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Salim miró a Simonette a los ojos y dijo: --¿Haz visto a un sultán que no pueda tener hijos? (Simonette negó y el dijo) --Exacto.. No lo hay, todo sultán tiene hijos.. Muchos son de él, otros no, pero le toca acogerlos como suyos, el tema ahora es, si la sultana tiene un hijo, sin duda alguna debe ser del sultán, ya que la mujer que ningún hombre puede desear es la de un sultán y la de un malik, ya que si alguien se atreve a tocarla, ambos mueren en la horca, lo mismo pasa con las concubinas, pero ¿No es el sultán que le deja a las concubinas un guardia para cada una? los sultanes jamás pueden ser estériles, ya que si lo son, serán expulsados y Yo quería estar junto a ti.

Simonette se sentía aún más terrible, así que agachó la cabeza y dijo: --¿Porqué no me dijiste? ¿Porque tuve que creer que esos niños eran hijos tuyos?

Salim abrazó a Simonette y dijo: --No te lo dije por que al verte me enamoré de ti.. Cuando te vi por primera vez no era sultán, pero luego regrese a Granada y maté a todo aquel que conocía mi estado.. Ya que para estar contigo, tenía que tener el mismo cargo que tu padre o uno mayor y, en ese momento, el cargo acecible a mí.. Era el de sultán.. Estaba tratando de buscar el momento luego de la boda, pero al ver que tus ojos brillaban al imaginar nuestro hijo, no quise borrar tu sueño y así como tú.. Yo también imaginaba un hijo nuestro; pero, aún sabiendo que eso no sucedería.. Yo era feliz, ya que sino quedabas embarazada, sabia que Yo era el único hombre que tenía el gran honor de tocarte.. Lo siento Simonette, siento mucho haberte arrastrado a hacer eso.

Simonette negó con la cabeza y dijo: --No.. Disculpame a mí por haberte engañado Salim.

Esa tarde Simonette y Salim se quedaron dormidos abrazados y cuando amaneció, la noticia de que la sultana estaba embarazada se regó de inmediato en toda Granada.

--Bendiciones para la luna de Granada.. La sultana Simonette Abadi, está en cinta.. Bendiciones para los sultanes.

El vocero decía eso una y otra vez al amanecer, mientras que Simonette se encontraba nuevamente en la sala de oración.

--¿Estás aquí?

Simonette sintió un frío recorrer por todo su cuerpo y luego escuchó que dijeron: --Lo estoy.. Simonette Abadi de Ali.. Felicitaciones, vas hacer madre.

--Esto no era lo que quería.

--¿No?

--¡No!

--Jajaja recuerdo perfectamente que querías ser madre y ahora lo vas hacer, te demostré que las concubinas y el sultán mentían, acaso ¿E olvidado algo?

Simonette miró hacia todos lados y dijo: --Muestrate.

--No puedo hacer eso mi sultana.. Así que, ahora que cumplí con lo que querías ¿Puedes darme algo a cambio?

Simonette guardo silencio y dijo: --Solo si te muestras.

Un viento sopló el cabello de la sultana y luego la voz dijo: --Lo haré si escuchas lo que quiero.

Simonette asintió y dijo: --Esta bien ¿Qué es?

--El engaño de las concubinas saldrá a la luz y no deseo que mueran en la horca.. Deseo que las atraviese el filo de una espada y solo tu, como su antigua ama, tienes el poder de hacerlo ¿Lo harás?

Simonette guardó silencio, ya que no creía que las concubinas fueran a ser delatadas por la traición hacia el sultán, pero, si eso sucedía ¿Sería capaz de matarlas? Ella no lo sabia, ya que después de todo, ellas habían estado juntas muchos años.

--No lo sé.

Fue lo que dijo Simonette en respuesta a la pregunta y la voz dijo: --Eso no será ahora, pero cuando llegué ese día.. Hazlo.

Simonette salió de la sala de oración y fue a prepararse para la celebración de esa noche.

Las concubinas no estaban muy felices por el embarazo de la sultana, ya que sabían que ningún niño nacido en el harem, iban a tener el privilegio de ser el sultán y esto esta algo que alguna de ellas deseaba ver.

--Maldición ¿En qué momento engañó al sultán?

--Quizás cuando viajo.

--Puede que sí.. Pero el único guardia que fue con ella ¿No es el hermano menor del sultán?

--Shh.. Saben bien que no debemos hablar demás.

--Eso mismo les iba a decir.

Las concubinas querían eliminar a la joven sultana, pues ellas deseaban el puesto de sultán para sus hijos, pero el tema era, que el sultán siempre era uno y entre ellas habían cinco niños.

La celebración fue explendida y la gestación de la sultana también, el sultán duró un tiempo sin acercarsele a Simonette, ya que era evidente, él aun no había olvidado el engaño, él envió a su hermano a la guerra, ya que no deseaba verlo y si regresaba con vida, significaba que los pecados cometidos, habían sido borrados.

El vientre de la sultana había sido más grande que el de las concubinas y esto solo significaba, que estaba en espera de más de un niño.

--Mi señor.. Será mayormente bendecido.

Eran las palabras de los monarcas para el sultán, así que él solo asentía y los escuchaba hablar; los sultanes de Edirne decidieron viajar a Granada para ver el nacimiento de sus nietos y llegaron justo a tiempo, ya que la sultana estaba en labor de parto.

--Mi señora debe ser fuerte y puje.. Puje.

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