Martín salió de la oficina, estando a fuera llamó a una mujer que trabaja en la casa Wu, era una conocida a quien él había recomendado porque la conoció en una situación muy difícil. Así que pidió que la dejaran trabajar como sirvienta en la mansión. Sandra acepto de inmediato después de escuchar la triste historia de aquella mujer.
Por otro lado ella estaba muy agradecida con Martín por todo lo que había hecho por ella. La mujer no más de unos 35 años se encontraba en su momento de comida, era el único momento donde ella podía tomar su celular, cuando notó que Martín estaba marcando.
La mujer rápidamente corrió hacia a fuera para responder. –Hola Martín.
-Raquel ¿Cómo estás?
-Muy bien. Pero dime que necesitas, mi hora de comida está por terminar y sabes que tengo que regresar a mis deberes.
El hombre sabía que tenía que hacer las cosas como Gustavo lo había pedido. –Raquel esto que te voy a pedir es muy delicado y tienes que tener mucho cuidado.
La mujer solo movió la cabeza, en eso Martín empezó hablar, Raquel se quedaba sin palabras por lo que él le decía, cuando terminó el hombre dijo. –Tienes que averiguarlo lo más pronto posible, el Señor Wu te recompensará.
-Martín tu sabes que estoy muy agradecida contigo pero eso es muy difícil, además la Señora Wu ha sido muy buena conmigo y eso es como defraudarla y no quiero.
-Raquel... tienes que hacerlo, si no lo haces el Señor Wu me va a matar.
La mujer conocía el temperamento de Gustavo, así que aceptó ayudar a Martín pues no tenía otra alternativa. –Pero cómo le haré, sabes que no podemos utilizar celular a la hora de trabajar.
-Escóndelo en tu delantal pero tienes que averiguar lo que te estoy pidiendo. –Así sería, al final de todo ella tenía que ayudar a su salvador.
Los abuelos llegaron a la casa, vieron que Lía estaba profundamente dormida y decidieron no despertarla.
Era la madrugada cuando Lía despertó, tomó su celular para mirar la hora y eran las 1:38 a.m. se levantó de la cama salió a ver a sus abuelos, las luces estaban apagadas, lo que significaba que sus abuelos dormían.
A esa hora se metió a bañar, cuando estaba en regadera no pudo evitar pensar en lo que había pasado, se sentía demasiado mal pues aquel hombre no le importaba lastimar a las personas con sus palabras. Cuando termino se puso a hacer tarea, pues debido a que se quedó dormida toda la tarde no hizo nada.
Así pasaron 3 días donde las chicas iban a clases y solo se enfocaban en la escuela, Miriam veía triste a Lía pero siempre que ésta le preguntaba qué sí que tenía, su única respuesta era que solo sentía el estrés de la escuela.
Como todos los días se despidieron. Lía se fue directo a la casa de los abuelos, y Miriam a la mansión.
Miriam cuando llegó miró que Raquel estaba limpiando unos jarrones a un costado, así que le preguntó. –Sabes ¿En dónde está mi madre?
-Sí señorita, se encuentra en su habitación.
Miriam subió rápidamente para encontrarse con su madre y detrás de ella subió Raquel.
La chica toco la puerta, cuando la persona desde adentro le dio acceso entró, Sandra se encontraba leyendo un libro, cuando miró a su hija y una sonrisa en sus labios se formó. -¿Qué pasa? ¿Cómo te ha ido en la escuela?
-Madre no vengo hablarte de la escuela, necesito que me digas que pasó entre Lía y Gustavo esa noche, madre en serio ella está triste, está tan diferente y me duele que todo sea por nuestra culpa.
Sandra se quedó en silenció se levantó y abrió uno de sus cajones, tomó las fotografías y se las paso a su hija, cuando la chica las miro se quedó boca abierta. –Pero madre ¿Qué paso?
-Hable con Gustavo y dice que no es ella. Pero si es ella porque ella subió hasta su habitación y no salió, además esas fotografías me las dio un reportero que yo contraté.
-Madre tenemos que parar esto ya, no quiero que Lía sufra más por nuestra culpa. Él solo piensa en su trabajo y no piensa en nadie más que no sea Siria.
-No lo haré Miriam, lo lamento pero no puedo parar ahora. Tengo que darle una lección a Gustavo y sé que él...
-No madre, ya no por favor. Nuestro plan no funcionará, déjalo por la paz.
-No me daré por vencida, si no quieres ayudarme está bien, pero yo lo haré sola.
-Pero no con Lía, ella no lo merece, Gustavo no se merece a alguien como ella.
-Si no es con ella, buscaré a otra.
-¿No piensas darte por vencida? Madre por favor deberías de parar este plan tan absurdo.
-No lo haré Miriam.
La chica se dirigía a la salida, pero volteo a ver a su madre. –Espero que no te equivoques. Porque Gustavo no merece a nadie.
-Mi plan funcionará ya lo veras.
La chica salió de la habitación de su madre aventando la puerta. Que no se fijó en la mujer que estaba del otro lado.
Martín estaba recibiendo órdenes cuando un mensaje llegó, él hombre tomo su celular y vio que era un mensaje de Raquel, lo leyó al instante. "Ahí está lo que me haz pedido" y anexo un audio.
-Señor Wu, aquí tiene lo solicitado.
Gustavo alzo la vista para ver a Martín, pero éste empezó a reproducir el audio que le habían mandado, sin duda eran las voces de su madre y hermana.
Después de terminar y escuchar el audio, el hombre dijo –Sabía que mi madre estaba involucrada.
-Señor Wu ¿Ahora qué hará? –Preguntó Martín muy curioso.
El hombre después de un silencio respondió. –Voy hacer como si el plan de mi madre estuviera funcionando.
-¿Qué quiere decir eso Señor Wu?
-Ya lo verás Martín, ya lo verás.
Martín se quedó en silenció pensando en lo que su jefe acababa de decir, pero al parecer no era algo muy bueno. Por otro lado Gustavo empezaba armar su plan.
Al día siguiente las chicas se encontraban terminando sus clases e iban de salida.
Miriam sabía que durante la semana Lía no se encontraba de todo bien. -¿Deberíamos salir? ¿No crees?
-No Miriam, ayudaré a mis abuelos. –La otra chica al obtener esa respuesta hizo cara de puchero.
-Mañana ya es viernes hagámos algo Lía.
-Miriam agradezco tu gesto pero no.
-Bueno pues déjame llevarte a casa. Al menos eso puedo ¿Verdad?
Lía sonrió pero negó con la cabeza. –Vete a casa tranquila, yo estoy bien es solo el estrés de la escuela, no te preocupes.
-Pero toda la semana haz estado muy extraña. –Replico Miriam.
-Ya te he dicho que es por la escuela. –Miriam sabía que no desistiría, así que se despidió se subió a su auto y se fue.
Ella se dirigía a la parada del autobús, estaba por cruzar la calle cuando un auto se paró enfrente de ella, la puerta se abrió, Lía se quedó en silenció al ver quien estaba frente a ella.
-Señorita Liu suba por favor. –Lía negó con la cabeza, pero el hombre volvió hablar. –No tenga miedo, no le pasará nada, por favor suba.
Lía lo pensó por unos momentos pero accedió a subir.
El hombre se sentó en el asiento del copiloto. –Tranquila Señorita le prometo que no le pasará nada.
La mujer solo hizo un gesto de preocupación.
15 minutos después estaban frente un hermoso edificio muy alto, la persona se bajó y le abrió la puerta.
-Baje por favor.
Lía bajo despacio, y la dirigieron a dentro del restaurante, cuando entró a una de las habitaciones VIP. Se quedó boca abierta al ver quien estaba ahí.
Lía se quedo en completo silencio al ver que Gustavo se encontraba parado frente a la ventana. No pudo evitar sentir coraje por ese hombre, pues cada vez que se encontraba con él algo desagradable solía suceder.
La chica se iba a dar la vuelta para retirarse cuando Gustavo se volteó, la miro muy fríamente y éste hablo. -Buenas tardes Señorita Liu. -ella quiso hablar pero las palabras no le salían. - ¿Le sucede algo? -Lía bajo la mirada pues al final ese hombre hacía que todo su ser perdiera la cordura.
Gustavo camino hacía a ella, lo cual la chica con voz temerosa habló. -No se me acerqué.
Lo cual él se pudo dar cuenta que ella estaba nerviosa y asustada.
Al escuchar esas palabras el hombre alzó una ceja, pues lo que acababa de escuchar no era de su agrado. El hombre tomo asiento y cruzo su pierna, después encendió un cigarrillo, Lía miró todo lo que se hombre había hecho hasta leyó el letrero que decía "No Fumar". Pero era inaudito él simplemente no respetaba las reglas.
Ella mordió su labio inferior porque se encontraba demasiado nerviosa y asustada.
-No piensa sentarse. -Hablo Gustavo sosteniendo el cigarrillo entre sus dedos.
Lía dio un pequeño salto pues el tono de voz que había usado la había asustado. Seguía estática en ese lugar.
-No le haré nada Señorita Liu. Así que tome asiento. -Lía apretó la correa de su bolsa por la entonación que él había utilizado sonaba a una orden, el hombre se estaba fastidiando de la actitud de esa mujer, así que muy groseramente le dijo. -O quiere que la cargué hasta su asiento.
La chica tragó saliva y en voz baja le respondió. -Es lo último que querría de usted.
Gustavo apago el cigarrillo y fingió una sonrisa. -¿Dónde ha dejado a la mujer valiente? Porque al parecer hoy no ha venido con usted.
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Comments
Lili
Me dan ganas de darle unas cuantas cachetadas para que reaccione y se de cuenta de todo lo que le está haciendo a la pobre de Lía ella no es Siria Gustavo te lo recuerdo por si no lo sabias
2023-10-01
5
Mayerlyn Quevedo
que obstinado este hombre
2023-07-18
0