Lía sintió como su cuerpo se tensó al ver a ese hombre que había llegado, Gustavo miró a Lía y no pudo evitar poner su cara de molestia.
-Hijo me alegró que hayas llegado. Entonces pasemos al comedor. –hablo la mujer con una sonrisa en el rostro.
-Veo que tienes invitada, entonces me iré. –Dijo el hombre dando la vuelta.
-Quédate a comer ya que estás aquí no pierdes nada.
-Hace tanto tiempo que no compartimos una comida contigo, querido hermanito. –La última frase que había dicho Miriam sonaba como sarcasmo.
El hombre no dijo nada y se dirigió al comedor.
Lía estaba sentada frente a ese hombre que no la miraba, pensaba que fue un error ir ahí, pero ella tampoco era adivina para saber que él llegaría, pues la última vez solo habían comido ellas 3 sin compañía de nadie más.
Una voz sonó de pronto que hizo que Lía regresará a su realidad.
-Espero y disfruten la comida. –Después de escuchar lo que dijo Sandra, miró que la comida estaba servida sobre la mesa. Todos empezaron a comer.
Sandra a pesar de haber leído un poco de la información que había solicitado, miró a Lía y preguntó para romper ese gran silencio. –Dime Lía a qué se dedican tus padres.
La chica levantó la mirada a donde Sandra y respondió. –Mi padre es gerente de uno de los bancos nacionales y mi madre es secretaría de un bufete de abogados.
-Ho ya veo. Y ¿Tienes hermanos? –Volvió a preguntar la mujer.
-Sí, aun es pequeño, su nombre es Alex. –Sandra solo hizo un gesto.
Pero la mujer aún no complacida volvió hablar. – ¿Tienes novio? –Lo que Sandra acababa decir hizo que Lía se atragantará con la comida, Miriam al ver eso rápidamente palmeó la espalda de Lía.
Lía tardó unos momentos en reponerse, tomó un sorbo de agua, aclaro su garganta y miró a la mujer que esperaba su respuesta. –No Señora Wu, no por el momento.
Gustavo que comía en silencio, se quedó pensando en las palabras que acaba de escuchar, y en sus adentro dijo. –Qué mujer tan desvergonzada, se mete a mi cama y piensa tener novio. –Por un momento sintió como su sangre se calentó.
Sandra sonrió sutilmente. –Espero que no hayas pensado en enamorarte de alguien del país durante tu estancia.
Lía se sintió incomoda ante aquellas palabras y sintió como su cara se puso caliente. Pero Sandra volvió hablar. –Oh! No será que alguien ha llamado tu atención.
-Madre. –Dijo Miriam. Lía se quedó en silencio pues ya no quería seguir respondiendo.
-¿Qué pasa? –La mujer miró al hombre que estaba a su derecha. –Gustavo me enterado que Lía y tú han dormido juntos.
El hombre detuvo sus manos para seguir comiendo, miró a su madre. -¿Qué es esto? A caso es una broma, entre esa mujer y yo no pasó nada y tú mejor que nadie lo sabe. Pensé que esto sería una comida normal pero me equivoque. –El hombre se levantó de su asiento y se dirigía a la salida.
Sandra se levantó detrás de él. –Gustavo detente. –Hombre se detuvo en la puerta de la mansión, se volteó para ver a su madre. –No puedes irte.
-Madre acepta como soy ahora, sé que Miriam te ha dicho lo que paso en la finca pero no confundas las cosas, jamás hubiera dormido con una mujer como esa.
-Gustavo me niego aceptarlo, me niego rotundamente que seas igual a Adolfo y no quiero que tu vida sea un infierno.
-Madre, nacer con el apellido Wu significaba ya el infierno y es algo que no puedo cambiar.
-Claro que sí, yo quiero que vuelvas hacer como antes, tú no eras así.
-Eso jamás ocurrirá de nuevo.
-Olvídala de una vez- Gritó Sandra. –Ella se fue esa mujer no...
-Madre. –Gritó Gustavo. –Que sea la última vez que esto vuelva a suceder. –El hombre se dio la vuelta y se fue.
Sandra no pudo evitar que su corazón se quebrara y sus lágrimas brotarán.
Las chicas se habían quedado en el comedor en completo silencio.
Miriam hablo. –Lamento lo que ha ocurrido.
-No te preocupes. –Lía dio un gran suspiro.
Sandra regreso a donde estaban las chicas, Lía y Miriam se dieron cuenta de los ojos hinchado de aquella mujer. Pero no preguntaron nada.
Las únicas 3 personas que quedaban se fueron a la sala de estar.
-Lo lamento mucho Lía.
-Señora Wu no hay nada de qué preocuparse, lamento mucho que mi presencia haya sido una interrupción para su comida familiar.
-No para nada. Incluso fui yo la que te mande a llamar. –La mujer extendió su mano para entregarle una tarjeta. –Quería invitarte al aniversario 65 de la corporación Wu.
-Yo, yo no creo poder ir. –Dijo Lía.
-Por favor asiste, Miriam siempre comenta que esos eventos la aburren y tu serías una gran compañía para ella.
-Pero...
-Nada de peros, por favor Lía. Olvida lo de hoy.
Miriam sabía porque su madre lo hacía, lo que acababa de pasar durante la comida era una señal que deberían parar. Pero Sandra la miró y sabía que tenía que convencer a su amiga. –Vamos Lía.
-Lo pensaré. –Esa fue su única respuesta.
-No lo pienses tanto, porque es esté fin de semana. –Lía sabía que ya no podía negarse. Pero ella no quería volver a ver Gustavo.
Solo mostró una sonrisa, dijo que se tenía que ir. La chica subió a uno de los autos y salió de ese lugar.
Gustavo había llegado a la Corporación Wu.
Estaba demasiado enfadado por lo que había pasado en la mansión. Se quitó el saco de su traje y lo aventó al suelo, de inmediato tomo un cigarrillo y lo encendió, dio la primera bocanada de humo cuando Martín entró.
-Señor aquí está la información que ha solicitado de la Señorita Liu.
Volteo a ver la carpeta recién dejada en el escritorio, solo se le quedo mirando. Pues no sabía en qué momento esa mujer apareció para descontrolar todo. Ya no quería saber más de ella.
Pero aun así tomo la investigación y empezó a leer la información. En específico era todo lo que ella había dicho durante la comida, cuando llegó a una parte que llamó su atención "La señorita Lía Liu, durante su educación media superior sostuvo una relación sentimental con su compañero de clase Erick Montalvo", pero antes de que pudiera llegar a la parte final de la información, arrugó con su mano los papeles y los desecho en el bote de basura. –Qué mujer tan más desvergonzada. –Dijo tomando una segunda bocanada de humo.
-Señor Wu, tiene una reunión en la sala de junta, los accionistas lo esperan. –En silenció apago el cigarrillo y se puso nuevamente el saco que Martín le pasaba.
Lía llegó a la casa de los abuelos, solo los saludo y se me metió a su habitación con la excusa de la tarea.
Dejo caer su cuerpo sobre su cama mientras observaba la invitación que le habían entregado. Dudaba en ir, no quería volverse a topar con ese hombre.
-Lía. –Habló la abuela Mei desde a fuera.
La chica se levantó y abrió la puerta.
-¿Cómo te fue? –Preguntó la anciana.
-Bien. –Le regalo una sonrisa a su abuela, cuando miró la invitación de la chica. -¿Qué es eso? –Preguntó la anciana.
-Ha, esto... es una invitación que me ha dado la Señora Wu. –Se la paso a su abuela. –Pero no pienso ir.
La abuela Mei al leerla se quedó atónita. El abuelo Tao se acercó e igual lo leyó la invitación. –Lía ¿Sabes que esto es uno de los eventos más importante en nuestro país?
La chica negó con la cabeza.
-El edifico más grande de la ciudad pertenece a esta familia. –Se quedó pensando. –Claro, cuando vino tu amiga su apellido se me hizo muy peculiar, pero pensé que solo era una coincidencia.
-Lía no quiero que te vayan hacer de menos por no ser como ella. –Dijo la abuela con voz preocupada.
-No abuela, Miriam no es así. –Tomó la invitación que el abuelo le regresaba. –Pero no iré.
-Deberías de ir, sería una buena experiencia. –Dijo el abuelo Tao.
-No Lía, no le hagas caso a tu abuelo que la vejez ya no lo hace pensar bien. –Hablo la abuela Mei.
-No se preocupen. –Les regaló una sonrisa amable a sus abuelos, pues sabía que ellos estaban muy preocupados por ella.
Sin decir más se fue a duchar y a descansar.
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Comments
Edith Valenzuela
entretenida historia..
el personaje es tóxico espero que cambie más adelante
2025-02-02
0
Salomé Páez
* Dejó caer *
2024-07-15
2
Salomé Páez
* saludó *
2024-07-15
1