Cortejo

Rosalí era concientes de que no lograría nada con esa actitud y solo la ponía en riesgo de ser echada por su jefe, pero no podía evitarlo dado lo molesta que se encontraba.

La joven adoptó la misma conducta infantil que el día de la bienvenida de Christian y se dedicaba a evitarlo lo máximo posible, ocupándose en otros deberes y cambiando los mismos con sus compañeras, buscando a toda costa evitar cualquier posible encuentro con su joven señor; mas como era de esperarse, todo era inútil y él logro "obligarla" a darle la cara al ordenar específicamente su servicio dado que, como ya le había dicho, oa había solicitado especialmente a ella para trabajar para él.

Entonces fue llamada a la recámara del joven, llendo con la irá recorriendo sus venas, más teniendo que fingir una actitud civilizada ante el hombre. Cuando llegó a la recámara, esté no tardó en hacerla pasar, demostrando que quiza tenía un gusto por andar con el torso descubierto, pues de nuevo lo encontraba de esa manera en el lugar.

—Rosalí, que bueno que vienes, he intentado verte todo el día pero parece que te escondes de mí —reclamo él, sin dejar en ningún momento su tono amable y varonil.

—De ninguna manera es eso, Christian, es solo que he tenido mucho trabajo y quizá por eso no me ha visto en lo que ca del día —respindio ella, con un tono neutro que para ella era educado pero que a él le dejo claro que algo ocurría.

—Pero tu trabajo es a mí lado, Ros, creí que ya estaba claro. Algo ocurre, al principio parecías nerviosa conmigo y tu manera de dirigirte a mí era tímida, pero ahora pareces diferente, como si en lugar de mi hablaras con mi padre.

—Es porque ahora que me acostumbro a su presencia debo tratarlo como lo que es: mi jefe, igual que su padre —respondió ella.

—No me gusta, a mí me gusta más que me hables como a un conocido y no como a un jefe —dijo él, acercándose a ella, que a parte de su molestia, no pudo evitar sentirse algo nerviosa al ver el escultural hombre cada vez más cerca de sí.

Aún así se las arreglo para mantener la compostura y dijo:

—Eso no podría ser, Christian.

—¿Y por qué no? —dijo él, demasiado cerca, produciendo que ella acabará con la espalda contra la pared y la cara con una amplia vista al cuello y clavículas del hombre, temiendo caer en la involuntaria necesidad de mirar hacia abajo, a los pectorales perfectamente trabajados— Sí ya he conseguido que me llames por mi nombre, ¿por qué no podrías tratarme como a un amigo?

—Porque eso sería ir demasiado lejos, una cosa es llamarle por su nombre y otra muy distinta es tratarlo como un amigo.

—No me interesa, pero sí que tengo que cambiar algo y es que no me gustaría que me trataras como a un simple amigo. Rosalí, debo decírtelo ahora, deseo la posibilidad de conquistarte.

Confeso él, arruinando la esperanza de ella por escapar a lo acordado con el padre del joven, viendose por fin atrapada con el cruel trato con el mismo.

Christian, que era un hombre adulto joven y apasionado, no pudo contenerse en inclinarse y besar con dulzura los labios de la mujer que amaba. En un primer instante, Rosalí tuvo el impulso de empujarlo, no porque él le desagradara, sino porque era demasiado joven para ella, pero en un segundo recordó lo que había hablado con su jefe y al final termino cediendo a regañadientes al beso, aunque sintiera en su corazón que era como una anciana aprovechándose de un joven confundido y que estaba mal.

Él, al descubrir que ella no lo rechazaba como había temido, y que por el contrario, correspondía a su caricia, se separó del beso y sonriendo pregunto a la mujer:

—¿Es qué puedo dar por hecho con esto que estás de acuerdo en aceptar mi cortejo?

Ella se mordió el labio, queriendo mandar todo al demonio y hablarle con la verdad, más no podía hacerlo, así que se dijo a sí misma que seguiría el acuerdo con el hombre mayor, más no evitaría por eso que intentará disimuladamente disuadir al más joven sobre su confusión acerca de estar enamorado de ella y convencerlo de buscar a alguien ideal para él, de su misma edad preferiblemente.

Suspiro antes de asentir en respuesta a las palabras del chico, consolando se con los planes en su cabeza.

—Puede intentarlo si así lo quiere, no tengo objeción a eso.

Christian sintió una pequeña sombra en su felicidad, sintiendo que esa no era precisamente la respuesta que esperaba y que la mujer parecía verlo como una obligación más que otra cosa, como si temiera rechazarlo, mas luego de verla a los ojos por unos segundos y no encontrar temor en ellos, se dijo que era tan solo el temperamento servicial y tímido de la mujer y que nada malo ocurría. No queriendo arruinarse más el momento, dejo de sobre análisarlo y tomo el rostro de ella entre sus manos para volver a unir sus labios, está vez con más pasión que antes.

El tacto fue más duradero que el anterior, por lo que ambos jadeaban al separarse.

—Entonces para empezar tienes que dejar de hablarme de usted y comenzar a tutearme.

Ella estuvo de acuerdo, tan solo queriendo terminar con eso y salir pronto de ahí, sintiéndose asustada al comprobar lo impulsivo que era el joven y preocupándose por qué no se detuviera en simples besos y quisiera ir a parar en su enorme cama.

Cuando él la dejo ir, ella hizo uso de todas sus fuerzas para actuar con normalidad y desapareció del lugar llendo hasta el baño de la servidumbre, encerrándose con la cara completamente roja y la mente hecha un lío. No lo había considerado antes, pero ahora debía también estar completamente alerta en caso que Christian tuviera otra clase de intenciones con ella, no deseando para nada terminar revolcada en su cama, de nuevo, no porque le desagradara, al contrario, no podía negar que el hombre poseía un físico demasiado atractivo, pero en sus ideales, estaba muy mal siquiera que lo pensara dada su diferencia de edad.

Tenía la esperanza de que él perdiera pronto el interés en ella y recapacitara en que tan solo estaba confundido, decidiendose por buscar a una mujer de su estatus social y de una edad adecuada para él, así ella podría conservar su trabajo y olvidarse de ese estresante problema orquestado por el padre y creado principalmente por el hijo de manera involuntaria

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