El sultán sonrió y dijo: --Toda granada sabe, que no e pisado el harem desde que mis primeros hijos nacieron, así que.. El decir que es mi hijo, sería algo estúpido.
La sirvienta de Isla se tiró a los pies de la sultana y dijo: --Mi sultana.. Escuche mis palabras.
La sultana miró a la sirvienta postrada en sus pies, luego miró a Isla y dijo: --Llevenla a las celdas.. Esperaré tres meses y sí, en esos tres meses, su cuerpo no cambia, la sacaré de inmediato.. Ahora, llevensela.
La sirvienta postrada en el suelo dijo: --Si se la lleva a ese lugar ¿Puedo encargarme de su comida?
--No.. Eso lo hará otro sirviente.
A Isla se la llevaron tal y como había dicho la sultana, y la persona que la cuidaba en ese lugar, era Hyunna Su, la sirvienta que siempre estaba al lado de la sultana.
Los tres meses pasaron y efectivamente, Isla estaba embarazada, la sultana solicitó su llegada a la oficina y al verla comenzó a darle bofetadas.
--¿Cómo pudiste traicionar al sultán? Isla ¿Porqué lo hiciste?
Isla levantó la mirada para ver a la sultana a los ojos y le dijo: --¿Que persona no a traicionado al sultán en el palacio?
La sultana volvió a bofetear a Isla, la tomó por el cabello y dijo: --El que lo hagas una vez.. No significa que vas hacerlo repetidamente.. Ahora, pensé que eras inteligente; pero ¿Siquiera sabes lo que te espera?
Isla tragó saliva y dijo: --Sino me salvas.. Le diré a toda Granada que los príncipes no son hijos del sultán, ya que él ni siquiera, puede tener hijos.
La sultana empuñó sus manos y dijo: --Okey.. Voy a dejar que el sultán se ocupe de tu castigo.
Isla abrió los ojos como platos y dijo: --¿Que? Pero ¿Porqué no lo haces tú? Tienes el deber de hacerlo, ya que nosotras eramos tus sirvientas.
La sultana sonrió y dijo: --Así es.. Eran mis sirvientas, ya no lo son.. Ahora, ustedes son propiedad del sultán, acaso ¿No lo haz entendido?
Isla miró con confusión a Simonette y dijo: --No.. ¡No puedes!
Simonette sonrió y dijo: --Si puedo.. Amor (El sultán entró a la celda en donde estaba Isla y le dijo) --Ella es tú problema.
Salim sonrió y dijo: --De acuerdo.
Simonette salió de la celda y espero al sultán afuera, Salim no duró ni dos minutos en el interior, ya que en un instante salió, Simonette al verlo sin una mancha de sangre dijo: --¿No la mataste?
Salim abrazó a la sultana, le dio un beso en la frente y dijo: --Supuse que no era el momento, ya que está en cinta.. Pero, cuando el bebe tenga dos meses de haber nacido.. Ella, irá a la horca por traición.. (La sultana asintió y comenzó a caminar junto al sultán y el sultán al salir juntos de la mazmorra le dijo al guardia) --La única persona que vendrá, será la de siempre ¿Entiendes?
--Si señor.
Simonette había olvidado algo que había prometido y solo lo recordó al escuchar la voz, en el momento que a Isla la llevaron a la horca.
--Simonette Abadi.. Lamentarás no haber hecho lo que te pedí.. Verás morir al sultán frente a tus ojos y eso lo hará el que dejó la semilla en ti y si tratas de evitarlo, todo el sultanato de Granada arderá en llamas.. También lo que temías se hará realidad, los hijos de las concubinas y tus hijas juntaran su sangre; tu hijo y la de ella se enamoraran; todos pasaran por muchas cosas, mientras pelean entre ellos por el poder y el dinero.. La descendencia de ellos se matarán y lo único que cambiará esto que e dicho, es que tu sangre, de la vida por alguien más.. Oh Simonette Abadi ¿Porqué no hiciste lo que te pedí?
Simonette tenía la piel erizada, y un viento frío la envolvió completamente, ella comenzó a temblar y cuando le iba a decir al sultán que detuviera lo que le iban hacer a Isla, el cuerpo de ella estaba delirando, ya que estaba colgado en la horca.
--¿Porqué lo olvide?
Fue lo que dijo Simonette mientras se ponía las manos en el rostro, Salim la abrazó, ya que pensó que la muerte de Isla la había afectado, ya que ellas habían pasado muchos años juntas, antes de llegar a Granada.
--Amor..
--Salim.. Necesito decirte algo.
Salim escuchó el tono tembloroso y preocupado de Simonette, así que asintió y dijo: --¿Quieres ir a la habitación?
Simonette asintió y ambos se levantaron de las sillas y caminaron hacia el interior del palacio, ya que se dirigían a la habitación; las hermanas de Isla, su hijo, sus sobrinos y Kyle, se quedaron llorando la muerte de ella.
Simonette lanzó un suspiro al llegar a la habitación y comenzó a decirle todo, desde el primer día en que había escuchado la voz, la sensación que transmitía en su piel y todo lo que le había dicho para que hiciese; Salim la escuchó con atención y pensó que Simonette estaba mal, que el ver a Isla en la horca la había afectado y como el sultán no le creyó lo que decía, simplemente se puso a llorar de la impotencia que sentía.
--Amor.. Si duermes un poco se te pasará.
Simonette se acostó en la cama y el sultán salió de la habitación, al salir vio a alguien en el pasillo y asumió que era un sirviente.
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