El primer paso es que tú quieras hacerlo

Isabella

Mi jefe vino a verme, y estuvimos conversando, bueno, él conversaba, yo le gritaba, pero es que no lo puedo evitar, todo me irrita, me molesta todo lo que me dicen. He tenido una relación cercana con la señora Carmen, ella es muy dulce y me alivia su compañía, estar con ella me calma, pero no es igual que con mi jefe, él tiene algo que me causa cosas extrañas, pero no sé que es. Me dijo pequeña y mi corazón dio un brinco, no entiendo qué le pasa a mi cuerpo cuándo él se acerca o cuando oye su voz, cuando tomó mi mano sentí un cosquilleo en el estómago, pero tuve que desechar ese sentimiento. Luego que él se va, solo encuentro oscuridad en mi mundo, desde las secciones con el psicólogo he dejado de tener esas pesadillas horribles, pero aún sigue estando el dolor, el doctor me dijo que poco a poco, voy a aprender a vivir con él, no recuerdo nada de cuando estaba en shock solo escuchaba unas voces lejanas, pero es como si me fueran borrado la memoria esos días. El doctor me dijo que sería bueno salir de vez en cuando, voy a tomar su consejo, creo que aceptaré salir a cenar con mi jefe, pero no estoy segura de esa decisión.

Tomo una ducha, no es que sea cochina, solo que no había querido bañarme estos días, solo dormía, luego leía un libro de autoayuda que no me ayuda en nada, pero al menos me distraía del dolor. Al tocar el agua mi piel, me sentí aliviada, es agradable sentir esa sensación, nunca había valorado tanto el agua a la hora de ducharme como lo estoy haciendo en este momento. Me visto con una pijama y decido salir, no estoy segura de lo que voy a hacer o decir, pero necesito hacerlo, intente quitarme la vida, pero no lo logré, bueno no me dejaron lograrlo, estoy sumergida en el dolor y tristeza, pero el doctor me dijo que el primer paso para recuperarme, era que yo quisiera hacerlo, que yo pusiera de mi parte, aunque sea con pequeñas cosas, como ducharme, leer, comer o salir aunque sea una vez a la semana. Siempre he sido guerrera y he estado pensando y pensando, pero no creo que quiera dejarme vencer esta vez, el doctor me ha hecho ver qué si sigo luchando puedo conseguir lo que tanto he soñado, esto solo es un tropiezo, pero para eso son, para mostrarnos que somos más fuerte de lo que creemos, y ahora que lo pienso, creo que las mujeres que vivimos esto y nos levantamos somos más fuertes que cualquiera, somos guerreras y merecemos los mejor del mundo, así que quiero luchar, no será fácil pero lo haré por mí y mi futuro, tomo fuerzas y salgo de la habitación.

Las luces del lugar golpean mi rostro y siento calidez, bajo las escaleras, la señora Carmen me ve y esboza una sonrisa, se alegra de verme salir de esa habitación tan oscura.

—Mi niña, por fin saliste. —Me dice y se acerca a abrazarme.

—Sí, señora Carmen, necesito ayudarme a mí misma en lo que pueda. —Le digo más convencida que antes de salir de mi cuarto, bueno del cuarto de mi jefe.

—Me alegro mucho mi niña de esa decisión, no será fácil pero sé que eres fuerte y lo vas a lograr. —Me dice y me suelta del abrazo.

—¿Quieres comer mi niña?. —Me pregunta.

—No, señora Carmen, ahorita no tengo hambre. ¿Sabes si el señor Adams se encuentra en la casa?. —Le pregunto por mi jefe.

—Sí hija, está en su oficina, y ¿Que te he dicho de llamarme señora Carmen? —Me dice, pero aún me es difícil la confianza.

—Lo sé, señora Carmen, pero me es difícil.

—Pero, si no lo intentas no lo lograrás nunca. —Me dice y tiene razón.

—Claro tiene razón, señ... Carmen.

—Así está mejor, mi niña. —Me coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja.

Me alejo y voy a buscar a mi jefe.

Tocó la puerta.

—Adelante.

Abro la puerta y paso a la oficina. Mi jefe al verme se sorprende y se levanta corriendo y me invita a sentarme en frente de él.

—¿Cómo te sientes?. —Me pregunta.

—No se. —Realmente es cierto, no se cómo me siento en estos momentos.

—Ok, disculpa. —Cree que fui grosera, lo sé. Estas semana lo he conocido mejor, y se que piensa eso.

—No, no quise decir eso, jefe es verdad, no se cómo me siento en estos momentos es extraño. —Le digo y asiente con la cabeza.

—De acuerdo Isabella, al menos es un gran paso, al menos eso me dijo el psicólogo — Me dice él, supongo el psicólogo le dijo lo mismo que a mí

—Sí, el me dijo que lo más importante es que yo quiera ayudarme a mí misma.

—Bien. ¿Eso es lo que te trae por aquí? —Me pregunta.

—En realidad sí, hace un momento, cuando estabas en la habitación conmigo, me preguntaste si queria salir contigo, ¿Recuerdas?. —Le pregunto esperando que haya sido cierto y no me estuviera tomando el pelo.

—Sí, por supuesto. ¿Lo pensaste? —Me pregunta.

—Sí, lo reflexioné, y si si quiero salir a comer contigo esta noche. —Le suelto antes de arrepentirme por lo que le dije.

—Genial, ya reservo una mesa.

Cuando está marcando se detiene, me mira y vuelve el teléfono a dónde estaba y me dice:

—Creo, que ya hiciste mucho al ducharte. —Se ríe. —Y salir de la habitación. De verdad te admiro, al principio creí que durarías meses encerrada en ese lugar y vete aquí ahora sentada a una semana de las secciones con el psicólogo, pero debo llamarle y preguntar si es buena idea, no sea que te sobrecargues. —Me dice y entiendo su punto.

—De acuerdo. —Le digo. Y él llama.

*Buenos días, dr. Tengo una duda*.

*Buenos días, dígame sr. Adams*.

*Isabella, se ducho y salió de la habitación*.

*Wow, fue más rápido de lo que esperaba, de verdad que es más fuerte de lo que creía*.

*. Sí, es una mujer digna de admirar*. —Dice eso y me mira, me sonrojo ante su comentario.

*De acuerdo y cuál es la duda, eso está bien, no es de que preocuparse*.

*Es que vamos a salir a cenar y no se si sea mucho para ella, me refiero, a hacer todo eso en un día*.

*Ah ok, bueno realmente no creo que sea buena idea, recuerden que ella debe ir paso por paso, la depresión no es un juego, y ella pasó por algo fuerte, así que cada pequeño paso que dé, es importante pero deben ir paso por paso, sin prisa para que no se sobrecargue y se estrese y retrasemos todo lo que avanzó*.

*Mm, de acuerdo doctor yo le digo entonces*

Cuelga y me mira

—El doctor dijo que no era buena idea, que debemos ir paso por paso para que no te sobrecargues.

—Ah ok, bueno entonces que lástima yo me sentía preparada para salir.

Me levanto y me dirijo hacia la salida, de verdad quería salir, necesito distraerme y me siento preparada para hacerlo, pero no se puede, pero de cuando acá yo hago lo que los demás quieren, podrá ser muy psicólogo pero el no está dentro de mi para saber lo que yo quiero, y salir es lo que quiero es lo que necesito. Salir un rato de este lugar. Me devuelvo y me siento de nuevo, el me mira con sorpresa ante mi actitud.

—Oye, me debes un favor, ¿Recuerdas?. —Le pregunto.

—Sí, ¿Cuál quieres?. —Me pregunta.

—Quiero salir a cenar contigo esta noche, y que después me lleves a algún parque o lugar donde haya naturaleza y este todo hermoso, ¿De acuerdo?. —Le digo casi como una orden.

—Esa idea está genial, pero podremos hacerlo mañana, sería un paso nuevo, recuerda lo que dijo el psicólogo. —Me dice él y me molesta que está vez haga lo que le dicen.

—Me importa una mierda, lo que diga ese psicólogo, él no está dentro de mí para saber lo que yo quiero o necesito y necesito hacer esto ahora. —Le digo irritada y alzando un poco la voz.

—Isabella tienes toda la razón, pero el profesional es él, no tú, ni yo, debemos hacer las cosas bien para que te cures rápido.

—De cuando acá haces lo que los demás te dicen. —Le pregunto. —Bien, si no quieres llevarme tú, lo haré yo sola, al fin y al cabo no te necesito para esto. —Le digo.

Realmente si lo necesito, una parte de mí, me dice que es por él, la razón por la que quiero estar mejor, pero la otra me dice que no tengo razón por la que estar bien y quiere sumergirse en esa oscuridad. Muchas personas no lo hablan, no hablan de lo difícil que es tener conflictos internos, pero es como si tú lado derecho peleará contra tú lado izquierdo, es difícil saber cuál voz o lado es el correcto.

—Tienes razón, nunca lo he hecho. Pero está vez no me importa, hacer lo que los demás dicen con tal de hacerte bien, Isabella. Lo creas o no me importa que estés mejor. —Me dice y veo algo en sus ojos que no logro descifrar.

—Lo sé jefe, y tienen razón, pero esto lo necesito, por favor. —Le digo y me acerco a él.

Él se levanta y quedamos frente a frente, toma mi cara entre sus manos

—Esta bien, Isabella, vamos a hacer eso que tú quieres, con tal de que estés mejor. Si consideras que esto te ayudará lo haremos. —Me dice y su tacto me da calidez, vuelve a causar esa sensación extraña en mí.

—Está bien jefe, entonces nos vemos a las 8. —Le digo la hora a la que quiero salir.

—Está bien Isabella. A esa hora será.

Pensé que estaba a punto de besarme, pero luego aparto sus manos, se sentó, llamo y reservo la mesa a las 8:30.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play