Capítulo 14

-Volvamos- dice Willum, volviendo a su habitual modo silencioso, lo que es en verdad una lástima. 

Volvemos a la casa y comemos unos aperitivos antes de salir a la calle, esta vez como cazadores de demonios. 

Mis cimitarras las llevo en mi espalda, de modo que pueda sacar ambas de sus fundas sólo con levantar mis brazos hacia la parte alta de mi espalda, lo malo es que para ocultarlas, tengo que utilizar una chaqueta larga y un poco amplia, de modo que no llamen la atención. 

Bueno, al menos no tengo que cargar con un mayal, que es el arma que eligió Dugan. 

Willum no tiene ese problema y puede ocultar fácilmente sus cuchillos arrojadizos. 

Paseamos hoy por un sector donde hay un par de bares y que fácilmente son encontradas personas borrachas. 

Cuando no encontramos nada, nos trasladamos hacia una discoteca bastante popular últimamente. Allí es ruidoso, como siempre en ese tipo de lugares, pero nosotros nos concentramos en las calles aledañas. 

-Es raro que aún no veamos a un demonio en varios días- comento -generalmente nos encontramos con más. Axel y Chris encontraron dos esta semana. 

Willum no responde, así que sigo hablando de cualquier cosa que se me pasa por la cabeza. La verdad es que no soy bueno con los momentos silenciosos, ya que mi familia tiene demasiados de eso. Cuando estoy con mis padres, es casi doloroso su silencio, el que no puedo ni siquiera intentar llenar con alguna conversación vacía, porque inmediatamente soy cortados por sus miradas de desaprobación. 

Cuando estamos pasando por cerca de un callejón, algo llama mi atención. Toco el brazo de Willum, lo que lo sorprende, pero antes de que tenga tiempo para decir algo, llevo uno de mis dedos a mis labios, pidiendo silencio. 

Él inmediatamente se pone en guardia, mientras que le señalo el callejón a nuestra derecha, uno con escasa luz. No se bien, pero estoy seguro de que allí hay un demonio y su presa humana. 

-Cuando lleguemos cerca, atacaré, tú cúbreme- le informo.

Willum asiente y me sigue, mientras nos adentramos en el callejón. 

Él es silencioso. Lo que me alegra. Willum tiene una buena base para ser un cazador de demonios. 

Cuando estamos a unos cinco metros, finalmente el demonio repara en nosotros y deja al humano, quien ya está casi muerto, para volver su cara hacia mí. 

Sus brillantes ojos rojos lo delatan inmediatamente, aunque no tenía dudas de que se trataba de un demonio para empezar. 

-Guardianes- escupe el demonio, como si fuera una maldición, sin embargo sonríe- ¿Quieren unirse a mí? Entre más seamos será más divertido matarlo- dice, haciendo un gesto hacia el moribundo humano. 

-Paso- respondo, sacando mis cimitarras. 

El demonio se ríe con una risa demente, aunque no me perturba porque ya he escuchado todo lo que puedan decir, amenazar o blasfemar. Lo difícil en realidad es pensar en ellos como algo diferentes de demonios, aunque sé que originalmente fueron Guardianes y que sólo la oscuridad llenó sus cuerpos y sus mentes, haciéndolos perder la razón. 

Ese es el mayor miedo de cada Guardián, convertirse en un demonio. Los demonios están repletos de lo que llamamos oscuridad, con la que atacan y eso se adhiere a nuestros cuerpos. Cuando uno de nosotros recibe demasiados ataques con oscuridad, va perdiendo la mente, hasta que si no es sacado de sus funciones, pasa a engrosar las filas de los demonios. Eso, por supuesto, si no es atacado tanto, que no tenga ni siquiera oportunidad de salir, antes de que sea transformado. 

Yo también he recibido mi parte justa de oscuridad, pero aún es insuficiente como para que me empiece a preocupar. 

Al final, si no eres asesinado por esos ataques, que te dañan los órganos internos, serás transformado en un demonio, lo que ocurra primero. 

-¿Quizá debería hacerte unir a la fuerza?- pregunta el demonio, antes de que empiece a atacar. 

Esquivo los primeros golpes de oscuridad, la que cubre completamente su cuerpo y que no es posible traspasar, a no ser que tengas alguna arma con un hechizo específico para ello. Algo que todos los guardianes llevamos. 

Luego me muevo más cerca, esquivando o bloqueando sus ataques con mis cimitarras. 

¿Qué está haciendo Willum? Le pedí que me cubriera. 

-No importa- murmuro, mientras que me lanzo contra el demonio. El demonio reacciona más rápido de lo que espero y me toma por el cuello, en pleno movimiento. Ser detenido de esa manera duele un montón, pero no tanto como para desaprovechar la oportunidad y cortar con una de mis cimitarras el brazo con que me sostiene. El demonio grita con un sonido gutural, mientras que su brazo cae al piso. 

Aprovecho su descuido y corto su cuello, matandolo. 

Por supuesto, no es la única manera de matarlo, ya que con nuestras armas, morirá así como moriría un Guardián cualquiera, pero mis cimitarras son armas de corte y el cuello es especialmente fácil de cortar. 

El demonio desaparece, como lo hacen cada vez que uno muere. Nadie sabe hacia dónde van los cuerpos, pero se cree que regresan a nuestro mundo, ya que era allí donde pertenecían, pero nadie está realmente seguro. 

Me vuelvo hacia el humano y decido que ya no tiene salvación, lo que es una lástima. 

Si hubiéramos llegado un poco antes… 

Me vuelvo entonces hacia donde debería estar Willum, quien no siguió mi instrucción, dudando en si debería regañarlo o no, ya que si el demonio hubiera sido un poco más rápido, habría fácilmente roto mi cuello. Pero todo eso vuela de mi mente cuando veo el estado en que se encuentra Willum. 

Corro hacia Willum quien está de rodillas, con sus manos cubriendo parcialmente su cara, en la que se puede ver claramente una expresión de horror. 

-¿Willum? ¿Qué sucede?- pregunto, mientras pongo una de mis rodillas en el suelo, para estar a su nivel. -¿Willum? 

Él no responde de inmediato, pero lo hace cuando toco suavemente uno de sus antebrazos. Él inmediatamente me mira entonces.

-¿Estás bien?- pregunto. 

-Yo… sí- responde inestable. 

Mentira.

Como si no supiera que es mentira. Casi quiero rodar los ojos a mi habilidad, pero me contengo. 

-¿Qué pasó? ¿Ver un demonio por primera vez fue demasiado?- le pregunto suavemente. 

Él al escuchar la palabra demonio, inmediatamente reacciona, cubriendo su cabeza y empezando a temblar, asustado más allá de lo que puedo comprender. 

¿Qué está sucediendo con él? ¿Qué hago? 

Dudo un momento, pero lo cubro con mis brazos, trayendo su cuerpo hacia el mío. 

-Tranquilo, estás a salvo- murmuro -estoy aquí y cuidaré de ti. 

Sigo diciendo palabras calmantes, hasta que Willum deja de temblar, incluso entonces no hace ningún intento de separarse de mí en un buen rato. 

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Comments

da cringe que se queje por algo sin sentido.

2023-07-20

1

Sinceramente no entiendo por qué el prota de queja tanto de tener esa habilidad.
ya quisiera cualquiera de nosotros tener ese poder para evitar ser engañado,transeado por la gente o vendedores.
parece muy útil.
no le veo lo malo.

2023-07-20

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