Nadamás llegar a su casa se replanteo todo lo sucedido en ese día tan raro, la propuesta de Lev y aquella apariencia nueva de su jefe.
A decir verdad a Damien le parecía curioso que Pushkin ocultara semejante mirada profunda, siempre pensó que era alguien a quien le gustaba llamar la atención pero tal parecía que era todo lo contrario y estaba seguro que había algo que ocultaba. Recordó su insistencia por el tema con Lev.
— Maldita sea... — se acostó en su cama esperando conciliar el sueño pero escucho una voz molesta proveniente de su puerta.
— Así que ahora estás con el perro, pensé que eras idiota pero has sabido moverte primo... — la voz fanfarrona de Iván sonó desde el marco de su puerta, estaba recargado, mirándolo con esa sonrisa molesta.
— ¿Qué carajos quieres? — sabía que si le prestaba atención solo caería en su juego estúpido de molestarlo. Iván se mostró sereno y solo dijo una frase.
— Acaba de venir Kanhwald, dice que quiere hablar contigo.
Con algo de dificultad se levantó de la cama, ahora con su embarazo de casi cuatro meses era un poco complicado el moverse, no espero ayuda del mal nacido de Iván, cuando por fin se levantó salió en dirección a la planta baja del café donde se encontraba aquel hombre de cabellos canos.
La última vez que se vieron Damien aún cargaba un feto y no un bebé, el hombre sonrió alegremente al verlo en su estado, parecía contento con la situación.
Se levantó para cederle la silla e incluso le ayudo a acomodarse, estaba en esa etapa donde no podía moverse con comodidad, una vez sentado ambos, hablo.
— Supe que todo marchaba bien, hablé con el doctor.
— Imagino que está ansioso por saber si es de Lev...
— Para ser honesto me gusta más la idea de que sea hijo mío, de hecho, esa es la razón por la que estoy aquí...
— ¿Disculpé? — Kanhwald sonrió al ver el entrecejo confuso de Damien, siempre se le había hecho un chico tan tierno, desde su forma de actuar así como su apariencia.
Era difícil de aceptar el hecho de que Kanhwald tenía el sueño de volver a ser padre, la madre de Lev o las madres de sus otras hijas eran tan molestas que comenzaba a hartarse, ya eran viejas y feas a sus ojos, pero Damien era lo contrario; por esa misma razón se molestó cuando se enteró que el perro de Antón quería quitarle al chico y por supuesto, también al bebé, adjudicándose que era el dueño de ambos. Algo que le molestó demasiado.
Aún había dudas sobre el padre pero a ojos de Kanhwald la esperanza crecía igual que el vientre del chico que ahora se encontraba delante suyo.
— Damien, has pensado que te gustaría hacer en caso de que fuera hijo mío, digo, podríamos unificar familias y así podrías volver a tus estudios, tú sabes que conmigo no te faltaría el dinero ni el poder; en cambio, si fuera de alguno de esos perros podrías meterte en grandes problemas...
Una amenaza indirecta fue como sintió aquellas palabras, era verdad, en el fondo sabía que si se quedaba con Kanhwald podría tener un estatus dentro y fuera de la mafia, era un hombre de "negocios" poseedor de cadenas enormes de restaurantes de prestigio y hoteles de lujo que cualquiera soñaría con pasar aunque sea una hora y gozar de los privilegios que estos brindaban, pero, sabía de antemano las malas relaciones que tenía, tiene y probablemente si caía en su juego le tocaría tener; más mierda a toda su pila de desgracias, pensó.
Fue por ello que inconsciente ladeó la cabeza de un lado a otro negando la petición del hombre.
— Es muy gratificante saber que usted me devolvería mi antigua vida, pero no quiero hacer nada precipitado hasta no saber quién es el padre, si pudiera darme algo de tiempo. — ojos serios notando una molestia clara, las palabras de Lev regresaban a sus oídos, tenía que pensar con la cabeza fría.
Si Lev quería matar a su padre, apoderarse del negocio y matar claramente a Antón, no saldría de su radar ganando solo que le joda la existencia, pero si lo que Kanhwald ofrecía era cierto, tendría otra oportunidad para comenzar de nuevo... en cambio, Antón no había sido capaz de hablar con él ni mucho menos se había acercado para ofrecerle ningún trato o nada, siquiera dijo nada cuando comenzó a trabajar para Pushkin.
Pushkin era otro tema que también debía pensar pero no tenía tanta urgencia como los otros, era de cierta forma similar a Boris, no buscaban nada de él solo le extendían la mano ofreciendo una ayuda sincera sin pedir nada a cambio.
Eso de cierta forma le aterraba.
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Comments
Key
Mas capítulos porfa 😉
2023-07-22
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