto no parecía que ocurriría, la maestra concluyó su clase con un trabajo en equipo, el tema era reproducción y división celular, el equipo tenía que estar compuesto por cuatro personas, yo no tenia equipo, no soy muy bueno haciendo amigos rápidamente, y es que el primer semestre de mi carrera apenas comenzaba, si, otra vez había empezado la universidad ya que no quise retomar la carrera que llevaba antes, incluso cambie de universidad.
Para mi mala suerte Liz se acercaba a mi asiento, aún no quería estar cerca de ella, era raro conversar o bueno para mi lo era, por que ella parecía estar sin problemas, hoy se veía malditamente linda, un vestido rosa con largas mangas la hacía lucir tierna, el largo de su vestido solo llegaba hasta sus rodillas, dejando ver un poco de esas piernas blancas y largar.
“¿quieres unirte a mi equipo?” dijo ella, su semblante reflejaba algo cautivador, una especie de calidez, estaba en problemas, ahora tendía a ser atraído por su mirada, yo no quería eso.
“no, creó que no" le dije, mi postura debería ser firme, me había acostado con ella, pero eso no significaba que debería tener sentimientos por ella, o simplemente hacer lo que ella me pidiese.
“anda únetenos, no tienes amigos y todos los demás ya están completos, no seas así, no te voy a molestar en frente de todos" dijo ella, su argumento era muy convincente, demasiado, casi como si el diablo conversara conmigo, era hábil.
“ok” solo pude decir eso, estaba a su merced.
Admito que odió tener que socializar con las personas, amenos que yo me lleve muy bien con ellos, pero siempre se me ha dificultado hacer amigos reales.
“vamos a ir al Burger King de aquí cerca para comenzar el trabajo, ¿podemos ir juntos?” dijo ella con una sonrisa, comenzaba a ser como una novia.
Solo se me pasó por la mente comparar a mi ex con ella, había una exagerada diferencia, no solo en el físico o personalidad, esta chica a pesar de ser muy rara, era una persona linda, amable, atenta conmigo, nada comparado a lo fría y distante que era Sofía, cómo podía estar esta persona enamorada de mí, yo era un desastre, incluso mis ideas eran tratarla mal, maldita sea, se desataba un conflicto en mis pensamientos.
“¿eso es lo que quieres?” le respondí, me veía intrigado, quería saber que pensaba ella, por que era así conmigo.
“si. Eso me haría muy feliz, solo si tu estas de acuerdo” respondió ella con una pequeña sonrisa.
“esta bien, pero no iremos tomados de la mano” respondí.
“ja, eres muy injusto, yo quería eso" dijo, parecía de nuevo una niña de primaria, que persona tan extraña me había topado.
Aquella acera tenia el tamaño exacto para que dos personas pudieran caminar juntos sin tener que rozar sus manos, una distancia apropiada para mi, tenerla tan cerca me provocaba algo, no se exactamente como describirlo, pero relacionado a ese sentimiento venia una necesidad de querer abrazarla, pero me negaba a ello, no quería ese sentimiento, el dolor emocional después de un romance es molesto, estar pensando en alguien todo el tiempo solo genera sufrimiento, no era un sentimiento que anhelaba volver a padecer, se que a veces me contradigo, hago cosas como hacer el amor, y después me niego a la posibilidad de tener un romance, pero la vida es muy compleja, las personas lo somos.
La presencia de ella era un arma de doble filo, me podía dar felicidad, pero cuando ella se alejara de mi solo quedaría su ausencia, y la ausencia de alguien amado es equivalente a que alguien se muera, ella estaría muerta para mi, no habría retorno, y yo estaría en un agujero de dolor y penas, en un infortunio.
“estas muy serio, pareciera que te doy miedo, ¿tanto terror te provoco? Jajajaj” dijo ella, carcajeándose de la risa.
“tal vez me da miedo ver tu cara de loca, eso suele darme terror” le respondí, no pude evitar sonreír al decirle eso.
“oye sonreíste, es difícil sacarte una sonrisa ¿sabes? Puedes decirme cosas así todo el tiempo, si gustas, se que no es verdad lo que dices, a cambio podre ver tus sonrisas” dijo ella, aquellas palabras me martillaban mi interior, las personas somos fáciles de ilusionarnos, ella jugaba muy bien en esto del romance, si seguía así al final caería.
“que estupideces dices, deja de decir cursilerías” respondí, rayos me había pasado en mis palabras, pero no pude borrarlas o pedirle disculpas, solo me maldecí.
“¿no te gusta que te diga cosas lindas? ¿Tienes miedo a sonrojarte?” dijo ella en tono de burla, una sonrisa de superioridad se dibujaba en toda su cara, a pesar que la había insultado ella no pareció sentir que fuera así, eso me alegro.
“cállate” le dije, no sabía como atacarla.
“cállame con un beso, solo así me podrías callar, vamos inténtalo, se que no podrás” dijo ella, acaso trataba de hacerme caer en su juego, era malditamente hábil y también una calenturienta, como es que alguien que parece ser tan tierna era una promiscua.
“no soy tan tonto como para caer en tus provocaciones, eres una persona infantil si crees eso” respondí, mis palabras eran contundentes, dudaba mucho que una niña rara pudiera contra eso.
“bésame o grito tu secreto, que las personas lo escuchen ¿que decides?" dijo ella, su mirada era sería, no parecía un juego, donde se había escapado aquella persona tierna, maldita extorsionadora.
“¿vas a romper nuestro trato?” le dije, me estaba chantajeando y eso me molesto.
“tú lo haces, recuerdas que eres mi novio, bésame ahora” respondió ella, la maldita me tenia atado como a un perro, habían personas transitando la calle, no podía ni matarla si eso deseaba, su mirada fría era extraña, esta persona estaba loca en verdad.
Me acerqué a ella lentamente, tome su rostro con mis manos y comencé a besarla, ella me rodeaba con sus brazos, esto era como una relación enfermiza, acaso ella padecía algún trastorno psicológico, nos estuvimos besando unos segundos hasta que ella dejo de hacerlo y me abrazó completamente, su cabeza descansaba sobre mi hombro, y me susurró al oído.
“¿creías que de verdad gritaría tu secreto? No era cierto, pero tú no me besas y yo quiero que lo hagas, no importa si no me amas, solo hazlo, quiero tenerte a mi lado, sentirte, se que es algo raro para ti, pero te amo” me dijo ella susurrándomelo al oído.
De nuevo me volvía a revolver los pensamientos, su extraña personalidad era difícil desentrañar.
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