La nueva señora Winston 2.

No tardó en efectuarse la boda, todos en la servidumbre estuvieron muy ajetreados dado a eso.

El evento fue demasiado tedioso, y al esa ser la primera boda de esa magnitud para Rosalí, le constó demasiado adaptarse a sus compañeras mientras organizaban todo en la casa para la celebración. La boda sería en la iglesia más popular de la ciudad y la ceremonia sería en la gran mansión del señor Winston, dado que después harían otra fiesta en la playa y de ahí sería la luna de miel de tres semanas enteras en europa.

Todo eso ocurrió de una manera extraña para Rosalí, pues en un principio parecía que el tiempo pasaba demasiado lento y luego parecía ser que, al contrario, iba en extremo rápido, y así sucesivamente en un sube y baja hasta que al final llegó la culminación del evento y los novios se retiraron a un extremadamente lujoso hotel a las afueras de la ciudad, en donde pasarían la noche hasta el día siguiente, cuando partirían sin demora a la playa donde celebrarían la segunda fiesta — más exclusiva que la primera— para posteriormente partir a su luna de miel en el extranjero.

Eso sin duda le gustaba a Rosalí, pues luego de todo el estrés producto de la ceremonia, cada sirviente tendría una semana de descanso por turnos. Esa era su semana, así que lo aprovecharía llendo a ver a su padre, como era costumbre, pero primero planeaba pasar a su cafetería preferida antes.

Al llegar al local, pidió lo de siempre, pero al buscar una mesa donde sentarse encontró que el lugar estaba completamente llenó y de podría sentarse. Se decepcionó ante ese hecho, y estuvo a punto de irse hasta que su mirada captó al mismo chico con el que había compartido mesa en ese mismo lugar unas semanas atrás.

Sonriendo se acercó a él, pensando que era hora de voltear la situación, siendo ella ahora quién le pidiera poder compartir su mesa con él como la vez pasada él mismo le había preguntado si podía sentarse con ella.

Al llegar a la mesa con su pedido, el hombre levantó la vista y sonriendo en cuanto la vio parada frente suyo, dando una rápida mirada a su alrededor antes de ponerse de pie y retirar para ella la silla frente a la que él había estado ocupando sin siquiera darle chance a preguntar nada.

Una vez ella estuvo sentada, él regresó a su propia silla frente a su propio pedido de café latte.

— Gracias — dijo ella.

—No es nada, el lugar está demasiado llenó últimamente, es correcto que ahora sea yo quien te ofrezca un lugar — respondió él.

— Parece que este lugar a adquirido demasiada popularidad últimamente, creo que tal vez debería buscar otro café menos frecuentado para pasar el rato — comento ella.

— Bueno, si encuentras alguno así te agradecería que lo compartieras conmigo, pero mientras tanto, puedes estar segura de que contarás con una mesa en este lugar si yo estoy aquí y he conseguido una.

— Te lo agradezco entonces, y puedes estar seguro de que te informaré si logro encontrar una cafetería más tranquila — aseguro ella.

Él sonrió de nuevo, dando un sorbo a su bebida antes de seguir hablando.

— Hace un tiempo que no te veía por aquí de nuevo, Rosalí. Tu trabajo debe ser muy ajetreado, parece; creí que no volverías por aquí.

— Como has dicho, mi trabajo es muy ajetreado y no había tenido tiempo para venir otra vez — respondió ella.

— ¿Trabajas en la mansión Winston, no?

— Sí, así es, pero, ¿cómo lo sabes?

— Ah, he estado ahí alguna vez y me pareció recordar haberte visto ahí — aclaro él.

— ¿En serio? ¿Eres alguna clase de socio del señor Winston? Lo siento, es solo que yo no recuerdo haberte visto antes allí.

—No te preocupes, y sobre lo primero, es muy en serio, aunque más que un socio, podría decirse que soy un conocido del señor Winston y su primera mujer.

Lo último lo dijo de una manera que parecía demasiado pensativa, como si de repente su humor hubiera decaído luego de haber recordado algo.

— Entiendo, entonces quizá volvamos a vernos por ahí alguna vez.

— Sí... Quizá.

Rosalí decidió que lo mejor era llevar la conversación por otra lado, imaginando que tal vez las cosas no habían ido muy bien con los Winston, aunque era raro, dado que él era un hombre joven, bastante más joven que el señor Winston, por le que no podía imaginarlo como un amigo de la familia que había terminado por distanciarse de ellos de mala manera dada la forma en que hablaba.

No pudo evitar recordar su nombre, y el hecho de que el hijo de los Winston también era Chris. Christian. Él hombre frente a ella parecía rondar la misma edad que la que ahora tendría el hijo de su jefe.

Había rumores de que el joven andaba por la ciudad.

—Ah, lo siento, tengo que irme. Fue bueno verte otra vez, Rosalí, espero verte pronto. No te preocupes por tu cuenta, yo la pagaré, hasta luego.

Él se paró de golpe, como si quisiera escapar con urgencia del lugar, y sin que ella reaccionara con tiempo, él ya se habia abierto pase por el lugar hasta llegar a las cajas, y luego de pagar rápidamente se marchó de ahí tan rápido que pareció como si nunca hubiera estado presente en primer lugar.

Ese día, por la tarde, Rosalí llegó a casa de su padre y una vez que estuvieron a solas, el hombre no tardó en preguntarle acerca de la ostentosa boda del señor Winston.

— ¿Qué puedo decirte que no hayas visto en televisión? Fue costosa y extravagante. La verdad no pude ver mucho, tenía que trabajar así que no es como que pueda darte grandes detalles como lo haría un invitado.

— Lo imagino querida, y eso es realmente lo que me interesa saber. ¿Fue mucho trabajo? ¿No te sobre exigiste? Debes estar cansada, ve a descansar un rato cielo.

— Fue bastante pesado, pero estoy bien papá, no te preocupes, he descansado lo suficiente y ya lo haré otra vez en la noche, pero ahora quiero pasar tiempo contigo.

— Como desees cariño. Y dime, estuvo sonando mucho ese rumor de que el joven hijo de tu jefe ha estado por los alrededores, incluso se rumoreo que había llegado a la ciudad para la boda. Fue real, ¿estuvo presente ahí?

— No, no lo estuvo. De hecho, en cuanto escuchó el rumor, el señor Winston intento contactarse con él, pero no consiguió nada, ni siquiera que le contestará las llamadas. Y me día de la boda estuvo ansioso, como si esperara algo, pero para mí fue claro que esperaba encontrar a su hijo ahí, y su cara de decepcionó una vez se dio cuenta de que no sería así fue bastante triste, pesé a qué la felicidad de su boda no pudo opacarse por completo.

— Pobre hombre, pero al menos la paso bien en su boda — dijo el padre, restándole importancia al asunto.

— Sí — respondió ella, aunque por dentro aún pensaba en el chico del café, y en la extraña posibilidad de que pudiera ser ese hijo.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play