Capítulo XIII

Serena.

Me he quedado sorprendida por todo lo que logramos hacer. En pocas palabras, nos hemos burlado del temible chino Zhang, «jajajaja». Al final no era tan feroz como yo creía. Un pobre pelele.

Claro, no debemos confiarnos, no se sabe si él tenga gente por allí. Según el mismo, no le gustaba contratar a nadie, pero en éste caso, y por lo que yo creo que tratándose de un gran empresario, lo más probable es que tenga más delincuentes apostados en diferentes sitios Así que le comenté mi preocupación al abuelito.

—No mi chica valiente, a estas horas no podrán encontrarnos, a menos que me hubiesen puesto un chip, y que yo sepa no lo hicieron.

—Si, bueno yo también pienso igual, pero tú sabes no deja de asaltarme la duda, además creo que se les escapó un pez gordo «jajaja» — Pero abuelo,

—¿y ahora qué vas a hacer?

—¿Te irás a tu casa?

—No Valentina, eso no lo podré hacer en mucho tiempo.

—¿Y entonces abuelo? — ahora me preocupa tu situación.

—No te preocupes y escucha bien. Yo tengo una propiedad en una villa provincia adentro. Nadie sabe que existe, ni siquiera mi familia. Yo la adquirí hace algún tiempo como inversión. Sín embargo, en algunas oportunidades estuve por allí descansando de todo ya que en este lugar hay mucha paz y tranquilidad. Así que me iré para allá.

—¿Pero cómo vas a hacer? Tu solito en un sitio tan apartado, abuelo

—Ah Tranquila mi niña que yo también soy un valiente. He sobrevivido a hambrunas, e incluso a la guerra de Vietnam, y luego migré a éste país y aquí, desde cero y trabajando duro fundé mi empresa, así que no te preocupes, yo saldré adelante. Además, los muchos, o pocos años que me queden por vivir, los viviré allí en ese remanso de paz y de bienestar.

—No sé, pero no te dejaré solo. Me iré contigo, y hasta que no compruebe con mis propios ojos que allí vas a estar bien, no me marcharé del lugar, ¿entendiste abuelo?

—Ay mi nieta hermosa, está bien, acepto tu compañía. Pero debemos ponernos en marcha ahora mismo. Oye, con mucha vergüenza te preguntaré algo que jamás pensé que podría preguntarle a una dama.

—¿Tienes dinero? — Ya que necesitaríamos para el viaje, y cómo podrás darte cuenta yo no tengo ni siquiera mi documento de identidad encima, todo me lo quitaron los malvados esos. Por consiguiente no tengo ni un centavo de dólar.

—No hay problema tengo suficiente por lo menos para un tiempo. Cuando tracé mi plan, retiré del banco todo el dinero que tenía, así que por eso no te preocupes abuelo. Pero dime qué haremos ya debe ser las 3 de la tarde.

—Gracias, la verdad que Dios me premió al ponerte en mi camino, quizás si no hubiese sido por ti, ya estuviese en el otro mundo. Bueno, debemos dirigirnos a una terminal, compramos los boletos y nos marchamos, pero vamos andando ahora mismo.

En dos horas estábamos llegando a una población llamada Mitipao, luego de allí deberíamos tomar un taxi que nos llevará a Tivites, el pueblecito donde mi abuelo tiene su propiedad. Así qué aproveché de comprar articulos de aseo personal, pero el abuelo no quiso que comprara más nada, dijo que al llegar a la casita allí veríamos que nos hacía falta, comimos ya que no lo habíamos hecho en todo el dia, también entré a una farmacia y compré sus medicamentos, y luego a una tienda para comprar ropa para los dos.

Entonces me dijo:

—Quiero enviarle un email a mi nieto para ponerlo al tanto de la situación y se tranquilice.

—¿y si los secuestradores se enteran? —Pueden estar rastreando tus posibles canales de comunicación. ¿No crees?

—No mi niña no te preocupes, los correos tanto de la empresa como los personales están completamente blindados, incluso ni los hackers pueden accesar a ellos. Así que vamos a una oficina que está por aquí cerca desde dónde lo haremos.

Bueno, lo cierto es que mi abuelo, envío el correo, y para suerte suya, de una vez su nieto le respondió, de hecho le hizo varias preguntas ya que dudaba que fuese él, después de un rato le envío el último correo y se despidió, el abuelo es un crack, se defiende muy bien con la tecnología.

Cuando finalizó la conversación con su nieto, Se le veía preocupado y entonces le pregunté qué había pasado.

— Mi nieto ha perdido a su gran amor trágicamente. Siento impotencia por no poder estar con él en este momento para apoyarlo y consolarlo con un fuerte abrazo.

—Ay abuelo qué triste debe ser eso, pero bueno, ojalá que encuentre resignación pronto.

Una hora después estábamos llegando a lo que supuestamente yo creía era una casita. Pues no, para nada lo era. Al contrario, es una casa sumamente grande, con hermosas áreas verdes y un precioso lago detrás de la propiedad. Al entrar al salón, me encontré con algo totalmente diferente a lo que yo esperaba, estaba decorada de una manera bastante campestre muy rural, pero se veía sumamente elegante. Todo está muy bien cuidado.

—¡Abuelo yo no me esperaba esto! — comenté asombrada,

—¿Cómo es posible que me dijiste que era una casita? —y ésto realmente es una finca— Y además, todo está perfectamente cuidado.

—¿Acaso hiciste magia?

—«Jajaja» mi niña ocurrente, aquí viven personas de mi absoluta confianza, es un matrimonio que desde que adquirí la propiedad están conmigo, de hecho, ya vivían con los anteriores dueños. Entonces decidí que se quedarán viviendo aquí y así cuidan y mantienen perfectamente la casa. Claro, se les depósita mensualmente su sueldo y aparte lo que se necesite para mantenerla al día, eso es todo nieta hermosa. Aquí no hay magia.

Bueno, lo cierto es que en verdad todo estaba muy bien cuidado. Me produce gracia, que yo pensé que en lo que llegaríamos teníamos que ponernos a limpiar el polvo y a quitar todas las telarañas que hubiesen en el lugar, ya que si la casa estaba deshabitada desde hace mucho tiempo, obviamente no estaría en condiciones para habitarla, y resulta qué la sorprendida he sido yo.«jajaja»

Las personas que viven aquí y cuidan la propiedad son Isidro y Cayetana, un matrimonio joven, sencillos, muy humildes y agradables, de una vez yo hice una gran amistad con ellos, los veía como si fuesen mis hermanos. Por supuesto, al principio a ellos como que les pareció sospechoso que yo estuviese con el abuelo, imagino que pensaron que yo podía ser su amante, bueno, y no era nada exagerado, ya que casos como esos pasan a cada instante. Entonces fue el mismo abuelo quién le ha contado todo, sobre el secuestro y todo lo que hicimos para salir de allí. Por lo menos les quedó claro mi situación concerniente al abuelo.

Así van pasando los días, este lugar es muy hermoso se respira un aire de tranquilidad, sin embargo yo me aburría enormemente, aquí no había nada que hacer y reconozco que yo tengo mucha energía y no sé lo que es estar inactiva.

Un día muy temprano, le dije a Cayetana para ir al pueblo a comprar algunas cosas, necesitaba hacer algo. Si no moriría del aburrimiento y de la vida sedentaria que estoy llevando en este sitio. O sea, haré cosas para estar bien.

El abuelo también nos acompaña ya que le escribirá a su gente.

Yo también deseaba saber de mi familia, pero no quería llamarlos, ya que ellos no saben la situación con Angelo, y al comunicarme con ellos seguro se va a enterar que no estoy fuera del país, y es capaz de sospechar que fui la autora de la liberación del secuestrado.

Sin embargo, haré una llamada de larga distancia a mi prima Nicole, hablaré con ella y que desde allá les escriba como si fuese yo, qué les diga que no puedo hablarles ya que estoy afónica, o que sé yo.

Su teléfono no responde, me extraña, ya que a esta hora debe estar en la oficina, bueno quizás no haya llegado o estará reunida. Así que mientras hago tiempo, me pongo a navegar en internet. En eso leo el titular de una información de hace unos días que me llamó la atención:

«« Concluyó la investigación relacionada con el avión que explotó en el aire, y que el mismísimo Presidente de la Nación había exigido. ¡No fue un atentado!»»

¡Ay que triste! — pobres personas — pensé.

Abro la noticia y comienzo a leer la información detallada:

«El Boeing 787 - 8 que cubría la ruta hacia Nueva York, y que diez minutos después de despegar explotó en el aire, no fue producto de un atentado. Al rescatar la caja negra y escuchar la grabación, se pudo constatar que el piloto mantuvo conversación con la torre de control y avisó que presentaba problemas con el fuselaje, luego salió del radar y por supuesto ya no hubo más comunicación.

Recordemos que éste trágico accidente que cobró la vida de 245 personas, aún mantiene en luto a nuestro país»

¡¡Oh no qué triste!!. En eso el abuelo que está a mi lado chateando con su familiar, observa lo que estoy leyendo y me dice:

—Ah si, en ese accidente fue donde murió la chica de mi nieto

—¿te acuerdas que te comenté?

—Ay si abuelo lo recuerdo, que pena.

—Si, mi niña, al parecer creían que era un atentado ya que allí viajaba el hijo de un político, o algo así, pero ya como que se aclaró esa situación.

Sigo leyendo, y ahora sí es verdad que casi me desmayo:

"La canciller de la República Cristal Valdivia Piazzolla ha agradecido públicamente por las muestras de cariño y solidaridad en estos terribles momentos que vive su familia"

¿Qué es esto? — por Dios

¿Qué pasó en mi familia?

Estoy temblando, nerviosa abro la noticia más detallada:

«"La canciller aún con la tristeza en sus ojos, ofreció muestras de agradecimientos, y dijo que jamás podrá recuperarse del dolor que le ocasionó la partida prematura y de forma tan trágica de su adorada hija"»

¿¡Quuuéééé!? — No entiendo absolutamente nada ¿¡Qué es esto!?

Busco otras noticias, y me entero qué el vuelo que supuestamente yo tomé aquella tarde fue el mismo al que se refiere la noticia que explotó en el aire.

O sea, que todo el mundo cree que fallecí en ese accidente.

¡Oh no! — menos mal que estoy sentada, ya que mis piernas no me responden pareciera que voy a desmayarme. En eso el abuelo, me muestra algo en su ordenador que no se qué es, creo de un bisnieto, no sé, no sé. Entonces me observa y me pregunta

—¿Qué ha pasado Valentina?

—Es qué me acabo de enterar de una noticia muy triste de una amiga de la familia que ha fallecido.

Obviamente mentí, no quería ponerlo al tanto de esta desagradable situación en la que ahora me encuentro.

¡O sea, he muerto! — ¡Ay no Dios mío! —mis padres y toda mi familia sufriendo, pero..

¿Cómo pasó esto?

¿Por qué ésta confusión? — y entonces

¿Qué puedo hacer ahora?

Pues bueno, llamaré a casa, y les diré que eso no es cierto, que estoy viva, que ha sido una confusión que no sé por qué se generó, y listo, acabaré con éste sufrimiento de mi familia. Les aclararé que nunca subí a ese avión.

Sin embargo, otro pensamiento llega a mí, por un lado es lo más correcto que debo hacer, pero pensándolo bien, si todo el mundo cree que he muerto, y de repente aparezco con vida, podría crearle un problema a mi madre que perjudique su carrera política. Pudieran pensar qué ella montó éste teatro de decir que su hija pereció en esa tragedia por algun motivo, obviamente no para cobrar un seguro ni nada parecido. Pero si para responsabilizar a la oposición de un posible atentado. Bueno, estas son suposiciones que me estoy planteando aún con la cabeza aturdida. Sin embargo, comencé a averiguar qué consecuencias a nivel legal tiene una persona que ha fingido su muerte. De lo que me he informado no es nada grato, este delito se denomina «pseudocidio», que es una muerte fingida, o sea, es el caso en el que un individuo deja muestras que está muerto para engañar a otros.

Y puede haber acusaciones en los siguientes delitos: a) Perturbación de la paz.

b) Gastos de recursos para las investigaciones pertinentes.

Según en el código penal vigente, este delito es castigado con prisión de 6 meses a 5 años.

O sea, que no la tengo fácil. Obviamente yo no he fingido mi muerte, ni siquiera en lo más recóndito de mi alma me imaginé al trazar este plan, que pudieran suceder estos graves acontecimientos. De ser así, hubiese pensado bien las cosas antes de ponerlo en marcha. También pienso, que si aparezco ahora, tendría que dar explicaciones de dónde he estado todo éste tiempo, y como explico que no sabía nada, No me creerían, es que ha sido un suceso tan grave, que todo el país se enteró. Entonces, tendría que contarlo todo, y de verdad no puedo hacerlo, no por ahora.

Pues tendré que quedarme aquí hasta que todo se calme.

¡Dios mío, todo lo que sín querer, ocasioné!

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