Capítulo 19

-Mi familia no acepta un no como respuesta y todos son aterradores. Yo decidí ser lo contrario a ellos, es por eso que con mi personalidad no puedes imaginar la de ellos. Pero si quiero volver a mi mundo, tengo que seguir las reglas de la familia, de lo contrario debo renunciar a todo y ocultarme en este mundo. Esa es la única opción. Si pierdo todo, puedo ganar mi libertad- explico. 

-Pues no creo que sea justo. No vayas Allen, quédate aquí en el próximo permiso y en el siguiente y todos los demás- pide Willum, hablando más que nunca antes, lo que en realidad me sorprende casi tanto como sus palabras. 

-Si lo hago, eventualmente enviarán a alguien aquí- aunque en realidad suena bien. 

-Te protegeré, puedes confiar en eso- promete Willum, sonando convencido en que puede hacerlo. 

Se nota que no conoce a mi familia. Ni siquiera yo puedo hacerles frente. Si ellos quieren, me secuestrarán y llevarán de vuelta contra mi voluntad. Y no me dejarán volver a este mundo y a ser un Guardián, hasta que esté casado y haya dejado embarazada a la prima que ellos elijan. 

-¿Tú no volverás a nuestro mundo en este permiso?- pregunto, en lugar de responder. 

-No tengo razón para volver- responde simplemente. 

Supongo que ambos estamos solos, aunque por diferentes razones. 

-Está bien. No volveré en este permiso, ni el siguiente, ni ninguno. Así que aceptaré la oferta- le digo. 

-Lo haré, te protegeré- asegura Willum. 

Él es lindo… Y yo no soy mejor que cualquiera, mintiendo cuando sé que antes de que mi familia venga por mí, volveré a mi mundo. De lo contrario mi familia es capaz de descargar su ira contra las personas de esta casa y contra Willum. No permitiré que le hagan nada a mi pequeño estudiante.

Después de eso, nos levantamos y le propongo a Willum tomar una pequeña siesta, antes de salir a cazar, preocupado aún por sus pesadillas, las que no desaparecen a menos que alguien esté con él. 

-¿Escuchaste algo?- pregunta Willum deteniéndose, antes de volver a entrar a la casa. 

-No escuché nada.

-Sonó como si algo se cayera- dice Willum, dirigiendo sus pasos hacia el costado de la casa. Lo sigo, pensando en qué es lo que tenemos en ese lugar. 

Creo que hay un poco de leña y algunas cajas por allí… 

Cuando llegamos a la esquina, Willum se detiene con una cara sorprendida. Miro lo que está viendo y reacciono lo más rápido que puedo. 

-¿Qué…?- empieza a decir, pero antes de que siga, cubro su boca con mi mano, luego lo arrastro hacia atrás, donde no nos vean y nosotros no los veamos a ellos. 

-Ven, vamos a hablar en otro lugar- susurro. 

-Pero…

-Ven conmigo Willum- pido, él finalmente asiente y me sigue. 

Lo llevo a mi cuarto, para que podamos hablar sin que nadie nos escuche. 

-¿Gustas sentarte?- pregunto, señalando a la pequeña mesa con dos sillas que ya estaba aquí cuando llegue a la casa. 

Willum se sienta, mientras mira descaradamente todo alrededor. No es que haya mucho que mirar. Creo que es la primera vez que lo traigo aquí. Soy yo él que cada día va a su habitación y vela su sueño. 

-¿Qué se supone que estaban haciendo esos dos?- pregunta Willum, volviendo su atención a mí. 

¿Qué sucedió hoy con todos estos secretos descubiertos?… Pero supongo que era cosa de tiempo para que alguien más se diera cuenta. 

-Ellos se estaban besando, pequeño Willum- respondo. 

-Pero Ari y Dugan son hombres- protesta él. 

-Lo sé. Ambos son hombres y puede que para nosotros sea extraño, pero para los humanos no lo es. Si te hubieras interesado en ver la televisión, podrías haberte dado cuenta también- intento explicar, aunque ni siquiera yo lo entiendo bien. 

-¿Por qué me sentaría a ver esa cosa, cuando puedo salir a conocer el mundo en persona contigo?- pregunta ofendido. 

Supongo que aún después de este tiempo, no comprende mucho de cómo funciona un televisor. 

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