Capítulo XII

Cónrad.

Dos noticias me tienen sumido en la más absoluta preocupación, tristeza y dolor.

La primera que me preocupa tanto, es que mi abuelo ha sido secuestrado aparentemente por un comando guerrillero. Los secuestradores se han comunicado conmigo solo para decir que aún no informarán sus condiciones para el rescate y prohíben que demos parte a los cuerpos policiales del país. Van a esperar que transcurra unos cuantos días, eso sí, cada día que pase tendrá un valor agregado y luego decidirán cuánto es el total por el rescate de mi abuelo. Esta situación me tiene desesperado ya que el abuelo es una persona fuerte, aún así debe cumplir tratamiento médico para la hipertensión y la diabetes, si no cumple su tratamiento día a día pudieran surgir complicaciones que quien sabe qué desenlace tendría.

Los secuestradores cuando les da la gana envían vídeos como prueba de vida. Allí mi abuelo comenta que está bien, que no le han hecho daño físico y que le suministran su tratamiento médico así como una buena alimentación. No obstante lo veo ojeroso, claro imagino que también se siente preocupado, obviamente no dormirá bien, y quién sabe si lo tendrán coaccionado para que diga que todo está bien

La segunda noticia, que me ha causado tristeza, y luego el dolor más grande que jamás creí sentir y que me tiene mal, muy mal, es una tragedia que ha conmocionado al país entero.

Un avión Boeing 787—8 rumbo a Nueva York presentó problemas con su fuselaje y explotó en el aire diez minutos después de haber despegado. Pasajeros y tripulación perecieron calcinados. Ha sido infructuosas las labores de búsqueda, son muy pocos los cuerpos desmembrados y carbonizados que han hallado. Aparte que el avión cayó en una zona montañosa lo que hace la búsqueda más difícil.

El país entero se encuentra consternado ante la magnitud de esta tragedia. Por supuesto también me siento igual.

Estoy en mi oficina leyendo las noticias sobre el triste accidente y observo las fotos de la mayoría de pasajeros. Me he quedado de piedra cuando veo la de una chica muy parecida a mi tristeza azul. Rápidamente abrí la información, entonces pude leer al pie de la foto.

««Se encuentra entre las víctimas Serena Valdivia de veintitres años, hija del empresario farmacéutico Enzo Valdivia y la canciller de la República Cristal Valdivia Piazzolla»»

¿¡Quuéééé!? —¡Nooo, noooo, no puede ser! — grité desesperado y arrojando al piso todo lo que estaba en mi escritorio.

¡Es ella! mi tristeza azul es una de las víctimas de ese terrible accidente. ¡No puede ser Dios! —Lloré viendo su foto.

Qué dolor tan grande siento, algunos empleados al escuchar mis gritos acudieron para ver qué me sucedía, me imagino que la imagen que vieron de mí en ese momento les impactó, ya que noté cómo trataban de consolarme. No sé por cuánto tiempo lloré, es que no podía creerlo, mucho menos aceptarlo, y lo peor no tener a mi abuelo cerca para por lo menos sentir su apoyo y desahogarme con él.

No lo puedo comprender, una chica que comienza a vivir y terminar de esa espantosa manera... ¡Que cruel es la vida! —Ella no lo merecía.

Después de tomar una infusión que me dieron, me calmé un poco y comencé a asimilar esta noticia.

Conozco a su padre, claro, no es que sea amigo personal. Ellos son clientes nuestros, ya que la empresa le provee todo el vidrio necesario para envasar sus medicamentos. Además, lo llegué a ver en algunas convenciones de empresarios, es archiconocido ya que es dueño del mas grande sólido y prestigioso laboratorio farmacéutico del país. Sobre su esposa, sabía que es la canciller, pero jamás ni nunca imaginé que era la madre de mi adorada.

Tenía que ir a su casa, necesitaba saber si todo esto es cierto, pudiera ser que no se trate de ella. Así que solicité su dirección.

Me dirigí a la casa de los Valdivia Piazzolla. La calle que conduce a la entrada de la urbanización estaba colapsada. — Es cierto entonces — pensé.

Hay muchas personas que quieren apoyar a la familia en estos tristes momentos.

Antes de llegar ni siquiera a metros de la entrada principal, se realizaba un operativo de seguridad ya que el mismísimo presidente de la República hará acto de presencia para ofrecer sus condolencias personalmente, así como parte de su tren gubernamental. Obviamente deben tomar todas las medidas ante la presencia de semejantes personalidades.

Finalmente logré llegar a su casa, era una escena triste y conmovedora, todos lloraban, sus padres estaban derrumbados y desconsolados. Me di cuenta que ella era sumamente consentida y adorada por todos.

Una prima suya me dijo que ella iría a Nueva York por seis meses. Pero lo que no entiende, es que unos días antes, se comunicó para decirle que recogiese su equipaje en el aeropuerto, que después le explicaba el motivo. Sin embargo, al parecer a última hora decidió viajar, ya que realizó en el aeropuerto todos los trámites para abordar el vuelo.

En toda la casa había fotos suyas, incluso las de su graduación de arquitecto de la cual salió con honores, según contaban sus profesores y compañeros de estudios que se encontraban presentes

Allí conocí a su novio, no se veía tan afectado, hubo algo en él que me causó desagrado, de hecho, estaba acompañado por un hombre que por sus rasgos es asiático, tenía cara de malo. No sé por qué presentí que esos tipos tenían que ver con la tristeza infinita de mi adorada, tenían algo, algo que no sé, pero no me inspiraron nada bueno cuando los vi.

Quise averiguar con su prima sobre el tal novio, no obstante ella me dijo que era un buen muchacho, su padre también era empresario al cual yo conocía por referencia. Nunca habíamos coincidido en alguna conferencia o evento, aún así sabía cual era su empresa. Aunque claro, eso no le restaba que este tipo fuese un mal nacido con mi chica hermosa.

Durante mucho rato conversé con su prima. En medio de tanta charla sobre mi adorada, le pregunté si podía entrar a su habitación, quería estar mucho más cerca de ella, gustosamente me llevó a este sitio donde quizás tantas veces soñó, lloró y hasta pensó en mi. Todo allí era tan hermoso como ella, incluso, deseaba quedarme allí respirando su aroma, su esencia que la sentía flotar en el ambiente. En lo que estoy observando todo, hubo algo que llamó muchísimo mi atención y revolvió mi alma. Adherida al espejo una nota decía:

"Rojo, me haces muy feliz" — ¡Te amo!

Qué tristeza sentí leer esas cuantas letras escritas para mí. Así que en lo que su prima se descuidó, tomé la nota, la doblé y la puse en el bolsillo de mi chamarra.

Un último favor le pedí a Nicole, que es el nombre de la prima.

—Nicole no me preguntes por qué.

— ¿Será posible que me regales algo suyo?... Lo quiero de recuerdo.

La mujer me observó, y solo me dijo:

—También a ti te cautivó. Es que así era ella, tenía una gran personalidad, todos, absolutamente todos la queríamos demasiado, es que se sabía ganar el cariño y la amistad sincera de todo el que la conoció. Bueno, déjame ver qué encuentro aquí.

En eso observé sobre su cama un pequeño cojín, sabía que eso era lo que usaba para dormir, ya que de las pocas cosas que me comentó sobre sí misma es que no se sentía cómoda con las almohadas.

Así que le dije a Nicole.

—Aaaah bueno, me quedo con este cojín.

Cuando casi voy saliendo de la habitación me dice:

—Imagino que ha significado mucho para ti, por eso toma, quédate con este recetario creado por ella

Era una libreta cuya portada es de color rojo y en letras violeta se podía leer:

«Postres Saludables y algo más »

Tomé lo que me ofrecía, luego salí de la habitación, tenía que hacerlo, allí me sentía asfixiado por el dolor, la tristeza, los recuerdos y la frustración.

En el momento en que voy a entrar al auto, un señor como de unos sesenta años, me detiene y me dice:

—Puede concederme unos minutos de su tiempo? quisiera hablar con usted —Disculpe

—Si por supuesto — dije.

—Por favor sígame — Dijo el hombre

Así hice, caminé al lado de este desconocido hacia la parte de atrás de la casa. Subimos una escalinata de piedra y llegamos a lo alto de una colina con una cúpula de cristal cubierta de rosas de diferentes colores. A su alrededor muchos pájaros revoloteando cerca de allí, multicolores flores silvestres, e incluso girasoles que hacía que el lugar tuviese un toque mágico. Más allá, un columpio muy hermoso, también dos bancas en madera y decoradas que parecían hechas para ser usadas por una pareja de recién casados.

—Permítame presentarme. Soy Alonso Ferguson, chófer de esta familia desde hace más de treinta años. Pero, siéntese, este era el lugar preferido de mi niña consentida.

—Mucho gusto; Cónrad Ivanovich — dije estrechando su mano.

—Si — dijo este hombre — Sé quién es usted, y le digo más, sé lo qué en estos últimos tiempos significó para mí adorada Serena.

—¿¡Quuuéééé!? — pregunté asombrado.

—Mire Cónrad, cuando se tiene cierta edad sabemos reconocer nuevas emociones en las personas que más adoramos. Me di cuenta desde el primer día cuando desde cierta distancia lo vi parado exactamente por donde mi niña pasaría, por supuesto, una alarma de alerta se activó pensando no fuese alguien que quisiera hacerle daño, sin embargo noté que cuando ella pasaba justamente frente a usted, se miraron fijamente, y ese gesto no pasó desapercibido para mi que desde donde me hallaba estacionado pude apreciarlo muy bien. De inmediato supe que en ese preciso instante comenzó a gestarse una historia de amor. Observé durante los próximos días que la situación se repetía. Pude apreciar cambios significativos en mi hermosa niña, cómo por ejemplo cuando estábamos por llegar sacaba del bolso su espejo observaba su rostro y luego peinaba su cabello, cuando bajaba del auto arreglaba su ropa y caminaba feliz.

Así fue pasando el tiempo y me percaté que ella se había enamorado. De hecho, comprobé qué no entraba a clases si no qué iba a su casa. Al saber donde vivía, pude averiguar todo sobre usted, y así me enteré de quien se trataba.

—Oiga Ferguson, lamento toda esta situación, pero quiero decirle que no tenía malas intenciones con ella. Al contrario, desde el minuto cero en que la ví pasar por el frente, me cautivó, y luego cuando pude verla de cerca y apreciar esa hermosa mirada azul pero triste, me gustó mucho más, y me propuse conquistarla, aunque ella nunca se mostró interesada en mi, de hecho puedo decirle, que lo único que supe de ella, es su nombre, que había recibido trasplante de médula, que estaba finalizando la carrera de arquitectura, su edad, y que le gustaba elaborar postres saludables, y una que otra cosa, pero nada relevante

Luego me fui alejando de ella, ya que reconocí que esa relación no tenía futuro, quizás la diferencia de edad tuvo incidencia. Aunque hacerlo me dolió en el alma entera.

—Le agradezco — dice Ferguson — no sabe cuánto que por lo menos y aunque solo fue por unos meses, pero la hizo feliz. Sé que ella lo amaba, sin embargo también sé que algo negativo relacionado con su novio pasaba, no sé, si es que la tenía amenazada. No obstante estoy seguro que algo pasaba.

—¿Por qué lo dice Ferguson?

—Bueno, una tarde en que la busqué, y era tanto el congestionamiento del tránsito que se quedó dormida en el auto. Rato después y aún dormida gritaba con desesperación:

"Angelo, no lo permitas quítame a ese chino de encima, no, no Angelo por favor "

—¡No puede ser!

—¿Usted cree, qué?

—Si, Cónrad, creo que abusaban de ella, quizás la tenian amenazada, quién sabe con qué, y por eso no decía nada. De hecho yo tampoco podía contarle a nadie lo que sospechaba, ya que al joven Angelo lo tienen en alta estima aquí, y yo, pues bueno, tan solo soy el chófer, aparte que pruebas no tenía

—¡Malditos, malditos! — dije enfurecido. Con razón esa mirada tan triste. Si eso es así son unos endemoniados sucios, peor que unas ratas. Hacerle eso a mi tristeza azul.

—¿Tristeza Azul? — ¿cómo es eso?

—Si Ferguson, ese es el nombre con el cual la bauticé en el mismo momento que vi por primera vez esos ojos azules como el cielo y como el mar, pero con una tristeza infinita. Así mismo es mi dolor, infinito. Usted no puede imaginarse cuánto la amo, nunca podré olvidarla.

—¡Que triste me siento, y más ahora que no está!

— Sé perfectamente lo que es amar — dice Ferguson. Escuche con mucha atención lo siguiente:

«Se puede matar a alguien olvidándose, pero se puede mantener vivo a alguien en nuestra mente y en nuestro corazón tan solo recordándole»

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