Serena.
Ha transcurrido un tiempo desde que hice el hallazgo del túnel. Bueno, durante todo este tiempo he ido limpiando el lugar poco a poco, he sacado bolsas y más bolsas de polvo, es qué no sé ni cuantas y las he esparcido en un terreno qué está bastante retirado de la casa, minuciosamente pasé la aspiradora por todas partes incluyendo piso y paredes luego con un paño agua y vinagre las limpié. Claro poco a poco.
Averigüé que método podía usar para eliminar las grandes telarañas que había en todo el túnel, recomendaron un líquido, bueno, mejor dicho un ácido, que al ser esparcido en el lugar las desintegra o algo así. Obviamente tratándose de un ácido, debía tener mucha precaución, máxime, cuando en el túnel no hay ventilación. Entonces lo esparcía justo antes de salir de manera que no me fuese a perjudicar el olfato, y a los días cuando regresaba, ya no se sentía tanto olor, y así se han eliminado las telarañas, por cierto no he visto arañas ni vivas ni muertas.
Toda esta faena la realizaba cuando ellos estaban de viaje, de hecho últimamente lo hacían frecuentemente. Aunque casi siempre solo duraban una semana o cuando mucho dos fuera de casa.
Sín embargo, y para mí felicidad, una noche escuché al chino Zhang hablar por teléfono acerca de un viaje que realizarían durante mes y medio o quizás un poco más.
¡Qué bien! — Ese viaje me vendría de maravilla. Así que aproveché, y gracias a los conocimientos qué tengo sobre electricidad pude hacer una conexión desde el cuarto donde duermo hasta el túnel y ahora tiene alumbrado eléctrico, Claro, me costó muchísimo, muchísimo, muchísimo esfuerzo realizarlo. Con un esmeril angular qué es una herramienta eléctrica para cortes en metal o cemento, que de tanto observar a los señores albañiles usarla tenía más o menos conocimiento sobre su uso.
Así que en esa pared tan resistente abrí casi que al ras con el piso una delgada abertura por donde empotré un cable, después sellé con arcilla blanca evitando así que se note.
Mis manos y dedos tenían ampollas, y en más de una oportunidad me golpeé con el martillo, obviamente no estaba acostumbrada a estas labores, pero lo he tomado como enseñanza de vida. Además, pienso que se debe aprender de todo. Pues bueno, el lugar está mucho más aceptable qué cuando lo hallé hace un tiempo. Hasta una cama tengo allí con sábanas y frazadas que tomé de mi clóset. Aunque no es para dormir por toda la noche, solo por raticos ya que no es posible por la falta de ventilación. Lo que si hago, es qué a veces, y aunque el túnel es frío, mantengo la puerta abierta y enciendo el aire acondicionado de la habitación donde duermo, y así purificar el lugar.
El recorrido del túnel es de treinta metros de largo por tres de ancho, y una altura de dos metros, la salida que supuestamente tiene, no aparece, he buscado por todas partes del patio y los alrededores pero nada de nada. Sé que sale a la calle, ya que los treinta metros llegan precisamente después del portón principal. Creo que quizás en alguna remodelación quedó tapiada. Es una verdadera lástima, ya que ubicando la salida para mí sería más fácil entrar y salir sin ser vista, bueno voy a seguir insistiendo, debo encontrarla, no me daré por vencida tan fácilmente.
En cuánto a mi vida personal sigue casi igual. Cuándo me llaman debo venir, por supuesto se comportan conmigo igual, pero en el fondo, y aunque suene paradójico, agradezco que no hayan inmiscuido a otro hombre. Demás estar decir que el chino diabólico sigue manteniendo su amenaza de atentar contra mi familia, obviamente vivo aterrada por lo que pudiera pasarles, por eso, y solo por eso accedo a sus llamados.
Una noche estando en mi casa, en mi habitación, en el lugar donde soy tan feliz, ya casi me estaba quedando dormida, cuando sentí que me b3saban muy tiernamente y luego esos b3sos se tornaban apasionados y fogosos, mis p3chos también eran asaltados por las caricias de su boca ardiente que me hacía sentir sensaciones únicas, se deslizó por todo mi cuerpo, y no dejó un solo lugar sin sus atrevidas caricias, succionab@ todo a su paso. Luego subió a mis labios de nuevo, y sus desesperados b3sos me tenían al borde. Sin dejar de hacerlo suavemente s3paró mis piern@s invadiendo poco a poco mi interior. Sus embestidas, primero lentas, y luego rápidas y su incansable ritmo me tenía tan loca que me hacía gritar, me contorsionaba por las sensaciones que producían y que estaba apunto de llevarme al éxtasis. Logré llegar a la cúspide del placer. De repente siento como si estoy cayendo al vacío, entonces rápidamente me senté en la cama, reacciono, y sentí húmeda mi intimidad, el rostro bañado por sudor y por lágrimas.
¡Ha sido un sueño! — Soñé con mi amado, mi adorado e inolvidable rojo... ¡Pero qué real ha sido!
Luego de este sueño, no logré volver a dormir. Solo lloraba y pensaba en mi hombre del cuál en estos seis, o siete meses no he sabido nada.
Cuánto quisiera volver a verlo, aunque sea por un ratico una última vez. Tomé una decisión, mañana la pondría en práctica.
Así qué al día siguiente, y aunque era domingo pasé cerca de su casa.
Al llegar a la caseta de vigilancia pregunté por el pelirrojo, ya que de verdad no recuerdo su nombre. El vigilante dice que ya no vivía allí, y no sabe adónde se mudó. Sentí tanta tristeza, tanta desilusión. Bueno, me imagino que rehizo su vida, es lógico y siendo un hombre tan atractivo no va a estar sin una relación durante tanto tiempo, estoy clara que lo de nosotros fue tan solo s3xo, aunque claro, para mí no fue así, significó muchísimo más, tanto, que nunca podré olvidarlo.
Pasó el tiempo, no sé cuánto, y tuve que ir a la universidad a retirar unos documentos qué en su momento no hice. Me encontré con dos de las chicas con las que estudié, conversamos un rato y luego de realizar la diligencia, salimos juntas, cada una a esperar a quién vendría a buscarlas. En ese instante veo al vigilante con el que hablé hace unos meses atrás. Entonces me detuvo y me entregó una nota con el número de teléfono de mi rojo hermoso, me dijo que vivía de nuevo allí. Me he quedado de piedra, lo menos qué imaginé es que volvería, y sobre todo que tenga su número de móvil.
Una vez en casa no sabía qué hacer, por supuesto quería llamarlo y así a través del teléfono escuchar su voz, qué por cierto nunca lo había hecho, quería visitarlo, quería hacer tantas cosas con él. Sin embargo lo pensé bien, no quería volver a caer en lo mismo de hace un tiempo atrás, tengo qué entender de una vez por todas qué nuestra relación no tiene futuro y tengo que protegerlo del peligro, no quisiera que el chino Zhang llegue a enterarse de su existencia y quiera hacerle daño solo por estar a mi lado. Eso no me lo perdonaría jamás.
Es así que destruí la nota y me olvidé, o por lo menos trataría de olvidarme de una vez por todas de mi bello pelirrojo, de mi gran amor, por supuesto, no sin antes llorar y llorar hasta más no poder, y lamentarme de mi cruel y triste destino y de mi mala suerte.
Después de esto no supe más nada suyo. De hecho, ya ha pasado un tiempo, imagino que ahora sí debe estar en una relación formal y quizás con planes de matrimonio.
Mientras tanto sigo en lo mismo, es que mi vida gira en un círculo.
Una de las tantas noches en que tenía que quedarme, después del asalto sexu@l a la que estaba sometida durante todo este tiempo, chino y Angelo salieron de prisa. No sé qué hora era cuando de tanto dar vueltas en la cama traté de quedarme dormida, apenas estoy cerrando los ojos, cuando escucho los autos que llegan, rápidamente me levanto y tras la ventana, pude ver que traían a una persona encapuchada, no podía distinguir bien, incluso puedo afirmar que lo llevaban apuntado con un arma, ya que relumbra en la oscuridad. Lo que sí pude distinguir fue al chino Zhang y Angelo con esa persona que estoy segura era un secuestro, es que cada uno llegó en su auto, no había más personas con ellos, y es que así era el "modus operandi" del chino Zhang.
Obviamente desconozco si se trataba de un joven, una mujer, o un hombre.
Definitivamente estos tipos eran un par de delincuentes de temer, y no les importaba nada. Sé que han asesinado a varias personas y están sepultado en el patio, tal y como el malnacido una vez dijo que usaría el patio de cementerio municipal.
Finalmente muy ansiosa y nerviosa me dormí. Volví a soñar con mi adorado rojo. Al despertar tenía tantas ganas de verlo que quise ir a hasta su casa, pero en ese momento lo pensé bien y deseché esos pensamientos, aún así al día siguiente conduje mi auto hasta la casa de mi amor imposible, y me estacioné al frente. Allí, con las ventanillas cerradas me quedé por mucho rato, imagino que no estaría,
entonces puse en marcha el automóvil para irme, volví a levantar la mirada, y allí estaba ¡tan bello! — sostenía una taza de café en sus manos.
¡¡Hermosos recuerdos me trae este momento!! Cuántas veces nos tomamos un café allí sentados en esa terraza, abrazados, besándonos, e incluso en muchas ocasiones rodando por el piso saciando nuestra pasión.
Seguía observándolo a través de mis lágrimas qué mientras más secaba, más brotaban de mis ojos, era un llanto incontrolable. Volví a verlo, le envié un beso, encendí el auto y llorando me marché.
Hubiese querido tener el coraje y la valentía de llegar hasta su casa, abrazarlo, besarlo y decirle cuánto lo amo, olvidarme de todo por un momento, pero no, no debo volver a estar con él. Aunque lo ame con toda mi alma y jamás pueda olvidarlo..
........
Pasaron unos meses, y una noche vuelve a despertarme los autos cuando llegaron, miré por la ventana, y bajan de nuevo a alguien encapuchado, oigo claramente cuando el chino en voz alta y grosera le dice:
—Bueno viejo muévete, y quédate tranquilo, no te preocupes tanto, mañana llamamos pagan el rescate y listo. Tu empresa produce muchísimo dinero.
¡Ay Dios! — pensé — es un empresario, un señor seguramente mayor. Una duda cruzó por mi mente.
¿y si es mi padre? — ¡Ay no, no! — No creo qué Angelo se le ocurra secuestrarlo. Pero de estos demonios cualquier cosa puede esperarse.
Angustiada, solo me queda confiar en Dios de qué esa persona no sea mi padre y esperar a qué amanezca para irme a mi casa.
Aunque también pienso en ese pobre señor, quizás lo han golpeado y obviamente lo esté pasando mal.
Al día siguiente llegando a casa mi padre se marchaba a su oficina, en lo que me vió me abrazó, hablamos por breves momentos, luego entró a su auto y se marchó.
Por supuesto sentía una gran tranquilidad, ya que por unos momentos me invadió el desasosiego al pensar que ese señor podría haber sido mi padre. Sín embargo, seguía sintiendo una angustia por ese pobre hombre que tenían allí secuestrado.
Una semana después volví a la casona, me imaginé que ya habían cobrado el rescate del empresario, de lo contrario no me hubiesen llamado. Bueno, igual que siempre se comportaron salvajemente.
Un rato después, los escucho hablar casi que en susurros, pero entendí que aún tenían al secuestrado.
¡Oh no no, pobre señor! — Necesitaba hacer algo, pero no sabía qué. Lo que se me ocurrió fue agregar al café que el chino preparaba para ellos, pastillas para dormir, y entonces cuando caigan en profundo sueño averiguar algo. Creo que es lo único que por ahora puedo hacer.
Tal como lo planeé, asi mismo hice. El chino puso la cafetera y mientras conversaban afuera, entré a la cocina rápidamente sin ser vista, y vacíe dos cápsulas dentro, luego regresé a la habitación muy nerviosa.
Sabía con propiedad que después de tomar el café, el efecto era en unos diez minutos, las tomaba casi siempre que tenía que quedarme aquí, por eso las cargaba conmigo, y qué bueno, ya que hoy han sido de gran utilidad.
Dos horas después salí de la casa vestida de negro para así camuflajearme en la oscuridad. Comencé a caminar hacia lo que había sido en el pasado el granero, ya que allí era donde llevaban a los secuestrados. La puerta tenía una tranca por fuera, así que como pude la deslicé y abrí la puerta, aún no sabía si era allí que el secuestrado estaba. La única claridad de la que disponía era de la luna, ya que no quise usar mi celular por temor a que repentinamente sonara y me delatara.
—¿Hay alguien aquí? — pregunté en susurros
—Responda por favor. — dije nuevamente
En eso sentí que algo se movía, no sé qué era, me asusté tanto qué estaba temblando, entonces, casi que imperceptiblemente pude escuchar:
—¿Quién eres?
—¿Dónde está? — No lo veo, no se preocupe, no vengo a hacerle daño, al contrario, quiero ayudarlo en lo que pueda.
—Aqui, aquí estoy.
Me guíe por su voz, y logré tocarlo..
—¡Ay señor que pena con usted!
—¿estos malnacidos le han hecho daño?
—No, por lo menos físico no, pero me tienen en condiciones casi infrahumanas. Aparte que necesito mis medicamentos.
—¿Y cuales son? — a ver si yo podría ayudarle, aunque veré cómo puedo hacer, casi soy prisionera de ellos también. Pero bueno, ya me las arreglaré.
Abracé a este hombre que seguramente necesitaba tanto un abrazo. Allí le prometí que lo ayudaría en lo que pudiera. Salí del lugar con los ojos anegados de lágrimas. No entiendo la maldad de este Chino diabólico.
Bueno, el caso es que al día siguiente compré el tratamiento que necesitaba y por supuesto dos cajas más de pastillas para dormir, era la única manera de poder ayudar a este pobre señor que ni el mismo se explicaba por qué no habían pagado el rescate. Aunque me dijo qué la persona encargada, o sea, el presidente de la empresa, era muy obcecado y no le gustaba actuar al margen de la ley, y una de las exigencias de los secuestradores era que no le participaran a ningún cuerpo policial.
Durante dos semanas estuve haciendo lo mismo. Con la excusa que mi madre estaría viajando por varios países, y mi padre también, no quería estar sola en casa, le dije al chino si podía quedarme allí durante estas dos semanas, por supuesto no puso ningún tipo de objeción. Claro, sabía que mientras tuvieran al secuestrado no viajarían y por tanto no les importaba que estuviese allí. Menos cuando cree que no salgo de la casa ni siquiera a los alrededores... Pobre tonto.
El nombre del señor es Ottoniel, sin embargo comencé a llamarlo abuelo. Deseaba poder ayudarlo más, pero no podía siquiera intentar sacarlo de allí, y mucho menos avisar a su familia, no estaba segura si el chino Zhang los tendría vigilados. Es probable.
Aunque supuestamente a él le gustaba trabajar solo, según el mismo no contrataba personas que pudieran ocasionarle problemas más adelante, como delatar, traicionar, chantajearlo, o en el peor de los casos intentar contra su vida, se refería a ellos como cabos sueltos, por eso prefería trabajar con Angelo, solo ellos dos hacían su nefasto trabajo. Obviamente pensaba así ya que cada ladrón juzga por su condición.
Se me ocurrió una idea. La pondría en práctica en un par de días sí acaso el abuelo continúa secuestrado.
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Updated 64 Episodes
Comments
Carmen Moreno
autora muy buena la novela, las expresiones, el diálogo con texto excelente.
2024-12-28
1
yenifer marquez la escritora ✨
pobre sirena
2024-05-13
2
Helen Pech Lopez
si, ojalá pronto pueda liberar al secuestrado y denunciar a sus agresores
2024-01-15
3