Capítulo 11

ALLEN

Miro la cara dormida de Willum y pienso que sus padres o quien sea que le haya puesto el nombre, no fue tan acertado con ello, ya que Willum suena como alguien mucho más grande, que el pequeño chico que duerme con una expresión tierna en su cara. 

-Willum, es hora de levantarse- Willum se queja, pero abre los ojos y me retracto como cada vez que pienso eso. Quizá sí le venga el nombre, al menos esos ojos tienen una intensidad y fuerza, que difieren de su pequeño y flaco cuerpo. 

-¿A entrenar?- pregunta, sentándose en la cama. 

-A entrenar, pero primero el desayuno- respondo. Luego lo dejo y voy rumbo a la cocina, para terminar de preparar el desayuno. 

-¿El nuevo está vivo?- pregunta Axel. 

-Lo está. Ha resistido bien la semana- respondo. Willum aún no puede completar los entrenamientos, pero cada día su resistencia aumenta. Y aunque sólo lleva una semana desde que llegamos, estoy orgulloso de su progreso. 

-Supongo que ya se quedó- comenta Axel. 

-Eso es cierto- respondo. -Y ya podrías bajar la guardia, lo haces sentir mal. 

-No lo haré a menos que demuestre que puede adaptarse y cumplir con todo el entrenamiento y quizá después de un par de meses pueda aceptarlo como parte del grupo- responde él. 

-Eres demasiado duro- es todo lo que digo. Aunque no me gusta la actitud que tiene con mi pequeño estudiante, lo entiendo. Cuando decidimos entrenar cada día, además del trabajo que significa salir a cazar demonios, todos estuvimos de acuerdo, sin embargo, el compañero de Axel al poco tiempo se hartó del trabajo extra y pidió un traslado. 

Es por ello que ahora Axel es extremadamente cauteloso con Willum, ya que no quiere acercarse a alguien, quien pueda salir arrancando por el trabajo duro. Y es que la confianza que se debe tener en tu compañero Guardián es inmensa, es por ello que algunos, como Dugan, aceptan diferentes estudiantes en práctica, hasta que están listos para aceptar una pareja definitiva. Para Axel, quien ya tenía a su compañero definitivo, el que haya pedido un traslado, fue una traición prácticamente y quebró su confianza. Es por eso que ahora es tan cauteloso. 

En realidad no importa. Willum se quedará y le demostrará a Axel que es digno de su confianza. He hablado y estudiado a demasiadas personas, como para saber que Willum no se rendirá sólo por un poco de trabajo. 

-Buenos días- saluda Ari, apareciendo junto a Dugan. 

-Buenos días- saluda Dugan también. 

Los saludamos de vuelta y les empiezo a servir el desayuno. Pronto llegan también Willum y Chris, ambos con sueño. Sonrío porque son los únicos a quienes les cuesta levantarse en las mañanas y prácticamente tienen la misma expresión medio dormida ahora mismo. 

Me siento a comer también, cuando todos están servidos, disfrutando de la compañía de los habitantes de la casa. Después de conocer a mi amigo Rod y darme cuenta que existían personas que podían convertirse en buenos amigos, conocer a estos chicos fue lo más cercano a ello que he encontrado.   

Y ahora tengo también a mi lindo y pequeño estudiante. Nunca pensé que estar a cargo de un Guardián menor pudiera ser tan satisfactorio. Por supuesto, lo protegeré y le enseñaré lo mejor que pueda. 

-Oye Will- dice Ari, quien empezó a llamar a Willum así hace un par de días -¿de quién viene ese color de ojos tan oscuro?- pregunta inocentemente. 

Por un momento Willum se queda paralizado y no responde, llamando la atención de todos en la mesa. 

-De mi padre, aunque nunca lo conocí- responde Willum finalmente. 

Lo primero es mentira. 

Escucho el susurro de mi habilidad en mi oído, pero no reacciono, demasiado acostumbrado a escuchar esa voz. Cuando lo traje de la academia, nadie fue a despedirlo, así que creo que su situación familiar es complicada, eso si es que todavía tiene familia. 

Por supuesto, es sólo una suposición, pero debe haber alguna razón para que no quiera hablar de su familia y de quién de ellos heredó sus ojos. 

-Vaya, así que de tu padre. Es un color tan fuerte que la primera vez que te vi, quedé paralizado por su intensidad- admite Ari. 

Afortunadamente todos terminamos de comer y la conversación no sigue. Espero que a Ari no se le ocurra preguntar por sus cicatrices. 

La cara de Willum, aunque juvenil y atractiva, además de llamar la atención por sus ojos oscuros como una noche sin luna, también lo hace por las pequeñas cicatrices que tiene en las mejillas, sobre su labio y en su barbilla y cuello. Son pequeñas y blancas, antiguas diría y sólo son visibles cuando estás cerca de él. 

No sé lo que le pasó para tenerlas, pero quiero que sea él el que nos confíe su historia. Es por ello que no quiero que nadie le pregunte apresuradamente. Aunque nadie lo ha hecho aún, así que al menos tienen un poco de sentido común. 

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