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(El hombre guardó silencio un momento, ya que eso era algo que no debía asegurar, así que el sultán dirigió su mirada hacia él y volvió a decir) --¡¿Ni a mi esposa la sultana?!

--Ni a la sultana mi señor.

Un susurro dijo: --Oye.. No digas eso, ya que si no hay niños deberemos meter más mujeres en el harem.

Salim sacó su espada de la vaina y dijo: --¿Quién es aquel que desea manchar mi alfombra con su sangre asquerosa?

Los hombres tragaron en seco, se postraron ante el sultán y dijeron: --Mi señor.. Perdonenos la vida.

--¿Que los perdone? ¿Cuándo no conocen su lugar como lacayos?

El sultán levantó su espada para dejarla caer al hombre que estaba a solo dos pasos de él, cuando escuchó un golpeteo en la puerta de la oficina y luego una voz que decía: --Mi señor.. La sultana vino a visitarlo.

Cuando los monarcas escucharon la voz del otro lado de la puerta decir que la sultana había llegado, lanzaron un suspiro de alivio y el sultán simplemente dijo: --Deben agradecerle a la sultana.. Ya que gracias a ella tienen un día más para vivir.

--Gracias mi señor, por tal misericordia.

Fueron las palabras de los monarcas al escuchar al sultán; Salim los miró y dijo: --Largo.. Me voy a reunir con mi esposa y, espero, que si accedo a su petición.. No molesten a la sultana para nada.

--Si.. (Los monarcas salieron del estudio y al ver a la sultana dijeron) --Bendita sea la sultana Simonette Abadi.

Simonette asintió, pero no tenía ni la mas mínima idea del porque los monarcas le decían bendita; ella lanzó un suspiro y miró a sus sirvientas para decirle: --Esperenme aquí, en un momento saldré.

Las sirvientas asintieron y Simonette entró en el estudio de Salim.

--Amor.

Simonette recibió a Salim con los brazos abiertos, así que dijo: --¿Estabas de mal humor?

Salim negó con la cabeza, le dio un beso y dijo: --No.. Solo hablábamos un poco.

Simonette sonrió y dijo: --Mmm ellos parecían como si hubieran resucitado al salir del estudio.

Salim chasqueo la lengua y dijo: --Eso es porque con tu llegada les perdonaste la vida.

--Así que por eso fue la bendición (Salim asintió y ella dijo) --¿Y que era lo que querían que hicieras que deseabas matarlos?

Salim tomó a Simonette en sus brazos, fue hasta la silla frente al escritorio en donde él se sentaba y dijo: --Quieren que vaya al harem.

--Ya veo.

--Pero todo eso es ridículo e innecesario para mí, ya que Yo solo deseo estar contigo.. Que seas tu la mujer de este sultán.

Simonette sonrió, le dio un beso en la frente a Salim y dijo: --Eso siempre será así.. Yo siempre seré la mujer del sultán.

Salim sonrió y la miró a los ojos, luego de unos minutos de verla le dijo: --Sabes que no todos los hijos nacidos de las concubinas son hijos del sultán, pero se ven en la obligación de acogerlos como suyos para que haya un sucesor.

--¿No es un pecado engañar al sultán de esa forma?

--Lo es.. Pero crees que un sultán tiene el coraje suficiente como para decir que esos niños nacidos en el harem ¿No son de él? Ningún hombre desea ser conocido como un eunuco.

Simonette asintió y dijo: --¿Porqué mencionas el tema? Acaso..

Salim le quitó lo que iba a decir con un beso, era un beso intenso y deseoso, mientras se besaban, Simonette sintió que alguien debajo de ella se endureció, así que al sentir el rocé de aquello debajo de ella, soltó un gemido involuntario.

--Mmh

Ese sonido dulce que la sultana de 17 años había soltado, hizo que una sonrisa se dibujara en el rostro del un sultán de 33 años.

--¿Crees que soy un eunuco?

El rostro de Simonette se sonrojó al sentir la mano del sultán debajo de su vestimenta, así que mientras negaba con la cabeza decía: --No.

Salim volvió por los labios de Simonette y esa tarde se amaron en el estudio, cuando Simonette salió del lugar, tenia un tenue rojo en sus mejillas, ya que se sentía avergonzada y un poco molesta; avergonzada por ver a los dos vigilantes custodiando las puestas del estudio y por sus sirvientas que tenían un rojo en sus mejillas "De seguro nos oyeron", fue lo que pensó Simonette cuando iban hacia su estudio, ella se sentía molesta, por que el sultán le dijo: --Está noche no dormiré contigo, voy a dormir en el harem.

Ella miró al sultán en el momento que habló, así le dio un leve fruncir al ceño y dijo: --Dijiste que no ibas a relacionarte con ellas ¿Porque vas ahora?

--Solicitud de los monarcas y acordamos que si en dos meses no había resultado, me dejarían en paz.

Simonette no dijo nada, pero si salió de inmediato hacia su estudio; Simonette se sentó en la silla y dijo: --Hyunna Su, ¿Podrías consultar la hora? Quiero saber si ya es hora de hablarle al creador.

La chica asintió y Simonette miró su escritorio; ella estaba segura de que el amor que sentía Salim por ella era real, era tan sincero y bonito, que no imaginaba que él cambiaría si estaría con otra mujer que no fuera ella, pero, aún así, la joven sultana fue a la sala de oración para pedirle al creador que el amor que sentía su sultán por ella..

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Li Otero

Li Otero

❣️❤️

2025-03-23

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