X.

Los recuerdos bochornosos del pasado le embriagaron la mente, en aquel entonces Boris le cautivo por su forma de hacer las cosas, siempre puso su placer y dominio antes que el maltrato y la humillación, fueron incontables las veces que buscaban un pretexto para tener una sesión de tortura placentera para después tener sexo obsceno, gracias a él supo que le gustaba un poco el BDSM y no se avergonzaba, todo era a base de reglas y seguridad a diferencia de lo que Lev o Antón le brindaban.

Y cuando Iván le contó sobre ese tema con respecto a su apodo, fue cuando puso una distancia entre los dos y jamás le reclamo, no eran pareja ni amantes, solo sexo esporádico pero cuando supo de la noticia de su situación se lo comento.

Él fue el primero que se enteró sobre la situación que ahora le mataba lentamente, supuso que sería suyo porque era con el único con el que cogía constantemente y se alegro en el fondo por la supuesta superstición y fue el mismo Boris el que le aterró al confesarle un detalle.

Era estéril.

La noticia le cayó como un balde de agua fría y le espantaba la idea de que si Boris no era el padre, pudiera ser de Lev, afortunadamente cuando se hizo una segunda prueba, desmintió ese hecho gracias a que tenía casi los dos meses y Lev no se encontraba en el país pero quedaba Antón y ese era el problema en esa situación.

Le tenía miedo porque fingía ser amable y se comportaba como un bipolar maniático que abusaba de él cuando quería. Lo odiaba demasiado.

En ese instante se encontraba de nuevo encima de aquella camilla de hospital viendo ese techo que no tenía nada de quirúrgico, le daba asco, porqué carajos no podían ir a una clínica buena o un hospital, al final del día toda la maldita ciudad ya sabía de su condición, Boris estaba delante suyo observando cómo el doctor pasaba por su abdomen la gel azulina y posteriormente el aparato que le permitía ver lo que sea que tuviera dentro.

Pronto la imagen que se dió en la pantalla mostró una mancha negra y no supo encontrarle forma, vio la pantalla y luego a Boris que también miraba extrañado, después miro al doctor que se burlaba de ambos.

— Eso de ahí — señalo un puntito negro — es tú bebé.

— Y es un chico o una chica... — Boris se acercó con brazos cruzados curioso, la situación le asombraba.

— Aún es muy pequeño para saber eso.

"Aún no es nada...solo una masa de carne sin palpitaciones, benigno y asqueroso, como un tumor." pensaba mientras veía aquella cosa en la pantalla.

El doctor le había preguntado si quería una "foto" como recuerdo, quería negarse pero Boris se adelantó y dijo que si. No tenía los ánimos de discutir. Le recordó que debía cuidarse y tener intervalos de descanso, se sentía podrido.

Una vez terminado salieron del lugar, debía irse, era su primer día de trabajo junto a Pushkin pero saber que todo lo relacionado con su embarazo marchaba bien le ponía ansioso y asustado, Boris se había subido a la motocicleta esperando a que se subiera pero no se movió.

— Que esperas. Sube.

— Boris, por favor, ayúdame...

Se quedó inmóvil observándolo, pensativo en su cabeza para encontrar las palabras adecuadas de la situación.

— Me gustaría, pero no puedo hacerlo bonito — Damien se acercó hacia el arrebatado mientras colocaba sus manos en el pecho ajeno y le instaba a observarlo, Boris chasqueo la lengua — no busques convencerme, si te hago algo o te ayudo a deshacerte de eso me meteré en líos...

— Puedes sobornar al doctor y que diga que es tuyo.

— Por mucho que me guste tú idea no puedo — la mirada lastimera del chico le provocó un malestar en lo más profundo de su cuerpo — Antón no parará hasta que él mismo te extraiga la sangre y la analice o sería capaz de pagarle a este hombre diez veces su costo para saber si no le han mentido y si yo lo soborno se querrá desquitar y me jodería todo.

— Le tienes miedo.

— No le temo pero no veo la necesidad de meterme en líos ajenos...

— Entonces porque pediste una foto, para que la quieres, para incrementar tú colección de cosas que te gusta tragar o simplemente también tienes fetiches con cosas que aún no nacen.

Con ojos gélidos inexpresivos le miraba, estaba cruzando límites y debía de tener cuidado pero Boris simplemente le acaricio la cabeza con amabilidad, se sorprendió por el gesto, no supo reaccionar por el acto pero Boris le miro con lastima.

— Me hubiese gustado que fuera mío pero ya sabemos que eso no es posible...

No supo el momento exacto en que comenzó a llorar y le abrazo, aún tenia miedo por lo que estaba por venir y sentía que no podía hacer nada.

— Lo único que puedes hacer ahora es refugiarte con Pushkin, al menos así Antón no hará nada, ni Lev, no creo que sea tan estúpido como para levantarse en contra de un superior y el viejo, creo que el viejo solo está esperando una excusa para poder retirarse, solo ten paciencia.

Por un breve instante se separaron, acercando sus manos grandes al rostro del chico para retirar las lágrimas que recorrían su rostro y le beso la frente con ternura; le miraba con sorpresa, jamás había sido tan cariñoso y menos en lugares públicos.

No conversaron más y sin prisas se dirigieron a la galería.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

No tardaron mucho en llegar, el trayecto había sido directo y antes de despedirse Boris le dió un beso en los abios, no sé resistió al acto, se separaron y con una sonrisa socarrona se despidió de él.

Dentro de la galería se encontraba el mismo guardia, lo saludo y le indico que el jefe le estaba esperando; camino sin prisas hasta dar con la oficina enorme y pidiendo permiso para entrar vio como aquel hombre se encontraba detrás de una pila gigantesca de papeles y libros, vestía exactamente igual que las últimas dos veces que lo había visto, era muy raro.

No le dijo nada y simplemente le hizo una seña para que tomara asiento en el mismo sillón que la vez pasada y espero, pero Pushkin no parecía muy interesado en su presencia.

— Exactamente que tengo que hacer.

No contesto.

— Al menos di buenos días...

Levantó la cabeza y le observó detrás de los oscuros lentes, no tenía idea del porque usaba aquellas cosas y en parte se le hacía ridículo, en ese momento no hacía sol y aunque lo hiciera, estaban dentro de una habitación.

— Perdón, estoy un poco ocupado con las finanzas del mes pero dime. ¿Cómo te fue con el doctor?

Estuvo apunto de contestar hasta que reaccionó al comentario. ¿Cómo sabía que estuvo en el doctor?

— Tengo ojos y oídos por todas partes Damien. También se que Boris te trajo, al menos te llevas bien con uno de ellos. — volvió la cara hacia los papeles mientras anotaba números en los libros. — Aunque, personalmente no se que le ves a Boris, con lo raro que es...

— No es tan malo una vez que lo conocés...todo salió bien, el doctor dijo que siguiera cuidándome, solo eso.

— Bien, entonces a trabajar, por ahora ayúdame con esto.

Extendió uno de los libros junto a una pluma y comenzó a dictarle números, más tarde le informo que todo eso eran los ingresos que la mafia metía al país. Era información muy delicada y Pushkin permitía que Damien se informará de ello como si no fuera nada del otro mundo, se sentía extraño que ahora el pudiera enterarse de todas esas transacciones

"Acaso no teme que le entregué esto a la policía"

El negocio de padre le permitía saber nombres y direcciones y el de Pushkin dejaba ver facturas y conexiones.

Eran cosas delicadas que cualquiera utilizaría para tener una posición segura de por vida pero ahí estaba, anotando números que eso hombre dictaba con la confianza de que no haría nada, porque si su jefe caía, el también lo haría y eso Damien no podía permitirselo.

Era como Boris lo había mencionado, si estaba con Pushkin tendría protección y seguridad; no podía darse el lujo de caminar en las calles y que aparecieran esos tipos e intentarán mezclarlo otra vez en su porquería.

Debía buscar la forma de deshacerse de ellos.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***