Salió de la casa de su padre sintió que ya lo extrañaba pesé a solo llevar un par de minutos de haberse despedido de él.
Siempre era doloroso dejarlo, pero tenía que hacerlo si quería poder mantenerlo cómodo y estable. Fernanda había llegado muy temprano ese día, por lo que no había escusa para retrasar su regreso a su trabajo; cuando llegó a la mansión todo fue extraño, era como si repentinamente el lugar hubiera cambiado en tan solo una semana.
Ya no sentía esa aura apesadumbrada que la había despedido cuando salió para tomar su descanso, ahora los empleados lucían ansiosos pero más ajetreados que antes, como si las cosas volvieran a ser exactamente las mismas que antes de que muriera la señora del hogar.
Rosalí no pudo más con la curiosidad, por lo que una vez hubo dejado las pocas pertenencias que se había llevado a casa de su padre en su habitación en la mansión, y luego de haberse mudado de ropa por su uniforme de trabajo, se dirigió hasta el mayordomo en un pequeño momento en que ambos se toparon y le cuestionó lo que ocurría.
—Señor Thomas, ¿es mi imaginación, o en verdad algo cambio mientras no estaba? —pregunto ella.
—No está equivocada, señorita. Mientras usted estaba en casa de su padre, aquí las cosas cambiaban de un día para otro —respondio el hombre con su usual tono elegante.
—¿Qué ocurrió?
—Tuvimos una visita fuera de lugar de la antigua enfermera, Alejandra, la antigua ayudante de la doctora que estuvo a cargo de la difunta señora Winston. El caso es que, según sus palabras, se había encariñado tanto con la señora Winston que quiso venir a ver al señor Winston y darle sus condolencias personalmente, queriendo asegurarse de que estuviera bien al saber lo dolorosa que es una perdida.
—Bueno, eso sí que está fuera de lugar. Para empezar, la señora Winston ni siquiera se relaciono mucho con ella, preferí las atenciones de su servidumbre y solo toleraba las de la doctora dado que ella era la única que podía ayudarla realmente en cuestiones médicas, por no hablar de su asistente que hacía menos que dicha doctora.
—Así es, además de lo poco profesional que es el que viniera de esa manera a dar "consuelo" a un hombre recién viudo y rico además, con el cual no tenía menor relación que la necesaria dado su trabajo con la difunta esposa —concordo el mayordomo.
—Pero, ¿eso es todo lo que ocurrió? ¿Solo por eso la casa parece haber cambiado radicalmente? —volvio a inquirir la mujer.
—No, el caso es que desde su visita, ella no ha parado de verse con el señor, y éste de pronto abandono sus habitaciones y parece más animado que antes. Una actitud peculiar, por no decir, demasiado extraña dado que no hace tanto él hombre parecía demasiado miserable y no salía de su habitación.
—Lo es, pero es mejor eso a que continúe encerrado en su habitación, completamente ebrio.
Él mayordomo río tras ese comentario y luego agrego:
—El amo no ha dejado la bebida, pero tiene razón en que al menos volvió buen a sus negocios y ya no se la pasa encerrado, además de que bebe menos y evita no embriagarse con regularidad.
—Entonces, ¿eso significará algo importante?—pregunto la mujer.
—Puede ser, señorita, así que lo mejor es que estemos preparados, porque o esa mujer es muy buena como terapeuta, o en verdad a logrado dar un paso importante con el señor Winston.
Ella asintió, pensativa ante las posibilidades. Después de eso, cada uno tomo su camino y siguieron haciendo sus labores, pero Rosalí no pudo sacarse lo de la enfermera de la cabeza.
No habían convivido lo suficiente, ni siquiera habían intercambio palabras mientras estaban a los servicios de la señora Winston, pero sin duda no tenía una buena impresión de ella luego de las palabras del mayordomo, aunque tampoco se preocupaba tanto por eso, sin embargo era inevitable pensar en como sería si al final ella terminará convirtiendose en la nueva señora Winston.
¿Podrían ellos acostumbrarse a eso luego de haber estado tan acostumbrados a la difunta señora Winston? Quizá sí, después de todo, aunque fuera difícil debían hacerlo si eso pasaba a menos que planearan perder el trabajo.
Luego de no llegar a nada con esa maraña de pensamientos, Rosalí resolvió dejarlo de lado y no preocuparse por cosas que ni siquiera estaban confirmadas, optando por seguir la conocida frase: "surfear la ola cuando llegue".
Cuando llegó la hora de comer, en cambio, lo que se hablaba entre dos de las otras sirvientas en el comedor de la servidumbre fue algo a lo que ella no pudo hacer de lado, pues había sido un tema que la había consternado y aún no lograba creer posible. Era Christian Winston.
—¿Estas segura de lo que oíste? ¿Segura que era el hijo?—pregunto una de las chicas.
—Lo estoy, iba pasando por ahí y la puerta estaba entre abierta, por lo que escuche todo con claridad, incluso pude ver el estado agitado y lamentable del señor Winston —respondio la otra.
—¿De qué hablan ustedes dos? —pregunto Rosalí, sobresaltado a las otras chicas, que se giraron alarmadas al verla, pero parecieron recomponerse una vez procesaron de quién se trataba.
—Rosalí, que susto nos has metido. Debes usar un cascabel o algo así —exclamo la primera mujer, la que no había afirmado escuchar al señor Winston, con una mano sobre el pecho con fuerza.
—Lo siento, chicas, pero ustedes eran las distraídas. Olvidemoslo, y cuéntenme, ¿de qué hablaban? —insistió Rosalí.
—Estaba diciéndole que escuche cuando el señor Winston hablaba por teléfono con su hijo; el pobre hombre suplicaba que volviera, que se apiadara de su padre y volviera con él, incluso estaba de rodillas mientras parecía al borde del llanto, pesé a qué su hijo no podría verlo —narro la segunda chica—. Pero todo lo que obtuvo por respuesta fue un seco: "lo siento, no puedo ahora" Y corto la llamada.
Rosalí no supo que decir salvo por expresar su pena hacía su jefe y partir a la cocina a ayudar a servir la comida. No podía decir que le sorprendía lo que le contaron sus compañeras, después de todo, si el chico se había negado a ver a su madre en sus últimos días, menos me importaría su miserable padre; pero aún así, la sensación que le dejaba el asunto fue algo desagradable.
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Comments
Angi Jose
mm yo creo que esa enfermera tiene que ver con la muerte de la señora witson.
2022-12-05
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