2.

Una vez afuera, lo primero que Apryl vió fué el gran e imponente Volkswagen de su amiga estacionado frente a su casa, con los neumáticos totalmente embarrados con el fango del lugar. Era un VW de un color rojo vino muy intenso y resplandeciente y los cristales de las ventanas y los parabrisas estaban tintados, impidiendo así que alguien viese el interior del auto.

Notó claramente cómo las miradas aleatorias de los demás miembros de la tribu y la manada se plantaban en ella y en el auto, por lo que se apresuró en abrir la puerta del copiloto y entrar.

—Dios, que gente más rara —dijo Emory observando a los demás miembros de la tribu al otro lado del parabrisas. Algunos no dejaban de observarla con obvia hostilidad y una gran multitud comenzaba a arremolinarse alrededor del auto— Ahora entiendo porqué quieres irte tanto de aquí...

—Shhhh.... no lo digas en voz alta tonta.—le espetó Apryl cubriendo rápidamente la boca de su amiga.

Emory apartó sus manos de un manotazo suave.

—Tonta eres tú. Nadie nos va a escuchar aquí dentro —por supuesto, Emory no sabía que esta era una manada de hombres lobos con super sentidos.

—Como sea, mejor vámonos de aquí antes de que tu padre vuelva. No le caigo muy bien.

Emory apretó el botón de encendido del auto y enseguida toda la camioneta vibró con el sonido silencioso del motor.

—Eso lo sé. No tienes ni que decírmelo —dijo Apryl en el mismo momento que sus ojos captaron la imponente figura de Asford, el cuál luego de observarla intensamente por unos segundos, desapareció rápidamente entre los árboles y matorrales del bosque.

Ya en la carretera, en dirección a Push,  el pueblo civilizado más cercano, Apryl se permitió respirar tranquila.

Emory la miró con una de sus perfectas cejas depiladas arqueadas pero no dijo nada. Era una chica muy atractiva, de cabello negro extremadamente corto, piel lechosa y rasgos asiáticos muy notables. Vestía un par de pantalones negros estrechos de cuero, botines negros del mismo material, una cazadora negra y una blusa gris junto con unas gafas de cristales oscuros que la hacían ver más sexy, sin mencionar el labial rojo que teñía sus finos labios.

—Estás muy arreglada —opinó Apryl.

—Y tú pareces una andrajosa. ¿Por qué diablos te pusiste eso?

Apryl se miró extrañada a si misma y frunció el ceño.

—Pensé que solamente iríamos al centro comercial, o celebraríamos tu cumpleaños en alguna cafetería, como todos los años.

Emory puso los ojos en blanco y sin dejar de prestarle atención a la carretera, explicó:

—Eso era antes, cuando aún éramos estudiantes de secundaria. Ahora ya nos hemos graduado y somos casi universitarias y las universitarias no celebran su cumpleaños en un simple antro de tercera.

Apryl sonrió emocionada sin poder aguantarlo.

—¿Entonces a dónde iremos?

Emory sonrió y respondió:

—Eso es una sorpresa querida.

—Tu eres la del cumpleaños. Se supone que debería ser yo la que te diera una sorpresa.

Emory sonrió y miró a su amiga con solemnidad. Puso su mano encima de la de Apryl con ternura y le dijo:

—No seas tonta. Con que tu estés aquí conmigo, ya es suficiente.

Conmovida por las palabras de Emory, los ojos de Apryl se humedecieron levemente y unas repentinas ganas de llorar la inundaron. Deseó abrazar a su amiga pero recordó que esta estaba manejando.

—Eres una idiota, pero te quiero con mi vida.

Emory le sonrió de medio lado, dejando de ver la calle por breves segundos, y le respondió:

—Yo también ami... —sus palabras fueron interrumpidas repentinamente cuando un cuervo impactó con fuerza contra el parabrisas haciendo que ambas chicas chillaran del susto y Emory perdió el control del auto.

El sonido de las ruedas derrapando por la húmeda y solitaria carretera se escuchó como un eco por todo el sombrío bosque que rodeaba la calle.

Emory pisó con fuerza el freno, intentando que el auto dejara de girar por la carretera como si fuera hielo y recuperar el control sobre él. Finalmente logró detenerlo cuando este estaba a punto de impactar contra un árbol a un lado de la carretera.

Asustadas ambas salieron del todoterreno con el corazón en la garganta y pálidas por el susto que se llevaron.

—¡¿Qué mierda fué eso?! —chilló Emory alterada.

Apryl, un poco más tranquila, se acercó al parabrisas agrietado por el ave ya muerta y suspiró:

—Es solo un cuervo... —cogió un pedazo de madera del suelo y retiró el cuervo del parabrisas sin tocarlo y con una mueca de asco en sus labios. El cuerpo inerte cayó en el asfalto manchándolo de sangre— Pobre animal.

—Tengo un mal presentimiento. He visto suficientes películas de terror como para saber que cuando un cuervo impacta sobre tu parabrisas, no significa algo bueno.

Sonrió por sus palabras y bramó.

—No seas idiota y móntate en el auto —Emory volvió a ponerse sus gafas y procedió a entrar nuevamente a su camioneta y Apryl se dispuso a lo mismo pero se detuvo en seco cuando una terrible punzada en la cabeza la hizo perder el equilibrio y apretar sus ojos con fuerza. La punzada fué corta pero fuerte, demasiado fuerte. Tanto que hasta tuvo deseos de hacerse un ovillo en el suelo y gritar de dolor.

Sin poder evitarlo, un gemido se escapó de sus labios y al escucharla Emory se dió la vuelta inmediatamente.

—¿Qué ocurre? —le preguntó preocupada al ver su estado.

—Estoy bien —respondió Apryl secamente sin abrir sus ojos aún, con sus manos masajeando sus adoloridas sienes que no dejaban de palpitar como tambores.

Emory se acercó a ella y procedió a tocarla en el hombro pero a una velocidad increíble y casi inhumana, Apryl agarró su mano y la apretó con mucha fuerza, tanta que incluso la hizo gemir.

—Te dije que estoy bien... —dijo Apryl lentamente, casi gruñendo.

Emory sorprendida y consternada por las rudas palabras de su amiga, retrocedió temerosa al ver la expresión de su rostro. Una expresión que por leves segundos parecía el de un animal.

—Lo siento —se disculpó rápidamente ella al darse cuenta de lo que había hecho.

En ese mismo momento el móvil vibró dentro del bolsillo de la cazadora de Emory, interrumpiendo así el incómodo momento.

Emory rápidamente tomó el móvil y respondió la llamada.

—¿Hola?... Oh, Azuna —enseguida la expresión de su rostro cambió— Si, no te preocupes. Ya estamos en camino... Si, ok... Adios.

Colgó tan rápido como respondió.

—Tenemos que irnos. Mi hermana nos está esperando en el centro comercial.

Enseguida Apryl sonrió. Si su hermana estaba ahí, seguro pasarían el día muchísimo mejor.

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Comments

Irma Ruelas

Irma Ruelas

😍😍😍😍😍🫣🤔🐺

2023-07-22

1

Eva garcia

Eva garcia

ella si y su hermano no, una tragedia

2023-06-08

0

Francisca Alcantara

Francisca Alcantara

Ella esta convertirse en lobo

2023-05-11

5

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