Amores egoístas.

Madison despertó en medio de la noche, pudo ver las masculinas facciones de Javier a su lado.

Necesitaba salir de ahí cuanto antes. ¿Por qué demonios se había acostado con él?, se preguntó.

Con mucho cuidado se incorporó de la cama busco su ropa y se dirigió a la otra habitación vistiéndose, había encontrado todo menos su pañoleta.

Tomo su cartera y abandono la habitación, cruzar la recepción a esa hora de la madrugada con el pelo revuelto, no fue muy agradable. Camino hacia donde estaba su auto, se subió en el y se dirigió a su casa. No vivía muy lejos de ahí.

Tenía demasiadas preguntas sin respuestas ¿por qué decían que estaba muerta?, ¿por qué decían que estaba loca?, pero esas preguntas solo podía responderlas una persona. Miró su reloj en Argentina eran las 04 am, tomó su teléfono y marcó el número.

— Hable dijo una voz grave, parecía molesto.

— ¡Hola Derek!, exclamó ella sorprendiéndolo.

— ¡Madison!, ¿dónde demonios estás?, respondió él molestó.

— No importa eso, respondió ella .

— No importa eso dijo él gritando. ¡Me robaste Madison!, quiero que regreses inmediatamente grito Derek. Ella nunca lo había escuchado así.

— No te robe, tome mucho menos de lo que me correspondía y no pienso regresar.

- A ti no te corresponde nada el que ha trabajado soy yo, grito él. Pero estoy dispuesto a perdonarte.

— ¿Perdonar que?, tú me fuiste infiel, llevaste una mujer a Bora Bora, ¿pero no fue la primera vez?, no es cierto Derek. No necesito que me perdones y no pienso regresar. Lo que si quiero que me expliques ¿es porque estás diciendo que estoy loca?, ¿por qué fingiste mi muerte?, exclamó ella.

— Estás loca y para eso solo basta ver tu comportamiento, yo no fingí tu muerte la policía está investigando, seguramente terminaras presa exclamó él. Lo único que va a salvarte es que regreses aquí conmigo exclamó él. Madison el dinero que te llevaste no te va a durar toda la vida regresa, sin mí no eres nada.

Madison corto la llamada y se dejó caer sobre su cama comenzando a llorar otra vez.

Javier despertó comenzaba a amanecer al mover su mano noto que Madison no estaba. Abrió sus ojos y vio que la habitación estaba vacía.

— ¡Madison!, exclamó él. Se puso de pie, y se dirigió al baño no estaba ahí miro a su alrededor y noto que sus cosas no estaban . Otra vez se había ido dejándolo solo. No sabía dónde podía encontrarla y eso era lo que más le molestaba.

Se dirigió a su mesa de luz y tomó su teléfono al encenderlo comprobó que tenía varios mensajes de su madre, lo había estado esperando junto a su hermana para cenar.

Fue cuando se encontró con el ladrón, tal vez las cámaras lo habían filmado, él no había visto a Madison hasta que no la tuvo delante de él.

No sabía cómo lo haría, pero de algo estaba muy seguro no la volvería a perder de vista.

Luego de desayunar se dirigió al sector de seguridad minutos después obtenía la respuesta que estaba buscando.

Madison trabajaba para la competencia, decidió cruzar personalmente al spa y preguntar por ella.

— No se encuentra, es su día libre le respondió el encargado.

Frustrado abandono el lugar, pero si había podido averiguar que llevaba dos meses trabajando ahí y que era una empleada diligente. Lo cual lo llevaba a plantearse que más allá del comportamiento que había tenido la noche anterior, nada indicaba que estuviera desequilibrada.

A media mañana Madison condujo hasta Los Sauces había arreglado para verse con Emma y Lidia almorzarían juntas también iría Isabella y Victoria.

Las últimas semanas se habían frecuentado.

En cuanto llego al remanso fue recibida por Emma.

El auto de Victoria y el de Isabella estaban ahí.

– Mira te traje un regalo le dijo Madison entregándole un paquete.

— Es hermoso dijo ella viendo la ropa que le había comprado para su bebe.

Madison ingresó a la cocina y saludo a Lidia—¡Traje el postre!, dijo entregándole un paquete.

— Creo que me voy a saltear el almuerzo dijo Emma bromeando al ver la exquisita torta que Madison había llevado.

— De eso nada no puedes vivir comiendo cosas dulces le dijo Lidia.

— Eso díselo a mi hijo yo solo obedezco sus órdenes respondió Emma.

— ¡ No extraño esas épocas!, exclamó Victoria sonriendo en complicidad con Emma.

Madison comenzó a reírse, ante ese comentario.

— ¿Te ves algo cansada?, comento Lidia viendo a Madison

— No pude dormir, estuve toda la mañana llorando, el pasado me alcanzó y me golpeó duro dijo Madison.

— Ese es mi peor temor dijo Emma abrazándola.

— Eso no va a pasar además no estás sola y tú tampoco dijo Lidia abrazando a Madison. ¿Qué fue lo que pasó?.

— Salía de trabajar ayer y me encontré con una persona que conocí en Londres, que conoce a Derek mi esposo. Esta persona se sorprendió de verme… con vida. ¡Dice que estuvo en mi funeral!, exclamó ella.

Las cuatro la miraron confundidas.

— ¡Dice que durante el velorio le dijeron que estaba loca!, comento Madison.

— ¡Tu marido, se atrevió a decir que estabas muerta!, exclamó Emma.

— ¿ Madison el no sabe donde estas?, pregunto Lidia.

— No simplemente lo dejé. Tenía tantas preguntas que decidí llamar a Derek. Dice que la policía está investigando, que voy a terminar presa y de la única manera de que no sea así es que regrese con él.

— ¡Hay que dulce se va a sacrificar por ti!, exclamó Victoria con sarcasmo.

— Es un psicópata, exclamó Isabella. Mira tengo conocidos en Londres, un abogado podría pedirle que averigüe que está pasando. ¿Cómo fue que saliste de Inglaterra?, pregunto Isabella.

— Cruce en tren a Francia y luego a Italia, pero con mi documentación, no entiendo por qué dice semejante locura.

— ¡Tal vez es algo que él tramó!, exclamó Victoria. Ya saben como es uno conoce a la persona que tiene al lado en el divorcio ¿por qué lo dejaste?, pregunto ella.

— ¡Victoria cálmate!, le dijo Isabella.

— Está bien, en realidad fue un conjunto de cosas, pero en realidad el detonante principal fue que me engaño. Lo ascendieron en su trabajo y le encargaron al nuevo cliente de la agencia de publicidad resulta que tenía que visitar un resort en un paraíso, Bora Bora.

Podía llevarme a mí, pero como iba a llevar a su gorda esposa exclamó Madison.

— No digas eso tú no eres gorda exclamó Isabella

— Para el sí, el punto es que llevo a su flamante asistente y la registro como su esposa comento Madison.

— Es un cerdo, exclamó Emma.

— Cuando llame al hotel me atendió ella, cuando me puse a investigar porque en realidad no sabía que hacer me di cuenta de que no fue la primera vez. Peor aún me di cuenta de que su amor era totalmente egoísta, me di cuenta de que él no me amaba y lo que es peor dejé que me convenciera de que era muy afortunada de que me hubiera escogido como esposa. Y cuando ya no sabía que hacer recibí la llamada de su jefe avisando que Derek había sufrido un accidente, necesitaba una operación y terapia para volver a caminar. No pude quedarme con él y cuidarlo. Tomé mis cosas y lo dejé comento Madison.

—¡Extraña a su sirvienta!, exclamó Victoria.

— Es una cruel manera de decirlo, pero es cierto dijo Lidia.

— Lo sé, eso era yo para él. Y eso que era una inútil que se moriría si el no le decía que respirara dijo Madison con amargura.

— Obviamente, te fue trabajando desde que se conocieron, y llega un momento en que uno empieza a dudar de tu propia capacidad respondió Isabella.

— ¡El miedo o la culpa te paraliza!, exclamó Lidia. Y es ahí cuando pierdes el tiempo, la posibilidad de tener algo mejor. Cuando te convences de que no mereces más que esas migajas de amor exclamó Lidia. Los ojos de ella brillaban por la tristeza.

Emma se acercó a ella y la abrazó.

— No se quien te pudo convencer de algo así, todo lo que tengo hoy es gracias a ti que no dudaste en ayudarme siendo yo una extraña dijo Emma...

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