Capítulo 9

-Despierta, es hora de levantarse- me llama alguien e inmediatamente despierto, ya que nunca ha habido nadie que me despierte desde que puedo recordar. Miro hacia arriba y veo los ojos pardos de Allen mirándome, mientras sonríe alegremente. Mucho más que ayer. 

¿Es una persona mañanera? Tienes que estar bromeando. Pero así parece serlo, lo que me hace preguntar, ¿Cuándo está de mal humor o simplemente serio? 

-Buenos días- saludo, mientras me siento en la cama, bostezando -¿qué hora es? 

-Son las ocho de la mañana- responde Allen, alejándose. -El desayuno está listo, si gustas puedes tomar un baño antes o después de comer, sin embargo, el entrenamiento empieza a las ocho y media. 

-¿Entrenamiento?- pregunto, completamente confundido. Quizá sean prácticas para matar demonios. 

-Exacto, mi querido estudiante. En este lugar no queremos que nadie muera, así que instauramos nuestros propios horarios y prácticas, a diferencia de otros lugares, donde sólo se dedican a cazar. 

-Entonces, ¿Nosotros no cazaremos- pregunto, sorprendido, ya que he escuchado que generalmente a los practicantes se les enseña mediante la caza. 

-Por supuesto, lo haremos apenas caiga la noche. A los demonios les gustan los lugares concurridos, sobre todo los lugares que reúnen a jóvenes borrachos, ya que es especialmente fácil jugar con ellos y luego matarlos- responde Allen, sonriendo y con ese tono de voz suave que tiene, en contraste con la escena que relata. 

Luego de eso, Allen sale de la habitación y me meto al baño, dudando y descubriendo cómo se utiliza la ducha, ya que es diferente al sistema que se utilizaba en la academia. Cuando estoy listo, voy hacia donde se escuchan voces, llegando a una cocina. 

Al momento que entro, todos los allí presentes se vuelven hacia mí y se quedan en diferentes estados de asombro o aversión. 

Ahhh, esto es a lo que estoy acostumbrado. Supongo que sólo Allen es simplemente extraño. 

-Este es mi querido alumno- me presenta Allen, quien viene y me abraza con uno de sus brazos. -Todos, les presento a Willum. 

Por un momento nadie dice nada, pero luego, quizá gracias a la actitud relajada de Allen, reaccionan. 

-Así que este es tu ansiado estudiante en práctica. Soy Dugan y fui el superior de Allen cuando salió de la academia, aunque después de él, ya no me quedaron ganas de tener otro estudiante- hace una mueca un tipo un poco mayor que los demás, de pelo negro, corto a los lados y más largo arriba, de ojos marrón y piel blanca. Él es alto. Pienso, cuando Dugan se levanta y se acerca a darme la mano. -Mucho gusto en conocerte. 

-Igualmente- respondo, sintiéndome extremadamente pequeño a su lado. Debe medir como un metro noventa. 

-Y este es el compañero que adquirí, luego de dejar de tomar estudiantes- señala a un chico de unos veinte años, de piel clara, rubio y de ojos azules, que en contraste con Dugan, es tan pequeño como yo. Quizá un metro sesenta… lo sabré bien cuando se levante. -Su nombre es Ari y es casi tan molesto como Allen. 

-No digas eso, Dugan- le reprocha Ari con una voz risueña. -Por cierto, tus ojos son intensos- me dice, sin ningún miramiento. 

-Ari- advierte Dugan y Allen aprieta su brazo a mi alrededor, como si quisiera protegerme, algo que es innecesario. 

-Lo sé- respondo, -generalmente incómoda a la gente, así que estoy acostumbrado. 

-Ya veo- responde Ari, mirándome con simpatía desde su asiento en la mesa del comedor. 

-Bien, el que está casi dormido es Christiansen, al que llamamos Chris y su compañero es Axel, a su lado- señala Allen, a los dos hombres restantes. 

Christiansen tiene el pelo un poco largo y negro, pero siempre por sobre sus hombros y su piel es de un color marrón claro, con ojos color verde claro y como dijo Allen, está con los ojos pequeños por el sueño, pero igual me saluda. Mientras que Axel tiene una piel blanca con un pelo liso, un poco más largo que el de Chris y que está amarrado en una cola de caballo, sus ojos castaño claro. De todos, es este último el único que muestra un poco de desconfianza ahora y sólo saluda con un movimiento de cabeza, antes de volver a comer. 

-Ya las presentaciones están listas, así que siéntate por aquí- Allen me lleva a un asiento vacío y se va a buscar el desayuno para mí. Luego pone algo en un plato, que no reconozco, pero que al probarlo es extremadamente delicioso. 

-Esta bueno, ¿verdad?- me habla Ari. 

-Sí lo está- respondo. 

-Es todo gracias a Allen. Él es nuestro cocinero estrella- asiente Dugan. 

Miro a Allen, sorprendido de que sea él el que cocinó algo tan bueno. 

-Es sólo una afición que adquirí. Me gusta probar cocinar cosas de todo el mundo humano- dice, sonando un poco avergonzado -aunque es imposible replicar la mayoría de las comidas en nuestro mundo, ya que no tenemos los ingredientes y es imposible llevarlos. 

-Entiendo- digo. Debido a una restricción en los portales, no se puede llevar nada de este mundo al mundo de los Guardianes y eso incluye, además de cosas, humanos. 

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