Nuevos lazos

Benjamín Guzmán maldijo, entre la lluvia que estaba cada vez más fuerte, el agua que se había salido de su cause no veía la hora de llegar a su casa cuando noto por el espejo retrovisor que la camioneta que había cruzado caía en el zanjón. Freno y regreso marcha atrás para ver que pasaba.

Al acercarse noto que el ocupante no salía, freno junto a la camioneta y se bajó a ver como podía ayudar trepó a la camioneta y abrió la puerta.

— Ayúdeme está entrando el agua y no puedo destrabar el cinturón dijo la mujer no estaba histérica pero si algo nerviosa.

— Tranquila señora dijo Benjamín estirando sus manos mientras forcejeaba con el cinturón consiguiendo que se abriera. Benjamín la tomó de la mano y la ayudó a salir de la camioneta.

—Pensé que moriría ahí, Gracias le dijo Lidia. Este camino es una trampa mortal no quise cruzar el agua y terminé en ella. Gracias por regresar.

— ¿A dónde iba?, pregunto Benjamín

— hay por dios Emma debo llegar al pueblo, ella está ahí bajo la lluvia.

— Tranquila, esta herida dijo Benjamin poniendo su pañuelo en la frente de ella.

Cálmese, suba a mi camioneta la llevaré y luego al hospital necesita al menos unos puntos en su frente.

— No quiero causarle problemas dijo Lidia mientras subían a la camioneta.

— No puedo abandonarla aquí bajó este temporal, ¿dónde vive?, pregunto él

— Aquí en la finca el remanso, trabajo ahí.

— Ya decía yo que esa camioneta la tenía vista de algún lado, respondió Benjamín.

— Es que con este clima patino la camioneta no estoy acostumbrada a conducir con este barro.

— Cuando pide que llueva debe lidiar con el barro dijo Benjamín.

— Pero yo no pedí que lloviera respondió ella.

–Pero yo si respondió el provocando que ella sonriera. Se dio cuenta de que había cruzado el puente y ella no lo había notado.

— No lo puedo creer no note cuando cruzamos el puente dijo ella

Estaban llegando al camino principal cuando ellos frenaron y Lidia logró ver a Emma, que también la había visto a Lidia.

Ya con Emma a su lado, Lidia estuvo más tranquila.

Mientras Madison regresaba a la ciudad conduciendo con mucha cautela dada la magnitud de la tormenta, Benjamín llevó a Lidia y Emma al hospital.

— No hace falta que espere, podemos tomar un taxi dijo Emma.

— Dudo seriamente que alguien se anime a entrar, no me molesta esperar vivo en la propiedad contigua a la suya respondió Benjamín.

— Usted es el que fabrica los productos de campo, son exquisitos dijo Emma. Benjamín sonrió era una joven amable pero se la veía algo atribulada.

— Está bien solo es un corte sin importancia dijo Benjamín.

— Lo sé pero me siento responsable, ella iba a buscarme a mi respondió Emma.

Benjamín no supo que decir, solo le sonrió con calidez.

Minutos después vieron salir a Lidia, Emma se tranquilizó al ver a su amiga salir. El regreso a la casa fue rápido y en silencio hasta llegar al puente el agua aún corría de un lado a otro. Lidia miró la camioneta a un lado del camino.

– Mañana buscaré ayuda para sacarla, seguramente necesite alguna refacción pero estará bien.

— ¡Me dio miedo cruzar!, confesó Lidia.

— Pudo haber cruzado tranquilamente, el agua no le hubiera cubierto más de media rueda, esa camioneta aunque sea vieja es segura para estos caminos respondió él. Benjamín condujo hasta la puerta de la casa.

— Gracias por traernos y su atención dijo Lidia.

— No tiene nada que agradecer, para eso estamos los vecinos, aquí tiene mi número cualquier cosa que necesite me avisa dijo Benjamín.

Al día siguiente, Lidia horneo una tarta quería agradecerle a Benjamín por su ayuda.

En cuanto la vio ingresar a la propiedad quedó sorprendido.

— No debió molestarse, gracias dijo él. ¡Por favor pase, iba a tomar unos mates!, comento.

— Gracias, Mauro dice que la camioneta estará perfecta en dos días comento Lidia.

— Tome asiento por favor, dijo Benjamín mientras encendía la cocina. ¿De que parte de Italia son ustedes?, pregunto él.

— De Roma, en realidad yo estaba viviendo en Montepulciano, pero crecí en Roma, respondió Lidia.

— ¿Toma mate?, pregunto él.

— Nunca lo probé, dijo sonriendo. –¡Tiene una bonita casa!, aunque se notaba que no vivía ninguna mujer ahí pensó ella.

— Gracias, debería probarlo ¿Quiere un té o café?, pregunto él.

— Un café si no es molestia, respondió ella.

— Ninguna, siempre tengo café listo por los empleados y me gusta a la mañana temprano mientras miro como amanece beber café dijo él.

Ella sonrió solía hacer lo mismo.

— Es que este lugar se presta para eso dijo Lidia.

— Es cierto dijo el entregándole la taza de café mientras preparaba todo para tomar mate.

Se sentó a la mesa junto a ella, corto la tarta y le dio una porción sirviéndose otra para él.

— No debió molestarse, esta exquisita comento Benjamín.

— Quería agradecerle de alguna manera todo lo que hizo por nosotras comento Lidia.

— No tiene nada que agradecer, pensé que la joven era su hija.

— No, aunque llegue a apreciarla como si lo fuera. No tengo hijos ¿usted tiene hijos?, pregunto ella.

— No, soy solo yo en esta vida respondió Benjamín.

— Al igual que yo, no tengo familia. Aunque ahora tengo a Emma que tampoco tiene familia y nos hacemos compañía.

Ellos siguieron conversando un poco más, hasta que finalmente Lidia regreso a la casa.

...****************...

En Roma Vicente recibía a su jefe con una

sorprendente noticia.

— Señor Marcello bienvenido, tengo noticias de su encargue.

Mark ingreso a la casa estaba irritado, se quitó el saco y se sirvió un trago.

— ¿Qué has averiguado?, pregunto Mark mientras se sentaba.

— Lidia Berlusconi, aquí tiene la información tiene un vínculo laboral con el señor Vásquez.

Mark dejo su trago sobre la mesa y tomó la carpeta al leer la información comprobó que efectivamente trabajaba para Javier, miro su reloj por la hora que era no podría llamarlo, debia esperar al dia siguiente.

Al día siguiente Mark llamó a su amigo,

— Estoy aquí en Miami, ¿qué ocurre?, pregunto Javier.

— Quería hablar contigo personalmente dijo Mark.

— En un par de horas salgo para España, será el cumpleaños de mi madre así que pasaré unos días ahí. ¿Qué eso lo que tanto te urge?.

— Tengo que ir a New York, pero te veré en España. No urge solo tengo algunas dudas.

Tras cortar la llamada, se preguntó si de verdad Lidia Berlusconi tenía algo que ver con Emma, sabía que ella había estado viviendo en Montepulciano y hasta donde recordaba Emma no había viajado ni llamado a ese lugar, pero para estar más seguro había pedido un registro de llamadas, faltaba cada vez menos para que su hijo naciera. Él no podía perderse ese acontecimiento, pensó Mark.

...****************...

Era sábado por la mañana, Emma se encontraba desayunando.

— Ayer llamo Madison quería saber como estábamos, me gustaría invitarla a almorzar bueno si no es un problema comento Emma.

— Por supuesto que no, ¿quieres invitarla mañana a almorzar?, podríamos hacer algo de pasta casera.

Madison quedo sorprendida por la invitación, pero acepto era su día libre y no tenía nada que hacer.

Emma era agradable y por lo poco que había visto a Lidia también lo parecía.

Era domingo por la mañana, Isabella trabajaba junto a Victoria, habían recorrido juntas los lugares afectados por la tormenta. Estaba tomando un café junto a victoria en un bar cuando Eduardo Santos ingreso al lugar.

— Pero si aquí está nuestra hermosa intendente, ¿Dígame que planes tiene para el camino principal? O está esperando que se mate alguien.

—No se dé que habla, respondió ella fastidiada.

— No sabe que su empleada cayó al zanjón durante la tormenta, se nota que le preocupan los empleados. ¿Dígame toda la familia Vásquez es así de desconsiderada?, por suerte Benjamín Guzmán pasaba por ahí respondió Eduardo.

— ¿Lidia tuvo un accidente?, pregunto Isabella sorprendida.

...****************...

Javier Vásquez se encontraba sentado en su despacho cuando Mark llegó.

Le explico rápidamente lo ocurrido en el aeropuerto entre Lidia y Vicente.

—¿Así que tú crees que mi empleada y la joven se conocían?, pregunto Javier.

— Si es lo que considero esa posibilidad, que puedes decirme de Lidia.

— No mucho, compre el viñedo donde ella vivía con permiso de los antiguos dueños. pero me la recomendaron su comportamiento siempre ha sido excelente, pero no creo que se conocieran Lidia no era visitada por nadie. Hace unos meses me dijo que quería irse de Montepulciano y después de conversar con ella la ubique en Argentina. ¿Esa es la joven?, pregunto Javier observando la fotografía que su amigo tenía en la carpeta de donde había sacado la información de Lidia.

— Si, esta es Emma dijo Mark mostrándole la fotografía.

— Muy bonita, quieres un consejo búscala cásate y ten 10 hijos.

— Muy gracioso ¿Crees que Lidia tenga información de ella?, pregunto Mark.

— No lo creo, según lo que contaste pudieron cruzarse de casualidad.

— ¿Y de casualidad tu empleada monto el espectáculo?, pregunto Mark.

— No, pero míralo desde la lógica es una joven inocente embarazada pudo pedir ayuda, no lo tomes a mal, pero Vicente tiene pinta de Mafioso siciliano dijo Javier riéndose. Tengo el número de Lidia podemos llamarla y consultarle.

— Te lo agradecería mucho dijo Mark.

Javier Vásquez tomó su teléfono, pero al revisar los contactos vio que no lo tenía.

Llamo a su secretaria y se lo pidió.

— Lo siento señor Vásquez, pero no tenemos su nuevo número respondió la secretaria.

— Pero mi hermana debió dárselo con los datos bancarios para el depósito de su sueldo respondió Javier.

— Lo siento señor Vásquez, no hay nada de eso ni siquiera figura en la nómina de empleados, seguramente aún no firmo el nuevo contrato.

Isabella, le había encargado lo del contrato a ella.

— Está bien no se preocupe me ocuparé personalmente del asunto respondió Javier.

En cuanto corto la llamada Javier llamo a su hermana.

— Que raro mi hermanito llamándome dijo Isabella.

— Quería llamar a Lidia, pero no tengo su número y ni siquiera está en la nómina de empleados, lo que quiere decir que en este momento podría estar demandándome y la única responsable eres tu Isabella.

— Me olvidé, perdón estoy con mucho trabajo respondió Isabella.

— Yo también, se suponía que te ocuparías de todo lo que tuviera que ver con los negocios de Argentina.

— Es que han sido semanas complicadas, pero hoy me ocuparé de eso justo iba para la casa de Lidia parece que tuvo un accidente, pero está bien dijo Isabella.

— Escucha hablaremos cuando vengas a España, envíame el número de Lidia respondió Javier.

— ¿Problemas con tu hermana?, pregunto Mark.

— Ella es el problema, desde que dejó a su marido y dejó su vida en la ciudad es un caso perdido.

— No estás siendo muy duro con ella, respondió Mark. Isabella siempre le había agradado y si no fuera porque era la hermana de Javier la hubiera invitado a salir.

— Mientras consiguen el número de Lidia te invito a comer respondió Javier. ¡Aunque pensándolo bien iré personalmente a Argentina en unos días!...

...****************...

Isabella se agarró la cabeza con las manos, como se había olvidado.

— Tengo que ocuparme de algo ¿me llevas?, pregunto Isabella.

— Si por supuesto, pero tenías que recorrer los campos del sector sur le recordó Victoria.

— Lo haremos más tarde respondió Isabella. Necesito ir a ver a Lidia.

Victoria conducía mientras Isabella revisaba su agenda.

Paso a buscar unos documentos por su casa y siguió hacia El Remanso.

Lidia se sorprendió al escuchar un según auto Madison ya había llegado y se encontraba conversando con Emma en la cocina. Salió a recibirlas en cuanto las vio bajar del auto.

— Buenos días, Lidia ¿cómo está?, me entere de su accidente.

— Buenos días, Isabella, estoy bien fue más el susto que otra cosa. Pase por favor ¿qué la trae por aquí?, pregunto Lidia. Cuando ingresaron ella les presento a Madison.

— Necesito hablar con usted, estoy un poco avergonzada confesó Isabella comentándole lo ocurrido...

— Nunca tuve problemas con su hermano, y sé que usted está muy ocupada…

— No es excusa debí estar más pendiente aquí tengo su contrato y el de Emma, sus datos bancarios, igual no se preocupe la compensaremos por la espera.

— Lidia creo que se quema la comida grito Emma.

— Si me permite, dijo Lidia yendo a la cocina.

Isabella escuchó risas, — Deberías poner la mesa dijo Lidia. ¿Isabella se queda a comer?, hay pasta casera dijo Lidia.

Isabella miró a Victoria.

— Por mi encantada tiene un aroma, dijo Victoria.

— Nos quedaremos dijo Isabella...

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Comments

Erica Godoy Silva

Erica Godoy Silva

y es por eso que mi esposo como ex socorrista carga un cuchillo propio para eso, dice que muy común pasar eso y mientras la ayuda no llega hay quien muere por no poder en sacar la persona

2023-06-26

2

Bea Tastro

Bea Tastro

me encanta esta novela, destaca lo guerrera que somos las mujeres

2023-04-16

1

Marie Eu Arevalos Ortiz

Marie Eu Arevalos Ortiz

me encanta esta historia apasionante

2023-03-28

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