«Nueve años antes.
Todavía recuerda cómo si fuera ayer el día que se transformó por primera vez en lobo. Tenía tan solo 17 años en aquel entonces. Sus padres habían muerto y él se había quedado a cargo del sistema. Había tenido una vida muy desgraciada. A los diez años su madre leju había dado dos tiros a su padre en el pecho, harta de todos los abusos de este y luego se había suicidado al no soportar lo que había hecho. Ese día había perdido todo lo que le importaba.
Su hermano mayor se había asegurado de ocultar todos los hechos sucedidos por 6 años, manteniendo los cuerpos de su padre en la habitación de arriba, encerrados en ella a cal y canto. Hasta que el olor empezaba a ser insoportable y muy pronto los vecinos comenzaron a sospechar de lo que estaba sucediendo en esa casa. Hasta ahora la excusa del viaje de negocios había funcionado bastante bien, pero al final todo se volvió a la mierda cuando alguien decidió llamar al departamento de salud pública y pedir una inspección. No tardaron mucho en encontrar la causa del mal olor en la tercera habitación del segundo piso.
Poco después, su hermano terminó en un psiquiátrico y Asford puesto a cargo del sistema, bajo vigilancia de un psiquiatra.
Ahora había perdido todo lo que le importaba. Estaba totalmente vacío por dentro. El secreto que por tanto tiempo habían mantenido oculto, había terminado por salir a la luz y ahora había perdido las cosas más importantes para él.
Nadie entendía porqué su hermano había mantenido oculto tanto tiempo los cuerpos de sus padres en aquella habitación. Eran sus padres. Es normal que un hijo quisiese estar junto a sus padres para siempre ¿no?
Ahora tenía que soportar la burla y el temor en los ojos de todos cada vez que pasaba por el corredor de la escuela entre tanta gente.
De todas formas eso le daba igual. Ninguna de esa gente le importaba. Si pensaban que estaba loco, que pensaran eso todo lo que quisieran.
Ya no tenía razones para vivir... hasta que llegó la luna llena.
Sucedió de improvisto, se encontraba solo en su habitación del hogar para niños, sentado en su escritorio con un cuchillo en su mano derecha, pensando en lo que haría con él. Se había sentido mal todo el día y no había dejado de vomitar por lo que no tuvo que asistir a la escuela.
Siempre había sido un chico de pocas palabras por lo que nunca le decía a nadie lo que sentía.
Había decidido por fin esa noche que lo haría. Había decidido que volvería con sus padres. Por lo que no lo pensó ni dos veces en cortarse las venas con aquel cuchillo.
Todo parecía normal, hasta que de improvisto su cuerpo empezó a transformarse en algo que jamás podría imaginarse.
Al día siguiente la habitación había quedado totalmente destrozada y sus padres de acogida al ver aquello, terminaron por botarlo de la casa alegando que el chico estaba mal de la cabeza y que no podían estar con él.
Nuevamente se había quedado solo.
Los trabajadores de servicio sociales decidieron presentarlo a una psiquiatra de un pueblo del estado de Washington que se especializaba en adolescentes con traumas de la niñez.
Cuando Asford la vió por primera vez, recuerda haber pensado que se parecía mucho a una mamá oso, con su cuerpo rechoncho, su sonrisa maternal y sus gafas cuadradas, demasiada grandes para su rostro.
Cuando Asford pasó a la oficina de la psicóloga, esta se encontraba sentada en una butaca roja al frente de un sofá de color rojo vino, lo cual combinaba perfectamente con las paredes de color marrón rojizo y el piso de madera caoba.
Su escritorio se encontraba frente a una ventana con cortinas blancas casi transparentes y la mayor parte del espacio estaba ocupado por estanterías llenas de libros y documentos.
—Puede sentarse, Asford.— Le dice ella mientras escribía algo que Asford no logra ver, en una carpeta amarillenta llena de papeles.
Este pasa a la oficina, cerrando la puerta detrás de él y se sienta en el sofá.
La mujer deja de escribir y le sonríe al ver la tensión en su cuerpo y en su rostro.
—Cálmese jovencito, no soy la policía. Solo estoy aquí para ayudarte.
—Dudo mucho que usted pueda ayudarme.— Dice Asford con el codo sobre el reposabrazos del sofá rojo y los nudillos debajo de su mentón, sin expresión alguna.
La doctora lo mira con curiosidad, ladeando su cabeza levemente a la derecha.
—¿Y por qué dices eso?— Le pregunta poniéndose de pie y dirigiéndose a una mesilla a su derecha. Enciende un incienso con un extraño olor a plantas silvestres y lo posa en un vaso sobre la mesilla.
Asford no puede evitar sobarse la nariz con el dorso de la mano al sentir ese extraño aroma.
—Porque si.— Responde molesto.
—Ya veo.— Se vuelve a sentar en su sillón con la curiosidad brillando en su rostro. Agarra nuevamente la carpeta amarilla y empieza a leer su contenido recolocando sus gafas sobre su nariz.— Veo que haz tenido una vida difícil ¿eh?
Ahí vamos. Piensa Asford esperando preguntas sobre su familia, pero se da una gran sorpresa cuando aquella mujer le pregunta:
—¿Qué piensas sobre las elecciones, Asford?
—¿Qué?— Se queda boquiabierto.— ¿A qué viene eso?
—Solo es una pregunta normal como cualquier otra. Verás, la mejor forma de conocer a una persona es preguntándole sobre las elecciones y sobre a quién votarán.
—Aún no estoy en edad para votar. Soy menor de edad.
—Si... claro, claro. ¿Pero, a quién votarías si fueras mayor de edad?
Harto de todo esto Asford se remueve incómodo sobre su asiento y se encoge de hombros.
—No lo sé.
—Votarías por un hombre ¿cierto?
—No lo sé... supongo que si.
—Ya veo.— Asiente con la cabeza y vuelve a anotar en su agenda algunas cosas que Asford no logra ver desde la distancia en la que se encuentra.— Dime una cosa, ¿crees que una mujer no puede ser líder?
—¿A qué vienen esas preguntas?
La mujer se quita sus enormes gafas y lo mira con afabilidad.
—Es verdad, me estoy precipitando demasiado. ¿Puedo contarte una historia?— Asford se encoge de hombros sin mucho interés y la doctora prosigue.— Érase una vez, una muchacha que se había casado demasiado joven que un hombre que apenas conocía y que creía que amaba. Al principio todo estaba bien, pero con el paso del tiempo la pareja quería tener hijos pero por mucho que intentaran, la mujer no quedaba embarazada. Obviamente, el marido le echó la culpa a su mujer y muy pronto empezó a cogerle odio y a abusar de ella en todos los sentidos. Le gritaba cosas horribles, como inútil o pedazo de mierda, y muchas veces la golpeaba para desahogar sus frustraciones. Muy pronto la mujer se dió cuenta de que su marido no la amaba en absoluto. ¿De qué sirve una mujer que no puede tener hijos? ¿Sabes que hizo la mujer al final?
Asford negó con la cabeza y la doctora procedió:
—Terminó cortando el órgano reproductivo inútil de su marido.— Asford frunce el ceño claramente desconcertado.— Verás, querido Asford, el sistema está diseñado para pisotear constantemente a este tipo de personas. Especialmente las mujeres. Pero cada mujer tiene un límite, y se ha demostrado a través de la historia lo peligrosa que puede llegar a ser una mujer enojada. Desgraciadamente, para que una mujer pueda encontrar su fuerza, primeramente debe sufrir mucho y ser puesta contra la pared, como un gato acorralado.
Sin poder evitarlo, Asford terminó recordando la noche en que su madre terminó vaciando el cargador de su Glock 17 en el pecho de su padre y tragó saliva sonoramente al recordar esa noche.
—Como en cualquier otra historia, para que el héroe se vuelva héroe, primeramente debe haber un villano. Y ese villano, el villano perfecto para mi historia, eres tu querido Asford.
Su entrecejo se arruga, notablemente desenfocado y confundido ante la declaración de aquella mujer que no parecía estar bien de la cabeza. Parecía más desquiciada que él. Sin embargo, por alguna razón que desconocía, no podía dejar de escucharla con atención, como si se tratara de alguien muy importante.
—Verás...— Continúa explicando ella.— Vengo de una pequeña aldea de indígenas en el estado de Washington, donde todos los hombres en ese lugar son especiales. Pueden transformarse en hermosas y enormes depredadores con gran fuerza y agilidad sobre humana, capaces de arrancarte la cabeza de una sola mordida.— Al escuchar eso los ojos de Asford se abren como platos y enseguida todo su cuerpo se tensa notablemente.— Son como tú...
—¿Pero qué...?
—Te he estado observando y estudiando por mucho tiempo, por lo que de nada sirve que lo niegues. Sé que puedes transformarte en un hermoso lobo pardo.
—¿Cómo?
—Eso no es lo importante. Lo que importa ahora mismo es lo que puedes ser tú.
—¿Lo que puedo ser?
—Si. ¿No estás cansado de vivir sin objetivos? ¿No deseas una razón que envuelva tu desgraciada viva?
—Si.— Responde de inmediato, repentinamente emocionado, enterrando con fuerzas las garras negras de su mano derecha en el reposabrazos del sofá.— Quiero tener un objetivo, una razón para vivir.
La doctora sonríe complacida y prosigue.
—Yo puedo darte todo eso y mucho más. Incluso puedo darte todas esas respuestas que deseas, como por qué te transformas en un lobo y de que parte de tu familia sacaste el gen del lobo. Además de que también puedo ayudarte a sacar a tu hermano del psiquiátrico.
Al escuchar eso Asford se tensa aún más.
—¿Mi hermano?
—Por supuesto. No creerás que eres el único que puede transformarse ¿verdad? Tu hermano también a heredado el gen del lobo. ¿Sabes que podría suceder con él si descubren sus habilidades?
Al entender las palabras de aquella mujer, Asford traga saliva sonoramente y recuesta su espalda en el espaldal del sofá.
—Haré lo que sea.
—Bien. Eso es lo que quiero. Pero por ahora no quiero que hagas nada.
Primeramente debes aprender a controlarte y volverte más fuerte antes de empezar con mi plan. Antes de convertirte en la fuerza impulsora de las mujeres de la tribu y de todo el mundo, debes convertirte en un hombre muy fuerte, capaz de incluso destruir a un alfa de una manada si es necesario.
—Lo entiendo.
—Repite conmigo si lo entiendes.— Inquiere ella levantándose del asiento.— "Me convertiré en la fuerza de las mujeres".
—Me convertiré en la fuerza de las mujeres.— Repite Asford y así se da por terminada la sección del día.
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Comments
indira avila
no era psicóloga sino psicoloca 🤭... fuera de bromas esta mujer tiene una mente retorcida 😖😡
2024-06-16
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indira avila
por mucho tiempo?... no será que está misma mujer también instigó a la madre de Asford para que asesine a su marido?... es muy calculadora después de todo 😖😡
2024-06-16
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Natyyyy
OMG!!! 😮😮
2024-02-27
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