Capítulo 18

ALLEN

-Lo sé, pero no quiero volver a casa para este permiso. Puedo volver al siguiente- explico amablemente a uno de mis primos, quien llamó diciendo que mis padres esperaban que volviera esta vez. 

-Eso dijiste la última vez y yo tuve que lidiar con las miradas de tus padres- se queja mi primo, el que también trabaja como Guardián, pero en el área administrativa. En pocas palabras, él es uno de los que coordina las operaciones de los Guardianes en el mundo humano y nos provee de todo lo que pudiéramos necesitar. 

-Está vez es verdad. Por favor Markus, si los ves inventa una excusa- pido, ya que de verdad no quiero estar con mis padres, quienes últimamente están empezando a hablar de mis primas, cuando hablan, por supuesto. Como si no supiera sus intenciones. 

-Me pides que invente una excusa, cuando sabes que descubrirán inmediatamente que estoy mintiendo. ¡Tus padres son aterradores!- exclama. 

-Los tuyos también lo son- devuelvo. Markus es el primo con el que mejor me llevo, ya que no es tan inexpresivo y frío como el resto. Aunque le gusta quejarse de mí. 

-¡Lo sé! Maldito el día que nací en esta jodida familia. Lo peor de todo es que me dices que irás de vuelta cuando tengas tu siguiente permiso y no puedo saber si me mientes. ¿De qué sirve tener esta habilidad de mierda, si es inútil cuando cuenta?- Markus suena de verdad frustrado, ya que su manera de descubrir las mentiras, sólo funciona cuando está frente a la persona que las dice y no por medio de un teléfono. 

-Bueno, mi habilidad para detectar mentiras funciona al escucharlas y no tengo que ver colores como tú, si quieres te la regalo. No es algo que extrañaría- propongo. 

-Ni siquiera quiero la mía- escucho a Markus, mientras que también escucho un sonido detrás mío. Me doy la vuelta y veo a Willum con cara sorprendida, mirándome. 

Supongo que lo escuchó… 

-¿Allen?- llama Markus.

-Te llamaré después- le digo.

-Espera- alcanza a decir, pero corto la llamada. 

Un problema a la vez. Luego convenceré a Markus de cubrirme de alguna manera con mis padres. 

-¿Es verdad lo que escuché?- pregunta Willum, quien en este tiempo a empezado a comunicarse con frases más largas, lo que considero un éxito. Pero no servirá de nada, si su confianza es rota. 

-¿Sobre que puedo saber cuándo alguien está mintiendo? Es verdad- sonrío, para tratar de tranquilizarlo. Por supuesto que sé que mintió sobre lo referente a sus lágrimas, pero sé también que debe haber tenido buenas razones para hacerlo. 

-¿Soy el único que no lo sabía?- pregunta, viéndose traicionado. No, no, esto no está yendo bien. 

-¿Gustas sentarte a mi lado?- pregunto. Él duda, pero después de un momento, lo hace, aunque dejando un espacio entre nosotros. -Sólo Dugan y Axel lo saben, le dije a Dugan porque confío en él y Axel lo descubrió después de un tiempo. Pensaba decírtelo cuando pasara un poco más de tiempo, ya que no es algo que vaya diciendo a cualquiera, pero supongo que debí haber confiando en ti antes que lo supieras por tu cuenta. 

-¿Es agradable burlarse de los demás así?- pregunta Willum, todavía un poco reacio a confiar en mí. 

-No me burlo, simplemente es algo con lo que nació toda mi familia. Quisiera no saber. La ignorancia sería mucho mejor. No sabes lo difícil que es saber cuántas personas son capaces de apuñalar por la espalda- sonrío con tristeza -No es algo que quiera tener, esta habilidad es más una maldición para mí. No tomo ventaja de ello y no acuso a las personas de mentir, porque no sé sus razones para hacerlo. 

-Supongo que es algo difícil de tener- murmura Willum, más calmado. 

-Lo es. Sobre todo es difícil lidiar con mi familia, quien para mantener la habilidad en nuestra sangre, nos exigen casarnos y tener hijos con algún otro miembro de la familia- admito, avergonzado por esa traducción familiar -Es un milagro en realidad que no hayamos nacido con alguna malformación, después de lo pura que han mantenido nuestra sangre. 

-Entonces, ¿Tú también?- pregunta Willum, sorprendido, habiendo olvidado su molestia.  A veces simplemente hace falta poner sobre la mesa una de tus debilidades, para que la otra persona se sienta más cómoda, sabiendo que eres igual a ella. 

-Yo también. Mis padres están empezando a hablar de mis primas y sé que pronto me empezarán a presionar para que elija a alguna. Ellos, mis abuelos, tíos y mis demás familiares- respondo - es por eso que estaba hablando con uno de mis primos. Mis padres hablaron con él, cuando estuvo en nuestro mundo y le pudieron que me dijera que tenía que volver en este permiso, ya que en el anterior me quedé aquí. 

-Así que también existen familias jodidas- comenta Willum. 

-Lo hacen. Que tengo que casarme con una de mis primas, por favor, manténlo en secreto, ya que es algo que ninguno de la casa sabe y quiero que siga siendo así, aunque sea un poco más- pido sinceramente. Quiero seguir viviendo aquí y lejos de esa familia. 

-Lo haré. ¿Tú primo también está casado con una familiar?- pregunta curioso. 

-Markus está comprometido con una prima también, pero intenta posponer el matrimonio y la intimidad, tanto como sea posible, utilizando el trabajo como excusa. Pero es cosa de tiempo antes de que tenga que ceder completamente. 

-No lo entiendo, si no quieres hacerlo, no deberías hacerlo- dice Willum. Ojalá fuera tan simple. 

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