Capítulo 13

Cuando vi por primera vez un demonio en el campo, demoré un poco en reaccionar y fui regañado por Dugan. 

Observo un rato, mientras Willum realiza su práctica, lanzando sus cuchillos hacia una diana que colocamos hace un par de días, pero no hay nada que pueda decir, su puntería es de primera. 

Cuando terminamos el entrenamiento, hago el almuerzo con la ayuda de Ari, quien está encargado de ayudarme con la comida el día de hoy. 

-Will es bueno con esos cuchillos ¿no? Nunca me había topado con alguien que en realidad eligiera un arma para lanzar- comenta Ari. 

-Ni yo. Todos mis compañeros eligieron armas con las que pelear a corta distancia. Bueno, yo también lo hice- respondo, mientras corto algunas zanahorias. 

-¿Se irán nuevamente hoy después de comer?

-Creo que sí, Willum no habla demasiado, pero se nota que está deseoso de conocer el mundo humano- digo. Desde ayer, cuando ya el entrenamiento no lo dejó tan agotado, hemos estado saliendo para poder mostrarle diferentes partes de la cuidad. 

-Me gustaría ir con ustedes también- dice Ari. 

Es mentira. 

-Es mejor si te quedas o Dugan se sentirá solo. 

-Ese grandulón es molesto- responde, viéndose feliz en realidad por escuchar que Dugan lo necesita. 

Son una pareja extraña. Y no lo digo sólo por la diferencia entre sus estaturas. Soy el único, además de ellos mismos, que sabe que tienen una relación un poco más allá de lo que significa ser compañeros. Aunque si les preguntara probablemente nunca lo admitirían. 

En nuestro mundo las relaciones entre dos hombres no existen o si lo hacen, no es algo que se diga. Pero en el mundo humano es más normal de lo que los Guardianes puedan comprender. En el caso de Ari y Dugan, creo que su relación es tan cercana porque ambos se sentían solos y heridos. Uno porque su esposa lo engañó y tuvo que dejarla y el otro porque perdió a su compañero, lo que fue un gran impacto para él. 

Por supuesto, al principio no entendí por qué decían algunas mentiras, pero luego comprendí que únicamente querían estar solos. Guardé silencio sobre lo que descubrí, porque no quería que ambos fueran juzgados por nuestros compañeros de casa, a los que estiman, pero también porque no era asunto mío. He comprendido eso desde que era niño, no meterme demasiado en la vida de los demás, si ellos no me lo permiten en primer lugar. 

-Creo que pronto Will será uno de los más rápidos entre nosotros, pero no lo dejaré ganar- asegura Ari y luego se pone a hablar de cosas triviales. 

Cuando ya tenemos la comida lista, llamamos al resto a la mesa y todo se desarrolla igual que siempre. Ari, Dugan y yo llevamos la conversación, mientras que Willum y Axel comen en relativo silencio, el primero porque es así siempre, el segundo porque aún no confía en Willum. Mientras que nuestro miembro faltante, Chris, debe estar en algún lado conquistando mujeres. Él dice que las humanas son mucho más liberales que las mujeres de nuestro mundo, es por eso que las prefiere. En realidad es sólo un mujeriego, allí o aquí. 

-Willum ¿quisieras ir a un nuevo lugar esta vez?- pregunto, cuando acabamos de comer. 

-Sí- dice él y rápidamente se levanta para ayudar a lavar los platos, algo que aprendió a hacer después de llegar, lo que me hace preguntar, qué tipo de vida llevaba antes de ir a la academia. 

Axel hace un sonido de desagrado y luego de agradecer por la comida, se va a su habitación. 

Sonrío por su actitud, sabiendo que finalmente aceptará que Willum es alguien que se quedará con nosotros, al menos por el tiempo que duren las prácticas. 

Me levanto también a ayudar a Willum con los platos y cuando me doy cuenta, Ari y Dugan, ya no están. Seguramente se fueron a algún lado donde puedan estar a solas. 

Si soy sincero, desde que los descubrí, he estado un poco celoso de su relación. A mí también me gustaría estar con alguien que se lleve la soledad

Quizá si no tuviera esta maldición. 

Por supuesto, cuando me refiero a estar con alguien, no me refiero a alguien de mi fría familia. 

Al menos desde que Willum llegó, ese sentimiento ha disminuido. 

-¿Estás listo?- pregunto a Willum. 

-Sí- responde simplemente. 

Luego lo llevo a ver un partido de fútbol que se está desarrollando cerca y al ver la atención que pone al partido y a mi explicación de las reglas, decido que fue un acierto traerlo a verlo. 

-Es impresionante como pueden mover esa pequeña pelota- comenta, cuando vamos dejando el estadio y me sorprendo, porque por lo general no suele hablar tanto. 

-Es entretenido actuar como un humano cualquiera, viendo un espectáculo de deporte, me hace olvidar demonios y responsabilidades- comento, sonriendo por su asombro juvenil. 

-¿Podemos volver alguna vez?- pregunta Willum, tímidamente. 

-Podemos volver y te llevaré a ver otros tipos de deportes y recitales de música- prometo -Pero por ahora es mejor que volvamos y nos preparemos para patrullar. Aunque de verdad lamento que este agradable momento tenga que acabarse. 

Me gusta ir a este tipo de lugares, también porque los humanos no mienten aquí cuando están emocionados, tristes o sienten frustración o rabia, simplemente dejan a sus emociones manifestarse tal cual las sienten, lo que es un lugar agradable para estar, al menos para mí.

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