Capítulo XIV

Cónrad.

Esa misma tarde al salir de casa de mi tristeza azul me sentía completamente adolorido como si una parte de mí también se hubiese ido con ella. Decidí ir a mi casa a desahogar mi dolor. Así que, aunque sentía extraño tener que dar explicaciones de mis actos, ya que no estaba acostumbrado. Sin embargo llamé a Lorena y le dije que esa noche no me esperara, y por favor que no preguntara nada, solo quería su comprensión. Claro ella sabía muy bien que me encontraba desesperado por el secuestro de mi abuelo, por supuesto no era mentira que también estuviese super preocupado por esta situación.

Pero hoy, lo que quiero es estar solo para llorar con toda mi alma a mi amor perdido.

Marcus, el vigilante, me saluda y de una vez me pregunta si la chica que murió en el accidente aéreo es la misma que estuvo allí. Casi qué con lágrimas en los ojos le afirmo qué la noticia es cierta. También ví en su rostro asombro. y desconcierto, y solo dijo «que descanse en paz»

Allí en mi casa, le di riendas a mi dolor. Abracé el cojín qué había sido su almohada, y con amargura pensé:

¿Cuántas lágrimas derramarías sobre él?

En mi mano sostenía la nota que estaba en su espejo, y que hacía referencia a rojo. O sea, a mi.

Comencé a hojear la libreta que Nicole me dió, de su puño y letra estaban escritas recetas de postres. Por encimita pude leer algunas, sus ingredientes eran diferentes a los tradicionales, no eran que si la típica harina de trigo, huevos, y azúcar blanca, no, eran que si de avena, banano, gelatina, leche de coco o de almendras, chocolate negro, Stevia y así por el estilo, eran muchas y parecían muy interesantes, me imaginé que aparte de saludables serían muy sabrosos sus postres.

¡Ay mi chica era sorprendente!

En la última hoja escribió:

«Si pudiera... Si tan solo pudiera mi vida fuese otra junto al hombre que amo... El único de mi vida. Pero el deber de proteger a mi familia lo impide»

"Quizás en la otra vida sea feliz"

¡Dios! —Qué proféticas estas palabras —tristemente pensé.

Volví a leer y releer esta nota, no me cabe dudas, y reflexionando sobre lo que hace rato me contó Ferguson, pues es indudable que a ella le hacían daño y la mantenían coaccionada con perjudicar de algún modo a su familia, de hecho claramente ahí lo da a entender, pero ¿Sería el fulano ese que según es su novio?

Tengo que averiguar, y si llego a saber que le hizo daño, que tan siquiera le tocó una sola hebra de su hermosa cabellera, haré que pague con cárcel todo lo que pudo ocasionarle.

Coloqué la libreta en mi mesita junto a la nota que desprendí de su espejo, también la última foto que se había tomado hace dos semanas en una reunión familiar. Allí sonreía, aún así, sus ojos mantenían la tristeza de siempre, la tristeza azul qué tanto me impactó la primera vez que la vi.

Esa noche dormí abrazado a su cojín, podía percibir su aroma. Así que me ilusioné imaginando que la tenía entre mis brazos y llorando cerré los ojos, quería dormir para soñar con ella.

........

Dos días después estando en mi oficina revisando y contestando los correos, llegó uno que me ha desconcertado por completo, es de mi abuelo del cual no había tenido nuevas noticias ya que los secuestradores no se habían comunicado más conmigo.

—"Hola Cónrad. Quiero que sepas que estoy bien y ya no estoy en cautiverio, esta mañana logré escapar"

—¡Aaaabuelo, qué alegría! — ¡No lo puedo creer!

—¿Pero, realmente eres tú?

—Claro que si hombre, soy tu abuelo, es así como te dije estoy en libertad, una hermosa y valiente chica me ayudó y desde esta mañana estamos los dos juntos en este trajín, pero a salvo. No te preocupes estoy bien.

—¿Cómo sé que no te están obligando los delicuentes esos a que me escribas?

—Pues bueno no te queda otra que creerme, estoy bastante lejos de la ciudad, pero bien y en compañía de esta hermosa chica. Me voy con ella, ya que si Dios la puso en mi camino, para algo será, ella me cuidará y velará por mí, bueno hasta que se canse «jajaja» Así que no te preocupes nieto adorado. ¡Ah, otra cosa! — estoy indocumentado, mis documentos los mal nacidos me los quitaron. Así que desde aquí no podré mover mis cuentas. Mientras tanto la chica de la que te hablé me estará manteniendo.

—¿Qué te parece? — lo que nunca le permití a nadie, ahora resulta que después de viejo tengo que aceptarlo. Sin embargo no te preocupes por nada, ni siquiera por mi salud, estoy tomando mi tratamiento al día, así que quédate tranquilo que en lo que pueda te estaré escribiendo nuevamente. Me imagino que los secuestradores están como plancha e' chino, se les escapó un pez muy gordo, así que cuídate, cuídate mucho, tienes que redoblar la vigilancia tanto en tu casa como en la empresa, al igual que en la calle aumenta tu seguridad, contrata personal que ante todo sean profesionales con excelentes recomendaciones, y no andes solo.

— ¿Pero de dónde salió esa mujer? — Eso me preocupa, cuidado no vaya a ser una trampa y sea una secuestradora también.

—No Cónrad para nada, a ella la conocí también en la casa dónde me tenían en cautiverio, y aunque no estaba secuestrada, de cierta manera era prisionera. Es una historia muy larga y luego con más calma te contaré. Valentina es una gran mujer.

—Bueno abuelo, por lo menos en medio de todo tengo una alegría.

—¿Por qué dices eso nieto?

— ¿Acaso Lorena, el embarazo, o su hijo?

—No abuelo, Lorena, el bebé y Michael están muy bien, incluso, se ha redoblado la seguridad en todas partes, incluyendo en su empresa

—Abuelo, supongo que aún no sabes que hace tres días, un avión con destino a Nueva York explotó en el aire, obviamente todos sus ocupantes murieron calcinados, y lo más triste es que entre los pasajeros estaba la mujer que más he amado en mi vida. Allí iba Serena.

—¿¡Quuuéééé!? — ¡No puede ser! — ¡Una chica tan joven perder la vida de esa manera!

—Asi es abuelo, no puedes imaginarte la tristeza tan grande que siento, es como si hubiese perdido a un familiar muy allegado. Me siento tan, tan mal, que incluso quisiera morir también, perdóname abuelo pero es así.

—¡Cuánta falta me haces mi viejo! — necesito tanto de tu abrazo, de tu apoyo y tu consuelo. Aunque sé que lo tengo aún en la distancia, pero nada se compara con un abrazo y una caricia tuya.

—Cónrad, qué más quisiera que poder estar contigo en esta triste experiencia para darte todo el amor, la ternura y la comprensión que necesitas, sin embargo sabes mejor que nadie que no podemos reunirnos y quién sabe por cuánto tiempo, seguro estoy que esa supuesta organización de secuestradores no se van a quedar tranquilos. Supongo que tienen intervenidas las líneas telefónicas, así que ten mucho cuidado con lo que hables.

—De todos modos está demás decirte que lo siento mucho ya que conozco muy bien tus sentimientos hacia ella, pero bueno nieto amado por lo menos aunque por un breve tiempo fuiste feliz a su lado, quédate con eso y no la olvidarás. Cuando pueda vengo al pueblo y te escribo, menos mal que nuestros correos están blindados y son seguros. No le comentes nada a nadie, bueno obviamente a los que saben de mi situación. Te adoro Cónrad no lo olvides.

Me despedí del abuelo, y la verdad en medio de todo siento una gran alegría que esté libre, es importantísimo, aunque no deja de preocuparme lo que me contó sobre esa mujer, me extraña mucho qué pudo escapar con la ayuda supuestamente de ella, no sé, pero hay algo raro en esta historia. Me pregunto:

¿Qué pueblo es ese adónde va? — que yo sepa no tenemos propiedades en ninguna otra parte. A menos que sea dónde vive esa mujer.— ¡Oh no, por Dios! — esto me preocupa, es más, hasta me cae mal y no me inspira confianza esa tal Valentina.

Bueno, trataré de tranquilizarme y tener fe y optimismo de que al abuelo no le pasará nada, y esperar cada vez que pueda comunicarse conmigo. Aunque también pienso ¿Y si es que mi viejo se enamoró? —Pues bueno, me parece bien, tiene todo el derecho, ha estado solo por mucho tiempo desde que enviudó, y si a estas alturas de su vida, el amor llegó nuevamente, entonces que lo disfrute y que en sus últimos años sea feliz, que alcance la felicidad que su nieto adorado no pudo lograr.

........

Un mes después recibo la noticia más importante de mi vida que me ha hecho inmensamente feliz. ¡Al fin soy padre! — nació lo que en adelante será mi alegría mi motor mi luz, mi todo...¡Mi hijo hermoso! —¡Un varón! — Estoy sumamente dichoso, lo tomé en mis brazos y le prometí que siempre, siempre estaré a su lado, nunca le faltaré, como a mí que me faltó mi padre.

Pues no será así, a mi bebé lo adoro desde el mismo instante en que supe de su existencia, así que no habrá poder alguno que me separe de él.

Bueno, lo cierto es que me siento tan contento, claro, mi alegría fuese mayor si el abuelo estuviese conmigo compartiendo y disfrutando de esta noticia, pero, lamentablemente aún no están dadas las condiciones para su regreso

Días antes, a pedido suyo, y si Lorena está de acuerdo nos sugirió que si es varón, que su nombre fuese Valentín. No me gustó mucho la idea, ya que la mujer esa con la que está viviendo se llama así, no obstante, Lorena estuvo de acuerdo.

Así que nuestro hijito llevará el nombre de Valentín.

No, esto es demasiado, me siento tan feliz, no dejo de observarlo. Sín embargo, en medio de mi alegría no olvidé de agradecerle a mi mujer con un tierno beso en sus labios

—¡Gracias por este hermoso regalo!. Me has hecho muy feliz.

Es una gran experiencia ser padre, de verdad que no hay palabras que puedan expresar el sentimiento que se siente. Por eso no comprendo como es que a mi padre no le importé para nada siendo su único hijo. No obstante a mi niño nunca le faltará mi presencia mi apoyo y mi gran amor infinito e incondicional.

Es más, ya quiero que crezca para irnos los dos de marcha.... «jajaja».

La verdad que estoy loco de atar.

Así ya me tiene mi hijo, qué hermoso suena decir «Mi hijo»

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