Capítulo 13. No.

En ese momento Lía recordó lo que Miriam había dicho: "Antes muchas personas solo se acercaban a mí por dinero. Trataba de llenar a esas personas con regalos para que nunca se alejaran de mí, pero era algo inevitable porque después de un tiempo se iban sin decir más" en eso pensó. –Este hombre protege a su hermana de las amistades falsas, por eso esas personas se iban sin decir nada.

La chica aclaro su garganta y dijo con voz segura. –Lo lamento Señor Wu, pero mi amistad no tiene ningún precio, no me alejaré de Miriam.

-Dime cuanto quieres de una vez para que salgas de nuestras vidas, porque el solo verte me da asco. –Dijo Gustavo con voz fuerte.

Lía se mordió el labio inferior para tragar su coraje. Se dio la vuelta para salir. Cuando Gustavo la tomo por el brazo, Lía gritó. –Suélteme.

Gustavo la aventó al sofá que estaba cerca. –He conocido personas insoportables pero no tanto como tú, eres la peor escoria de esta sociedad. Tú piensas que me harás creer que solo estás con Miriam por amistad.

-Pues sí, así es aunque usted no lo crea y de una vez le digo que no busco su aprobación.

Gustavo se empezó a reír en tono de burla. –Señorita ¿Usted sabe el precio de ese vestido? –Lía se quedó callada ante ese cometario. –Sé perfectamente que usted no tendría la cantidad para pagarlo. Cree que me creeré el cuento que usted solo busca a mi hermana solo por una amistad.

Lía puso los ojos en blanco y respondió. –Tiene razón jamás tendría la cantidad para pagar este vestido, pero yo no lo pedí en ningún momento, Miriam fue quien insistió.

-Lo ve, mi hermana siempre llena de regalos a las personas, y usted no ha sido la excepción. Eres igual o peor que toda esa gente.

Lía no soportó más las palabras, se levantó del sofá donde Gustavo la había aventado. - ¿Quiere el vestido? Todo esto es por vestido ¿No? –El hombre sonrió de manera sarcástica, cuando Lía empezó a desatar los hilos de la parte de atrás que este tenía.

-¿Qué hace? Está loca.

Después de unos momentos los hilos se desprendieron de la espalda de Lía, y la chica dejo caer el vestido hasta sus pies.

En Gustavo se encendió una furia ante lo que esa mujer había hecho, esa mujer estaba solo con ropa interior en su presencia.

Lía levantó del suelo el vestido y se lo tiro en la cara. –Aquí tiene su vestido, póngaselo si tanto es lo que quiere.

Gustavo se quitó el vestido de la cara. –Eres una mujer tan fácil, que te haz desnudado frente a mí. –El hombre la miraba de pies a cabeza, sin duda las curvas de esa mujer eran completamente perfectas, Gustavo se estaba poniendo nervioso ante tal situación. - ¿No tienes miedo?

-¿De usted? No. Porque usted dijo que le doy asco, y eso quiere decir que si me desnuda por completo lo voy hacer vomitar. –Dijo Lía de manera segura.

-Vístete y sal de mi vista. –Respondió de inmediato y le tiro el vestido, pues sentía cada vez más nervioso, aquella mujer le estaba causando excitación, pero se negaba aceptarlo.

Lía hizo caso omiso a lo que él dijo, aventó un el vestido al suelo y como estaba se dirigía a la salida. Gustavo corrió detrás de ella, Lía abrió la puerta pero antes de que pudiera salir, Gustavo la tomo por el mano y la abrazó, cuando la puerta quedo media abierta los flash se hacía presentes en el lugar.

Gustavo se acercó al oído de Lía quien tenía su cara en su pecho. –Quédate quieta por favor. –La chica obedeció al escuchar los ruidos de afuera.

El hombre con una patada aventó la puerta. Soltó a la mujer y camino hacía el bar que estaba en la habitación, se sirvió un whisky, sabía que los medios dirían cualquier desfachatez para poder vender.

Lía se sentó en el sofá de la habitación.

-Viste por favor. –Dijo Gustavo.

-No lo haré. –Gustavo se estaba dando cuenta de lo terca que podía llegar esa mujer.

-A caso no haz visto el alborotó que hay allá a fuera, que crees que esa gente piensa que, tú y yo...

-Eso sería lo más tonto que puedan inventarse. –Gustavo sintió furia al escuchar las palabras que acaba de decir.

El hombre entró al baño y le aventó una bata de baño. –Si no quieres el vestido, toma esto.

La chica sentía un poco de frío por el aire acondicionado así que la tomo y se la puso.

Gustavo tomo su celular y marcó un número. –Deshazte de todos esos reporteros y oblígalos a que eliminen todas esas fotografías, si no lo hacen que se atengan a las consecuencias. –Colgó después de decir esas palabras. Martín que estaba del otro lado del celular, haría lo que Gustavo había dicho.

Lía solo pensó. –A éste hombre como le gusta amenazar a las personas.

Miriam buscaba a su amiga y no la encontraba.

Sandra se acercó y dijo. –Es momento de irnos.

-Madre pero Lía, no sé qué sea hecho.

-Tranquila, ella esta con Gustavo.

-¿Qué? No es capaz la está masacrando, iré por ella.

-Detente Miriam, he dicho que nos vamos, además los reporteros están evitando el paso a la habitación.

-Pero qué hacen en una habitación, Gustavo tendría que estar aquí.

-Hija ya sabes que el CEO es el primero que se retira, por eso a nadie se le hace raro que ya no esté aquí. Así que vámonos.

La mujer se llevó a la fuerza a Miriam, sin duda todo lo que estaba ocurriendo era porque su madre lo había planeado, solo en sus adentros dijo –Lía no mueras por favor.

Las mujeres salieron del hotel y se fueron. Miriam iba de regreso a la mansión pero muy intranquila.

Gustavo se metió a la habitación y se encerró, Lía se había quedado sentada en ese sofá, se paró frente a la ventana y logro ver la belleza de la ciudad con todas sus luces.

Un rato más regreso al sofá, tenía demasiado frío que tomo el vestido del suelo para usarlo como una sábana. Cuando entró en calor se quedó dormida.

Unas cuantas horas después Martín había hecho lo que Gustavo había pedido. Y lo llamó. –Señor Wu, ya puede salir los reporteros han dejado el lugar.

El hombre se levantó de la cama en donde se había quedado dormido. Cuando abrió la puerta miró a la chica que dormía en el sofá y que usaba el vestido para cubrirse, se acercó a ella con pasos lentos. Esa mujer era hermosa pero lo que tenía de hermosa, lo tenía de altanera.

La miro tan de cerca y recordó como se había desnudado frente a ella, una sonrisa inconsciente salió de él, ese pensamiento hizo que tragará saliva, en eso dijo en voz baja. –No toleraré que te desnudes enfrente de otra persona, y sí, es una amenaza. –Después salió de ahí.

Gustavo se dirigía al ascensor cuando hablo. –Haz que vigilen la habitación. No se te olvide mandarle ropa. –Porque esa mujer era capaz de irse desnuda hasta su casa.

-Sí señor. –Los dos hombres se fueron del lugar.

Cuando Gustavo llegó a su Penthouses se quitó el moño y el saco. Tomo uno de los cigarrillos y lo encendió. Empezó a fumar sin remordimiento cuando se lo termino, encendió un segundo cigarrillo, y se acercó al balcón, podía sentir en su cara lo fresco de la noche, en eso recordó todo lo que había pasado con Lía pero sobre todo como su cuerpo se estremeció al ver a esa mujer semi-desnuda.

Pero en ese momento llegó aquella mujer a su mente, cerró los ojos de manera dolorosa.

*Recuerdo*

En el aeropuerto.

-Por favor no te vayas Siria, tu sabes perfectamente que es lo que siento por ti. Eres lo mejor que tengo en mi vida.

-No Gustavo no puedo detener mis sueños por ti, lo he soñado toda mi vida y desde que tomaste el puesto del CEO solo he sentido la presión de mis padres para casarme contigo, y yo sinceramente no me siento preparada para un matrimonio.

-Sí te preocupa que el casarte conmigo no te dejaré cumplir tus sueños estás equivocada. En cambio te apoyaré, sabes que estoy por abrir una sucursal en América, sé que aún no está seguro, pero lo haré para estar contigo.

La mujer se acercó y miro directamente a Gustavo. –Lo lamento, pero no, simplemente no lo quiero.

-Siria ¿Me amas?

La chica tragó en seco ante tal pregunta. –No. Ya no te amo. – Siria se dio la vuelta dejando a Gustavo sin ningún movimiento, él solo miró como ella se alejaba para abordar el avión.

Gustavo cayó al suelo derrotado como si le hubieran dado un golpe noqueador, pues esa mujer le había roto el corazón.

Martín lo levantó con ayuda de los guardaespaldas para sacarlo de ahí.

*Fin del recuerdo*

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