Capítulo III

Serena.—

Mi vida continúa en lo mismo, precisamente estoy cumpliendo veintiún años. Qué triste, tan joven que soy, y sin embargo me siento con mi alma envejecida. Es que en este tiempo he vivido tantas cosas desagradables que me han hecho madurar de golpe.

Por otro lado, me he dado cuenta que Ángelo y el Chino Zhang, andan en cosas raras. Una madrugada que no podía dormir después de todo el maratón a que me sometieron en la noche, escuché ruidos, me levanté y con mucho cuidado observé por la ventana que descargaban un camión, se veía que eran cajas, unas grandes y otras más chicas y al parecer pesaban, yo creo que eran más de veinte. Al fin terminaron, vi cuando los hombres subieron al camión y se marcharon.

Tanto Ángelo como el Chino Zhang entraron a la casa, sentí cuando subían las escaleras, ya que sus habitaciones quedaban en la parte superior. Cuando yo me quedaba allí, dormía sola en una habitación en planta baja. Menos mal que no tenía que dormir con ninguno de ellos, sería más tormentoso.

Mucho rato después salí en puntillas de la habitación para no hacer ruido. El salón estaba full de cajas, eran de madera. En la oscuridad intenté revisar tanteando con la mano pero estaban selladas, nerviosa seguí revisando hasta que toqué una que estaba abierta, pues me quedé de piedra, cuando me di cuenta qué eran armas. O sea, quizás estas cajas contenían revólveres, pistolas, Magnum, escopetas, metralleta y quién sabe que más. En otra que también estaba semi abierta contenía cajitas y al tocar me di cuenta que eran proyectiles.

¡Dios mío, ayúdame! yo no puedo seguir aquí con esta gente, seguramente serán unos asesinos.

Pasaron unos días, yo seguía con mi vida aparentemente normal, por supuesto que no era así, yo creo que mi rostro lo expresaba tanto, que mi madre me preguntó que me pasaba. Solo le dije que tenía problemas con Angelo, preocupada me dijo que si no me sentía feliz con esa relación, lo mejor es que la termine ya que me está haciendo sufrir, que he cambiado tanto, que ya ni siquiera sonrío

¡Dios mío, cuánto quisiera poder contarle todo a mi madre! — que ella supiera de mi dolor, y la causa de mi tristeza, pero no puedo hacerlo si quiero proteger sus vidas tengo que continuar así, cómo si nada.

En esa casa siguen ocurriendo cosas muy raras. Las veces que muy a mi pesar he tenido que quedarme con estos desgraciados, me cuesta conciliar el sueño, aunque les hago creer que tomo pastillas para dormir y así se confíen que estoy en profundo sueño. De hecho, he podido presenciar, o por lo menos darme cuenta de situaciones horribles. Es en las madrugadas cuando hay mucha actividad, me imagino delictiva, ya que si fuese algo correcto lo hicieran a plena luz del día. Pues bueno, en ésta ocasión escuché llegar dos autos, me levanté con mucha precaución, y observé por la ventana cuando bajaron a una persona con el rostro cubierto y las manos atadas a la espalda.

¡Oh qué horror! — me puse muy nerviosa, y tuve que tapar mi boca para no gritar, sí me llegan a descubrir, estaré perdida.

Escuché cuando el Chino Zhang le decía:

—No te pasará nada, no debes preocuparte, tan solo serán unos días, en lo que paguen el rescate estarás libre. Sabemos que tan solo eres un chaval, no te haremos daño

¡Ay Dios es un secuestro de un jovencito! — pensé aterrada— Mi corazón palpitaba a mil por hora, así que rápidamente volví a la cama, e hice como si dormía, pero que va, la angustia no me dejaba hacerlo. O sea, que este tipo es un secuestrador. Entonces rebobino que hace como un mes, escuché algo similar, pero claro, como yo no me quedo todos los días, no sé que pasaría despues. Si ésta situación ocurre cada vez que yo me quedo que gracias al universo no es todo el tiempo,

¿entonces, que pasará cuando no estoy?

Claro, con razón la casa está bien alejada, así pueden cometer sus fechorías y nadie se entera. Yo quisiera con todo mi corazón poder irme lejos donde no me encuentren, pero ni tengo el valor, ni tengo apoyo de nadie.

Ha pasado dos semanas, menos mal que no me han llamado más, ojalá se olvidaran de mi para siempre los malnacidos viol@dores.

Una tarde en que estoy en mi habitación viendo la tele interrumpen para una información de última hora:

««"Ha aparecido sin vida el cuerpo del adolescente de trece años Vicent Figueroa, quién fue secuestrado hace diez días.

Los secuestradores había solicitado una alta suma de dinero por el rescate. Pautaron el día y el lugar donde se concretaría el intercambio. El día acordado los antisociales llegaron al sitio tomaron el maletín con el dinero y huyeron del lugar no cumpliendo el acuerdo.

Por supuesto no hubo más comunicación y tampoco los familiares tuvieron noticias del jovencito sino hasta hoy con el fatal desenlace. Cabe destacar que según medicatura forense fue sometido a fuertes torturas"»»

¡Dios no puede ser tanta maldad!

¿Serían ellos?

¿Será qué fue eso lo que ví esa madrugada?

Por supuesto, en la oscuridad no pude apreciar si era una persona grande o un chico, lo que si es que coincide, ya que eso fue hace diez días atrás, el mismo tiempo en que presencié todo. De hecho, desde ese día no me llamaron mas. Claro, no les convenía que yo me enterara de nada, y menos, si fue allí donde lo torturaron y le arrebataron la vida. Lo peor del caso es que Angelo también está implicado en toda esta terrible situación. Qué pena cómo ha caído tan bajo, un hombre de buena familia, que no tiene necesidad de eso, y lo peor, con un brillante futuro por delante.

Si realmente son ellos los responsables, entonces estamos hablando de un crimen cometido en contra de un menor. Es que no debería ni asombrarme, ese Chino Zhang tiene cara de matón, de sanguinario. Eso me asusta, ya que si no le tiembla el pulso para asesinar a un jovencito, entonces no quiero ni pensar que le haría a mi familia, si yo contara todo.

Ha pasado un mes, yo sigo mi vida igual que siempre, por supuesto no me he salvado de ellos, han vuelto por mi, lo único que ahora son ellos dos nada más, el otro, el tal negro Siuk ya no está, no sé, ni me interesa saber que le pasó, lo cierto es que será uno menos — ¡Gracias Dios mio!

Sigo asistiendo a la universidad todos los días. Cómo ya es costumbre no permito que el chofer de mi familia me lleve hasta la puerta, si no que me bajo unos cuántos metros antes y camino. Claro, imagino que ante su mirada atenta, ya que debe cumplir tal cual las órdenes de mi padre de cuidarme y protegerme, así sea de lejos.

Esa mañana fue igual a la de todos los días, lo único que casi cuándo estoy llegado a la entrada, veo a un hombre hermosísimo, bien vestido parado allí como si esperase a alguien, justo cuando paso a su lado, no pude evitar levantar la mirada y verlo a los bonitos ojos que tiene. Sentí algo raro, algo diferente, algo que no sé explicar, lo que si me di cuenta que es un hombre grande, quiero decir que tendrá como unos treinta y seis años.

¡Ay pero es guapísimo! — es muy alto, de cabello y barba roja, la verdad que está bien bueno «jajaja» reí para mis adentros y seguí mi camino como si nada.

Pasó no sé qué tiempo. Dentro de mis propios problemas no me acordé más del hombre Rojo, bueno, del pelirrojo, hoy lo vi desde que bajé del auto. Esta vez mientras me acercaba pude apreciarlo mejor. Es bastante alto, viste elegante y se le nota un cuerpo atlético, al pasar no pude evitar volver a mirar a sus ojos, lo ratifico, son muy hermosos. Pero — ¿Qué hará allí? —¿será que espera a alguien?

Al día siguiente también estaba en el mismo lugar y nuevamente lo miré a lo ojos. Así fue pasando los días, ya se me estaba haciendo costumbre verlo. De hecho, cuando a veces no estaba, o los fines de semana, entonces sentía como si me hiciera falta. La verdad que estoy loca. Pero loca de atar «jajaja»

Una mañana al pasar, me saludó.

—¡Hola tristeza Azul!

¿¡Tristeza azul!? —pensé asombrada—¿Es a mi a quién saluda?— pero no respondí, me puse muy nerviosa que no atiné a decir nada.

Y así por varios días me saludaba de la misma manera.

¡Hola, tristeza Azul!.

La verdad me encantaba, además esa voz tan hermosa que se le escuchaba, aún así, yo, ni pío, además, sabía que el señor Ferguson, el chofer, me observaba, y me daba vergüenza que me viera saludando a un desconocido. Pero me pregunto

¿Por qué me llamará tristeza Azul?...

¿Será que se ha dado cuenta que tengo mucha tristeza en mi alma?

Todos los días, y aunque hubiese pasado la noche con los viol@dores, me despertaba feliz, ya que sabía que lo vería allí como ha sido todos los días de estos casi tres meses.

Hoy no estaba — ¡ay me sentí muy triste! — pero al llegar a la entrada principal, estaba allí en todo su esplendor. — ¡Oh que sorpresa!

¿Pero que hace allí? — Bueno, a lo mejor espera a alguna alumna.

Cuando lo miro, como siempre me saludó

—¡Hola tristeza Azul!

—Hola.

—¿Cómo estás?

—Bien, gracias.

Esta vez sí le contesté, aunque traté de no parecer tan efusiva, pero algo me queda claro, este hombre me atrae muchísimo, y me encanta tener una ilusión, y quizás volver a enamorarme, bueno, así sea yo sola, imagino que debe ser casado con hijos y demás, pero bueno, en medio de tanto sufrimiento me viene muy bien tener alguien en quién pensar.

Seguía pasando el tiempo, y todos los días de lunes a viernes este guapo hombre estaba allí, y siempre con su saludo habitual.

Una mañana estaba un poco más adentro de la entrada, y cómo todos los días me saludó. De inmediato me pregunta:

—¿Cómo hago para verte en otra parte?

—¿¡Para qué!? — pregunté sorprendida.

—Bueno, no sé, para invitarte a un helado, un zumo, un café, o lo que desees, y así conocerte y hacer una bonita amistad contigo.

—Mañana le contesto — dije entre dientes.

La verdad que tan solo pude pronunciar esas palabras creo que sin sentido. Estaba demasiado nerviosa, pero me siento feliz, super emocionada.

Pasé toda la mañana en estado de shock, sentía una sensación tan extraña, pero agradable al mismo tiempo. Me encontraba como flotando en el aire.

Esa noche no pude dormir, lo tenía en mi pensamiento. ¡Ay por Dios! — ¿Qué estoy sintiendo?.

Bueno, cómo no podía lograr conciliar el sueño, me levanté y me dispuse a escribirle una breve nota, ya que no quería hablar con él en la universidad.

—««"Buenos días caballero. Ante todo gracias por su invitación y sobre todo por querer una amistad conmigo. Pero, desafortunadamente y por motivos que no vienen al caso, no puedo aceptar ni una cosa, ni la otra. Nuevamente agradecida, y espero le vaya bien"»»

Escribí la nota que le entregaré mañana. No puedo aceptar ni invitación ni nada parecido. La situación en la que me encuentro es muy complicada. Así que mejor cortar desde un principio con lo que pueda llegar a existir que tener que lamentarme después.

Cuando llegué tal cual estaba allí, me detuve un poco y le entregué la nota. No había ni siquiera caminado unos cuantos pasos, cuando se me acercó y me dijo.

—Oye tristeza Azul, no acepto esto, yo solo quiero una amistad contigo.

Nerviosa y mirando para todos los lados, le digo

—No, la verdad que no puedo, ni debo.

—Esta bien, pero mira te propongo algo, yo vivo aquí cerquita, te invito a tomarnos un café y listo. Vamos ¿si?

—No, de verdad que no puedo, además ya estoy dentro de la universidad..

—Ah tranquila no pasa nada, no estás en primaria. Así que vamos.

Bueno, yo estaba como idiotizada. No pensaba nada, y solo caminé a su lado.

En verdad su casa estaba prácticamente al lado. Me invitó a pasar, temerosa, y sin saber qué podría pasarme en ese sitio, entré, y solo pensé

Después de todo lo que me han hecho,

¿Qué más me puede pasar?.

La verdad, a estas alturas de mi vida, ya no me importa nada en absoluto.

Más populares

Comments

yenifer marquez la escritora ✨

yenifer marquez la escritora ✨

pobre serena .

2024-05-13

0

ana maria talbott

ana maria talbott

🥺😔😠

2024-03-12

1

Solianny G. Larez

Solianny G. Larez

pobrecita es triste la vida q lleva😔

2024-03-06

1

Total
Capítulos

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play