...Eterno ...
El teléfono celular sonó incesantemente irrumpiendo la tranquilidad de la estancia. Yamato salió de la ducha, el agua todavía se encontraba en su cabello rojizo y sus pies descalzo dejaron huellas húmedas todo el camino hasta su pieza en donde había dejado su móvil. Observo el número del contacto señalado y respondió.
―Ignis-sama ―respondió el pelirrojo de inmediato mientras intentaba buscar la manera de excusarse de una forma apropiada ―. Siento mucho la demora, me he quedado dormido, estoy saliendo de la ducha en este momento, estaré en la cafetería en 30 minutos como máximo.
―No te preocupes ―la calmada voz de Ignis se dejó oír ―. Hemos venido a visitar a William, Nix quería mostrarle sus respetos y yo también, nos tardaremos un poco, lo más probable es que lleguemos al mismo tiempo que tú.
―Está bien, intentaré apresurarme para llegar a tiempo, hable con Aidou en la mañana, él llegará un poco tarde, pero me dijo que vendría definitivamente, Haiden estará con él.
Había transcurrido un año, luego de que la maldición de la sangre se rompiese permitiendo que los vampiros pudiesen acceder a la luz del sol y ya no depender de la sangre, Haiden y Aidou habían empezado a salir. Fue algo sorpresivo, incluso para Yamato quien siempre gozo de la confianza que le brindaba su primo, la familia de Aidou se mostró en contra de cualquier relación antinatural que su hijo tuviese sin importar si la familia de Haiden tuviese un buen apellido y posición. Aidou fue expulsado, pero encontró en la familia de su pareja un nuevo hogar, y Yamato siempre lo apoyó sin importarle los comentarios de su abuela.
―Es comprensible que estén inseparables hace apenas tres semanas que se casaron, todavía se encuentran en la etapa de luna de miel ―Yamato podía jurar que oyó una sonrisa del otro lado.
Y sí, eso también era verdad, Haiden y Aidou se habían casado en una ceremonia privada luego de ocho meses de relación. Nix asistió como “la dama de honor” aun cuando su rostro hizo una graciosa expresión cuando Aidou se lo ofreció, por supuesto superada la sorpresa inicial él asistió, era increíble lo bien que esos dos congeniaron en cuanto se conocieron, eran como tonto y re-tonto, ambos se comportaban como niños con exceso de azúcar y se metían en problemas aunque Nix a simple vista lucía un poco más maduro que Aidou este último siempre lograba sacar su lado salvaje sobre todo cuando había que divertirse, después de todo gracias a Nix y a Ignis la maldición que los ataba a la sangre y a las tinieblas había desaparecido y ahora vivían una vida ordinaria bajo la luz del sol y podían disfrutar libremente.
Yamato todavía recordaba la vez en que llego al departamento de Ignis aquel día del ataque por parte de los cazadores mandados por la reina roja. Antes de salir de su departamento un terrible dolor le domino el cuerpo, fue como si una bola de demolición le hubiese golpeado, intentó arrastrarse y pedir ayuda, pero nada podía salir de él más que gritos desgarradores. Luego de 10 minutos agobiantes el dolor se disipo y sintió su cuerpo diferente. Al salir a la luz del sol comprobó para su sorpresa que no se deshizo en cenizas, subió a su vehículo y se dirigió al departamento de Ignis con miles de preguntas que pedían ser respondidas con urgencia.
Al llegar encontró tres cadáveres cubiertos con sábanas y un grupo considerable de persona inconscientes, todo era un completo desastre como si fuese parte de una zona de guerra, Ignis y una persona más, a quien luego le presentarían como Nix, se encontraban cerca a uno de los cuerpos acariciando una mano arrugada que sobresalía por un costado de la sabana. Al acercársele y a descubrirle el rostro comprobó para su sorpresa y horror que se trataba de William. El cadáver del buen mayordomo conservaba una sonrisa y Yamato nunca antes vio un rostro tan pacífico como ese.
― ¿Nix se encuentra bien? ¿Volvió a recibir noticias de la organización?
―Intentaron contactarse nuevamente, pero Nix está determinado a cortar todo vínculo con ellos ―respondió Ignis dando un pesado suspiro ―. Como sea, estamos decididos a alejarnos de todo esto, viajaremos la siguiente semana a Europa a visitar nuestro país natal, no hemos tenido noticias de mi madre y al parecer su aquelarre se ha desintegrado. Dio y Jonathan nos contactaron la semana pasada, nos explicaron la razón de su participación en el plan de mi madre, al parecer ella estaba dispuesta a traicionarlos solo para salvar su pellejo y ellos decidieron abandonarla.
―Tal vez lo hacen porque saben que usted, Ignis-sama, es el próximo candidato a convertirse en rey.
Puede que los se hubiesen hecho más tolerantes al sol y puedan vivir ahora sin consumir sangre humana, pero era un hecho de que todavía conservaban algunas características supernaturales como la longevidad y por supuesto sus habilidades para la lucha. Sin una reina quien los gobernara y mantuviese el equilibrio entre el concejo y los aquelarres, Ignis era el más apropiado para guiarlos aun cuando ya no sean vampiros del todo.
―Puede ser, no estoy del todo seguro en aceptar todavía el asumir ese cargó, pero supongo que es algo en lo que debo pensar mientras me encuentro en Europa, espero que en mi regreso pueda tener las ideas claras.
―Sería un buen rey, solo debe darse la oportunidad.
― ¿Acaso estas tratando de influir en mí? ―dijo Ignis con diversión.
―Solo expongo mi opinión, por favor no se sienta presionado.
―Tengo que colgar, mi príncipe es un poco paranoico cuando soy el conductor designado.
―Entiendo, si yo también debo empezar a vestirme. Nos vemos ahí.
Ambos se despiden y la llamada es cortada, Yamato suspira y se dirige nuevamente hacia la ducha, todavía tenía algo de jabón en el pelo.
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El funeral de William se llevó a cabo dos días después de los acontecimientos en el departamento de Ignis. su cuerpo fue velado y rendido con honores como el héroe que era y sus cenizas fueron enterradas en el hermoso parque Yoyogi bajo un enorme y antiguo árbol de Sakura con una pequeña placa de madera en donde se podía leer las iniciales W.E.M seguido de una de las frases favoritas de William en su juventud.
...“Solo con el corazón puede verse, lo esencial es invisible a los ojos”...
Nix limpio el polvo de la placa con un pañuelo mientras sonreía al leer la inscripción. Conoció a William muy poco en vida que no tuvo la oportunidad de saber sobre sus preferencias o las cosas que adoraba hacer, pero solo un día fue suficiente para que el buen mayordomo marcase su vida para siempre y su recuerdo se convirtiera en algo muy preciado.
El árbol de cerezo había empezado a florecer bellamente y algunas flores caían en la yerba formando una alfombra rosada que invitaba a recostarse en ella.
―Buenos días William-san ―saludó Nix haciendo una reverencia de respeto al árbol y dejando una rosa blanca en medio de las raíces de este ―. Las flores están bellas hoy, ¿no lo crees Ignis? ―preguntó girando hacia su pareja con una sonrisa al verlo.
―Si lo está, después de todo es primavera, William amaba esta época del año.
―Entonces William debe estar feliz.
―Es probable ―responde Ignis aproximándose al árbol para luego acariciar una de sus ramas y sacudirla un poco para que las flores cayeran a la tierra.
Un año había transcurrido desde aquella perdida y los recuerdos todavía se mantenían frescos y dolorosos, más un consuelo llenaba el corazón de Ignis de calma. William siempre tuvo presente a sus padres y hermano y Ignis estaba seguro de que en algún lugar del inmenso cielo la familia se encontraba reunida nuevamente esta vez para no volver a separarse jamás.
Familia, por un largo tiempo William fue alguien a quien considero como un familiar, ambos habían experimento la perdida y a sus ojos Nix quiso protegerlo de la maldad humana sin saber que al final fue el mismo William quien termino protegiéndolo.
―Ignis … ―la voz y la mano de Nix sujetando la suya logró que saliese de sus reflexiones ―. ¿Estás bien?
―Lo estoy ―intenta sonreír el mencionado ―. Solo pienso un poco en lo que significa tener una familia, sobre el verdadero significado de esa palabra.
― ¿Sabes? ―empezó Nix ―. Por mucho tiempo consideré a la organización como parte de mi familia y a Raftela como mi madre ―Ignis nota un leve tono de melancolía en sus palabras ―. Todavía me está costando ¿sabes? Todavía tengo esta carga de conciencia por haberla asesinado aun cuando ella intentaba acabar con nosotros en primer lugar. Pero con William lo único que siento es una profunda tristeza porque él no se merecía la muerte que tuvo, él era bueno, él luchó por lo que creía justo y te protegió aun sabiendo posiblemente no tenía oportunidad, no obstante, lo hizo de una forma tan valerosa porque te quería.
―No tienes que cargar con la culpa de haber elegido sobrevivir, no tienes la culpa de nada ―los dedos de Ignis se entrelazan con los de Nix y este último siente una calidez que inunda su pecho y su cuerpo ―. Incluso en un cielo solitario dos estrellas brillarán juntas por toda la eternidad ―con su mano libre toca el suave cabello platinado del más bajo, estos crecieron un poco así que Ignis adoptó la manía de colocar uno de los mechones de plata detrás de su oreja.
―Perdí una figura materna ―Nix acaricia la mejilla de su pareja con cariño ―. Pero gane una verdadera familia en su lugar, te tengo a ti.
―Siempre seré tu familia, y tú eres la mía ―el rostro de Ignis era tan pacífico y sus ojos reflejaron un amor infinito que Nix quedó perdido en ellos.
Ambos se dieron un beso, sintiendo la calidez de sus labios, el viento sopló un poco haciendo que las flores del árbol de William volaran hacia ellos, algunos pétalos cayeron sobre los dos en una lluvia que parecía sacada de un escenario mágico. Luego de algunos segundos de aquel tierno y apasionado contacto ambos se separan a duras penas, últimamente solo bastaba un beso para despertar instintos pasionales en ambos que terminaban en su alcoba con una sesión intensa de sexo.
―Ah, Ignis, aquí no ―dijo Nix con las mejillas rojas y los labios ligeramente inflamados y rojos.
―Tienes razón no es un buen momento y lugar ―sonríe Ignis enterrando su rostro en el cuello de su pareja ―. ¿En serio debemos ir a la reunión con el grupo? Tal vez podemos ir a casa y ver una película de las que nos gustan.
El rostro de Nix se pone tan rojo como la camisa de Ignis, agradeció que ambos se encontrasen absolutamente solos a pesar de que se tratase de un parque público y que en esa determinada hora del día algunos ciclistas pasaban por el sendero cercano.
― ¡Ignis pervertido! ¡Ten respeto por William-san! Además, esas cosas no se dicen en público alguien podría oírnos ―como si se tratase de una madre quien reprende a su hijo Nix tira de su mejilla con suavidad.
―Lo siento ―pese al pequeño dolor la sonrisa de Ignis no se desdibujo en ningún momento ―. No puedo evitarlo, no quiero estar lejos de ti en ningún momento ahora que te tengo en mis brazos de nuevo.
―Sabes que ya tenemos un año juntos ¿verdad?
―Estuvimos separados por más de 2 mil años tenemos mucho tiempo que recuperar.
―Lo haremos, pero cuando estemos solos y no enfrente del árbol de William-san, eso es muy irrespetuoso Ignis.
―Bien tú ganas, pero cuando estemos en casa no podrás escapar de mí.
Luego de esa conversación ambos se enfocaron para lo que en verdad habían ido y era el mostrar sus respetos a William antes del viaje que harían la siguiente semana. En posición de oración recordaron los momentos felices que pasaron con el anciano y agradecieron a la vida por permitir que ambos al fin hubiesen vencido a las adversidades para poder estar juntos.
Estuvieron en aquella calma por los siguientes 20 minutos y luego se incorporaron nuevamente y se despidieron del árbol. Ignis observo su reloj, todavía tenían tiempo así que tal vez ambos se permitirían dar un pequeño paseo por el parque.
― ¿Estás seguro que está bien que nos tomemos un desvió? ―pregunto Nix caminando de la mano de Ignis y disfrutando a su vez del paisaje ―, digo, no me estoy quejando ni nada, pero me preocupa un poco hacer esperar al resto del grupo.
―No seremos los últimos en llegar no debes preocuparte por eso ―respondió Ignis en una sonrisa tranquilizadora ―. Te recuerdo que Aidou e Haiden están recién casados, lo más probable es que lo estén haciendo en este momento y por eso tardaran.
Ignis espero una nueva reprimenda por parte de su pareja, se preparó para eso por eso cuando este apretó su mano con firmeza y le miro de costado con ese encantador sonrojo quedó completamente desconcertado.
―Bueno … ―empezó con timidez ―. De ser así tal vez podemos hacer lo mismo antes de ir con ellos…
Eso fue suficiente para Ignis quien cargó a Nix como el príncipe que era y lo llevo con rapidez hacia el auto, si mal no recordaba había visto un hotel del amor no muy lejos de donde se encontraban. Estaba seguro que el grupo los perdonaría.
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