Un simple hogar.

Lidia miró el lugar donde viviría a partir de ese día, el viaje a Los Sauces había sido largo pero maravilloso.

Un auto se detuvo detrás de ellos, el chófer se acercó y abrió la puerta, una mujer bajo del coche.

— Buenas tardes, perdón la tardanza soy Isabella Vásquez St Clair hermana de Javier. Bienvenida a Los Sauces.

Lidia estrechó su mano.

— Un gusto en conocerla señora Vásquez dijo Lidia.

— Dígame Isabella, vamos le mostraré la casa. Isabella abrió la reja ellos debieron volver a subir a los autos para ingresar a la propiedad.

La casa quedaba a varios metros de la entrada el camino estaba flanqueado por árboles los cuales estaban minados por unas hermosas flores, nunca había visto tanta belleza junta.

La casa principal era de un solo piso con enormes ventanales los autos se detuvieron, Lidia bajo, el chofer bajo las maletas y luego se despidió.

— Esa es la casa de mi hermano, no suele venir por acá muy seguido, comento Isabella mientras caminaban por un camino de piedras color grises hacia lo que parecía una hermosa glorieta, cruzaron el lugar y siguieron por el camino llegando a una pequeña casa, su nuevo hogar, Isabella abrió la puerta tenía una pequeña sala con un gran ventanal era luminoso contaba con un pequeño jardín interno el cual estaba techado y entraba una luz maravillosa, tenía dos habitaciones y lo mejor de todo la cocina tenía una barra desayunador que la dividía del comedor y la vista directa a las montañas.

— Es hermoso este lugar dijo Lidia. Un simple hogar para dos, pensó tal vez podría llevar a Emma por un tiempo con ella, le había dolido dejarla en el hospedaje del pueblo.

— Me alegra que le guste, me tome el atrevimiento de comprarle algunos alimentos, mañana es mi día libre vendré temprano y la llevaré al pueblo por lo que necesite y le presentaré a Mauro, él suele venir a alimentar algunos animales que hay y suele ocuparse del personal. En la propiedad, hay una huerta, algunos frutales, puede tomar lo que desee. Le dejaré anotado mis números de teléfono y también el de Mauro, tiene su propia línea aquí. Mayormente, estará sola, solía venir una mujer a limpiar la casa de mi hermano, pero sé júbilo hace dos meses, quede en buscar a alguien, pero no lo he hecho.

— Conozco a alguien que podría ocuparse de eso dijo Lidia.

— Pensé que era la primera vez que venía a Argentina, comento Isabella.

— No voy a mentirle conocí a una joven embarazada en el aeropuerto de Roma, ella venía para Argentina, está huyendo su marido parece la golpeaba. Entre una cosa y la otra termino en un hospedaje en el pueblo. Tal vez, sé que en su estado no puede hacer mucho, pero yo podría ayudarla con el resto dijo Lidia.

Isabella se sintió conmovida por la historia.

— No le prometo nada, vendré mañana para presentarle a Mauro y la llevaré al pueblo. Podremos hablar con más calma del asunto, ahora tengo una reunión y ya voy retrasada.

— Muchas gracias señora Vásquez, dijo Lidia

— No tiene nada que agradecer, la veré mañana descanse dijo Isabella abandonando el lugar.

Lidia miró su nueva casa, era pequeña pero tan acogedora. Miró ambas habitaciones eran amplias las dos, pero eligió la que tenía vista a las montañas.

Llevo sus valijas ahí y comenzó a acomodar su ropa.

Coloco sus sábanas las que había llevado de Italia y el edredón que ella había bordado en su cama.

Luego busco un pijama para ponerse y se dirigió a la cocina, había queso, pan de campo, algunas frutas, varias clases de infusiones, galletas. Haría una lista con lo que necesitaba para comprar el día siguiente había algunos productos de limpieza y de aseo personal...

Emma miraba una película en la habitación del hospedaje, por primera vez en varios días se sentía a salvo.

Había tenido suerte de encontrarse a una mujer tan buena como Lidia.

Quería conseguir un trabajo aunque en su estado sería algo difícil, pero necesitaba ganarse la vida de manera honrada.

En cierta forma se sentía culpable por la decisión que había tomado, de entregarle su hijo a Marcello.

Jamás superaría eso, moriría si algún día su hijo se enteraba de eso.

Esa noche se quedó dormida acariciando su vientre.

La mañana llegó, ver el amanecer sentada en su sala bebiendo un exquisito te fue maravilloso para Lidia...

El sonido del auto le anunció a Lidia la llegada de Isabella ella salió a recibirla.

— Buenos días Lidia, le traje unas berlinesas y churros. ¿ No ha llegado Mauro?, pregunto Isabella.

— No he visto a nadie por aquí, gracias por el presente ¿Puedo ofrecerle un café?, pregunto ella.

— me encantaría, ¿cómo paso su primera noche aquí?, pregunto Isabella mientras la seguía a la casa.

— Muy bien, es un lugar muy tranquilo dijo Lidia.

— La verdad que si la paz que se respira aquí es espectacular.

— ¿Tú también vives por aquí?, pregunto Lidia.

— Si de hecho estuve viviendo en la casa de mi hermano hasta hace dos meses, que terminaron las refacciones en mi casa y me mude. Llegué hace dos años a Los Sauces, estaba cansada de la ciudad comento. Javier me dijo que vivías en Montepulciano.

— Si, el señor Vásquez ha sido muy considerado en ofrecerme trabajo aquí, le comenté que quería dejar Montepulciano.

Isabella observó el mantel que había puesto sobre la mesa, todo bordado.

—¡Pero qué belleza de mantel!, dijo Isabella tocando el bordado.

— Lo hice yo, en Montepulciano además de trabajar para su hermano me dedicaba al bordado.

— Usted hizo este trabajo con sus propias manos, guau. Perdóneme es maravilloso, sabe aquí en el pueblo hay una feria de artesanos podría vender su trabajo muy bien.

— ¿De verdad piensa eso?, pregunto Lidia animada.

— Lo creo ya lo verá le presentaré al encargado el próximo sábado. Mauro finalmente llegó mientras ellas charlaban de diferentes temas.

— No se preocupe señora Isabella, estaré al pendiente dijo Mauro.

A Lidia le pareció un hombre educado y muy serio.

— Hoy le mostraré el camino al pueblo, aquí hay una camioneta para uso de los empleados, dijo Isabella ambas caminaron al galpón era una camioneta medio antigua y algo grande.

— Creo que compraré una bicicleta dijo Lidia mientras observaba el enorme armatoste.

— Hay una bicicleta de mujer allí atrás, se la acomodaré dijo Mauro. Lidia miró la bicicleta tenía un canasto y una parrilla atrás era perfecta….

Luego de pasear por el pueblo y comprar lo que necesitaba.

Isabella y Lidia ingresaron al bar del hospedaje.

— Señora intendente me honra con su presencia aquí dijo Eduardo Santos, el dueño del lugar, era propietario de varios hospedajes a lo largo del país.

— Yo que pensé que tendría un día soleado, se acaba de nublar dijo ella. Él sonrió con desdén la detestaba, ella había impedido que abriera un hospedaje en plena montaña.

— ¿Qué es un intendente?, pregunto Lidia.

— En el caso de ella, una mujer que se pasea sin hacer nada dijo él y se marchó, .

— Disculpelo le eche a perder un negocio. Sería el equivalente a un alcalde dijo Isabella.

— Y yo entreteniéndola, dijo Lidia con algo de culpa.

—Es mi día libre y le prometí a mi hermano que me aseguraría que estaría bien instalada. Con respecto a la joven si usted se compromete a que el trabajo se hará bien, podríamos emplearla.

Emma apareció en ese momento, Lidia le presentó a Isabella, quien comprendió inmediatamente por qué esa idea de protegerla.

Si bien se les dificultó un poco hablar, ya que Emma no hablaba en español y tampoco inglés.

Se puso feliz cuando supo que tendría empleo.

— Me sorprende que sepa español dijo Isabella.

— Mis padres siempre insistieron en eso así que aprendí inglés, francés y español dijo Lidia.

— Lo que si insisto en que un médico debe autorizar a que ella puede trabajar, llévela con la obstetra de la salita.

— ¿Saldrá mucho la consulta?, pregunto Lidia.

— La atención médica aquí es gratis dijo Isabella. Lidia se lo comunico a Emma, quien no pudo evitar sonreír. — Le mostraré la salita de regreso, comento Isabella.

— ¿Por esas casualidades sabe donde está su hermano?, me gustaría hablar con él dijo Lidia.

— Javier, no lo sé. ¿Si es por dinero?, comento Isabella.

— No, en realidad sí ella puede trabajar en la casa, quería preguntarle si no tiene problema en que se quede conmigo comento Lidia, — Hay lugar suficiente para las dos.

— Tendría que esperar unos días a que él llame, pero si usted no tiene problema con compartir su espacio yo lo autorizo. Dígale que preparé sus cosas. Liquidaré su cuenta en el hotel dijo Isabella.

Isabella se dirigió a la recepción y pidió la cuenta, otra vez se encontró con Eduardo Santos.

— Parece que las alimañas nos abandonan dijo Eduardo.

—Si no permitir que un empresario inescrupuloso como usted arruine un paisaje natural me convierte en una alimaña, soy la alimaña más feliz del planeta.

— Porque no lo dices sin llorar dijo él.

— Es un idiota, señor idiota que tenga mal día dijo ella dando media vuelta.

Eduardo Santos sonrió, detestaba profundamente a esa mujer, pero ver ese bamboleo de cadera cuando se iba era un espectáculo él sonrió con picardía.

Isabella se dio vuelta, la estaba mirando era un pervertido...

De regreso a la casa, Isabella les mostró donde quedaba los consultorios médicos.

Emma quedó deslumbrada con la propiedad.

— Regresaré cuando tenga la autorización para trabajar, tiene mis números por favor llámeme le dijo Isabella y se marchó luego de instalarse caminaron un poco por el terreno mientras recogían algunas frutas.

Emma sonreía feliz mientras el sol iluminaba su rostro y su hijo se movía plácidamente en su vientre...

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Comments

Alba Hurtado

Alba Hurtado

madison se dio su buen banquete,/Smile//Frown//Drool//Scowl//CoolGuy//Sob//Shy//Silent/

2024-01-30

1

Patricia Guzman Ceja

Patricia Guzman Ceja

que chiquito es el mundo no mira que Madisson haberse comido al cliente de su mareado jajajaja 😂😂😂😂,que cosas no diría Kiko jajaja 😂😁

2023-11-26

2

Sonia de la Torre

Sonia de la Torre

Isabella tiene un admirador 😅 Nos falta porque llegue Madison por aquí y ya están las 5 juntas 🤗

2023-07-06

1

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